jueves, 28 de septiembre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 29 DE SEPTIEMBRE DE 2023

 Jn 1,47-51: Veréis a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.

En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: 

«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño». 

Natanael le contesta: 

«¿De qué me conoces?». 

Jesús le responde: 

«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi». 

Natanael respondió: 

«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel». 

Jesús le contestó: 

«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores». 

Y le añadió: 

«En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».

Permítanme que coloque aquí la primera homilía a San Miguel cuando estuve en Tazacorte (29 de Septiembre de 2013)



Ser mensajeros de la Paz


Nos hemos reunido en esta mañana para celebrar a San Miguel Arcángel, patrón de esta isla, de este municipio y de esta comunidad parroquial. Con gran alegría acudimos a sus pies a renovar nuestra devoción y veneración por este Arcángel, enviado por Dios para la lucha por la paz.

Ya hemos visto a lo largo de estos días como ángel significa "mensajero", y en este caso, San Miguel viene siendo el mensajero del poder de Dios, de la paz de Dios, de los dones de Dios: su significado es ¡Quién como Dios!. Hemos reflexionado sobre las virtudes teologales: mensajeros de la fe, mensajeros de la esperanza y mensajeros de la caridad, o amor. 

Hoy quisiera reflexionar e invitar a todos los presentes a sentirnos "mensajeros de la paz". Y es que la paz es una consecuencia de la misma fe, esperanza y caridad. Y esta tarde-noche, "mensajeros de la alegría".

Dijo Juan XXIII en la encíclica Pacem in Terris, del año 1963. "La paz en la tierra, suprema aspiración de toda la humanidad a través de la historia, es indudable que no puede establecerse ni consolidarse si no se respeta fielmente el orden establecido por Dios".

Quisiera remontarme al origen del término paz en la biblia, concretamente en el Antiguo Testamento. El término judío es "shalom" y expresa algo más que la ausencia de guerra, o de conflicto y tensiones. Indica integridad física, salud, felicidad. Este sentido es el mismo en todas las lenguas semíticas.

Esta armonía no se agota en el nivel individual, dado que Silam, en hebreo significa tanto restituir, como pagar o cumplir un voto al Señor. (en español: "quedarnos en paz").

Sigue el mismo Antiguo Testamento a través de los profetas, ampliando ese anhelo de la paz llegando hasta la utopía...y es que este lenguaje utópico quiere revelarnos que en una lucha por la paz no podemos conformarnos con la paz existente aquí abajo. Aspiramos a algo más pleno que lo que se da entre nosotros. Lo que equivale a decir que la paz no es fruto que madura por la sola acción del hombre.

En el Nuevo Testamento Jesús, esperado como el Príncipe de la Paz, aparece ya desde su infancia como el portador de la paz. Cuando sana a los enfermos o perdona los pecados, su despedida es "vete en paz". Cuando se presenta a los discípulos como Resucitado su saludo es "Paz a vosotros".

No me olvido que la paz comienza, según Juan XXIII por restablecer el orden establecido por Dios.

En palabras del Papa Francisco en la vigilia pidiendo por la paz en Siria 

Toda la creación forma un conjunto armonioso, bueno, pero sobre todo los seres humanos, hechos a imagen y semejanza de Dios, forman una sola familia, en la que las relaciones están marcadas por una fraternidad real y no sólo de palabra: el otro y la otra son el hermano y la hermana que hemos de amar, y la relación con Dios, que es amor, fidelidad, bondad, se refleja en todas las relaciones humanas y confiere armonía a toda la creación. El mundo de Dios es un mundo en el que todos se sienten responsables de todos, del bien de todos.

¿Es ése el mundo en el que vivimos? La creación conserva su belleza que nos llena de estupor, sigue siendo una obra buena. Pero también hay “violencia, división, rivalidad, guerra”. Esto se produce cuando el hombre, vértice de la creación, pierde de vista el horizonte de belleza y de bondad, y se cierra en su propio egoísmo

Cuando el hombre piensa sólo en sí mismo, en sus propios intereses y se pone en el centro, cuando se deja fascinar por los ídolos del dominio y del poder, cuando se pone en el lugar de Dios, entonces altera todas las relaciones, arruina todo; y abre la puerta a la violencia, a la indiferencia, al enfrentamiento...

