jueves, 29 de abril de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 30 DE ABRIL

Jn 14,1-6: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- «Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, «estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.»

Tomás le dice:

- «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»

Jesús le responde:

- «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí.»


¿Cómo podemos saber el camino? Una pregunta muy importante, porque el camino no está tan claro. No lo vemos como hoy en día consultamos un gps. El Señor nos va revelando por partes su voluntad. 


Sólo tenemos una certeza: el camino es Él. Nuestros esfuerzos deben ir por la unión con Él. Cuanto más unidos a Él, mejor veremos el camino. 


Por otro lado, también Jesús es la verdad. Es la verdad de mi vida. Sólo encontramos respuesta en Él. Respuesta a la pregunta: ¿quién soy?


Y Jesús nos produce vida. Nos da vida, porque no es lo mismo conocerlo que no conocerlo. 


Jesús se afirma de sí mismo usando el tetragama divino (Yo soy), su autoridad no es servirse de nosotros, sino servirnos para nuestra salvación.


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miércoles, 28 de abril de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 29 DE ABRIL

Mt 11,25-30: Has escondido estas cosas a los sabios y las has revelado a la gente sencilla.


En aquel tiempo, exclamó Jesús:

-«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»



Este evangelio es muy querido para mí. Estamos en un contexto de oración en alto de Jesús. Un profundo agradecimiento porque su Padre porque siempre hace las cosas bien. Hacer las cosas bien, es que esconde a los sabios y revela a los sencillos los misterios del Reino. Dios si que es justo y misericordioso. Le da gracias porque es así.


Hagámoslo también nosotros. Le damos gracias porque revela todo a los sencillos, pequeños. Le damos gracias porque, siendo Dios de esa manera nos da esperanza. Porque siendo de esa manera no quedo excluido, en la medida en que me hago sencillo. 


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martes, 27 de abril de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 28 DE ABRIL

Jn 12,44-50: Yo he venido al mundo como luz.


En aquel tiempo, Jesús dijo, gritando:

- «El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas.

Al que oiga mis palabras y no las cumpla yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, ésa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo lo hablo como me ha encargado el Padre.»



Jesús se nos presenta como luz. Ha venido al mundo a iluminarlo. Él es el iluminado. El que se acerque a Él será iluminado. Expresiones éstas que en otra época eran despectivas, haciendo referencia a un conocimiento supuestamente secreto, aquí Jesús pone este conocimiento, esta luz en favor de todos los que la quieran: la luz ilumina a lo ancho, lo otro sería un foco. Por ello, esta luz es accesible y sólo hay que acogerla.

Es la luz del amor,

la luz de la esperanza,

la luz de la ternura,

la luz del perdón,

la luz de la acogida,

la luz de la fraternidad,

la luz de la esperanza,

la luz de la fe

ES LA LUZ. Ha venido para ser luz, no te cierres a ella.


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lunes, 26 de abril de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 27 DE ABRIL

 Jn 10,22-30: Yo y el Padre somos uno.


Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón. Los judíos, rodeándolo, le preguntaban:

- «¿Hasta cuando nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente.»

Jesús les respondió:

- «Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ésas dan testimonio de mi. Pero vosotros no creéis, porque no sois ovejas mías. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno.»


El Padre y yo somos uno. No sólo nos está revelando aquí Jesús su identidad metafísica, sino sobretodo espiritual y vivencias. Aquí es donde está la clave de todo, la inquebrantable unidad y confianza en el Padre. Confianza que no quebrará ni en la cruz. 


Una confianza basada en la entrega y en la comunicación, confidencia. Una confianza que nos transmite a nosotros. Una entrega que nos la hace partícipes (reciban el Espíritu Santo). Una confidencia que también nos transmite (a ustedes les llamo amigos porque les he dicho todo).


Seguir a Jesús es crecer en la confianza en el Padre. Nuestra vida cristiana debe configurarse desde aquí, porque de ahí nació y ahí volverá. De Dios venimos y a Dios volvemos. 


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domingo, 25 de abril de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 26 DE ABRIL

 Mt 5,13-16: Vosotros sois la luz del mundo.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

–«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero sí la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?

No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.

Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.

Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.

Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.»



