martes, 30 de marzo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 31 DE MARZO. MIÉRCOLES SANTO

 Mt 26,14-25: El Hijo del hombre se va, como está escrito; pero, ¡ay del que va a entregarlo!


En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:

- «¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?»

Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.

El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:

- «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?»

Él contestó:

- «Id a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos."»

Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua.

Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo:

- «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.»

Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro:

- «¿Soy yo acaso, Señor?»

Él respondió:

- «El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido.»

Entonces preguntó judas, el que lo iba a entregar:

- «¿Soy yo acaso, Maestro?»

Él respondió:

- «Tú lo has dicho.»


LOS DOS POLOS 

Los contemplamos en la escena de hoy. El polo positivo que es la entrega de Jesús. El polo negativo que es la traición de Judas.


Últimamente se ve mucho el símbolo binario. No es ésta la simbología del evangelio. Porque los dos polos no tienen la misma entidad, calidad, cantidad, etc.

Contrasta con la obstinación de Judas, el ardiente deseo de Jesús de celebrar la Pascua. 


La entrega de Jesús es un amor puro, un amor fiel, un amor libre. Y no puede estar empañado por la traición de Judas. Al revés, la traición de Judas, lo engrandece. Por ello, contemplemos la Luz que brilla en la tiniebla. Se acerca la hora de las tinieblas, pero en ella brilla la luz de la entrega de Jesús.

lunes, 29 de marzo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 30 DE MARZO. MARTES SANTO

 COMENTARIO AL EVANGELIO


Jn 13,21-33.36-38: Uno de vosotros me va a entregar... No cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces.


En aquel tiempo, Jesús, profundamente conmovido, dijo:

- «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.»

Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía.

Uno de ellos, el que Jesús tanto amaba, estaba reclinado a la mesa junto a su pecho. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía. Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó:

- «Señor, ¿quién es?»

Le contestó Jesús:

- «Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado.»

Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote.

Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo:

- «Lo que tienes que hacer hazlo en seguida.»

Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres.

Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche. Cuando salió, dijo Jesús:

- «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Me buscaréis, pero lo que dije a los judíos os lo digo ahora a vosotros: "Donde yo voy, vosotros no podéis ir."»

Simón Pedro le dijo:

- «Señor, ¿a dónde vas?»

Jesús le respondió:

- «Adonde yo voy no me puedes acompañar ahora, me acompañarás más tarde.»

Pedro replicó:

- «Señor, ¿por qué no puedo acompañarte ahora? Daré mi vida por ti.»

Jesús le contestó:

- «¿Con que darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces.»


TRAICIONES Y OPORTUNIDADES.

Título sugestivo para la perícopa de hoy. Por un lado, la traición de Judas y por otro, la negación de Pedro (que Jesús insinúa). Es verdad que son distintas, porque Judas lo entregó, y Pedro no. Pero la negación de Pedro es como si desquitara de su maestro. A Jesús le dolieron las dos. 


Sin embargo, Jesús les brinda otra oportunidad a los dos. Ese es el Dios que nos presenta Jesús. Un Dios confiable. 

Pedro si la aprovechó y Judas, no.

A Judas, Jesús le dio una última oportunidad. Última porque luego no se cruzó con Él. Sin embargo, Pedro si cruzó la mirada con Jesús y eso lo salvó. A Judas le dio una oportunidad, en la primera afirmación, que con una delicadeza impresionante, le dice: «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.» Judas estuvo perdido mientras no se cruzó con Jesús.


Dios siempre nos ofrece una nueva oportunidad. Algunas veces somos nosotros los que nos hacemos los remolones y no las aprovechamos.

domingo, 28 de marzo de 2021

HOMILÍA DEL DOMINGO DE RAMOS DE 2021

  *Ésta homilía sólo fue pronunciada en la Iglesia parroquial de San Miguel Arcángel en la tarde de ayer. En el resto de las celebraciones, hice otra versión más breve pensando en los niños.


Como los últimos años intentaré reflexionar en el Triduo Pascual según el lema del Papa de la Cuaresma. Este año su título es: “Mirad, estamos subiendo a Jerusalén...” Para mí, es una frase de Jesús que siempre me ha calado, me ha interrogado y no me ha dejado indiferente. 

Llevamos tiempo preparándonos para esta subida a Jerusalén. Jesús llevaba toda su vida preparando esta hora.


