lunes, 25 de septiembre de 2017

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 25 DE SEPTIEMBRE

Lc 8,16-18: El candil se pone en el candelero para que haya luz.
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:

-Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz.

Nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público.

A ver si me escucháis bien: al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener.

Reflexión

Parece un poco amenazante las palabras del Señor, y alguna vez las he entendido así. También es la forma de hablar de aquella época, donde no existe el término medio y donde algunas veces expresan la idea de manera negativa (algo parecido a la reducción al absurdo de la filosofía).
Sin embargo, entiendo que me anima a ser luz. Pero no una luz para esconderse y guardarmela para mí, sino una luz para iluminar. 
Una vela puede tener dos funciones en una casa: la primera puede ser algo decorativo, que queda bonito, pero nada más; o puede utilizarse para iluminar y entonces se desgastará...pero habrá iluminado.
Eso es lo que quiere el Señor, que nos gastemos iluminando a los otros.

viernes, 22 de septiembre de 2017

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 22 DE SEPTIEMBRE

Lc 8,1-3: Algunas mujeres acompañaban a Jesús y lo ayudaban.
En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando la Buena Noticia del Reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.
Reflexión
Jesús dedica todo su tiempo a predicar la Buena Nueva. Le acompañan los Doce y algunas mujeres que fueron traspasadas del amor de Dios.
De hecho, la Buena Nueva no es otra cosa que esto: "tanto ama Dios al mundo que envió a su Hijo".
Acompañémoslo hoy y ayudémoslo en su misión. Ésta es nuestra labor.

martes, 19 de septiembre de 2017

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 19 DE SEPTIEMBRE

Lc 7,11-17: ¡Muchacho, a ti te digo, levántate!
En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y mucho gentío.
Cuando estaba cerca de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda - y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba.
Al verla el Señor, le dio lástima y le dijo:
-No llores.
Se acercó al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo:
-¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!
El muerto se incorporó y empezó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre.
Todos, sobrecogidos, daban gloria a Dios, diciendo:
-Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.
La noticia del hecho se divulgó por toda la comarca y por Judea entera.
Reflexión
Contemplamos a Jesús en este episodio que fue muy extendido y conocido en la zona. Les conmocionó este hecho de la "resurrección" del hijo de esta viuda.
Seguramente ni los conocía Jesús y tampoco lo conocían a Él hasta ese momento. Por ello, no hay una petición expresa al Maestro. Era una situación extrema, una viuda que pierde a su hijo; ya no tendría a nadie. Y un gentío considerable la acompañaba.
Y Jesús lo "revive", y la gente "entiende", y daban gloria a Dios. 
Miremos nuestra situación y la de nuestro alrededor, ¿qué podemos hacer por dar vida lo que está muerto? ¿Nos atrevemos a tocar lo que está muerto?

lunes, 18 de septiembre de 2017

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 18 DE SEPTIEMBRE

Lc 7,1-10: Ni en Israel he encontrado tanta fe.
En aquel tiempo, cuando terminó Jesús de hablar a la gente, entró en Cafarnaún.
Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado a quien estimaba mucho. Al oir hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, para rogarle que fuera a curar a su criado. Ellos, presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente:
-Merece que se lo concedas, porque tiene afecto a nuestro pueblo y nos ha construido la sinagoga.
Jesús se fue con ellos. No estaba lejos de la casa, cuando el centurión le envió unos amigos a decirle:
-Señor, no te molestes; no soy yo quién para que entres bajo mi techo; por eso tampoco me creí digno de venir personalmente. Dilo de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes, y le digo a uno: «ve», y va; al otro: «ven», y viene; y a mi criado: «haz esto», y lo hace.
Al oír esto, Jesús se admiró de él, y, volviéndose a la gente que lo seguía, dijo:
-Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe.
Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano.
Reflexión

Ni en Israel, (ni en sus discípulos) he encontrado tanta fe. A Jesús le seguía mucha gente de manera puntual y algunos (los discípulos) de manera permanente. Por lo que lo conocían. Sin embargo, nadie tuvo tanta fe como la de este centurión.
Muchas veces hablamos de la fe referida a una serie de acciones que, en verdad, son instrumentos para aumentar la fe, o son consecuencia de ésta: en aquél caso, seguirlo...en nuestro caso: ir a misa, confesar regularmente, hacer oración, hacer apostolado.
En este caso, Jesús nos recuerda el contenido genuinamente de la fe, que no debemos suponer: la confianza ilimitada en Dios. Y este hombre la tuvo, incluso más que sus discípulos.
No la supongamos en nosotros porque hagamos acciones religiosas, sino estemos continuamente abriendo nuestro corazón a Él.