¿Es posible conseguir la paz? ¿Podemos salir de esta espiral de dolor, muerte, rivalidad...?

Claro que sí. Y hay que gritarlo a los cuatro vientos. Es más, tenemos una grave responsabilidad cada uno de nosotros en luchar por la paz.

Volviendo al Maestro, promete la dicha a los que trabajan por la paz. Está pidiéndonos a todos que sigamos su ejemplo, como nos dice San Pablo que realizó la gran reconciliación: "Porque Él es nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que los superaba, el odio, [...] por medio de la Cruz.

Por tanto, ser constructor de la paz, o ser hombre de reconciliación es una cuestión de fe. Un cristiano no puede ser un hombre anónimo, un simple ciudadano, tiene que ser un constructor de la paz. Si no, pensemos...¿En quién creemos?...¿Qué es lo que fue su vida?. ¿Creemos en un Jesús a mi medida: misericordioso, que no me pide y exige nada, que me perdona siempre, que escucho siempre su Palabra? Todo bien y bonito y cierto. ¿Y el Jesús que me pide que le siga hasta la cruz, defensor de los pobres...? Ese lo olvidamos continuamente, empezando por mí el primero. Pero no, creemos en el Jesús real. El que vivió esa entrega y que, el cristiano injerto en Él, está llamado a realizar.

Ser constructor de la paz, es una cuestión de esperanza. Porque realmente, sólo los hombres llenos de la esperanza como don de Dios son capaces de contrarrestar este mundo de violencia. Esperanza porque está anclado en las promesas de Dios: Dichosos los que trabajan por la paz. Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Esperanza porque hay que saber mirar lejos y no quedarnos solamente en la acá de las situaciones. Esperanza porque esperamos un cielo nuevo y una tierra nuevas, que nosotros, como sus herederos trabajamos desde ya. Esperanza porque no nos llevamos por los cálculos y estadísticas humanas.

Por último, ser constructor de la paz, es una cuestión de caridad. 

El amor —«caritas»— es una fuerza extraordinaria, que mueve a las personas a comprometerse con valentía y generosidad en el campo de la justicia y de la paz (Benedicto XVI en la Cáritas in Veritate).

Ser constructor de la paz implica una lucha por la justicia. Evidentemente, la paz en la tierra no se puede lograr si no se asegura el bien de las personas. (GS 78). Para qué haya paz tiene que haber justicia. Son tantas situaciones injustas en nuestro mundo opulento. El evangelio que hemos escuchado hoy, el que se proclama en todas las iglesias del mundo, el del rico epulón nos denuncia gravemente nuestra indiferencia, insensibilidad, nuestra impasibilidad y nuestra apatía o dejación. El Papa Francisco en Brasil: “Los gritos que piden justicia continúan todavía hoy. Hoy vivimos un desafío histórico sin precedentes”.   Y el 26 en la Eucaristía en Sta. Marta: «No se puede conocer a Jesús sin tener problemas –explicó Jorge Mario Bergoglio. Y osaría decir que si tú quieres tener un problema, vas por el camino para conocer a Jesús; pero no uno, ¡tendrás muchos! Pero este es el camino para conocer a Jesús, ¡porque no se puede conocer a Jesús en primera clase!»

San Basilio«¿Es que Dios es injusto al repartir con desigualdad los bienes necesarios para la vida? ¿Por qué tú nadas en abundancia mientras que el otro vive en la miseria? ¿No es para que un día, gracias a tu bondad y administración desinteresada, recibas la recompensa, mientras que el pobre obtendrá la corona prometida a la paciencia?».

San Juan Crisóstomo«¿Deseas honrar el cuerpo de Cristo? No lo desprecies, pues, cuando lo encuentres desnudo en los pobres, ni lo honres aquí en el templo con lienzos de seda, si al salir lo abandonas en su frío y desnudez. 

Le pedimos ayuda a Dios y a San Miguel. No hará el milagro mientras no empecemos por nosotros y compartamos de manera que la riqueza esté mejor repartida. Que nos abra los ojos y el corazón.

Pero no solemos unir el significado de la justicia al del amor. Ser constructor de la paz en el sentido de las bienaventuranzas implica dar un paso más.