El Domingo de Ramos, siempre me gusta decir que es como un pórtico donde contemplamos toda la Pasión. Leemos de corrido todo el relato, para luego ir deteniéndonos en cada uno de los misterios en los días del Triduo Pascual.


Hemos contemplado el relato de San Marcos. San Marcos dirige su evangelio a una comunidad y también decimos que es el evangelio propio de los catecúmenos, es decir, aquellos que se están iniciando. Esa comunidad a la que se dirige, somos nosotros. Ese catecúmeno también podemos ser nosotros.


San Marcos tiene elaborado su evangelio de manera que podamos continuamente responder a la pregunta, ¿quién es Jesús?. Sin embargo, ahora cambia la manera. Intenta darnos una respuesta a las preguntas que nos hacemos como comunidad y como catecúmenos ante la Pasión de Jesús.


La primera pregunta es: ¿cómo podría darse un hecho semejante? El Hijo del Hombre crucificado. Una serie de errores, de conjeturas, de decisiones apresuradas y torpes llevan a Jesús a la muerte. Todo sucede muy rápido.


La segunda pregunta es: ¿qué puede tener de grande una muerte, un sufrimiento? La muerte es lo menos humano y menos de la manera como se ensañaron los romanos con Jesús (les ponía a los chicos algunas escenas y se horrorizaban). La muerte es el sin-sentido. La muerte es la derrota de Dios. 


Tanto a una como a la otra pregunta, no tendremos respuestas fáciles.


Sin embargo, vemos en Is 53, 7: “Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca: como corderos llevado al matador, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca”  Y en el texto de hoy: “endurecí el rostro como pedernal”

Vemos claramente: La Pasión no es accidental. Por un lado, fue preanunciada por los cánticos del Siervo y más textos. Jesús es consciente de ello: Mirad que vamos camino de Jerusalén. Pero fundamentalmente, es Jesús mismo el que ha aceptado hasta el fondo la extrema humillación. Jesús va hacia el misterio de la degradación humana y lo acepta conscientemente. La miró cara a cara. Ahí está la clave. 


Jesús nos enseña que, mientras no subamos con él a Jerusalén, es decir, mientras no lleguemos a una aceptación consciente y libre, nuestro sufrimiento no tiene realmente sentido; empiezan a tenerlo cuando los miramos en algún modo a la cara, como hizo él, los aceptamos con él.


Nos puede venir bien, ir meditando en esta semana la serie de cuadros que Marcos nos ofrece. Tenemos para ello la Biblia, el evangelio o la app donde encontramos las lecturas.

Jesús y Judas

Jesús y los guardias

Jesús y el sanedrín

Jesús y Pedro

Jesús y Pilato

Jesús y Barrabás con la multitud

Jesús y los soldados

Jesús y Simón de Cirene

Jesús y los crucificados

Jesús y los esbirros

Jesús y el Padre

Jesús y el centurión

Jesús y las mujeres junto a la cruz

Jesús y sus amigos

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 29 DE MARZO. LUNES SANTO

Jn 12,1-11: Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura.


Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.

María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.

Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: 

- «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?»

Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa llevaba lo que iban echando. Jesús dijo:

- «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis.»

Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.

Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.


Todavía me resuena esta afirmación de Jesús leída en el evangelio de la Pasión del día de ayer: Os aseguro que, en, cualquier parte del mundo donde se proclame el Evange­lio, se recordará también lo que ha hecho ésta.» Es un texto paralelo de Marcos. Es otra casa, otro contexto, pero parecida situación. En el texto que nos corresponde, de Juan, no especifica tanto, pero me atrevo a situar la misma clave interpretativa.


En este evangelio se contrapone la generosidad de María con la tacañería de Judas. Tacañería para con el Señor, Maestro.

Yo creo que es bueno que recordemos lo que ha hecho esta mujer, para que seamos generosos con el que da sin medida. 


Con Dios no valen los cálculos, sólo valen las coordenadas del amor: no hay cálculos, no hay medidas, generosidad, gratuidad, donación.


El mismo Jesús reprende a los discípulos por que no fueron capaces de velar una hora con Él en el momento crucial. 


Nos preguntamos si nos movemos en las coordenadas de María o en las de Judas: midiendo el tiempo, haciendo el cálculo de lo que doy y lo que recibo, etc. 


Nos preparamos para la entrega de Jesús en la cruz. Ahí no valen los cálculos ni los relojes. 

jueves, 25 de marzo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 26 DE MARZO DE 2021

 Jn 10,31-42: Intentaron detenerlo, pero se les escabulló de las manos.


En aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús.

Él les replicó:

- «Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis?»

Los judíos le contestaron:

- «No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios.»

Jesús les replicó:

- «¿No está escrito en vuestra ley: "Yo os digo: Sois dioses"? Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y no puede fallar la Escritura), a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros que blasfema porque dice que es hijo de Dios? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.»

Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes habla bautizado Juan, y se quedó allí. Muchos acudieron a él y decían:

- «Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de éste era verdad.»

Y muchos creyeron en él allí. 


Ahora parece que el motivo de acusación a Jesús es la blasfemia. Y éste era un motivo más grave y profundo. Los judíos no "conocían" a Jesús. No fueron capaces de abrirse a su persona. Solamente veían sus palabras y sus obras. Yo pienso que hoy también nos pasa lo mismo a los cristianos. Sabemos todo lo que hizo, y todo lo que dijo, pero sin embargo, no terminamos de abrirnos a Él con plena confianza. Nos sigue pareciendo una gran pretensión que Él sea el Hijo de Dios. Por eso no terminamos de convertirnos. Por eso no terminamos de confiar en Él. Por eso tantas cosas no tienen sentido. Ahora bien, cuando lo aceptamos como el Hijo de Dios, sus palabras recobran una dimensión nueva: las encontramos como dichas para mí, y son luz de esperanza en el camino. Sus obras y su vida son las pistas para la vida y son salvadoras.


miércoles, 24 de marzo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 25 DE MARZO DE 2021

 Lc 1,26-38: Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo.


En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo:

-«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»

Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:

-«No temas, Maria, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»

Y María dijo al ángel:

-«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»

El ángel le contestó:

-«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»

María contestó:

-«Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»

Y la dejó el ángel.



Por lo general, en este día, nos fijamos en María, y queda en un segundo plano el misterio que hoy celebramos: LA ENCARNACIÓN DEL VERBO.

Como siempre, unas breves indicaciones...

Celebramos el SÍ de Dios hacia la humanidad, un SI, permanente, incondicional e ilimitado.

Un SI que supone enviarnos a su Hijo. ¡Fíjate si nos ama Dios! ¡Fíjate si somos importantes para Él! ¡Fíjate si somos bendecidos por Él!

Un SI que supone el mayor abajamiento de la historia. La encarnación es la anonadación de Dios. El Todopoderoso que se hace débil, el eterno que se hace mortal, el infinito que se hace finito, el totalmente otro que se hace uno de nosotros...

Es el misterio del "vaciamiento", se despojó de su rango. Es la humildad personificada. Como recalca el Papa: se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza. (2 Cor 8, 9).


Encarnación significa que todo lo humano ya es divino

Encarnación significa que no hay fronteras entre lo pagano y lo divino, entre lo espiritual y lo corporal.

Encarnación significa que ya no estamos solos, porque estamos preñados de Dios.

Encarnación significa que Dios se adapta a nosotros. 

Encarnación significa que Dios se acerca a nosotros.

Encarnación significa que Dios nos comprende.

Encarnación significa que Dios nos justifica.

Encarnación significa que Dios nos protege.

Encarnación significa que Dios vela por nosotros.

Encarnación significa que Dios nos bendice. 

Encarnación significa que no hay sufrimiento o alegría que padezca el Hijo de Dios.

Encarnación significa que Dios es compasivo, padece con nosotros. 

Encarnación significa que Dios ESTÁ CON NOSOTROS.


Celebremos con gran alegría el SI decidido y permanente de Dios por esta humanidad. 



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martes, 23 de marzo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 24 DE MARZO DE 2021

Jn 8,31-42: Si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres.


En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él:

- «Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.»

Le replicaron:

- «Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: "Seréis libres"?»

Jesús les contestó:

- «Os aseguro que quien comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque no dais cabida a mis palabras. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre.»

Ellos replicaron:

- «Nuestro padre es Abrahán.»

Jesús les dijo:

- «Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mi, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios, y eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre.»

Le replicaron:

- «Nosotros no somos hijos de prostitutas; tenemos un solo padre: Dios.»

Jesús les contestó:

-«Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y aquí estoy. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió.»


Si os mantenéis en mi Palabra...conoceréis la verdad y les hará libre.

Ya el Señor nos ha puesto como el centro de nuestra vida su seguimiento y el cumplimiento de la Palabra de Dios.

