jueves, 30 de junio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 1 DE JULIO DE 2022

 Mt 9,9-13: No tienen necesidad de médico los sanos; misericordia quiero y no sacrificio.


En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: 

«Sígueme». 

Él se levantó y lo siguió. 

Y estando en la casa, sentado a la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos. 

Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: 

«¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?».

Jesús lo oyó y dijo: 

«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa “Misericordia quiero y no sacrificio”: que no he venido a llamar a justos sino a pecadores».



"No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores". ¡Menos mal! Así me puedo sentir, a pesar de pecador, miembro de la Iglesia (mi casa, mi madre), objeto del amor y la misericordia de Jesús. Para mí, esta frase ha traído dos resonancias. La primera es reconocerme pecador, en cuanto me reconozca pecador, sentiré la necesidad de Él. En cuanto me sienta pecador, me sentiré el objeto de su amor y su misericordia. Eso trae consigo no fijarme tanto en el otro como pecador (en el evangelio de ayer, Simón se fijó en la mujer pecadora, sin reparar en que él también es pecador). Esto trae consigo que todos nos sintamos iguales en dignidad: pecadores e Hijos de Dios, amados por Él. No hay nadie mejor ni peor. La segunda resonancia es la llamada a la responsabilidad individual: "Sígueme" . No podemos quedarnos solamente en que somos pecadores, en que "Dios me ha creado así". Dios quiere para nosotros algo mejor, por eso nos invita a seguir al Maestro. Cuando Jesús no condenó a la pecadora le dijo: "Anda y en adelante no peques más". Él ha venido a llamar a los pecadores, para invitarnos al camino de la "santidad-salvación".

miércoles, 29 de junio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 30 DE JUNIO DE 2022

Mt 9,1-8: La gente alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.


En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. En esto le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: 

«¡Ánimo, hijo!, tus pecados te son perdonados». 

Algunos de los escribas se dijeron: 

«Este blasfema». 

Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: 

«¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados —entonces dice al paralítico—: “Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa”». 

Se puso en pie y se fue a su casa. 

Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.



Jesús vuelve a su ciudad (seguramente Cafarnaúm), una ciudad muy populosa. En otro lugar del evangelio, se decía que no pudo hacer en su casa ningún milagro. Ahí creo que se refería a Nazaret.

Vemos como Jesús cura el paralítico y un hecho tan palpable, sin embargo, es un hecho controvertido. Hay gente que alaba a Dios y otras personas que ven un blasfemo.

Sin embargo, sólo los que tienen fe, permiten a Dios actuar y sólo los que tienen fe, alaban a Dios.

¿Somos de los que tenemos fe?

martes, 28 de junio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 29 DE JUNIO DE 2022

 Mt 16,13-19: Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos.


En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: 

«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?». 

Ellos contestaron: 

«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas». 

Él les preguntó: 

«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». 

Simón Pedro tomó la palabra y dijo: 

«Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo».

Jesús le respondió: 

«¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 

Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. 

Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».




Tú eres Pedro y te daré las llaves. Celebramos la solemnidad de San Pedro y San Pablo. El evangelio se centra en Pedro (Pablo no sale en el evangelio), en lo que solemos llamar en teología el primado de Pedro y el poder de las llaves.


Tener las llaves de una casa es tener el poder para entrar y salir cuando uno quiera. Pero también es una confianza y una responsabilidad grande.


Jesús confía toda su misión, todo su poder y toda su capacidad de decidir en Pedro. Está claro que no es un poder que se realice aislado, sino en unión muy profunda con Él. En un primer momento, meditemos brevemente sobre la grave responsabilidad que Jesús deja en los hombros de San Pedro. Es un día para pedir fuertemente por él, para que no sienta el peso de la responsabilidad sino sobretodo la confianza que pone Jesús en él. Confianza que se traduce también en facilidad de trato con el Señor.