La justicia es la primera vía de la caridad o, como dijo Pablo VI, su «medida mínima». No puedo «dar» al otro de lo mío sin haberle dado en primer lugar lo que en justicia le corresponde.

Por otro, la caridad supera la justicia y la completa siguiendo la lógica de la entrega y el perdón. La «ciudad del hombre» no se promueve sólo con relaciones de derechos y deberes sino, antes y más aún, con relaciones de gratuidad, de misericordia y de comunión. La caridad manifiesta siempre el amor de Dios también en las relaciones humanas, otorgando valor teologal y salvífico a todo compromiso por la justicia en el mundo.

Hemos esbozado brevemente que ser cristiano, es ser mensajero de la paz, mensajero no al estilo de un cartero que lleva un mensaje, sino al estilo de Jesús, seamos el continente y el contenido de ese mensaje, o dicho de otra forma, en la medida en que seamos "El mensaje viviente", es decir que seamos mensajero y mensaje al mismo tiempo.

Así seremos cristianos creíbles de nuestra gran verdad y dicha que llevamos dentro.

miércoles, 27 de septiembre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 28 DE SEPTIEMBRE DE 2023

 Lc 9,7-9: A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?


En aquel tiempo, el tetrarca Herodes se enteró de lo que pasaba sobre Jesús y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros, en cambio, que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.

Herodes se decía:

«A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?».

Y tenía ganas de verlo.



Muchas veces, queremos hacernos a un Jesús a nuestra medida. Pero es imposible, siempre nos sorprenderá, es inabarcable. Con el permiso, permíteme que añada un texto de José Luis Martín Descalzo.


Espero que suscite en nosotros unas tremendas ganas de conocer y ver a Jesús. «¿Quién es este por quien tantos han muerto, a quien tantos han amado hasta la locura, de quien tantos han abusado para imponer sus dogmas personales y sus intereses? Desde hace dos mil años, su nombre ha estado en boca de millares de mártires y también -iay!- en boca de asesinos más o menos legales. Su doctrina inflamó el corazón de san Francisco de Asís y también -¡ay!-las hogueras de la intolerancia. Discípulos suyos se llamaron los santos, que abandonaron todo para seguirle, y discípulos suyos nos llamamos quienes hemos logrado -¡por fin!- compaginar su amor con el dinero. En su fe se inspira la monjita que en África abraza a los leprosos y en su fe creen inspirarse algunos que hoy toman la metralleta guerrillera y revolucionaria. A Él invocan el monje trapense que renuncia hasta a ser propietario de su palabra y el especulador que se santigua con gesto mecánico antes de festejar su último triunfo bolsístico. ¿Quién es, quién es este personaje que cruza de medio a medio la historia como una espada ardiente y que produce frutos tan opuestos de amor o de sangre, de entrega o de violencia, de locura o de vulgaridad ¿Quién es y qué hemos hecho de Él, cómo hemos usado o traicionado su voz, qué jugo misterioso o maldito hemos sacado de sus palabras? ¿Es fuego u opio? ¿Es bálsamo que cura, espada que hiere o morfina que amodorra ¿Quién es? ¿Quién es? Pienso que el hombre que no ha respondido a esta pregunta puede estar bien seguro de que aún no ha comenzado a vivir y de que no es digno de pisar sobre la tierra que esa su sombra cruza para bendición o terror. (...) Albert Schweitzer ha llegado a afirmar que todos cuantos han tratado de contar la vida de Jesús han terminado contando la de «su» Jesús y proyectando sus preocupaciones religiosas y las de su generación sobre la verdadera historia del carpintero de Nazaret. Pero ¿es que esa verdadera historia es posible? ¿No será Cristo como un prisma con demasiadas caras, tantas que nunca será abarcable por un hombre en una sola vida humana y aun por toda una generación? (...) Y..., sin embargo, habría que buscar, habría que bajar a ese pozo. ¿Con la esperanza de llegar a entenderle? No, no; sabemos de sobra que nunca llegaremos a eso. La historia de veinte siglos nos enseña que todos cuantos han querido acercarse a Cristo con sus inteligencias siempre se han quedado a medio camino. Pasó ya así cuando Él vivía. Los que estaban a cada hora a su lado tampoco le entendían. Les desbordaba. Un día les parecía demasiado Dios, otro demasiado hombre. Le miraban, querían entender su misterio. y lograban admirarle, amarle incluso, pero nunca entenderle (...). Y, sin embargo, Él es la gran pregunta que todo hombre debe plantearse, aun con la seguridad de que toda respuesta quedará a medio camino (...) Quizá la suma de todos nuestros afanes por entenderle se parezca un poco a su rostro verdadero: el rostro santo que nos hace saber que sigue valiendo la pena de ser hombre, el rostro de la santa humanidad de nuestro Dios.»