Ésta misma Palabra es espada de doble filo que nos desarma y nos desnuda continuamente, de manera que conoceremos la verdad: pecador me concibió mi madre. Y ésta verdad, común a todo hombre sólo puede ser superada en el reconocimiento de la propia situación; y éste acto es el más liberador.

Éste es el movimiento de la misericordia. El Señor nos perdona de todos los pecados, en la medida que nos dejemos iluminar por Él, en la medida que nos dejemos amar.

Escuchar su Palabra por tanto, es dejarse moldear por ella. Aquél que conoce de memoria la Palabra pero no se deja penetrar por ella, no puede liberarse.

Hagamos bien el movimiento, dejarnos iluminar por Ella, y por tanto, dejarnos liberar por Ella.

CO


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lunes, 22 de marzo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 23 DE MARZO DE 2021

Jn 8,21-30: Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy.


En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:

- «Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros.»

Y los judíos comentaban:

- «¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: "Donde yo voy no podéis venir vosotros"?»

Y él continuaba:

- «Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis por vuestros pecados: pues, si no creéis que yo soy, moriréis por vuestros pecados.»

Ellos le decían:

-«¿Quién eres tú?»

Jesús les contestó:

- «Ante todo, eso mismo que os estoy diciendo. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me envió es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él.»

Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús:

- «Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada.»

Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.



“Donde yo voy, no podéis venir vosotros”. Afirmación que nos recoge el evangelista referida a la Pasión de Jesús, incluso al acompañamiento de los discípulos en estos momentos cruciales. Siento que el Señor me dice que no voy a poder ir yo. En otro momento dirá Jesús a los Zebedeos: ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?


Pues yo diría, que no puedo, no tengo esas fuerzas y también Jesús cuenta con ello. Por eso, la fuerza de los mártires no eran propias, sino la fuerza en Jesús.  Es como si dijera: Adónde yo voy no podréis venir ustedes sin mi.


Su fuerza estaba en la unión tan grande que tenía con el Padre. Quiero pedirle al Señor que me asocie a esa unión tan íntima. 



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domingo, 21 de marzo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 22 DE MARZO DE 2021

Jn 8,1-11: El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.


En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.

Los letrados y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:

-Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras: tú, ¿qué dices ?.

Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo.

Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.

Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:

-El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.

E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.

Ellos, al oirlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos, hasta el último.

Y quedó solo Jesús, y la mujer en medio, de pie.

Jesús se incorporó y le preguntó:

-Mujer, ¿dónde están tus acusadores?, ¿ninguno te ha condenado?

Ella contestó:

-Ninguno, Señor.

Jesús dijo:

-Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.



Quieren tender una trampa a Jesús y terminan cayendo en la trampa ellos mismos. Ellos acusan a una mujer y terminan acusados ellos. 


Y es que es peligroso jugar al juego del bueno y del malo. Jesús está en contra del pecado, pero sobre todo, en contra de la injusticia.


Muchas veces hemos entendido mal este texto, queriendo justificarlo todo. Que lejos de la misericordia de Dios. Donde podemos ver ligereza, condescendencia, despiste...en verdad hay una verdadera pre-ocupación. 


El pecado no es la acusación contra Dios, no es la prueba de la condena. Al contrario, el pecado es el motivo de la misericordia derramada en nosotros. Una misericordia que nos levanta y protege. 


Por tanto, no nos hagamos acusadores, esa es la misión del contrario, el Diablo. La misión, el oficio de Dios es el de salvar. 


Seamos salvadores de los demás, no acusándolos, sino siendo comprensivos, ayudándolos, levantándolos...




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jueves, 18 de marzo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 19 DE MARZO DE 2021. DÍA DE SAN JOSÉ.

Lc 2,41-51a: Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.


Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.

Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.

Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca.

A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.

Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:

-«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.»

Él les contestó:

-«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?»

Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad.



En el día de San José, quisiera reflexionar un poco sobre la Patris Corde, en uno de los epígrafes: “Padre en la valentía creativa”.


La familia de Nazaret se nos presenta como una familia normal, con sus problemas concretos, que van solventando con la confianza en Dios. En el evangelio que contemplamos, palpamos la terrible angustia que sufrieron María y José: se les perdió el Hijo. Imagínate a José, cuya vocación era custodiar al Hijo de Dios .

 

Según el Papa, “él sabía transformar un problema en una oportunidad, anteponiendo siempre la confianza en la Providencia.”


