jueves, 24 de diciembre de 2015

NAVIDAD

Celebramos la fiesta de la Natividad del Señor. Si utilizo la expresión Navidad, nos llega a la mente un conjunto de vivencias, sonidos, olores, texturas, que no siempre corresponden con lo genuino de este acontecimiento. 
Y es así, la Navidad es todo un acontecimiento. El más universal, el más importante. Nos recuerda Benedicto XVI que “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva.
Navidad hace referencia a nacimiento. Y el nacimiento puede ser el acontecimiento más importante en la vida de una persona.
Me recuerdo cuando vi el episodio “el cerebro masculino” del programa Redes. Nos decían, que en el momento del nacimiento, los padres experimentan un pico de dopamina y oxitocina, la hormona que secretamos los humanos en el enamoramiento. Tanto es así, que hasta en los hombres se reconfigura su cerebro de manera “femenina”, es decir, con un amor y ternura mayor. (sacado de Redes, el cerebro masculino minuto 9:38 http://www.rtve.es/alacarta/videos/redes/redes-20101010-2130/898672/)
He estado presente en algún nacimiento y he visto a los padres llorando ante el acontecimiento.
Algunos me han dicho es el acontecimiento “primero” en sus vidas.
Dios quiere atraernos a través de la ternura de un niño recién nacido.
Traigo a la memoria aquella canción de Gloria Estefan.
“Cuando se miran sus ojos, cuando se escucha su voz es más linda la mañana, nos alumbra más el sol.
Cuando nos brindan su risa, cuando nos dan su candor brota un manantial de agua fresquita en el corazón. Ellos son el tesoro, ellos son la alegría. Es por ellos que la vida se vuelve más dulce, se vive mejor.
Son los hijos la bendición, el milagro de nuestro amor. Nos enseñan cómo amar, cómo abrir nuestro corazón. Son los hijos la bendición, el milagro de nuestro amor. Son la esencia del hogar, un regalo de Dios.”
Así quiere Dios entrar en nuestras vidas.
Y esto es lo que pretende Dios. Este año hablamos de primerear.
Pues sí, la Navidad es la fiesta por excelencia del primereo de Dios.
Primerea en este caso porque nos regala a su Hijo: “tanto amó Dios al mundo que envió a su Hijo”.
El texto nos aclara: "envolvió a su hijo primogénito". Los expertos nos dicen que no se refiere solamente al primero de los hijos, sino sobre todo a una relación especial de este Hijo con el Padre.
Primerea porque nos regala la posibilidad de experimentar este acontecimiento como primero, primordial, principal. La Navidad, igual que el nacimiento de un hijo, es el tiempo para enamorarse de Dios. Para sentir unos deseos tan grandes de su amor y de amarlo, ahí chiquito.
No quiero olvidarme del año santo de la misericordia. Aunque parezca el tópico, Navidad es tiempo de misericordia. Pero lo hemos visto en los textos en estos días preparándonos. Cuando contemplábamos el nacimiento de Juan el Bautista, decía el texto que Dios había tenido una gran misericordia con ellos.
Pues sí, la Navidad es la fiesta de la misericordia de Dios. En el qué, en el cómo, en el dónde, y a lo largo.
En el qué: Porque ha venido a la Tierra para salvarnos, amar nuestro barro, cargar con nuestro pecado (logo de la misericordia).
En el cómo: porque no había sitio en la posada y “alguien tuvo misericordia” y les ofreció un establo. Nació en el silencio, en la noche (lo solemos celebrar así). Por otro lado, tampoco hay natación del día ni del año exacta. De manera que todo nos habla de encarnación en pobreza de opciones.
En el dónde: Aunque nació en la ciudad de David, pero a las afueras, en las grutas, o establo, como ya dije, porque nació de una familia pobre, que vivía en un pueblo pobre como Nazaret y en una nación dominada como Israel. Aún así, elegidos por Dios.
Y a lo largo: porque la mano de Dios estaba con ellos. Con ello quiero decir, que el Señor tuvo misericordia de ellos al anunciarle de la persecución de Herodes.
Por todo ello, disfrutemos del primereo de la misericordia de Dios.
Que ese amor de Dios sea “primero” y que ese amor sea como el de Él, misericordioso.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 23 DE DICIEMBRE

Lc 1,57-66: El nacimiento de Juan Bautista.
A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo:

- «¡No! Se va a llamar Juan.»