viernes, 15 de septiembre de 2017

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 15 DE SEPTIEMBRE

Jn 19,25-27: Triste contemplaba y dolorosa miraba del Hijo amado la pena.
En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a su madre y junto a ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su madre: "Mujer, ahí está tu hijo."
Luego dijo al discípulo: "Ahí está tu madre."
Y desde entonces el discípulo se la llevó a vivir con él.
Reflexión
Ayer veíamos Jesús crucificado, su Padre no le ahorró el sufrimiento y tampoco a la Madre...
El texto hace enumeración de las personas presentes, y María es nombrada, por lo que no estaba escondida, no seguía a Jesús de lejos, sino de cerca. Es verdad que Jesús tuvo una fe inquebrantable en su Padre, pero también es verdad (aunque todavía discutido) que Jesús clamó al Padre por que le había abandonado y muchas páginas se publican sobre el silencio de Dios...Sin embargo, cerca de Él, estaba María. Podemos suponer que la presencia de María fue motivo de consuelo y fortaleza para Jesús.
María no huye del sufrimiento sino que lo asume. Es un sufrimiento esperanzado. Seguramente recordará las palabras del anciano Siméon y ello le llevará a abrirse a la confianza en Dios.
María no se encierra en el sufrimiento, ni vive de él. Está por encima de él. Y más adelante la vemos con los discípulos reunidos en el Cenáculo. Es también para ellos, motivo de confianza y de fortaleza en espera de Pentecostés.
Miremos a María. Ella como nadie sabe acompañar el sufrimiento de sus hijos e infundirles confianza, su confianza en su Hijo.

jueves, 14 de septiembre de 2017

COMIENZA LA CATEQUESIS



COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 14 DE SEPTIEMBRE

Jn 3,13-17: Tiene que ser elevado el Hijo del Hombre.
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
-«Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.»

Reflexión

Hoy celebramos la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. La exaltamos no como patíbulo, sino como el signo, la acción de amor más grande que ha habido nunca jamás.
Por eso, todo el que le mire, tendrá vida eterna (plena), porque se sentirá amado y no se sentirá solo. 

miércoles, 13 de septiembre de 2017

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 13 DE SEPTIEMBRE

Lc 6,20-26: Dichosos los pobres; ¡ay de vosotros, los ricos!.
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo:
–Dichosos los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios.
–Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados.
–Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis.
–Dichosos vosotros cuando es odien los hombres, y os excluyan, y os insulten y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del Hombre.
Alegraos ese día y saltad de gozo: porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas.
Pero,
–¡Ay de vosotros, los ricos, porque ya tenéis vuestro consuelo!
–¡Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque tendréis hambre!
–¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis!
–¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas.
Reflexión
Dichosos los pobres...¡Ay de vosotros, los ricos...! Es llamativo como Jesús contrapone las dos condiciones, no por la situación en sí misma, sino por la situación ante Dios.
Ya en varias ocasiones el Señor nos ha dicho que es más difícil que un rico se salve, que...
Evidentemente no se refiere a la riqueza material únicamente, sino a una riqueza interior que impide que el Señor sea señor en nosotros. Muchas veces, la mayoría, acompañada de lo material, pero en otras ocasiones, basada en nuestra soberbia, autosuficiencia...
Las bienaventuranzas nos hablan de una salvación, de una felicidad, no sólo de ultratumba, sino también en el hoy.
Pidámosle al Señor que nos lo haga "comprender" para que no erremos en el camino y malgastemos los días que el Señor nos regala.

martes, 12 de septiembre de 2017

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 12 DE SEPTIEMBRE

Lc 6,12-19: Pasó la noche orando. Escogió a doce y los nombró apóstoles.
Por entonces, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles:
Simón, al que puso de nombre Pedro,
y Andrés, su hermano,
Santiago,
Juan,
Felipe,
Bartolomé,
Mateo,
Tomás,
Santiago Alfeo,
Simón apodado el Celotes,
Judas el de Santiago
y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.
Reflexión

Jesús sube al monte y llama a sus discípulos. Y de entre ellos, elige a doce y los nombra apóstoles.
El Papa Francisco en la EG insiste para todos los cristianos que tengamos en cuenta estos dos momentos como una única realidad: discípulos misioneros. Son dos facetas que van unidas y que se alimentan mutuamente. Sólo se es apóstol cuando previamente se es discípulo; y el discípulo, ve como normal que comunique lo que ha visto y oído. No nos olvidemos, apóstol significa enviado, enviado de Dios, no de nosotros.
Cuidemos nuestra relación con Dios, y esto no para quedárnoslo sino para comunicarlo.

lunes, 11 de septiembre de 2017

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 11 DE SEPTIEMBRE

Lc 6,6-11: Estaban al acecho para ver si curaba en sábado.
Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar.
Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho.
Los letrados y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo.
Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico:
–Levántate y ponte ahí en medio.
El se levantó y se quedó en pie.
Jesús les dijo:
–Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?
Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre:
–Extiende el brazo.
El lo hizo, y su brazo quedó restablecido.
Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.