En el día de San Isidoro, doctor de la Iglesia, la Iglesia nos presenta este evangelio en el que Jesús nos afirma que somos la sal y la luz del mundo. 

Quizá nos pueda resultar pretencioso, decir eso de cada uno. En el caso de San Isidoro es así. 


Yo creo que Jesús, nos quiere decir que podremos ser sal y luz si nos confiamos en Él. Entonces no iluminaremos por nosotros mismos, sino por reflejo de Él. Daremos sabor porque hemos sido concentrados en el mar celestial.


Como siempre, la clave está en confiar en Él, confiarnos en Él. Por eso mismo el Papa Francisco al proponernos la santidad en el documento Gaudete et Exsultate comienza diciendo: “Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada”


Él es el Buen Pastor, el único Pastor, confiémonos en Él.


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jueves, 22 de abril de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 23 DE ABRIL

 Jn 6,52-59: Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.


En aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí:

- «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»

Entonces Jesús les dijo:

- «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.

Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.

El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mi y yo en él.

El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí.

Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.»

Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún.


Jesús habla y muchos no lo entienden. Racionalizan todo y no son capaces de ver más allá. Quizá sigamos haciéndolo también nosotros. Por eso, muchas veces pedimos signos. 


¿No nos basta la palabra de Jesús, en quien confiamos? Su carne y sangre es una verdadera comida, más bien diríamos:  ¡Es la comida!…por la cual no tendremos más nunca sed. Es la comida que nos nutre en: anti-egoísmo, anti-envidia, comunión, paz, alegría, etc. ¡Es el “superalimento”!. Busquemos alimentarnos de este alimento y no ansiemos otro. No busquemos otro. Sólo éste nos dará “su presencia”, su vida (vivirá para siempre). 




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miércoles, 21 de abril de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 22 DE ABRIL

 Jn 6,44-51: Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo.


En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:

- «Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado.

Y yo lo resucitaré el último día.

Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios."

Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí.

No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre.

Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna.

Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.

Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»


Seguimos, aunque todavía no lo hemos comentado, con el discurso del pan de vida. Jesús hace mención al otro alimento venido del cielo. Alimento que Dios enviaba al pueblo de Israel mientras estaban de travesía por el desierto. Alimento insípido, que incluso les hizo añorar los alimentos que comían en Israel.


Ahora, Dios nos sigue alimentando de muchas maneras, pero la Eucaristía, la más excelsa. Creo que deberíamos plantearnos nuestras Eucaristías y nuestras comuniones. Con qué certeza, reverencia me acerco. Con qué agradecimiento lo vivo. Es nuestro principal alimento. Muchas veces, podemos venir a la misa como un cumplimiento. Sin embargo, menos veces somos conscientes del alimento que es Jesús. Muchas veces no somos conscientes que lo necesitamos. “Sin mí no podéis hacer nada”.


Y a diferencia del resto de los alimentos, que no están vivos. Jesús es un alimento vivo “pan vivo”. Y esto puede tener mucho de significación. Es un alimento que me interroga, que me transforma, que me purifica, que me impulsa, que me mueve, que me espolea, que me anima. Es un organismo vivo en nosotros. Tratémoslo como tal, dejando que actúe. 



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martes, 20 de abril de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 21 DE ABRIL

Jn 6,35-40: Ésta es la voluntad del Padre: que todo el que ve al Hijo tenga vida eterna.


En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:

- «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis.

Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.

Ésta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día.

Ésta es la voluntad de mi Padre:'que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.»


Ésta es la voluntad del Padre. Qué clasificadora afirmación de Jesús. ¡Cuántos siglos de incertidumbre! ¡Cuántos siglos en los que se le temía a Dios porque podía castigarme! ¡Siglos antes de Jesús…y lo más triste: siglos posteriores a esta afirmación!


Tengamos la certeza de la fe, que no es que Dios existe; sino que puedo creer y confiar en Dios…¡siempre y en toda circunstancia!