martes, 26 de septiembre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 27 DE SEPTIEMBRE DE 2023

 Lc 9,1-6: Los envió a proclamar el reino de Dios y a curar a los enfermos.

En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades.

Luego los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar a los enfermos, diciéndoles:

-No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco llevéis túnica de repuesto.

Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio.

Y si alguien no os recibe, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.

Ellos se pusieron en camino y fueron de aldea en aldea, anunciando la Buena Noticia y curando en todas partes.


Los medios de comunicación nos hablan de la ola de solidaridad que hay entre la población ayudando a los que lo necesitan. El volcán ha despertado en estas personas lo mejor que tienen dentro. Y éste es el mejor testimonio de la proclamación del reino de Dios y curación a los enfermos que pueda haber.


Esta situación que estamos viviendo, nos encoge, pero también mueve en nosotros sentimientos de compasión hacia los otros. 


Cuando Jesús los envió a proclamar el reino de Dios, no significa solamente la predicación propiamente dicha, sino al acompañamiento, la ayuda a los otros y sobretodo, poner las condiciones para que en este mundo se puedan ver los brotes del Reino de Dios.


Por tanto, esa predicación no es solo un mandato a los apóstoles, sino a todos, porque todos podemos arrimar el hombro, todos podemos hacer algo, más bien TODOS DEBEMOS HACER ALGO. 

lunes, 25 de septiembre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 26 DE SEPTIEMBRE DE 2023

  Lc 8,19-21: Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.


En aquel tiempo, vinieron a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él.

Entonces le avisaron:

«Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte».

Él respondió diciéndoles:

«Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».


Este evangelio nos puede parecer duro y si pensamos que Jesús desprecia a su madre y familiares. Lucas concentra su mirada y mensaje en la escucha de la palabra de Dios y ponerla por obra.

Precisamente en ésto, María es modelo, ejemplo. Por tanto, lejos de ser un desprecio, es una alabanza y ya Lucas nos insinúa la maternidad de María hacia nosotros. Porque ella escucha la Palabra de Dios y la cumple; y porque nosotros también queremos hacerlo.

La Nueva Evangelización tiene que poner un acento importante en la escucha de la Palabra y los cristianos del s. XXI nos debemos caracterizar por ello.

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 25 DE SEPTIEMBRE DE 2023

 Lc 8,16-18: La lámpara se pone en el candelero para que los que entren vean la luz.


En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:

«Nadie que ha encendido una lámpara, la tapa con una vasija o la mete debajo de la cama, sino que la pone en el candelero para que los que entren vean la luz.

Pues nada hay oculto que no llegue a descubrirse ni nada secreto que no llegue a saberse y hacerse público.

Mirad, pues, cómo oís, pues al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener». 



Parece un poco amenazante las palabras del Señor, y alguna vez las he entendido así. También es la forma de hablar de aquella época, donde no existe el término medio y donde algunas veces expresan la idea de manera negativa (algo parecido a la reducción al absurdo de la filosofía).

Sin embargo, entiendo que me anima a ser luz. Pero no una luz para esconderse y guardármela para mí, sino una luz para iluminar. 

Una vela puede tener dos funciones en una casa: la primera puede ser algo decorativo, que queda bonito, pero nada más; o puede utilizarse para iluminar y entonces se desgastará...pero habrá iluminado.

Eso es lo que quiere el Señor, que nos gastemos iluminando a los otros.

jueves, 21 de septiembre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 22 DE SEPTIEMBRE DE 2023

 Lc 8,1-3: Las mujeres iban con ellos, y les servían con sus bienes.

