domingo, 22 de diciembre de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 23 DE DICIEMBRE DE 2024

  Lc 1,57-66: Nacimiento de Juan Bautista.

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella.

A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre intervino diciendo: «¡No! Se va a llamar Juan».

Y le dijeron:

«Ninguno de tus parientes se llama así».

Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos se quedaron maravillados.

Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.

Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. Y todos los que los oían reflexionaban diciendo:

«Pues ¿qué será este niño?».

Porque la mano del Señor estaba con él.


Reflexión


Contemplamos hoy el nacimiento de Juan el Bautista. Aunque el texto no dice nada, nos imaginamos que María sigue ahí, incluso en el día de la circuncisión. Ahora es cuando Isabel necesita más cuidados y ayudas.

Y como sucedió en los demás acontecimientos de Jesús y Juan el Bautista, tienen una fina sensibilidad para captar lo extraordinario que acontece en las cosas ordinarias de cada día.

Y es que algunas veces, damos por supuesto todo, y todo lo vemos natural, pero cualquier hecho del vivir, es algo extraordinario, porque vivir es un milagro.

En este caso, Juan es fruto del milagro de Dios, y por eso dice el texto que Dios había hecho una gran misericordia. Pero también, cada vida es un milagro.

Y podemos decir más, todo lo que acontece en nuestras vidas es porque Dios ha tenido una gran misericordia con nosotros.

Y la mano del Señor está con nosotros...


En las vísperas de hoy


El día 23 la humanidad suplica el encuentro con aquel que se define como Enmanuel (Dios con nosotros) y por el cual nos llega la salvación: “Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro, esperanza de las naciones y salvador de los pueblos, ven a salvarnos, Señor Dios nuestro”.

miércoles, 18 de diciembre de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 19 DE DICIEMBRE DE 2024

 Lc 1,5-25: Gabriel anuncia el nacimiento de Juan Bautista.


En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote de nombre Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón, cuyo nombre era Isabel.

Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada.

Una vez que Zacarías oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según la costumbre de los sacerdotes, le tocó en suerte a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso.

Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor.

Pero el ángel le dijo:

«No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría y gozo, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; estará lleno del Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos hijos de Israel al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elias, "para convertir los corazones de los padres hacia los hijos", y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto».

Zacarías replicó al ángel:

«¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada».

Respondiendo el ángel, le dijo:

«Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado para hablarte y comunicarte esta buena noticia. Pero te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento oportuno».

El pueblo, que estaba aguardando a Zacarías, se sorprendía de que tardase tanto en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo.

Al cumplirse los días de su servicio en el templo, volvió a casa.

Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir de casa cinco meses, diciendo:

«Esto es lo que ha hecho por mí el Señor, cuando se ha fijado en mí para quitar mi oprobio ante la gente».




Reflexión


En la lectura de hoy hay un gran simbolismo: por un lado está el paralelismo entre Jesús y Juan; el simbolismo del nombre de Juan; y el simbolismo de lo sagrado mudo que representa su padre.


Comentaré sólo esto último. El resumen, que condensa la enseñanza capital de este extenso y detallado relato, consiste en esto: el hombre sagrado (el sacerdote Zacarías), en el templo (espacio sagrado), en el momento de la oración (tiempo sagrado), durante la ofrenda del incienso (ritual sagrado), no son ya ni los medios, ni las condiciones, para aceptar el mensaje de Dios, el designio de Dios, la fe en Dios. La consecuencia es que “lo sagrado” se queda mudo. Ya no comunica nada, ni dice nada. A Dios hay que buscarlo de otra manera o por otros medios. Esto no significa el final de la religión, sino el desplazamiento de la religión. Buscar y encontrar a Dios es buscar y encontrar el sentido de la vida. Es lo que ahora llamamos “la creación de sentido”. Dijo Jesús ante la samaritana: “que ahora adoraremos al Señor en espíritu y en verdad”.


Ni Juan Bautista estuvo vinculado a “lo sagrado”. Ni Jesús tampoco. Los dos fueron hombres asociados a “lo profético”.