No hay ninguna condición, requisito previo, sólo que Tú quieras, sólo que Tú confíes…


¡Qué maravilla!. Saber que la voluntad, el querer de Dios es la salvación. Pero todavía hay más: el texto utiliza la expresión “que no se pierda nada”. Sabemos que Dios respeta nuestra libertad, y ese respeto no es estático (de brazos cruzados), sino que va a “luchar” por nosotros, porque no quiere que nada se pierda. Es decir, siempre nos espera (como el Padre del hijo pródigo), siempre nos deja una nueva oportunidad.


Estas afirmaciones en otro tiempo podrían parecer que nos inviten a “anchas Castillas”, y eso se da cuando no se comprende la profundidad y trascendencia del amor de Dios. Ya vamos conociendo mejor la misericordia de Dios, por lo menos, nos suena esa melodía. Y vamos comprendiendo que es el ambiente propicio para la paz, el amor, y sobre todo, la esperanza. 


Que tengamos un día hoy de agradecimiento de Dios, porque nos deja en la paz de saber sus “intenciones”.




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lunes, 19 de abril de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 20 DE ABRIL

Jn 6,30-35: No fue Moisés, sino que es mi Padre el que da el verdadero pan del cielo.


En aquel tiempo, dijo la gente a Jesús:

- «¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: "Les dio a comer pan del cielo."»

Jesús les replicó:

- «Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.»

Entonces le dijeron:

- «Señor, danos siempre de este pan.»

Jesús les contestó:

- «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mi no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed.»


Ante las dudas y las preguntas de la gente a Jesús, su respuesta viene a fijar nuestros ojos en Dios. Porque siempre todo procede de Dios. 


Ahí está la clave: los Profetas, Jueces y Reyes (en el Antiguo Testamento) y luego, cualquier mediación, son signos de la ternura de Dios hacia nosotros. Al final, todo ha venido de Dios, y es a Él a quien tengo que agradecer y mirar. Es a Él a quien tengo que agradecer el instrumento elegido. Es más, Dios nos ama “a través” de esa mediación. 


Es una responsabilidad grande, porque cada uno de nosotros somos mediación de Dios ante los demás. Debemos ser una buena mediación, una mediación que no pinte más que Dios. 



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domingo, 18 de abril de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 19 DE ABRIL

 Jn 6,22-29: Trabajad no por el alimento que perece sino por el alimento que perdura para la vida eterna.


Después que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el lago.

Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del lago notó que allí no había habido más que una lancha y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos.

Entretanto, unas lanchas de Tiberíades llegaron cerca del sitio, donde hablan comido el pan sobre el que el Señor pronunció la acción de gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:

- «Maestro, ¿cuándo has venido aquí?»

Jesús les contestó:

- «Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios.»

Ellos le preguntaron:

- «Y, ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?»

Respondió Jesús:

- «La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado.»



Jesús para pedirnos que estemos más pendientes de la misa (el alimento que perdura) que del comer. Esto parece absurdo. Y no creo que en verdad quiera decir eso. Me parece que el verbo “trabajar”, se refiere al objetivo de nuestra vida, que no sea simplemente comer cada día, sino que apuntemos a algo más: a la vida eterna, a lo que perdura.


Creo que todavía nos puede decir más, el alimento que perdura, ya vimos que se refiere a la misa. Pero la misa, Eucaristía no es un acto, un momento, sino que es una vida. Es la entrega de Jesús, que se consolida en su muerte, pero se gestó desde el momento en el que se encarnó, como nos dice el salmo 39 y la carta a los Hebreos.


Por ello, podemos decir que la lectura nos hace referencia que lo nuclear en mi vida, el objetivo de mi vida es trabajar por ese alimento, que es llevar una vida entregada, de servicio y así estaremos saciados. 




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jueves, 15 de abril de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 16 DE ABRIL

 Jn 6,1-15: Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron.


En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe:

- «¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?»

Lo decía para tantearlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó:

- «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.»

Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice:

- «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?»

Jesús dijo:

- «Decid a la gente que se siente en el suelo.»

Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos:

- «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.»

Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía:

- «Éste sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo.»

Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.


Sigo con los comentarios al evangelio basados sólo en la frase que ponen de guía. En este caso es uno de los relatos de la multiplicación de los panes y peces y es elocuente la indicación: “repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron”.