Le replicaron:

-«Ninguno de tus parientes se llama así.»

Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió:

«Juan es su nombre.»

Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo:

- «¿Qué va a ser este niño?»

Porque la mano del Señor estaba con él.

Reflexión

Contemplamos hoy el nacimiento de Juan el Bautista. Aunque el texto no dice nada, nos imaginamos que María sigue ahí, incluso en el día de la circuncisión. Ahora es cuando Isabel necesita más cuidados y ayudas.
Y como sucedió en los demás acontecimientos de Jesús y Juan el Bautista, tienen una fina sensibilidad para captar lo extraordinario que acontece en las cosas ordinarias de cada día.
Y es que algunas veces, damos por supuesto todo, y todo lo vemos natural, pero cualquier hecho del vivir, es algo extraordinario, porque vivir es un milagro.
En este caso, Juan es fruto del milagro de Dios, y por eso dice el texto que Dios había hecho una gran misericordia. Pero también, cada vida es un milagro.
Y podemos decir más, todo lo que acontece en nuestras vidas es porque Dios ha tenido una gran misericordia con nosotros.
Y la mano del Señor está con nosotros...

martes, 22 de diciembre de 2015

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 22 DE DICIEMBRE

Lc 1,46-56: El Poderoso ha hecho obras grandes por mí.
En aquel tiempo, María dijo:

«Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:

su nombre es santo,

y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos

y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,

acordándose de la misericordia

- como lo había prometido a nuestros padres -

en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.»

María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

Reflexión

Hoy toda España está pendiente de la lotería. Todos tienen esperanza de pellizcar algo. Todos quieren ser millonarios.
Y pasa, que algunas veces, o muchas, nuestras vidas van por un camino y la voluntad de Dios va por otro...
En el evangelio de hoy sale este precioso himno que rezamos todas las tardes en las vísperas: el magnificat. 
María le da las gracias a Dios por ser pobre y humilde. Y es que los esquemas de Dios...
Y es que "derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes". No podremos celebrar Navidad mientras esto no lo entendamos y nos hagamos como María. 

lunes, 21 de diciembre de 2015

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 21 DE DICIEMBRE

Lc 1,39-45: ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? 
En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías, y saludó a Isabel.

En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo, y dijo a voz en grito:

-¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.

¡Dichosa tú, que has creído! porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.

Reflexión

"María se puso en camino y fue aprisa a la montaña". Este fin de semana reflexionamos ampliamente sobre la visita de María a Isabel, sobre su prontitud en la respuesta...
Hoy nos resaltan el saludo de Isabel y el asombro de Isabel. Es curioso como ambas historias son paralelas. También María quedó asombrada ante el anuncio del ángel.
Isabel se queda sorprendida de la visita de su prima, María, que en este momento es la madre del Salvador.

Está sorprendida por la misericordia que ha tenido Dios de ella. Primero al quedar embarazada, y luego al ser visitada.
Esta actitud de sorpresa debería ser una de las actitudes con las cuales acercarnos al misterio de Belén. 
Contemplemos el Belén de nuestras iglesias y casas para que penetre el misterio en nuestra vida.

viernes, 18 de diciembre de 2015

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 18 DE DICIEMBRE

Mt 1,18-24: La Virgen concebirá y dará a luz un hijo, le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados. 
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:

- «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta:

«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".»

Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

Reflexión

Nos encontramos con un texto, para mí, difícil de interpretar. Metámonos en la escena. José se da cuenta de que María está embarazada y decide repudiarla en secreto.
Nazaret es un pueblo pequeño. Aquí solemos decir, "pueblo chico, infierno grande". En los pueblos pequeños todo se sabe. ¿Cómo se sentiría José?, ¿y María?. Me imagino la afrenta entre los dos. Me imagino también la duda que le podría causar a José. 
El texto nos dice que José es justo. Justo es el cumple la Ley y es temeroso de Dios, justo es el que es bueno. María corre peligro de muerte si la denuncia. Y María lo sabe, sin embargo, vive confiada en Dios. José toma una decisión que la salva a ella, aunque a él lo deja mal porque la abandona.
Algunos exégetas dicen que José, lejos de dudar de María, a la que conocía bien; intuye que detrás de esto hay algo más, más bien, alguien más. Podemos sacar dos conclusiones. a) Es respetuoso y no quiere entorpecer la obra de Dios. b) Esta misión se le intuye muy grande para él.
Y entonces aparece el mensaje del ángel. Y José, como los grandes hombres de fe, se fía totalmente y sigue adelante esta misión grandiosa.
Y así pasa en los grandes hombres, hacen de lo extraordinario, algo ordinario.

jueves, 17 de diciembre de 2015

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 17 DE DICIEMBRE

Mt 1,1-17: Genealogía de Jesucristo, hijo de David. 
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán.

Abrahán engendró a Isaac,

Isaac a Jacob,

Jacob a Judá y a sus hermanos.

Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará,

Farés a Esrón,

Esrón a Aram,

Aram a Aminadab,

Aminadab a Naasón,

Naasón a Salmón,

Salmón engendró, de Rahab, a Booz;

Booz engendró, de Rut, a Obed;

Obed a Jesé,

Jesé engendró a David, el rey.

David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón,

Salomón a Roboam,

Roboam a Abías,

Abías a Asaf,

Asaf a Josafat,

Josafat a Joram,

Joram a Ozías,

Ozías a Joatán,

Joatán a Acaz,

Acaz a Ezequías,

Ezequías engendró a Manasés,

Manasés a Amós,

Amós a Josías;

Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.

Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel,

Salatiel a Zorobabel,

Zorobabel a Abiud,

Abiud a Eliaquín,

Eliaquín a Azor,

Azor a Sadoc,

Sadoc a Aquirn,

Aquím a Eliud,

Eliud a Eleazar,

Eleazar a Matán,

Matán a Jacob;

y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce.

Reflexión
Al comienzo de la segunda etapa del Adviento, la novena a la Virgen caracterizada por las "Antífonas Oh", la Iglesia nos presenta como evangelio a la genealogía de Jesús.
Podemos decir varias cosas: 1) Dios se encarna en la historia, en una familia en concreto con una historia particular. 2) Esta historia está llena de cosas buenas y pecados, como todas las historias. 3) Dios no hace "fó" a esta historia, sino que es capaz de sacar bienes de los males. Éste es el sentido de nuestra esperanza cristiana. "Dios escribe derecho en renglones torcidos".
Nos puede servir para nuestra vida: Dios quiere venir a nosotros, y no hace "fó" a mi historia, llena de fidelidades e infidelidades, de pecados y momentos de gracia. Ésta es su misericordia. Mi historia puede ser iluminada por Él mismo. De todo se puede sacar algo bueno. 

miércoles, 16 de diciembre de 2015

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 16 DE DICIEMBRE

Lc 7,19-33: Anunciad a Juan lo que habéis visto y oído.
En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar al Señor:

–«¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?»

Los hombres se presentaron a Jesús y le dijeron:

–«Juan, el Bautista, nos ha mandado a preguntarte: "¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?"»

Y en aquella ocasión Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista.

Después contestó a los enviados:

–«Id a anunciar a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los inválidos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Y dichoso el que no se escandalice de mí.»

Reflexión

¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?
Pregunta crucial y Jesús responde con hechos. Y responde con las acciones que demuestran que es el enviado, el Mesías.
Nosotros estamos en mejor posición: Jesús ha muerto y resucitado. Sin embargo, seguimos cuestionándonos si lo seguimos a Él o a otros ídolos.

martes, 15 de diciembre de 2015

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 15 DE DICIEMBRE

Mt 21,28-32: Vino Juan, y los pecadores le creyeron.
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a ancianos del pueblo:

- «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." El le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor. " Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?»

