martes, 28 de mayo de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 29 DE MAYO DE 2024

Mc 10,32-45: Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del Hombre va a ser entregado.

En aquel tiempo, los discípulos iban subiendo camino de Jerusalén, y Jesús se les adelantaba; los discípulos se extrañaban y los que seguían iban asustados.

El tomó aparte otra vez a los Doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder:

-Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del Hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los letrados, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán; y a los tres días resucitará.

Se le acercaron los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:

-Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.

Les preguntó:

-¿Qué queréis que haga por vosotros?

Contestaron:

-Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.

Jesús replicó:

-No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?

Contestaron:

-Lo somos.

Jesús les dijo:

-El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado.

Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.

Jesús, reuniéndolos, les dijo:

-Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.


Reflexión


Al leer este trozo del evangelio me llama la atención el contraste: Jesús habla de entrar en Jerusalén, que va a dar la vida, que se entrega por amor siendo servidor; y sus compañeros pendientes de estar a su lado...


No se han dado cuenta, y eso que insiste: mirad qué vamos camino de Jerusalén. Ahí se encuentra Jesús solo. Ya habían sido testigos del rechazó que ha sufrido Jesús en determinados momentos, que querían despeñarle, etc; y van camino de Jerusalén, donde matan a los profetas. Sin embargo, ellos absortos en sus cosas.


Aun así, conforta la tremenda determinación de Jesús: la expresión "mirad qué vamos camino de Jerusalén y el Hijo del hombre va a ser entregado". El texto nos dice otro detalle: "Jesús se les adelantaba"...


Pidámosle al Señor que no vayamos despistados en nuestras cosas, nuestros negocios, nuestros caprichos, y que tengamos la firme determinación de Él por seguirle hasta nuestra Jerusalén. 

domingo, 26 de mayo de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 27 DE MAYO DE 2024

 Mc 10,17-27: Vende lo que tienes y sígueme.

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó:

«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?».

Jesús le contestó:

«¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».

Él replicó:

«Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud».

Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo:

«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme».

A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque era muy rico.

Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:

«¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!».

Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió:

«Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios».

Ellos se espantaron y comentaban:

«Entonces, ¿quién puede salvarse?».

Jesús se les quedó mirando y les dijo:

«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo».


Reflexión


Me conmueve la historia del “joven rico”. Como viene a Jesús con toda sus ganas, sus deseos de seguirle…

Me conmueve la mirada que le hace Jesús cuando le va a anunciar lo más importante: una cosa te falta…El texto dice “se quedó mirándolo, lo amó y le dijo”. Me parece que aquí está la clave del texto. Jesús lo miró con inmensa ternura. Pero esta persona no supo dejarse mirar. No captó la ternura de la mirada de Jesús. Era una mirada de amor, no de inquisición, no una mirada juzgadora, como muchas veces atribuimos a Dios.


Me conmueve la tristeza de esa persona. No es capaz de seguir las indicaciones de Jesús. ¡Cuántas veces, me pasa lo mismo, apegado a las cosas y las situaciones, soy incapaz de seguir al Señor!.

Sin embargo, intento seguir con el Señor, para que Él me vaya dando libertad. Esta persona, se fue triste. Y como dije antes, tenía un concepto de Jesús muy elevado, de alguien exigente, de un maestro, y no del Dios con nosotros, que está para ayudarnos a caminar, a desprendernos…


Lo que sigue en el evangelio también me conmueve tremendamente. Jesús, entiendo que fruto de la tristeza que también a Él le embarga, lanza una afirmación que deja estupefactos a los apóstoles. Y quiero dar a notar, que Jesús queda afectado por esta persona que no fue capaz de dejarse ayudar. Se fue con su tristeza. Y Jesús se quedó triste, por no poder hacer nada. 