Evidentemente, todo lo que quisieron no se refiere a cualquier cosa que desearan, sino a la comida que necesitaban. Estaban hambrientos. Era una cantidad inmensa, y sin embargo , les da de comer a todos y todo lo que quisieron (necesitaron).


En Jesús, no hay escasez, siempre hay a manos llenas para los que le piden. Sería muy bueno reflexionar, meditar y orar sobre la abundancia de los dones de Dios entorno a cada uno de nosotros. Con Jesús siempre sobra, nos da de sobra. Y encontrar donde el Señor se está derramando en nosotros.


Por otro lado, hago notar que las personas que le pidieron a Jesús, que se quedaron, confiaron en que no les despediría vacíos, siendo una multitud inmensa. A lo mejor somos nosotros los que no confiamos en los dones de Dios.

miércoles, 14 de abril de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 15 DE ABRIL

 Jn 3,31-36: El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano.


El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica la veracidad de Dios. El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.



El Padre ama al Hijo con un amor impresionante. Lo bueno, es que Jesús nos hace partícipes de este amor único. Nos incluye en esta corriente de amor. Por ello, podemos sentirnos amados con un amor especial. Lo importante no es que amemos, sino que Él nos amó, y nos hace partícipes del amor del Padre hacia Él.


Y todo lo ha puesto en su mano. Le confía todo. Y todo lo que Jesús tiene, nos lo dona. Sintámonos partícipes también de esa confianza de Jesús. Dios lo ha puesto todo en su mano. Confiamos en Él. Todo está en sus manos. Manos que han sido atravesadas por los clavos, manos que han perdonado, purificado, tocado, expulsado demonios, etc. Manos sagradas, manos bondadosas, manos fuertes y delicadas al mismo tiempo. 




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martes, 13 de abril de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 14 DE ABRIL

 Jn 3,16-21: Dios mandó su Hijo para que el mundo se salve por él.


Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.

Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.

El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas.

Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz y para no verse acusado por sus obras.

En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.


Al intentar comentar esta frase, permítanme que la divida: Dios mandó a su Hijo para que el mundo se salve / por él.


Seguimos con las conversaciones de Jesús con Nicodemo. Conversaciones por la noche en las que Jesús revela aspectos muy importantes. La primera de ella es el gran amor de Dios por la humanidad. Un amor misericordioso, tan grande, tan generoso, tan puro y tan eterno, que nos mandó a su Hijo. La intención siempre es, ha sido y será la de salvación, la de regeneración, la de plenitud, la de hacernos partícipes de su misma vida. 


Éste es el deseo de Dios, por el cual ha hecho todo lo posible: enviarnos a su Hijo. Dios no ha dado a la humanidad por perdida, al contrario, lo ha hecho todo, le ha dado todo. 


Es una certeza que no siempre tenemos: Dios quiere salvarte, no condenarte. Dios no te deja por perdido, Dios siempre te ofrece una nueva oportunidad.


Por otro lado, esta salvación viene de Jesús y a través de Él. El mundo se salva por Jesús. El mundo se salva en su entrega en la cruz. El mundo se salva continuamente cuando éste se abre a Él. Nos salvamos por el querer de Dios y participamos de éste sólo a través de Jesús. Jesús es el canal por el cual participamos de la salvación De Dios. Jesús es El Salvador, y la Salvación.




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lunes, 12 de abril de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 13 DE ABRIL.

 Jn 3,5a.7b-15: Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.


En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:

- «Te lo aseguro, tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu.

Nicodemo le preguntó:

- ¿Cómo puede suceder eso?

Le contestó Jesús:

- «Y tú, el maestro de Israel, ¿no lo entiendes? Te lo aseguro, de lo que sabemos hablamos; de lo que hemos visto damos testimonio, y no aceptáis nuestro testimonio. Si no creéis cuando os hablo de la tierra, ¿cómo creeréis cuando os hable del cielo? Porque nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.

Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.»


Nadie ha subido al cielo. Sin embargo, Jesús si ha bajado de él. 

En la espiritualidad cristiana, muchas veces ha habido una obsesión por “subir al cielo”. Si voy al final, si me lo he ganado, etc. En un sentido, podemos estar pendiente del más allá, pero desentendiéndonos del más acá.