Como dije antes, las llaves se utiliza para abrir y cerrar. Muchas veces en la Iglesia el poder de las llaves se utiliza sobre todo para cerrar: determinar el dogma, determinar las enseñanzas que son contrarias a la fe cristiana, excomulgar, etc. 

En varias ocasiones el Papa Francisco ha pedido que la Iglesia no sea una aduana, sino un hospital de campaña. Ha puesto a toda la Iglesia en estado de misión para salir a comunicar la vida nueva en Cristo. En general, son lenguajes que evocan más a abrir puertas que a cerrarlas. En un momento como éste, se pide tomar decisiones, elecciones, sobre los distintos temas de calado por los cuales está pasando la Iglesia. Pidamos para que el Papa sienta nuestra oración y no se vea solo, sino a toda la Iglesia orando por su ministerio. Para que siga imprimiendo en la Iglesia (nosotros) una actitud abierta, dialogante, de comunión con el mundo y con todas las distintas tradiciones. Algunas veces, el Papa abre puertas, y nosotros las cerramos. 

Pidamos también para que las llaves se usan para abrir más que para cerrar.

lunes, 27 de junio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 28 DE JUNIO DE 2022

Mt 8,23-27: Se puso en pie, increpó a los vientos y al mar y vino una gran calma.

En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron. 

En esto se produjo una tempestad tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas; él dormía. Se acercaron y lo despertaron gritándole: 

«¡Señor, sálvanos, que perecemos!». 

Él les dice: 

«¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?». 

Se puso en pie, increpó a los vientos y al mar y vino una gran calma. Los hombres se decían asombrados: 

«¿Quién es este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?».


 Hay una tempestad fuerte, la barca está a punto de hundirse. Y Jesús duerme…y los discípulos desesperan y le gritan. 


Me impresiona esta escena: Jesús duerme. Me recuerda a la crucifixión de Jesús en la que, en palabras de San Ignacio, “la divinidad se esconde”. Es el silencio De Dios, que nos produce miedo, desconfianza, inseguridad. 


Y Jesús nos enseña a seguir confiando siempre y en toda circunstancia. El silencio De Dios no es eterno, no es absoluto.

Es un silencio para que confiemos,

es un silencio para que crezcamos,

es un silencio para que aprendamos a mirar al cielo y no ser el centro de nuestras vidas,

es un silencio salvador.

 

Aprendamos de la actitud de Jesús ante la tormenta, aprendamos del silencio De Dios para que no desconfiemos a la primera de cambio, sino que sigamos confiando, porque Dios no se desdice de sus promesas. 

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 27 DE JUNIO DE 2022

 Mt 8,18-22: Sígueme.


En aquel tiempo, viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de atravesar a la otra orilla.

Se le acercó un letrado y le dijo:

-Maestro, te seguiré adonde vayas.

Jesús le respondió:

-Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde reclinar la cabeza.

Otro que era discípulo, le dijo:

-Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre.

Jesús le replicó:

-Tú, sígueme. Deja que los muertos entierren a sus muertos.



Jesús le dice a esta persona: tú sígueme. El seguimiento a Jesús es lo más importante que haremos. No te distraigas, no pongas excusas para dejarlo para otro día.


El seguimiento de Jesús no es "a ratos en los tiempos libres", ni "por asignaturas poco a poco", sino que es un seguimiento total, radical, implica toda nuestra vida.

Es más, toda nuestra vida se puede resumir a esta premisa: lo seguimos o no lo seguimos. En todo lo que hacemos nos podemos plantear: ¿estoy siguiendo a Jesús o me estoy siguiendo a mi?

viernes, 24 de junio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 24 DE JUNIO DE 2022: EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

  Lc 15,3-7: ¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido.

 
 
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos y letrados esta parábola:

-Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles:

-¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido.

Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
 
Reflexión
 
Permíteme que añada a continuación la lectura del oficio de lecturas de hoy.
 