En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, proclamando y anunciando la Buena Noticia del reino de Dios, acompañado por los Doce, y por algunas mujeres, que habían sido curadas de espíritus malos y de enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes; Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.


Este trozo del evangelio es un sumario donde relata algunas de las actividades que hacía Jesús y los que lo acompañaban. El evangelista comenta que algunas mujeres lo acompañaban y lo ayudaban. Esto que nos parece algo sin importancia, sin embargo, está diciendo mucho debido a la sociedad en la que vivían. 


Los maestros o rabinos, no se dejaban acompañar de mujeres. Jesús es considerado por muchos como un rabí, o maestro. Sin embargo, Jesús no actuó en muchas situaciones como los maestros de aquel tiempo. Jesús abre el horizonte a  una nueva humanidad. Todavía no hemos terminado de entender, o acoger el mensaje de Jesús, por lo que en aquel entonces y tampoco hoy, le damos la importancia, la misión a la mujer en la sociedad y en la Iglesia. El Papa insiste en darle un papel más incisivo en la Iglesia, en la toma de decisiones, en el gobierno, y no sólo en el servicio. 


Pidamos al Señor que el espíritu de Jesús vaya penetrando en nosotros para que hagamos de nuestro pequeño trozo de tierra una sociedad más justa, fraterna e igualitaria.

miércoles, 20 de septiembre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 21 DE SEPTIEMBRE DE 2023

 Mt 9,9-13: Sígueme. Él se levantó y lo siguió.


En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: 

«Sígueme». 

Él se levantó y lo siguió. 

Y estando en la casa, sentado a la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos. 

Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: 

«¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?».

Jesús lo oyó y dijo: 

«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa “Misericordia quiero y no sacrificio”: que no he venido a llamar a justos sino a pecadores».



El hombre siempre ha querido controlar el futuro, o por lo menos preverlo, para minimizar las posibles consecuencias nefastas. Esa es una de las labores u objetivos de la ciencia. Comprobar las “leyes inscritas” por las cuales suceden las cosas, para poder prevenirlas o prepararse. 


Pero no podemos controlarlo todo. En otras épocas, el hombre tenía muy pocos medios y era más evidente. Ahora, “con tanta tecnología”, como se ha dicho en tantas ocasiones en estos días del volcán, sin embargo, no podemos evitar el desastre. 


Ante ello, Jesús, hoy y siempre nos dice: “Sígueme”.

Ese sígueme significa:

No cometas imprudencias y colabora con las autoridades

Ten paz

Sigue confiando en mi

Yo voy delante. 

No te angustie el futuro

Déjate llevar.


Hagamos un acto de fe, como hizo Mateo, del cual celebramos hoy la fiesta. Él no sabía a donde le llevarían sus pasos. Sólo intuyó que podía confiar en esa persona que le llamaba. 

martes, 19 de septiembre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 20 DE SEPTIEMBRE DE 2023

Lc 7,31-35Hemos tocado y no habéis bailado, hemos entonado lamentaciones, y no habéis llorado

En aquel tiempo, dijo el Señor: -¿A quién se parecen los hombres de esta generación? ¿A quién los compararemos? Se parecen a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros: «Tocamos la flauta y no bailáis, cantamos lamentaciones y no lloráis.» Vino Juan el Bautista, que ni comía ni bebía, y dijisteis que tenía un demonio; viene el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: «Mirad qué comilón y qué borracho, amigo de recaudadores y pecadores». Sin embargo, los discípulos de la Sabiduría le han dado la razón. 

Hay evangelios a los que es más difícil poder entender lo  que Dios nos quiere comunicar. Creo que podemos entenderlo el de hoy en razón de la dureza del corazón. Son una generación cerrada, impermeable. En Cuaresma, cuando invocamos por activa y por pasiva a la conversión, pedimos al Señor que nos dé un corazón de carne y que nos cambie este que tenemos de piedra. Mientras nuestro corazón esté endurecido por la soberbia, por el "bastarnos a nosotros mismos", Dios no podrá entrá en nosotros, ni darnos su gracia. Por eso, no entendieron a Juan el Bautista, ni a Jesús. Igual nos puede pasar a nosotros. Tenemos que tener un corazón de "niños" para estar abiertos y dejarnos sorprender por Dios.

lunes, 18 de septiembre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 19 DE SEPTIEMBRE DE 2023

 Lc 7,11-17: ¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!