No miremos al Señor como alguien alejado a nuestras vidas, que sólo busca que cumplamos unos objetivos, sino como mi Señor, mi Maestro, mi Roca, mi Baluarte, mi Salvador, mi Amor, mi Confidente…


Pidámosle con toda la humildad, igual que el centurión, Señor quiero pero no puedo, ayúdame.

jueves, 23 de mayo de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 24 DE MAYO DE 2024

  Mc 10,1-12: Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.

En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino y según su costumbre les enseñaba.

Acercándose unos fariseos, le preguntaban para ponerlo a prueba:

«¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?».

Él les replicó:

«¿Qué os ha mandado Moisés?».

Contestaron:

«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».

Jesús les dijo:

«Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.

De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».

En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.

Él les dijo:

«Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».



Reflexión


2 ideas sencillas sobre este evangelio:

1) Dios nos invita a la comunión. El proyecto de Dios es a la comunión. Él es comunión. No a la división. Hemos superado a Babel, gracias a la fuerza del Espíritu Santo. Pentecostés vuelve a darnos la oportunidad de ponernos en el proyecto de Dios y cumplir su sueño.

2) Dios no se desdice de lo que promete o regala. Dios no se arrepiente. Y lo que da, lo da de una vez para siempre. Se puede aflojar, perder, olvidar, pero la gracia de Dios y su amor siempre nos envuelve.

Lo que nos toca a nosotros es vivir de cara a ese amor y proyecto de Dios. Esa semilla sembrada en nuestros corazones, tenemos que cuidarla para que produzca fruto.

Está claro que la realidad muchas veces es dura e incluso contradice esta Palabra de Dios. Pero yo pienso...¿qué sería de un mundo que no tuviera en todos los ámbitos esperanza de volver a empezar, de reconducir, de perdonar?

Si la realidad del mundo es que las relaciones interpersonales se rompieran y no podrían recuperarse...entonces, llegaría el momento de un nuevo Babel.

Pero no, la realidad del mundo es que, incluso cuando todo se rompe, siempre hay posibilidades de empezar de nuevo, de nuevos caminos, e incluso desandar los caminos deshechos, gracias a una fuerza misteriosa interior: el Espíritu Santo.

Y esto es tan real como lo anterior y vemos ejemplos a nuestro alrededor. Pero que duda cabe, que esto último si me produce esperanza, ilusión y ganas de trabajar. Lo otro no nos produce sino desilusión y desesperanza.


Se puede complementar con este comentario al Amoris Laetitia


COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 23 DE MAYO DE 2024. Fiesta de Jesucristo sumo y eterno sacerdote

 Mc 14,12a.22-25: Esto es mi cuerpo. Esta es mi sangre.


El primer día de los Azimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dicen sus discípulos: "¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas el cordero de Pascua?"


Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y dijo: "Tomad, este es mi cuerpo."


Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella.


Y les dijo: "Esta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos.


Yo os aseguro que ya no beberé del producto de la vid hasta el día en que lo beba nuevo en el Reino de Dios."


Reflexión 


Hoy celebramos la festividad de Jesucristo, sumo y eterno sacerdote. En este día normalmente se acuerdan de los sacerdotes. Yo diría que no es el día del sacerdote “común”, sino del SACERDOTE, Jesús. Todos participamos de él, y los “sacerdotes” participan de su misión. Jesús nos salvó por su entrega.


"Él no sólo ha conferido el honor del sacerdocio real a todo su pueblo santo, sino también, con amor de hermano, ha elegido a hombres de este pueblo, para que, por la imposición de las manos, participen de su sagrada misión. Ellos renuevan en su nombre el sacrificio de la redención, y preparan a sus hijos el banquete pascual, donde el pueblo santo se reúne en su amor, se alimenta con su palabra y se fortalece con sus sacramentos. Sus sacerdotes, al entregar su vida por él y por la salvación de los hermanos, van configurándose a Cristo, y así dan testimonio constante de fidelidad y amor" (Prefacio).