En ti está la fuente viva
San Buenaventura.
Opúsculo 3 (El árbol de la vida, 29-30.47: Opera omnia 8,79)
Y tú, hombre redimido, considera quién, cuál y cuán grande es éste que está pendiente de la cruz por ti. Su muerte resucita a los muertos, su tránsito lo lloran los cielos y la tierra, y las mismas piedras, como movidas de compasión natural, se quebrantan. ¡Oh corazón humano, más duro eres que ellas, si con el recuerdo de tal víctima ni el temor te espanta, ni la compasión te mueve, ni la compunción te aflige, ni la piedad te ablanda!
Para que del costado de Cristo dormido en la cruz se formase la Iglesia y se cumpliese la Escritura que dice: Mirarán al que atravesaron, uno de los soldados lo hirió con una lanza y le abrió el costado. Y fue permisión de la divina providencia, a fin de que, brotando de la herida sangre y agua, se derramase el precio de nuestra salud, el cual, manando de la fuente arcana del corazón, diese a los sacramentos de la Iglesia la virtud de conferir la vida de la gracia, y fuese para los que viven en Cristo como una copa llenada en la fuente viva, que salta hasta la vida eterna.
Levántate, pues, alma amiga de Cristo, y sé la paloma que anida en la pared de una cueva; sé el gorrión que ha encontrado una casa y no deja de guardarla; sé la tórtola que esconde los polluelos de su casto amor en aquella abertura sacratísima. Aplica a ella tus labios para que bebas el agua de las fuentes del Salvador. Porque ésta es la fuente que mana en medio del paraíso y, dividida en cuatro ríos que se derraman en los corazones amantes, riega y fecunda toda la tierra.
Corre, con vivo deseo, a esta fuente de vida y de luz, quienquiera que seas, ¡oh alma amante de Dios!, y con toda la fuerza del corazón exclama:
«¡Oh hermosura inefable del Dios altísimo, resplandor purísimo de la eterna luz! ¡Vida que vivificas toda vida y luz que iluminas toda luz y conservas en perpetuo resplandor millares de luces, que desde la primera aurora fulguran ante el trono de tu divinidad!
¡Oh eterno e inaccesible, claro y dulce manantial de la fuente oculta a los ojos mortales, cuya profundidad es sin fondo, cuya altura es sin término, su anchura ilimitada y su pureza imperturbable!
De ti procede el río que alegra la ciudad de Dios, para que, con voz de regocijo y gratitud, te cantemos himnos de alabanza, probando por experiencia que en ti está la fuente viva, y tu luz nos hace ver la luz.

miércoles, 22 de junio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 23 DE JUNIO DE 2022. SAN JUAN BAUTISTA

 Lc 1,57-66.80: El nacimiento de Juan Bautista. Juan es su nombre.


A Isabel se le cumplió el tiempo y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban.

A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre.

La madre intervino diciendo:

- ¡No! Se va a llamar Juan.

Le replicaron:

- Ninguno de tus parientes se llama así.

Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. El pidió una tablilla y escribió: Juan es su nombre. Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua y empezó a hablar bendiciendo a Dios.

Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo

- Qué va a ser este niño? Porque la mano de Dios estaba con él.

El niño iba creciendo y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.


Juan es su nombre. El nombre es nuestra identidad, y en la Biblia, también es nuestra misión. Juan significa “Dios tiene misericordia”, porque a través de él, se anuncia la llegada de Jesús, se anuncia que Dios tiene misericordia del pueblo que estaba oprimido. Dios tiene misericordia de Isabel con el nacimiento de Juan.


¿Cuál es nuestro nombre para Dios? Lejos del significado etimológico de nuestro nombre, nuestro nombre ante Dios es: hijo querido. 

Hijo querido siempre, en cualquier situación, en cualquier lugar, de cualquier manera. 