Es decir, el cristiano, el cristianismo, más que un conjunto de normas, costumbres, doctrinas, es sobre todo, la entrega de vida a un proyecto de Dios para construir el Reino, que llamamos voluntad de Dios. A ello dieron toda su vida Jesús y Juan Bautista.



En las vísperas de hoy


Oh Renuevo del tronco de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos; ante quien los reyes enmudecen, y cuyo auxilio imploran las naciones: ven a librarnos, no tardes más. 

martes, 17 de diciembre de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 18 DE DICIEMBRE DE 2024

  Mt 1,18-24: La Virgen concebirá y dará a luz un hijo, le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados. 

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:


- «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»


Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta:


«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".»


Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.


Reflexión


Contemplamos hoy la profecía de Isaías que Mateo nos remite para fundamentar el nacimiento virginal de Jesús. Se preocupa en todo su evangelio en demostrar que todo lo que estaba predicho se cumple en Jesús.


Luego está el tema del nombre en el que hay divergencias: mientras en la profecía sale el nombre de Emmanuel; en el evangelio es el nombre de Jesús.


Si bien, son dos nombres distintos, con significados distintos, pero cada uno menciona la misma realidad. En el texto de Isaías, Dios con nosotros, que así traducimos Emmanuel resalta la realidad de la cercanía de Dios ante tanta deportación y desgracias que le pasaban al pueblo.

Y luego en el evangelio, este Dios con nosotros, es el Salvador, por tanto, no un Dios menor, con menos categoría o con menos poder.


Ambos nombres alientan la esperanza de estos días finales del Adviento.


El día 18, la antífona identifica a Jesús que esperamos como el Dios eterno que libró a Israel de Egipto. “Oh Adonai, Pastor de la Casa de Israel, que te apareciste a Moisés en la Zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley, ven a librarnos con el poder de tu brazo.”

lunes, 16 de diciembre de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 17 DE DICIEMBRE DE 2024

 Mt 1,1-17: Genealogía de Jesucristo, hijo de David.

Abrahán engendró a Isaac,
Isaac a Jacob,
Jacob a Judá y a sus hermanos.
Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará,
Farés a Esrón,
Esrón a Aram,
Aram a Aminadab,
Aminadab a Naasón,
Naasón a Salmón,
Salmón engendró, de Rahab, a Booz;
Booz engendró, de Rut, a Obed;
Obed a Jesé,
Jesé engendró a David, el rey.

David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón,
Salomón a Roboam,
Roboam a Abías,
Abías a Asaf,
Asaf a Josafat,
Josafat a Joram,
Joram a Ozías,
Ozías a Joatán,
Joatán a Acaz,
Acaz a Ezequías,
Ezequías engendró a Manasés,
Manasés a Amós,
Amós a Josías;
Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.

Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel,
Salatiel a Zorobabel,
Zorobabel a Abiud,
Abiud a Eliaquín,
Eliaquín a Azor,
Azor a Sadoc,
Sadoc a Aquirn,
Aquím a Eliud,
Eliud a Eleazar,
Eleazar a Matán,
Matán a Jacob;
y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce;

desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce;

y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce.


Reflexión


Del 17 al 24 de diciembre se celebran las Ferias Mayores de Adviento, en estos 8 días previos a la solemnidad de Navidad. En este periodo, la liturgia se orienta a preparar con mayor énfasis la conmemoración del nacimiento del Redentor. En los primeros 7 días de este período, las antífonas que introducen el Magníficat tienen categoría y características especiales. Son las llamadas “antífonas mayores” o “antífonas de la O”. Se llaman de la O porque todas empiezan con la exclamación “Oh”, dando origen este hecho a la advocación de Santa María de la O. La antífona del día de hoy es: “Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, ven y muéstranos el camino de la salvación.”


La Iglesia nos presenta en este día la genealogía de Jesús. Este evangelio nos parece muy árido, no sabemos que podemos orar contemplando esta cantidad enorme de nombres. Sin embargo, el evangelista nos expresa la intención de este trozo del evangelio. Quiere demostrar que todo tiene una unidad, todo tiene un sentido y una dirección. Todos los caminos convergen en Jesús. En este evangelio se cumple perfectamente el aforismo español: Dios escribe derecho en renglones torcidos.