En aquel tiempo, iba Jesús camino de una ciudad llamada Naín, y caminaban con él sus discípulos y mucho gentío.

Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba.

Al verla el Señor, se compadeció de ella y le dijo:

«No llores».

Y acercándose al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo:

«¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!».

El muerto se incorporó y empezó a hablar, y se lo entregó a su madre.

Todos, sobrecogidos de temor, daban gloria a Dios diciendo:

«Un gran Profeta ha surgido entre nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo».

Este hecho se divulgó por toda Judea y por toda la comarca circundante.


¿Qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Yahvéh nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? Del libro del Deuteronomio.

El pueblo de Israel tomaba conciencia de la cercanía de Dios y de su Alianza, por el cual, Él era su Dios y ellos su pueblo.

A tanta distancia, quizá, ante tanto mal en el mundo, hayamos perdido esa conciencia de la cercanía de Dios. Incluso la Encarnación del Verbo, ha sido ¡el mayor milagro existido nunca jamás!. Milagro que se repite todos los días en la Eucaristía.

La vida de Jesús fue un continuo servicio hacia los necesitados.

Impresiona las palabras de Jesús: "Mujer, no llores". Estas palabras son una fuente de paz y de consuelo. No son unas palabras vacías, de consuelo al estilo nuestro. Son unas palabras de acogida, de comprensión, palabras de esperanza.

La situación estaba perdida, ya no había solución. Sin embargo, por las palabras de Jesús, hay una vida nueva y una esperanza.

"Señor no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme", decimos en la Eucaristía (evangelio de ayer)

¿Cuántas veces hemos acudido al Señor a desahogar nuestras penas, a sentir el consuelo de Dios, en medio de los problemas de la vida? No vayamos de manera triunfalista, a que Dios te solucione el problema, sino a que lo acoja, y le de una esperanza.

No nos olvidemos que Jesús es el Camino, Verdad y Vida. "Venid a mí, todos los que estáis cansados y agobiados, yo os aliviaré".

En medio del siglo XXI, tan lleno de contrastes, de estrés...necesitamos un momento diario con el Señor, para que, en Él, reintegremos nuestra vida y nos de una luz nueva para seguir luchando por un mundo mejor.

domingo, 17 de septiembre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 18 DE SEPTIEMBRE DE 2023

 Lc 7,1-10: Ni en Israel he encontrado tanta fe.


En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de exponer todas sus enseñanzas al pueblo, entró en Cafarnaún.

Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado a quien estimaba mucho. Al oír hablar de Jesús, el centurión le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese a curar a su criado. Ellos, presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente:

«Merece que se lo concedas, porque tiene afecto a nuestra gente y nos ha construido la sinagoga».

Jesús se puso en camino con ellos. No estaba lejos de la casa, cuando el centurión le envió unos amigos a decirle:

«Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres bajo mi techo; por eso tampoco me creí digno de venir a ti personalmente. Dilo de palabra y mi criado quedará sano. Porque también yo soy un hombre sometido a una autoridad y con soldados a mis órdenes; y le digo a uno: “Ve”, y va; al otro: “Ven”, y viene; y a mi criado: “Haz esto”, y lo hace».

Al oír esto, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la gente que lo seguía, dijo: 

«Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe».

Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano.


Que terrible expresión: ¡Ni en Israel he encontrado tanta fe! Con tantos judíos que había, muchos cumplidores y muchos devotos. Esta expresión, según mi parecer, es general y exagerada, porque por lo menos había una persona que tenía una fe más grande: María y José (también podríamos decir)


Yo me imagino que Jesús estuviera hoy por aquí. ¿Qué diría de mi? ¿Seguiría diciendo lo mismo? Lo fundamental es la fe. Jesús una vez le recrimina a los apóstoles: ¿todavía no tenéis fe?. Y nosotros que oramos todos los días, y vamos muchas veces a misa, ¿todavía no confiamos? ¿A qué esperamos? ¿Qué más necesitamos?


Este hombre tiene fe en Jesús sin conocerlo, sólo hablar de Él. Incluso no se va al encuentro sino que manda a unos criados: no es digno. Él, que tiene relación con los judíos porque les ha construido la sinagoga sabe de las normas de pureza de los judíos, por ello no se acerca ni le deja entrar en su casa.