La misericordia que tiene Dios con nosotros es hacernos sus hijos para siempre.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es amarnos como sus hijos.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es elegirnos entre todos.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es hacerse uno de nosotros.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es confiar.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es perdonarnos siempre.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es su paciencia.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es su largueza.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es su generosidad.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es su gratuidad.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es su primero.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es su capacidad que tiene de sorprendernos siempre. 

La misericordia que tiene Dios con nosotros es su humildad.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es hacernos partícipes de su misma vida.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es…(puede añadir tú)

martes, 21 de junio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 22 DE JUNIO DE 2022

 Mt 7,15-20: Por sus frutos los conoceréis.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 

«Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. 

Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Así, todo árbol sano da frutos buenos; pero el árbol dañado da frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis».


Por sus frutos los conoceréis. Podemos pensar que serán las obras buenas. Es lo más fácil y lo más “lógico”. Sin embargo, puede haber obras buenas pero llenas de otras intenciones, que aunque no sean malas, las invalidan. Cuando son obras buenas para sentirnos bien, para mi reconocimiento.


El fruto que tenemos que dar es el que hace que una obra sea “buena”: el amor, el puro desinterés. Al final, lo decimos en el primer mandamiento: amar a Dios y al prójimo como a uno mismo.


Que yo crezca en el amor y la misericordia a los demás. Es la semilla plantada en nosotros.

El amor significa la entrega constante por el otro, la ilusión y la creatividad por nuevos caminos y nuevas formas. El amor también es la paciencia por el ritmo del otro. El amor es buscar al que está fuera...

lunes, 20 de junio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 21 DE JUNIO DE 2022

 Mt 7,6.12-14: Lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo con ellos.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 

«No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen con sus patas y después se revuelvan para destrozaros.

Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas.

Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. 

¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos».



La regla de oro del cristianismo y de toda la sociedad. Ayer hablé que no podemos pedir al otro que cumpla algo si antes no lo cumplo yo. En este caso, Jesús nos da una concreción del amor al prójimo “como a ti mismo”, que nos sirve como termómetro. Lo primero sería tratar al otro como me gustaría que me trataran a mi. 


Muchas veces, las relaciones entre las personas, se estropean porque esperamos de los otros muchas cosas. Pocas veces nos planteamos si yo he hecho lo mismo con ellos. Si todos nosotros fuéramos conscientes de ello, todo marcharía mejor.


Podemos hacer un ejercicio de autoexamen. Pensemos en las personas de nuestro alrededor, las que más frecuentamos, nuestro círculo. ¿Cómo las trato? ¿Qué espero de ellas? ¿Hago lo mismo con ellas que lo que yo espero de ellas?

domingo, 19 de junio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 20 DE JUNIO DE 2022

 Mt 7,1-5: Sácate primero la viga del ojo.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 

«No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque seréis juzgados como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. 

¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? 

¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame que te saque la mota del ojo”, teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano».


No juzguemos. Que fácil es decirlo y que difícil es cumplirlo. Esto debería ser algo superado para un cristiano, y sin embargo...

Superado porque: 

  • El cristiano es alguien que continuamente experimenta la misericordia de Dios al verse pecador.
  • El cristiano es alguien que sabe que la conversión es posible y que sólo Dios puede hacer milagros...
  • El cristiano sabe que sólo Dios es el que juzga, y su juicio es misericordia.
  • ¿Entonces para qué y por qué juzgamos? ¿Acaso somos mejores que el resto?


Es más, la coherencia cristiana es: empieza por ti mismo. Dios primerea, va delante, da primero, perdona primero, etc. Lo vemos en Jesús, todo lo que dijo, lo hizo él primero. Por ello, antes de comentar, antes de corregir a alguien, mírate primero a ver si eso lo tienes tú también. Suele ser que los defectos que vemos en los demás, en los que somos más sensibles, muchas veces, es que los tenemos nosotros primero. 

viernes, 17 de junio de 2022

HOMILÍA DE CORPUS 2022. SOMOS LO QUE DAMOS


 


Permítanme que empiece con una historia. 