Contestaron:

- «El primero.»

Jesús les dijo:

- «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.»

Reflexión

Después de tirar las mesas en el templo, Jesús les dice esta parábola. Desenmascara su hipocresía.
Igual que a nosotros. Ser cristiano es lo mismo que decir que trabajador de la viña. No existe el cristiano sin trabajar.
Algunas veces el problema es mi "yo", buscando excusas tontas, que se caen por sí mismas si escuchamos la voz de Jesús. Cuando la escuchamos, "ya estamos perdidos", porque es irresistible. Pero se puede desvanecer la resonancia de su voz, en la medida que se meten en nosotros los criterios del mundo y no buscamos en el interior.

jueves, 10 de diciembre de 2015

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 10 DE DICIEMBRE

Mt 11,11-15: No ha nacido uno más grande que Juan el Bautista.
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:

-«Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él. Desde los días de Juan, el Bautista, hasta ahora se hace violencia contra el reino de Dios, y gente violenta quiere arrebatárselo. Los profetas y la Ley han profetizado hasta que vino Juan; él es Elías, el que tenía que venir, con tal que queráis admitirlo. El que tenga oídos que escuche.»

Reflexión

Llevamos dos domingos en los que la Iglesia nos presenta la figura de Juan el Bautista, el mejor de los nacidos de mujer. 
Sin embargo hoy, Jesús parece que quisiera tirar por tierra todo lo que hemos contemplado, o meditado o aprendido, dado que es el más pequeño en el reino de los cielos.
Es como cuando dijo que es imposible salvarse a un rico, tanto como pasar un camello por el ojo de una aguja, o descubrir una aguja en un pajar...
Todas estas afirmaciones nos pueden quitar nuestra seguridad de nuestra salvación debida a nuestras obras, méritos...y sin embargo, no pesan nada...
¿Entonces?
Aquí es viene a mi mente este fragmento de la lectura de hoy: «No temas, yo mismo te auxilio.» No temas, gusanito de Jacob, oruga de Israel, yo mismo te auxilio -oráculo del Señor-, tu redentor es el Santo de Israel".
Nos salvamos por Él, y hemos pasado por Él en el bautismo. Por eso, Juan es el más pequeño en el reino de los cielos. Nos justifica, nos da peso, sólo Él: tu redentor es el Santo de Israel.
Y viene esta Navidad a eso. Celebremos y gocemos con su salvación.

viernes, 4 de diciembre de 2015

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 4 DE DICIEMBRE

Mt 9,27-31: Curación de dos ciegos que creen en Jesús.
En aquel tiempo, dos ciegos seguían a Jesús, gritando:

- «Ten compasión de nosotros, hijo de David.»

Al llegar a la casa se le acercaron los ciegos, y Jesús les dijo:

- «¿Creéis que puedo hacerlo?» Contestaron:

- «Sí, Señor.»

Entonces les tocó los ojos, diciendo:

- «Que os suceda conforme a vuestra fe.»

Y se les abrieron los ojos. Jesús les ordenó severamente:

- «¡Cuidado con que lo sepa alguien!»

Pero ellos, al salir, hablaron de él por toda la comarca.

Reflexión
En este momento en el que nos preparamos para la Navidad, la iluminación de Dios, contemplamos esta escena donde se curan a los dos ciegos.
Es una escena bautismal, donde pasan de la oscuridad/tinieblas a la luz/visión.
Vemos, como en tantas escenas, que la fe y la cercanía del Señor produce la luz y la salvación.
Éste es el Mesías que nos viene, para que lo acojamos. No porque actúe según nuestros gustos e ideas, sino porque Él en sí es el Salvador.

jueves, 3 de diciembre de 2015

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 3 DE DICIEMBRE

Mt 7,21.24-27: El que hace la voluntad del Padre entrará en el Reino de los cielos.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- «No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.

El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.

El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.» 

