domingo, 1 de abril de 2018

HOMILIA DE PASCUA

Alegría hermanos. ¿Quién nos correrá la piedra?
¿Quién podrá hacernos levantar de nuestra postración?
¿Quién podrá alegrarnos ahora?
¿Quién podrá darnos esperanza?
¿Quién podrá combatir tanto mal?
Sin embargo, la piedra ya está corrida. Ya lo ha hecho por nosotros.
Ya no se enfría el amor más nunca. Se enfriará en nosotros si no lo cultivamos
El Papa se planea en el mensaje de la Cuaresma: ¿cómo se enfría en nosotros la caridad? ¿Cuáles son las señales que nos indican que el amor corre el riesgo de apagarse en nosotros. Lo que apaga la caridad es ante todo la avidez por el dinero, "raíz de todos los males". Y como dirá en otro momento: "estiércol del diablo".
Porque siempre hay un corazón que se está entregando.
Ahora bien. Ya no nos podemos justificar. Ya no podemos mirar para otro lado.
Ya tenemos el camino trazado. Ya no podemos decir que no lo sabíamos.
"Nunca más", que se enfríe el amor en la mayoría.
1) Porque nosotros ya no hacemos el mal:
     a) Ya no nos matamos con la lengua, sino la utilizamos con dulzura.
     b) No soy imprescindible, sino un servidor de Dios. Incluso un siervo inútil.
     c) Estoy en proceso de conversión personal y pastoral, porque Dios me pide dar lo mejor siempre.
     d) Soy consciente de que la Iglesia es sinodal, es decir, caminar juntos, rezar juntos, pensar juntos, bajo la guía del único pastor (Jesús, el Papa, el obispo y el párroco). Las divisiones y los círculos cerrados dejan de ser una anécdota del pasado, los hemos dejado porque nos dimos cuenta de su inconsistencia.
     e) En lugar de mirar para otro lado, me implico, me involucro en mi parroquia, que está al servicio de Dios. Tengo como modelo a Dios, que como dijo el Papa en el lavatorio de este año, "se arriesgó por nosotros".
     f) Vivo alegre continuamente en mi vida, porque por encima del mal que haya a mi alrededor, mis problemas y circunstancias; pienso en el cielo (Juan Pablo I), que es con mucho, lo mejor. Esa alegría también me la da porque sé que el Señor da el ciento por uno y sé de quien me he fiado.
     g) Saludo a todo el mundo, pues aunque el otro no me quiera, allá él. Él se lo pierde. Vivo convencido que es hijo de Dios y por tanto, todo hombre es merecedor de mi mirada, sonrisa, saludo, bondad.

2) Porque, como dice una canción de Marcos Witt: Cuan bello es el Señor, cuan hermoso es el Señor. La belleza de mi Señor, nunca se agotará, la hermosura de mi Señor siempre resplandecerá...que no me lo puedo quedar para mí solo. Quisiera gritarlo a todo el mundo.
El Señor es el camino.
El Espíritu Santo es nuestra gasolina.
El amor es el lenguaje. El amor es participación del de Jesús.
La esperanza es nuestra bandera.
La fe es nuestra fortaleza.
La fraternidad es nuestra canción.
La alegría es nuestro pasaporte.
La entrega es nuestra inercia.
En la misa de pascua, María Magdalena: se han llevado al Señor...sin embargo, el otro discípulo, vio y creyó.
Creamos. Open your heart.

Nos han corrido la piedra. Por eso, al crecer la maldad, crece el amor en sus discípulos.