Cuando una mujer murió, fue llevada al tribunal celestial.

- ¿Quién eres? – pregunto una voz

- Soy la mujer del alcalde - dijo ella.

- Te he preguntado quién eres y no con quien estás casada – respondió la voz

- Soy madre de cuatro hijos.

- Te he preguntado quién eres y no cuantos hijos tienes.

- Soy maestra de escuela.

- Te he preguntado quién eres y no cual es tu profesión

- Soy cristiana.

- Te he preguntado quién eres y no tu religión.

- Soy una persona que iba todos los días a la iglesia y ayudaba a los pobres.

- Te he preguntado quién eres y no lo que hacías.


La sociedad nos define por lo que tenemos. Tanto tienes tanto vales. Por ello, hay un interés por la imagen ante el otro. Las redes sociales, las comuniones, las ropas de las fiestas (con tocados, etc), es una forma de dar a entender todo lo que tenemos, es decir, todo lo que valemos.

Los cristianos podemos decir que somos hijos De Dios. Pero de cara a la sociedad, eso no vale ni cuenta. 

El lema de este año de cáritas nos lo aclara: “somos lo que damos”. Los Santos Padres decían que la solidaridad tapaba muchos pecados. Valorando por encima de todo, lo que cada uno hace por los demás, y tan importante es que borraba los pecados.


En el evangelio que se nos propone, la multiplicación de los panes y los peces, resuena de una manera especial la invitación, mejor, el mandato de Jesús: Denles ustedes de comer. Ese ustedes es cada uno de nosotros.


Por tanto, tenemos una responsabilidad a la que no podemos renunciar, a la que no podemos escaquearnos, ni escurrir el bulto, ni mirar para otro lado. Somos nosotros los que tenemos que darles de comer. No nos podemos contentar con que otros ya lo hacen. Un nosotros que es por un lado, la Iglesia, que está haciendo a través de las 5405 cáritas parroquiales en nuestro país. Mucho está haciendo cáritas, pero podría hacer más: nos faltan muchas manos. Hace dos semanas, pedíamos voluntarios para acompañar a mayores. Es una urgencia que estamos detectando. En mis parroquias, nadie me ha dicho nada. 


La situación no es buena: saliendo de la crisis de la pandemia, que dicen los expertos, todavía no saben valorar las consecuencias. Una guerra en Ucrania que está siendo la mayor crisis humanitaria en nuestro viejo continente después del siglo XXI. 


Y si hablamos de la erupción volcánica, está siendo la crisis más grave de los últimos años. Con millones de pérdidas en casas y terrenos. Y también, muchísimas personas que no encuentran ahora su lugar, desorientadas, perdidas, todavía en estado de shock. 


¿Hace falta algún dato más para que tomemos conciencia? Somos lo que damos. ¿Y si no damos?…¿Somos? ¿Podremos ser? ¿Aunque no me falte de nada?. Éste es la primera consecuencia: si no doy, no soy. Aunque vivas bien, ésta no será plenamente humana. Te falta la clave de la existencia: el amor. Y el amor es sólo donación. 


Ahora bien, suponiendo que damos, por tanto, somos. Podemos ser tantas cosas, hay tantas posibilidades. La campaña de Cáritas nos añade: somos amor.

Me pregunto: ¿somos amor?

Me pregunto: ¿qué doy?.

Jesús les dijo que les dieran de comer. ¿Nosotros qué damos?.


Nuestra sociedad está enferma de la falta de amor. Muchos padres se contentan con llenar a sus hijos de cosas, regalos, pero se olvidan de regalarse en ellos, de amarlos. Y ésta es la inercia a la que nos lleva la sociedad. 


Sin embargo, nosotros los cristianos no nos contentamos con llevar una vida “mediocre, aguada, licuada” GE 1.

Sentimos que nuestra vida necesita de algo más. Necesita compartir ese amor que recibimos de Jesús en la Eucaristía, para que ésta esté completa.