Reflexión
Hoy celebramos a San Francisco Javier, patrono de las misiones. Él se convirtió gracias a Dios y la tenacidad de su "Juan Bautista": San Ignacio de Loyola. Le decía: "¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si su vida la pierde?"
Algo parecido a lo que el evangelio nos enseña hoy, con la comparación de la edificación de la casa sobre roca y arena. San Francisco Javier era de los que edificaban sobre arena. Y ya tenía la casa edificada. Pero, en estas cosas de Dios, nunca es tarde, siempre se puede empezar. Con su ayuda, edificó sobre roca, es decir sobre Jesús. Tanto es así, que se fue a tierras desconocidas y lejanas.
Cuando uno tiene la casa edificada: por un lado, es digno de ir a otros a explicar el "truco"; y por otro, le urge hacerlo. O si no, miren estos dos fragmentos de una carta a San Ignacio: "Muchos cristianos se dejan de hacer, en estas partes, por no haber personas que en tan pías y santas cosas se ocupen". [...]«¡Cuántas ánimas dejan de ir a la gloria y van al infierno por la negligencia de ellos!»

miércoles, 2 de diciembre de 2015

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 2 DE DICIEMBRE

Señor cura a los enfermos. Multiplica los panes y los peces.
En aquel tiempo, Jesús, bordeando el lago de Galilea, subió al monte y se sentó en él.

Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los echaban a sus pies, y él los curaba.

La gente se admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista a los ciegos, y dieron gloria al Dios de Israel.

Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:

«Me da lástima de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen en el camino.»

Los discípulos le preguntaron:

-«¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes para saciar a tanta gente?»

Jesús les preguntó:

-«¿Cuántos panes tenéis?»

Ellos contestaron:

- «Siete y unos pocos peces.»

Él mandó que la gente se sentara en el suelo. Tomó los siete panes y los peces, dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente. Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras: siete cestas llenas.

Reflexión

"Me da lástima de la gente"...¿Cuántas veces nos quejamos de Dios, porque lo vemos lejano, o parece que no nos escucha?
Sin embargo, vemos a Jesús tan cercano y sufriendo con la gente: involucrándose, afectándose...como si fuera un Dios distinto.
Pero en el evangelio de ayer, veíamos como Jesús se identificaba con el Padre, de modo que su vida era un reflejo del corazón, pensamientos y sentimientos del Padre.
Nos puede resultar extraño el pensamiento de que Dios sufra con nosotros; parece casi una herejía, un círculo cuadrado y es la realidad manifestada en Jesús.
¡Qué bien! Ya Dios es cercano a mi vida y mi sufrimiento, ya no estoy solo, ya puedo sentir alguien en quien apoyarme o desplomarme.

martes, 1 de diciembre de 2015

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 1 DE DICIEMBRE

Lc 10,21-24: Jesús, lleno de la alegría del Espíritu Santo.
En aquel tiempo, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó Jesús:

- «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar.»

Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:

- «¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que veis vosotros, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.»

Reflexión

Jesús va camino de Galilea a Jerusalén. Estamos en la etapa final. Se dirige a la muerte. Sin embargo, hoy nos muestra el motivo de su alegría. El pasaje inmediatamente anterior, los discípulos fueron enviados a predicar y expulsar demonios y se alegraron del éxito. Al final, Jesús les corrige para que su alegría no se fundamente en ello, sino en que sus nombres están inscritos en el cielo.
La alegría de Jesús es la manifestación del cumplimiento de su misión: el evangelio ha sido revelado a los pequeños, justo lo mismo que en su unción; "...y a los pobres se les predica la buena noticia".
Pero quizá, nuestra alegría no coincide con la del Maestro. Quizá tenemos alegría como la de los discípulos.
Para ello es necesario que nos hagamos sencillos y humildes...y entonces sí se nos revelará todo y si nos alegraremos de verdad.
Y por último les enunció otra bienaventuranza: "dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis...". Dichosos porque le ven, dichosos porque le oyen, dichosos porque le siguen. Igualmente nosotros, aún habiendo pasado 2000 años, somos dichosos si le vemos, oímos y seguimos; porque muchos desean ver, oír y seguir; pero buscan de otra manera, y no son sencillos y humildes.