La línea ascendente de Jesús no es una línea perfecta, sino llena de debilidades y pecados, pero sobretodo, de personas tocadas y miradas por la misericordia de Dios.


Por tanto:

1) Dios se encarna en la historia, en una familia en concreto con una historia particular.

2) Esta historia está llena de cosas buenas y pecados, como todas las historias.

3) Dios no hace "fó" a esta historia, sino que es capaz de sacar bienes de los males. Éste es el sentido de nuestra esperanza cristiana. "Dios escribe derecho en renglones torcidos".


Nos puede servir para nuestra vida: Dios quiere venir a nosotros, y no hace "fó" a mi historia, llena de fidelidades e infidelidades, de pecados y momentos de gracia. Ésta es su misericordia. Mi historia puede ser iluminada por Él mismo. De todo se puede sacar algo bueno. 

domingo, 15 de diciembre de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 16 DE DICIEMBRE DE 2024

Mt 21,23-27: El bautismo de Juan ¿de dónde venía?

En aquel tiempo, Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle:

«¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?».

Jesús les replicó:

«Os voy a hacer yo también una pregunta; si me la contestáis, os diré yo también con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan ¿de dónde venía, del cielo o de los hombres?».

Ellos se pusieron a deliberar:

«Si decimos "del cielo", nos dirá: "¿Por qué no le habéis creído?". Si le decimos "de los hombres", tememos a la gente; porque todos tienen a Juan por profeta».

Y respondieron a Jesús:

«No sabemos».

Él, por su parte, les dijo:

«Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».



Reflexión


Volvemos otra vez a proponerles un comentario al evangelio diario. 

Estamos ya casi terminando este tiempo de Adviento. 


Comienza el texto con la pregunta de las autoridades. El sistema en el que ellos vivían, la religión estaba muy asentada en el poder. Se creían con poder. Todo lo medían desde esa óptica. 

Sin embargo, Jesús, sabiendo por donde venían les responde con una pregunta, dejándoles al descubierto la contradicción de sus vidas.


Ello nos devuelve a nosotros la pregunta sobre cuales son las intenciones por las cuales hacemos las cosas de la religión: celebraciones, etc.


Si servimos a Dios o a sus cosas… 

martes, 12 de noviembre de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 13 DE NOVIEMBRE DE 2024

  Lc 17,11-19: ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?

Una vez, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: 

«Jesús, maestro, ten compasión de nosotros». 

Al verlos, les dijo: 

«Id a presentaros a los sacerdotes». 

Y sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias. 

Este era un samaritano. 

Jesús, tomó la palabra y dijo: 

«¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?». 

Y le dijo: 

«Levántate, vete; tu fe te ha salvado».



Reflexión


Este texto es muy significativo, donde se puede observar un contraste entre la gratitud del samaritano y la ingratitud de los demás judíos. Incluso podémoste ir más allá, la inhumanidad de los piadosos y la humanidad del infiel. Por que así se veían.


En esa pregunta, Jesús denuncia su inhumanidad y también su débil religiosidad. Hay situaciones en que la gente “muy espiritual” da miedo. Porque su mucha espiritualidad, les debilita la debida humanidad. Algunas veces, la religión tiende a tranquilizar la conciencia mediante la observancia de los rituales sagrados. “Ese cura tiene más un pie en el cielo que en la tierra” me dijo una persona una vez. Pero quizá, Jesús fue al contrario, tenía los pies en el suelo y en la tierra. En él no había ninguna división entre el cielo y la tierra. Él ha venido a unirlos definitivamente.


Por ello, la humanidad está completamente integrada en el cristianismo, es más, es el termómetro de la espiritualidad.

Por ello, sólo a esa persona Jesús le dijo que la fe lo ha salvado. Los demás quedaron curados y no salvados

jueves, 7 de noviembre de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 8 DE NOVIEMBRE DE 2024

   Lc 16,1-8: Los hijos de este mundo son más astutos con su gente que con los hijos de la luz.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

Un hombre rico tenía un administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes.