“Los cristianos y cristianas estamos llamados a vivir en coherencia con este amor y a reflejarlo en el día a día, en nuestras acciones y decisiones, en un estilo de vida más sencillo y austero, en una forma de ser que lleva a hacerse pan para otros, a tejer red y relaciones con otros diferentes, a contagiar alegría, esperanza y confianza en que juntos, como sociedad, a pesar de vivir divididos, podemos experimentar comunión y fraternidad” (de la campaña de Cáritas).


Ser pan para los otros, qué bonita tarea. El Papa nos concreta como serlo: 

Mirar con ternura.

“Estamos llamados a responder a la mirada amorosa y creativa de Dios. Cuando acogemos esta mirada nuestra vida cambia. Todo se vuelve un diálogo vocacional, entre nosotros y el Señor, pero también entre nosotros y los demás. Un diálogo que, vivido en profundidad, nos hace ser cada vez más aquello que somos (...) Toda vocación nos llama a mirar a los demás y al mundo con los ojos de Dios, para servir al bien y difundir el amor, con las obras y con las palabras.” (Papa Francisco)


Escuchar con paciencia.

“Si te pones en la presencia de Dios en la oración y el silencio, Dios te hablará. Entonces sabrás que no eres nada. Solo cuando te percatas de tu nada y tu vacío puede Dios llenarte de su propio ser. Las almas de oración son almas acostumbradas al silencio.” (Santa Teresa de Calcuta)


Cuidar la fragilidad.

“Volvamos siempre al estilo de Dios, el estilo de Dios es cercanía, compasión y ternura. Dios siempre ha actuado así. Si nosotros no llegamos a ser esta Iglesia de la cercanía con actitudes de compasión y ternura, no seremos la Iglesia del Señor.” (Papa Francisco)


Compartir con generosidad.

“La gente se admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista a los ciegos, y daban gloria al Dios de Israel. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino». Los discípulos le dijeron: «¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes para saciar a tanta gente?». Jesús les dijo: «¿Cuántos panes tenéis?». Ellos contestaron: «Siete y algunos peces». Él mandó a la gente que se sentara en el suelo.” (Mt 15, 31-35)


Denunciar la incoherencia que genera injusticia.

“Debe haber entre nosotros personas en lugares emblemáticos de la desesperación humana, para que las personas sientan que una vida es posible. Anunciar a Cristo es, ante todo, anunciar a las personas que tienen derecho a vivir.” (Anne Lécu. Religiosa dominica y médica penitenciaria)


Todo ésto y mucho más resuena en nuestros corazones cuando oímos del mismo Jesús: “denles ustedes de comer”. DÉMOSLES DE COMER.


ENLACE CAMPAÑA DE CÁRITAS

jueves, 16 de junio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 17 DE JUNIO DE 2022

 Mt 6,19-23: Donde está tu tesoro, allí estará tu corazón.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 

«No atesoréis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen y donde los ladrones abren boquetes y los roban. 

Haceos tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que los roen, ni ladrones que abren boquetes y roban. Porque donde está tu tesoro, allí estará tu corazón. 

La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; pero si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Si, pues, la luz que hay en ti está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!». 



Seguimos avanzando en estas recomendaciones que nos hace Jesús en el sermón del monte. Jesús empieza pronto dando los puntos fundamentales de su seguimiento. Lo que hay que hacer, por donde hay que ir. También medidas para saber medir la calidad de mi seguimiento. Esta expresión nos pone sobreaviso ante posibles autoengaños. Podemos estar dando por supuesto nuestro amor y seguimiento del Señor. Pero la fe se mide en la encrucijada, cuando tenemos que elegir. En la elección, nos descubrimos en nuestras prioridades.

¿Elegimos al Señor en las grandes decisiones? ¿Elegimos al Señor en el día a día? 