Es un caso extraordinario. Porque es capaz de dar el paso de la norma al paso de la fe. Lo reconoce como señor, que tiene el poder y el destino de nosotros. Es capaz de dar un salto mayor que el resto. 


Esa es la fe: la capacidad de confiarnos totalmente en Él porque sabemos que todo depende de Él.

jueves, 14 de septiembre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 15 DE SEPTIEMBRE DE 2023

 Jn 19,25-27: Triste contemplaba y dolorosa miraba del Hijo amado la pena.

En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo».

Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre».

Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.


En continuación con la solemnidad de ayer, la Exaltación de la Santa Cruz, celebramos hoy a nuestra madre en la advocación de los Dolores. Nos pone en sintonía la profecía de Simeón: "una espada te traspasará el alma".

La escena de hoy se entreteje en un ambiente muy duro y hostil. Sin embargo, en medio de ese ambiente, Jesús nos regala a su madre, un gesto de un corazón inmenso. Cuando más la necesitaba, la regala. 


Nos la regala para que nos acompañe en nuestros dolores y sufrimientos, como hizo ella al pie de la cruz de Jesús. Aquí tenemos una gran baza, una gran esperanza, NO HAY DOLOR NI SUFRIMIENTO QUE NO SEA ACOMPAÑADO DEL CORAZÓN Y AMOR DE MARÍA. 


Nadie como María entiende, comprende y acompaña nuestros dolores.

Nadie como la Madre entiende el corazón de su hijo.

Nadie como la Madre sabe ver más allá de la apariencia.

Nadie como la Madre sabe consolar las penas de su hijo. 

Nadie como la Madre para llevar las peticiones ante su Hijo.

Nadie como la Madre para interceder por las angustias de la humanidad ante su Hijo.

Nadie como la Madre para agilizar cuanto antes la respuesta de Dios ante los hijos.

Nadie como la Madre para regalar la gracia a cada uno de sus hijos, incluso los

“no merecedores”.

NADIE COMO LA MADRE…

miércoles, 6 de septiembre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 8 DE SEPTIEMBRE DE 2023

  Mt 1,1-16.18-23: La criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo.

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán.

Abrahán engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.

David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amós, Amós a Josías; Josías engendró a Jecomas y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.

Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:

María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:

–«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta:

«Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo

y le pondrá por nombre Emmanuel,

que significa "Dios–con–nosotros".»


Permítanme que copie unos versos del Poema de la Virgen María de S. José de Anchieta dedicado al nacimiento de la Virgen María.


250 ¿Qué nuevo lucero brilla en el cielo estrellado? ¿Qué nuevo fulgor resplandece en la alborada? ¿Qué nuevo fuego fulgura en el cenit? ¿Qué nueva llama luce con desusado brillo? ¿Qué nueva luz naciente me hiere en los ojos?

255 Una luminosidad mayor aparece, el lucero de la mañana sale más rutilante, el sol irrumpe con más claridad por los altos montes, ruboriza con nítidos rayos de luz. Avanza más bella, vestida con su velo azafrán, bulliciosa con sus llameantes ruedas.

260 Pero ¿qué hago, necio de mí? Una luz excesiva deslumbró mis ojos con su nuevo esplendor. Porque ahora por primera vez nace esta lámpara clarísima, donde no había luz ninguna.

265 La horda infernal desde el principio más remoto del mundo lo había cubierto todo con horrible caos.

La ciega noche había sembrado el terror por todas partes con su nebuloso miedo, sepultándolo todo en negras tinieblas.

270 Ninguna aurora había removido del cielo las densas sombras, ninguna había ahuyentado del éter a los caballos de la noche.

La tierra sepultada en tinieblas ve por vez primera la luz que no conocía, al pie del plácido Olimpo. 

Esta estrella que brilla con nuevos rayos pone fin a las tinieblas de la noche y nos trae la luz del día.

275 Anuncia con su belleza el inmenso resplandor del sol y, como limpia mañana, precede al día perpetuo.

Esta es la estrella que nace de la noble estirpe de Jacob, cuya luz no volverá a dejar paso a las tinieblas.