Entonces lo llamó y le dijo:

-¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido.

El administrador se puso a echar sus cálculos:

-¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa.

Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo, y dijo al primero:

-¿Cuánto debes a mi amo?

Este respondió:

-Cien barriles de aceite.

El le dijo:

-Aquí está tu recibo: aprisa, siéntate y escribe «cincuenta».

Luego dijo a otro:

-Y tú, ¿cuánto debes?

El contestó:

-Cien fanegas de trigo.

Le dijo:

-Aquí está tu recibo: Escribe «ochenta».

Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz.


Reflexión


Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz. Esta afirmación de Jesús no me parece que sea la constatación de una realidad, sino sobre todo un suspiro y un deseo.


Hay mucho por hacer, y los cristianos tenemos que ingeniarlas para transmitir el evangelio en el día de hoy, con las condiciones de hoy y las personas de hoy. No valen las quejas. En esto nos va la vida. 


“Cada vez que intentamos volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio, brotan nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual” EG 11


Santa Teresa de Calcuta decía que Dios no nos pedía el éxito sino el trabajo. Buscar nuevos caminos, nuevos métodos, nuevas orientaciones es propio de la pastoral, y muchas veces, estamos anquilosados en “lo de siempre”. 


El Papa Francisco nos dice que “fidelidad es cambio”. No nos dejemos amilanar, sino que busquemos otros métodos si no funcionan los que usábamos.


Que el Señor nos libere la mente para idear siempre nuevas maneras de comunicar el tesoro de la vida cristiana. 

domingo, 3 de noviembre de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 4 DE NOVIEMBRE DE 2024

 Lc 14,12-14: No invites a tus amigos, sino a pobres y lisiados.

En aquel tiempo, decía Jesús a uno de los principales fariseos que le había invitado:

-Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos ni a tus hermanos ni a tus parientes ni a los vecinos ricos: porque corresponderán invitándote y quedarás pagado.

Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.


Reflexión

¿Qué ganancia tenemos entonces? Si no invitamos a los que luego me puedan invitar, recompensar...así suele ser nuestra mente....damos esperando recoger. Como sí metiéramos una moneda con una cuerda en la máquina tragaperras. Siempre nos queda algo de nosotros...
Pero no, Jesús nos habla en otro lenguaje...del lenguaje del amor, que es dar sin esperar nada. Duro y tortuoso camino esté, pero es el lenguaje de la vida y del cristiano.
Vivamos la gratuidad de Dios para con nosotros, para vivirla luego con los hermanos.

martes, 29 de octubre de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 30 DE OCTUBRE DE 2024

  Lc 13,22-30: Vendrán de oriente y occidente y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios.


En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando.

Uno le preguntó:

-Señor, ¿serán pocos los que se salven?

Jesús les dijo:

-Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo: «Señor, ábrenos» y él os replicará: «No sé quiénes sois». Entonces comenzaréis a decir: «Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas». Pero él os replicará: «No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados».

Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de Oriente y Occidente, del Norte y del Sur y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios.

Mirad: hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos.


Reflexión


Uno le hace una pregunta aparentemente sencilla, pero tiene su complejidad. La salvación es un don de Dios (regalo), pero que hay que acoger. Jesús invita a entrar por la puerta estrecha. Por una puerta estrecha no cabe todo, hay que aligerarse, despojarse. La salvación es un regalo, pero requiere una elección y eso supone algunas renuncias. 


Y al final, la afirmación: vendrán de oriente y occidente y se sentarán en la mesa del Reino de Dios. Con todas estas afirmaciones, quiere Jesús que los judíos entiendan que ser el pueblo elegido, no significa que tengan la salvación ipsofacto, sino que hay que entrar por la puerta estrecha.


Eso significa que otros también pueden entrar por la puerta estrecha. Que incluso, yo que me creía a salvo, no pueda entrar luego por esa puerta; y otro que consideraba que no pudiera entrar, al final entre. 


En definitiva, es una llamada a la responsabilidad, a acoger a Jesús de lleno y no andarse con tradiciones, costumbres y rutinas, como si todo ya lo tuviera conseguido.