Jesús nos viene a entender que lo importante es que sólo sube el que ha bajado de él, Jesús. 

Él ha bajado, por eso la realidad me habla de él. No deberíamos obsesionarnos con el “cielo”, dado que ya está ganado por él para nosotros. Lo que tenemos, es disfrutar de su presencia, seguirlo, y trabajar con él en la construcción del Reino. 


En la pregunta tradicional: ¿qué hace falta para subir al cielo? Podríamos responder, bajando a la tierra, porque ya Jesús ha bajado. Se suele decir que al cielo se sube bajando. 




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domingo, 11 de abril de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 12 DE ABRIL DE 2021

Jn 3,1-8: El que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios.


Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío. Éste fue a ver a Jesús de noche y le dijo:

- «Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él.»

Jesús le contestó:

- «Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios.»

Nicodemo le pregunta:

- «¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer? »

Jesús le contestó:

- «Te lo aseguro, el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: "Tenéis que nacer de nuevo"; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu.»


Nacer de nuevo. ¿Qué significará? Cuando hablamos de la conversión, por lo general hablamos o pensamos en un cambio de formas de actuar, cuando en verdad se está refiriendo a un cambio de actitud, un cambio de mentalidad, un cambio de chip.

Es una necesidad para la vida cristiana, para la pastoral.


Nacer de nuevo es estar dócil al Espíritu Santo.

Nacer de nuevo es estar abierto a la Palabra De Dios

Nacer de nuevo es aprender a ver la realidad con los ojos de Dios.

Nacer de nuevo es estar abierto a la situación.

Nacer de nuevo es estar abierto a los signos de los tiempos.

Nacer de nuevo es estar atento a las necesidades del mundo.

Nacer de nuevo es permitir al Señor que nos vaya cambiando el corazón.

Nacer de nuevo es tener la certeza del primereo de Dios.

Nacer de nuevo es estar en estado permanente de misión.

Nacer de nuevo es estar en estado permanente de discernimiento.

Nacer de nuevo es salir de mi mismo, de mi rutina, de mis horarios, de mis costumbres.

Nacer de nuevo es salir de mi zona de confort.

Nacer de nuevo es una tarea permanente que tenemos que estar siempre en revisión.

Nacer de nuevo es aprender la conversión pastoral.

Nacer de nuevo es una apuesta por la itinerancia.

....

Tenemos tanto por aprender, es nuestra asignatura pendiente.


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jueves, 8 de abril de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 9 DE ABRIL. VIERNES DE LA OCTAVA

 Jn 21,1-14: Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.



En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera:

Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.

Simón Pedro les dice:

-Me voy a pescar.

Ellos contestaban:

-Vamos también nosotros contigo.

Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.

Jesús les dice:

-Muchachos, ¿tenéis pescado?

Ellos contestaron:

-No.

El les dice:

-Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.

La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro:

-Es el Señor.

Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces.

Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice:

-Traed de los peces que acabáis de coger.

Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.

Jesús les dice:

-Vamos, almorzad.

Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor.

Jesús se acerca, toma el pan y se lo da; y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.



Jesús se acerca, toma el pan y se lo da; y lo mismo el pescado. Este texto se enmarca en la tercera aparición de Jesús con una pesca milagrosa. Estoy intentando reflexionar solamente con la frase que nos ponen como título, sabiendo que este evangelio lo veremos en un domingo de pascua.


La vida de Jesús y las apariciones nos vienen a manifestar la gran verdad de Dios: es el que siempre viene y se acerca. No somos nosotros los que nos acercamos a él, sino él a nosotros. Cuando nos sentimos lejos de él, en verdad él no se ha alejado de nosotros. 


Nos viene bien tener claro que Dios siempre viene a nosotros. Lo preparamos en Adviento y en Cuaresma nos preparamos para la Pascua (el paso del Señor). 


Pero Dios no es un Dios de la presencia, estático. No se queda simplemente acompañándonos. Es un Dios activo, nos da el pan y el pescado. Es un Dios que siempre nos da, que nos regala, que se nos regala. No entro en la consideración del pan y del pescado. Nos quedamos meditando que Dios, Jesús se acerca y nos da. 


¿Te parece poco?



REVISIÓN DE LA SEMANA SANTA


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