Que lección más hermosa, la de transformar el problema en oportunidad. Si es verdad, que hemos reflexionado muchas veces lo que Dios nos ha podido decir en esta pandemia, que hemos aprendido de ella...pero sin embargo, volvemos a querer la normalidad de antes, y no la nueva normalidad...y nos seguimos quejando...deseando que ésto termine, y no sólo por la gente que muere y pierde trabajo o situación económica, sino sobretodo porque no sabemos movernos en esta incertidumbre. 


Es una oportunidad maravillosa para invocar a San José, para que nos ayude a vivir esta situación como oportunidad,  abriéndonos a la Providencia. 


Muchos caminos se han truncado, muchas situaciones no volverán, pero “Dios siempre encuentra un camino para cumplir su plan de salvación.”“Dios siempre logra salvar lo que es importante,”


Aprendamos de San José a tener esa valentía creativa que no surge de una característica propia, sino de la confianza radical y profunda en Dios.



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miércoles, 17 de marzo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 18 DE MARZO DE 2021

 Jn 5,31-47: Hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza.


En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: 

- «Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es válido. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es válido el testimonio que da de mí. Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan las obras que el Padre me ha concedido realizar; esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado. Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su semblante, y su palabra no habita en vosotros, porque al que él envió no le creéis. Estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, os conozco y sé que el amor de Dios no está en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis; si otro viene en nombre propio, a ése si lo recibiréis. ¿Cómo podréis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre, hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no dais fe a sus escritos, ¿cómo daréis fe a mis palabras?»


Jesus da testimonio del Padre que lo envió. Juan da testimonio de Jesús, y tantos otros...

¿Nosotros de quien damos testimonio?

¿Damos testimonio del amor de Dios?...

Dar testimonio no es hablar de alguien solamente. Y está claro que hablamos de Dios. Pero, el testimonio que Jesús hace referencia es a la vida. Muchas veces, nuestras palabras están huecas, porque no se corresponden con nuestra vida... 

Hablamos del amor de Dios, de su misericordia, y tratamos sin misericordia a nuestro hermano, no somos capaces de perdonar, o le tenemos envidia...

Que nuestra vida testimonie la misericordia entrañable de Dios.


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martes, 16 de marzo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 17 DE MARZO DE 2021

 Jn 5,17-30: Quien escucha la palabra del Hijo y cree en el Padre ha pasado ya de la muerte a la vida.


En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: 

- «Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo.»

Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no sólo abolía el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios. Jesús tomó la palabra y les dijo: 

- «Os lo aseguro: El Hijo no puede hacer por su cuenta nada que no vea hacer al Padre. Lo que hace éste, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace, y le mostrará obras mayores que ésta, para vuestro asombro. Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere. Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo el juicio de todos, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo envió. Os lo aseguro: Quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no se le llamará a juicio, porque ha pasado ya de la muerte a la vida. Os aseguro que llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán. Porque, igual que el Padre dispone de la vida, así ha dado también al Hijo el disponer de la vida. Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del hombre. No os sorprenda, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio. Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.»


Una perícopa larga la que nos invita la Iglesia a orar y vivir. Me centraré en la frase que nos pone a modo de título: “Quien escucha la palabra del Hijo y cree en el Padre ha pasado ya de la muerte a la vida”.


El evangelista Juan sigue insistiendo en la escucha. Escucha del Hijo, de su Palabra. Ya hemos meditado la escucha de la Palabra de Dios, de Jesús. Hoy añadimos..."ha pasado de la muerte a la vida".


La escucha de la Palabra de Jesús es nuestra vida, es nacer de nuevo, da una nueva orientación a mi vida. En su palabra (creadora), hay una luz, una esperanza, una alegría, un horizonte, una vida.


A Juan le gusta jugar con los extremos: muerte y vida. Nos quiere resaltar la grandeza de poder escuchar la Palabra de Jesús. 

Hay tanta muerte a nuestro alrededor, y necesitamos de la vida nueva de su Palabra.

La necesitamos para superar el hastío, el miedo, la comodidad, el consumismo, el narcisismo, el hedonismo, el egoísmo, etc. 

La necesitamos para poder discernir, para descubrir las nuevas llamadas que nos hace el Señor.

La necesitamos para llenarnos del poder de su resurrección y poder así salir afuera a llevar su vida nueva.

La necesitamos para poder perdonar setenta veces siete. 

La necesitamos para apostar por la fraternidad sin desanimarnos. 

La necesitamos para no claudicar en la defensa de los más débiles.

...

Escuchemos su Palabra para que pasemos de la muerte a la vida. 


COMPROMISO DE CUARESMA


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