Reflexión
Una de tantas diatribas con los letrados y fariseos, que como dice el texto estaban al acecho para ver si curaba en sábado.
Y Jesús va al fondo de la teología del sábado. ¿Qué es el sábado? ¿Para que se ha hecho? ¿Cómo lo vivimos?
Igualmente podemos trasladarlo a nuestra vivencia de la fe cristiana.
¿Nos quedamos en las normas, en las costumbres, en las inercias o buscamos el Reino de Dios y su justicia? ¿Buscamos un encuentro más profundo con el Señor, o que buscamos?

jueves, 7 de septiembre de 2017

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 7 DE SEPTIEMBRE

Lc 5,1-11: Dejándolo todo, lo siguieron.
En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la Palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret; y vio dos barcas que estaban junto a la orilla: los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes.
Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:
-Rema mar adentro y echad las redes para pescar.
Simón contestó:
-Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.
Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande, que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús, diciendo:
-Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.
Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón:
-No temas: desde ahora serás pescador de hombres.
Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
Reflexión

Es un evangelio memorable de la vocación de Pedro. Me llama la atención un detalle: ante el reconocimiento de Jesús como Señor surge el reconocimiento del propio pecado y la indignidad de la persona ante Jesús. Sin embargo Jesús le refuerza: desde ahora serás pescador de hombres.
Creo que después del año de la misericordia, nos queda claro que la elección de Jesús y su misión no depende de la perfección de la persona sino del envío de Jesús y de la confianza en Él

miércoles, 6 de septiembre de 2017

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 6 DE SEPTIEMBRE

Lc 4,38-44: También a los otros pueblos tengo que anunciarles el Reino de Dios, para eso me han enviado.
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón.
La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo por ella.
El, de pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose enseguida, se puso a servirles.
Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera, se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando.
De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban:
-Tú eres el Hijo de Dios.
Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías.
Al hacerse de día, salió a un lugar solitario.
La gente lo andaba buscando; dieron con él e intentaban retenerlo para que no se les fuese.
Pero él les dijo:
-También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado.
Y predicaba en las sinagogas de Judea.
Reflexión
Hoy el evangelio nos presenta un día normal de Jesús, un día intenso. Dicen que seguramente es el sábado y por eso va a la sinagoga.
Vemos como en un día normal para Jesús hay tiempo para la oración (sinagoga y presumiblemente buscando un lugar solitario), la predicación, la curación de enfermos y endemoniados y salir en busca de otros en otros lugares.
En medio de todo ello, tiene claro que su misión procede de Dios, del cual es enviado y por eso no se queda donde se encuentra a gusto.
Podemos reflexionar: ¿cómo es mi día normal? ¿Qué cabe en él? ¿Me dejo llevar por lo que va apareciendo o intento reconducirlo para llevar a cabo mi misión?

lunes, 4 de septiembre de 2017

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 4 DE SEPTIEMBRE

Lc 4,16-30: Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres... Ningún profeta es bien mirado en su tierra.
En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el Libro del Profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
«El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque él me ha ungido.
Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres,
para anunciar a los cautivos la libertad,
y a los ciegos, la vista.
Para dar libertad a los oprimidos;
para anunciar el año de gracia del Señor».
Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles:
-Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.
Y decían:
-¿No es éste el hijo de José?
Y Jesús les dijo:
-Sin duda me recitaréis aquel refrán: «Médico, cúrate a ti mismo»: haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún.
Y añadió:
Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del Profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado más que Naamán, el sirio.
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

Reflexión
"Nadie es profeta en su tierra", es una de las expresiones que Jesús expresa hoy y que ha trascendido a los siglos. Ser cristiano es ser profeta, dado desde el bautismo. Eso quiere decir, que si somos fieles al evangelio habrá rechazo, incomprensión, e incluso mucho más, maquinaciones por detrás para desacreditarnos, etc. Es decir, el que quiera ser profeta, será rechazado en su tierra. Evidentemente, esto no contrapone el buscar puentes, relaciones entre todos, trabajo compartido y en común... pero el evangelio tiene su dinámica propia, que no debemos saltar.
Nos da miedo, queremos una vida tranquila, queremos ser aceptados, sin embargo, contamos con la fuerza de Dios desde nuestro bautismo y confirmación: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido" y éste lo recibimos para ser enviados, no para quedárnoslo, acordémonos de las palabras del Papa en la misa crismal del 2013; "La unción, queridos hermanos, no es para perfumarnos a nosotros mismos, ni mucho menos para que la guardemos en un frasco, ya que se pondría rancio el aceite... y amargo el corazón."