Ser sacerdote es ser entregado. Jesús dijo: “Tomad, esto es mi cuerpo”…y se entrega. Esto es ser sacerdote, entregarse por entero a Dios. Lo importante en el sacerdote no es su función litúrgica: que predique bien, que celebre bien, sino sobre todo QUE SE ENTREGUE BIEN Y POR ENTERO. 


Por ello, es un día para pedir por nosotros, los sacerdotes, para que hagamos de nuestra vida un sacerdocio agradable a Él, por la salvación del mundo, entregándonos todo y a todos.

martes, 21 de mayo de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 22 DE MAYO DE 2024. SANTA RITA DE CASIA

 Mc 9,38-40: El que no está contra nosotros está a favor nuestro.

En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús:


-Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.


Jesús respondió:


-No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.



Reflexión


Tengo que limpiar mi mirada para no ver al mundo y a los otros como rivales. ¿Podemos decir que sólo nosotros somos "los nuestros". Es como sí en nuestra casa, como estamos siempre cerca de nuestros padres o los ayudamos más, o les hacemos más caso, pretendemos pensar que ellos nos quieren más a nosotros y no quieren al hijo que les salió rebelde. Tenemos la demostración en la parábola del padre misericordioso o del hijo pródigo.

Para Dios, todos somos su pueblo, su rebaño. Y Él hace sale el sol sobre buenos y malos. Él derrama su gracia por todo el mundo.

No nos cerremos, muchas veces nuestro mundo es nuestro grupo. Abrámonos al otro. El otro no es un rival sino un hermano. 

lunes, 20 de mayo de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 21 DE MAYO DE 2024

 Mc 9,30-37: El Hijo del hombre va a ser entregado.

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. 

Les decía: 

«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará». 

Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle. 

Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, les preguntó: 

«¿De qué discutíais por el camino?». 

Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. 

Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: 

«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos». 

Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: 

«El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».


Reflexión


En este trozo del evangelio como en tantos, notamos que los apóstoles no están en la onda de Jesús. Es patente el contraste entre lo que sentía y vivía Jesús, por una parte; y lo que sentían y vivían los apóstoles, por otra. No eran simplemente pensamientos y sentimientos “distintos”, sino que eran pensamientos y sentimientos “contradictorios”.


Jesús piensa desde abajo, desde los pobres, desde los necesitados. Ellos piensan desde arriba, todo se soluciona desde arriba.

Y puede que nosotros también:

A nivel religioso, todo el mundo creería si Dios que actuara e interviniera en el mundo de manera maravillosa

A nivel político, pensamos que todo se soluciona con más policías y más control


Por eso Jesús, para darle más fuerza pone a un niño en el centro de la escena.

¿Nos damos cuenta o seguimos con nuestro esquema?

domingo, 19 de mayo de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 20 DE MAYO DE 2024. FESTIVIDAD DE SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA

 Jn 19,25-34: Ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu madre.


Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.

Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.

Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dijo: «Tengo sed». Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: «Está cumplido». E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.

Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran.

Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.


Reflexión


La Iglesia celebra hoy la fiesta de Santa María Madre de la Iglesia. Por ello, nos ofrece este evangelio, donde Jesús nos regala a su Madre. 

Es una advocación que introdujo S. Pablo VI en el año 1964. A parte de todos los títulos que le tributamos a María, ahora como Madre de la Iglesia.

Ella no sólo engendró a Jesús en su seno, sino que también engendra a la Iglesia. Estuvo acompañando a los apóstoles el día de Pentecostés, dice el texto: “junto con María”. Es una persona muy importante en la espiritualidad cristiana, en la Iglesia. Por ello es Madre de la Iglesia, no sólo por ser madre de todos los que formamos la Iglesia. Y ella sigue engendrando a la Iglesia, la cuida, protege, une. 


Miremos a María también como Madre de la Iglesia e invoquémosle en este tiempo tan sombrío, donde la Iglesia está en un momento de prueba, que ella siga sosteniéndola y engendrándola. 

jueves, 16 de mayo de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 17 DE MAYO DE 2024

 Jn 21,15-19: Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas.

Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, dice a Simón Pedro: 

- «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?»

Él le contestó: 

- «Sí, Señor, tú, sabes que te quiero.»

Jesús le dice: 

- «Apacienta mis corderos.»

Por segunda vez le pregunta: 

- «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»

Él le contesta: 

- «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»

Él le dice: 

- «Pastorea mis ovejas.»

Por tercera vez le pregunta: 

- «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»

Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: 

- «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»

Jesús le dice: 

- «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.»

Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: 

- «Sígueme.»


Reflexión


La Iglesia nos presenta hoy un texto muy bonito y significativo. Un texto de una sensibilidad grande y una ternura exquisita. Es el epílogo del evangelio de San Juan, cuando Jesús se encuentra con Pedro después de la Resurrección.


Jesús sigue confiando en Pedro. Es más, confía siempre en él y en nosotros. Por seguir siempre en el título que nos proponen, “apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas”, Jesús hace el examen final a Pedro…y lo aprueba.


El examen consiste únicamente en el amor. Algunos comentan que Jesús diferencia entre amar y querer. Jesús parte de su gran amor y llega a ponerse al nivel de Pedro, de un amor menor: “querer”. 


Y le sigue enviando a la misión. Es más, Jesús nunca retira la llamada, nunca retira la confianza. 


Es un día bueno, para contemplar y meditar sobre la confianza de Jesús en nosotros. Es una confianza inquebrantable. Es una confianza empoderada, es decir, es una confianza porque hay una gracia del Espíritu para poder cumplir con la misión, en la medida que nos abramos a Él. Por ello, “extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras”, aunque referido a la muerte, así es la confianza en Dios, otro te llevará adonde no quieras, no porque vayas por disgusto, sino porque no lo has elegido, otro lo eligió.


REVISIÓN DE LA SEMANA SANTA 

miércoles, 15 de mayo de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 16 DE MAYO DE 2024

 Jn 17,20-26: Que sean completamente uno.


En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, Jesús dijo:

- Padre santo:

no sólo por ellos ruego,

sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos,

para que todos sean uno,

como tú, Padre, en mí y yo en ti,

que ellos también lo sean en nosotros,

para que el mundo crea que tú me has enviado.

También les di a ellos la gloria que me diste,

para que sean uno,

como nosotros somos uno:

yo en ellos y tú en mí,

para que sean completamente uno,

de modo que el mundo sepa que tú me has enviado

y los has amado como me has amado a mí.

Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo,

donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste,

porque me amabas antes de la fundación del mundo.

Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido,

y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer

y les daré a conocer tu Nombre, para que el amor que me tenías

esté en ellos, como también yo estoy en ellos.


Reflexión


Ayer hablábamos precisamente de la unidad, como reflejo de la Santísima Trinidad.


La frase que nos ponen como idea central del texto es: que sean completamente uno.

Éste es el deseo y el contenido de la oración de Jesús. Por lo que la unidad siempre está en el horizonte de la voluntad de Dios.


En un mundo atomizado, dividido, con rivalidades crecientes y en ambientes muy familiares, hay una brisa que la empuja hacia la unidad: es la oración de Jesús. Igual que los aviones, cuando tienen viento de cola, avanzan más rápido y pueden acortar los tiempos de los vuelos, así también nosotros debemos aprovechar este viento favorable que nos empuja hacia la unidad.


Es decir, en medio de este mundo, siempre hay una voz en lo más interior nuestro que nos mueve a la unidad. Tenemos que oír esa voz y no desoirla para siempre tender hacia esta situación. Lo que pasa es que muchas veces, nos dejamos llevar por otras voces, algunas interiores y otras exteriores, o por la inercia y nos quedamos en la separación, división.


No te olvides: es el deseo de Jesús, y nadie puede ser buen cristiano cuando no lucha con todas sus fuerzas por la unidad a su alrededor.


REVISIÓN DE LA SEMANA SANTA