¿De qué nos podríamos desprender? ¿De qué no nos podríamos desprender? Piensa en personas, piensa en cosas, piensa en situaciones, piensa en el status logrado, etc. 

martes, 14 de junio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 15 DE JUNIO DE 2022

Mt 6,1-6.16-18: Tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.



En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial.

Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa.

Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.

Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.

Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».



Jesús pone las bases de las normas que había en Israel: sobre la limosna, la oración y el ayuno. Pilares sencillos sobre los que se basa su fe judía…y también cristiana. 


Lo que hagamos, hagámoslo en lo escondido, no porque nadie tiene que saberlo, sino para corregirme en mi ego.


En lo escondido, porque el primero que tiene que ser mi confidente de lo que hago es el Señor. El secreto hace referencia a lo interior, íntimo, al reducto donde está el Señor. Muchas veces nos pasa que hacemos muchas cosas por el Señor, pero no se lo decimos a Él.


En lo escondido porque hay publicidades que vienen a potenciar nuestra vanidad.


En lo escondido porque ahí es donde se realizan las obras auténticas y lo hacen personas auténticas.


En lo escondido porque las obras más grandes se hacen en lo escondido: anuncio del ángel a María, Resurrección, los 30 primeros años de Jesús, etc. 

lunes, 13 de junio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 14 DE JUNIO DE 2022

 Mt 5,43-48: Amad a vuestros enemigos.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”.

Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.

Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».


Seguimos en el sermón del monte, la máxima enseñanza de Jesús según San Mateo. Jesús nos insta, como decía ayer, a superar el cumplimiento de la ley antigua, que mandaba amar a los amigos y odiar a los enemigos.


Así superamos una visión del cristianismo de cumplimiento, basándonos solamente en cumplir (y por la mínima) lo que dice la biblia, la ley, los mandamientos. Así nos quedaríamos en un neofariseísmo.


Pero no, el cristianismo es mucho más. Cristiano es el que sigue a Jesús, una persona viva, que es mucho más que una letra muerta en piedra.

Para seguir a Jesús hay que confiar en Él.

Confiar en Él es confiar en su Palabra.

Confiar en Él es confiar en su camino.

Confiar en Él es confiar en sus indicaciones, enseñanzas.

Confiar en Él es confiar en su estilo de vida.

domingo, 12 de junio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 13 DE JUNIO DE 2022

 Mt 5,38-42: Yo os digo que no hagáis frente al que os agravia.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 

«Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas».


Comenzamos la semana XI celebrando a San Antonio de Padua, uno de los santos más importantes del orbe católico. A su vez, es uno de los santos que más devoción se le tiene en todo el mundo. No es para menos, contemplando su vida, no podemos hacer otra cosa que dar gracias a Dios por la belleza de su testimonio, la grandeza de su fe y la solidez de su entrega. 


Esta fe, entrega  y testimonio nos pide ahora que no hagamos frente al que nos agravia.

Por un lado, estamos en una época donde se reclama la justicia y los derechos de toda persona (aunque se sigan conculcando por parte también de los que los reclaman).

Por otro lado, a la mayoría de nosotros nos han educado en el ojo por ojo, diente por diente, a base de películas, series, cuentos y demás relatos. De manera que nos podemos terminar creyendo que la violencia se acaba con más violencia, cuando es falso.


Jesús nos insta a no entrar en la espiral de violencia, sino simplemente entrar en la espiral de amor. Cuando Jesús nos invita a no responder, no nos está recomendando ser cobardes, o no complicarnos la vida; sino que nos está instando a que creamos en una instancia mejor: la del amor. 


Aunque no de manera directa, el amor es la solución a la violencia, a la desesperanza, a la indiferencia, etc. 

Así lo hizo Jesús, por ello murió Jesús…y no fue comprendido en aquel momento. 


Por ello, no te importe que no te comprendan, e incluso que se rían de ti, sino simplemente, cumplir con nuestra vocación más íntima y superior: amar.