Lc 14,12-14: No invites a tus amigos, sino a pobres y lisiados.
En aquel tiempo, decía Jesús a uno de los principales fariseos que le había invitado:
-Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos ni a tus hermanos ni a tus parientes ni a los vecinos ricos: porque corresponderán invitándote y quedarás pagado.
Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.
Reflexión
¿Qué ganancia tenemos entonces? Si no invitamos a los que luego me puedan invitar, recompensar...así suele ser nuestra mente....damos esperando recoger. Como sí metiéramos una moneda con una cuerda en la máquina tragaperras. Siempre nos queda algo de nosotros...
Pero no, Jesús nos habla en otro lenguaje...del lenguaje del amor, que es dar sin esperar nada. Duro y tortuoso camino esté, pero es el lenguaje de la vida y del cristiano.
Vivamos la gratuidad de Dios para con nosotros, para vivirla luego con los hermanos.
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