martes, 29 de abril de 2014

Comentario del 29 de Abril: SANTA CATALINA DE SIENA

Permíteme hoy, día de Sta Catalina de Siena, una gran mujer y una gran santa, doctora de la Iglesia y patrona de Europa, que te ponga la lectura del oficio. No tiene desperdicio

Gusté y vi


Santa Catalina de Siena, virgen

Diálogo sobre la divina Providencia (Cap. 167, Acción de gracias a la Ssma Trinidad: edición latina, Ingoldstadt 1583, ff 290v-291)
¡Oh Deidad eterna, oh eterna Trinidad, que por la unión de la naturaleza divina diste tanto valor a la sangre de tu Hijo unigénito! Tú, Trinidad eterna, eres como un mar profundo en el que cuanto más busco, más encuentro, y cuanto más encuentro, más te busco. Tú sacias al alma de una manera en cierto modo insaciable, pues en tu insondable profundidad sacias al alma de tal forma que siempre queda hambrienta y sedienta de ti, Trinidad eterna, con el deseo ansioso de verte a ti, la luz, en tu misma luz. 
Con la luz de la inteligencia gusté y vi en tu luz tu abismo, eterna Trinidad, y la hermosura de tu criatura, pues, revistiéndome yo misma de ti, vi que sería imagen tuya, ya que tú, Padre eterno, me haces partícipe de tu poder y de tu sabiduría, sabiduría que es propia de tu Hijo unigénito. Y el Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo, me ha dado la voluntad que me hace capaz para el amor. 
Tú, Trinidad eterna, eres el Hacedor y yo la hechura, por lo que, iluminada por ti, conocí, en la recreación que de mí hiciste por medio de la sangre de tu Hijo unigénito, que estás amoroso de la belleza de tu hechura. 
¡Oh abismo, oh Trinidad eterna, oh Deidad, oh mar profundo!: ¿podías darme algo más preciado que tú mismo? Tú eres el fuego que siempre arde sin consumir; tú eres el que consumes con tu calor los amores egoístas del alma. Tú eres también el fuego que disipa toda frialdad; tú iluminas las mentes con tu luz, en la que me has hecho conocer tu verdad. 
En el espejo de esta luz te conozco a ti, bien sumo, bien sobre todo bien, bien dichoso, bien incomprensible, bien inestimable, belleza sobre toda belleza, sabiduría sobre toda sabiduría; pues tú mismo eres la sabiduría, tú, el pan de los ángeles, que por ardiente amor te has entregado a los hombres. 
Tú, el vestido que cubre mi desnudez; tú nos alimentas a nosotros, que estábamos hambrientos, con tu dulzura, tú que eres la dulzura sin amargor, ¡oh Trinidad eterna!

lunes, 28 de abril de 2014

Comentario al evangelio del 28 de Abril

Jn 3,1-8: El que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios.
Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío. Éste fue a ver a Jesús de noche y le dijo:

- «Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él.»

Jesús le contestó:

- «Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios.»

Nicodemo le pregunta:

- «¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer? »

Jesús le contestó:

- «Te lo aseguro, el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: "Tenéis que nacer de nuevo"; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu.»

Reflexión
Nacer de nuevo. Jesús ha resucitado. Eso no quiere decir solamente que vive entre nosotros. Quiere decir que su proyecto ha sido el ganador. Ahora tenemos que vivir como Él, camino, verdad y vida. Esto implica un morir y un nacer de nuevo. Nacer del Espíritu...dejarnos conducir por Él. Ayer el Papa Francisco en su homilía con motivo de la canonización de los dos Papas aludió a esta idea, tanto uno como otro, se dejaron conducir con el Espíritu.
Esto se traduce también en unas relaciones nuevas entre nosotros. De la exhortación postinodal del Papa Francisco, extraigo unos números para completar esta idea. Están encuadrados bajo el título "Sí a las relaciones nuevas que genera Jesucristo".
88. El ideal cristiano siempre invitará a superar la sospecha, la desconfianza permanente, el temor a ser invadidos, las actitudes defensivas que nos impone el mundo actual. Muchos tratan de escapar de los demás hacia la privacidad cómoda o hacia el reducido círculo de los más íntimos, y renuncian al realismo de la dimensión social del Evangelio. Porque, así como algunos quisieran un Cristo puramente espiritual, sin carne y sin cruz, también se pretenden relaciones interpersonales sólo mediadas por aparatos sofisticados, por pantallas y sistemas que se puedan encender y apagar a voluntad. Mientras tanto, el Evangelio nos invita siempre a correr el riesgo del encuentro con el rostro del otro, con su presencia física que interpela, con su dolor y sus reclamos, con su alegría que contagia en un constante cuerpo a cuerpo. La verdadera fe en el Hijo de Dios hecho carne es inseparable del don de sí, de la pertenencia a la comunidad, del servicio, de la reconciliación con la carne de los otros. El Hijo de Dios, en su encarnación, nos invitó a la revolución de la ternura.
89. El aislamiento, que es una traducción del inmanentismo, puede expresarse en una falsa autonomía que excluye a Dios, pero puede también encontrar en lo religioso una forma de consumismo espiritual a la medida de su individualismo enfermizo. La vuelta a lo sagrado y las búsquedas espirituales que caracterizan a nuestra época son fenómenos ambiguos. Más que el ateísmo, hoy se nos plantea el desafío de responder adecuadamente a la sed de Dios de mucha gente, para que no busquen apagarla en propuestas alienantes o en un Jesucristo sin carne y sin compromiso con el otro. Si no encuentran en la Iglesia una espiritualidad que los sane, los libere, los llene de vida y de paz al mismo tiempo que los convoque a la comunión solidaria y a la fecundidad misionera, terminarán engañados por propuestas que no humanizan ni dan gloria a Dios.
91. Un desafío importante es mostrar que la solución nunca consistirá en escapar de una relación personal y comprometida con Dios que al mismo tiempo nos comprometa con los otros. Eso es lo que hoy sucede cuando los creyentes procuran esconderse y quitarse de encima a los demás, y cuando sutilmente escapan de un lugar a otro o de una tarea a otra, quedándose sin vínculos profundos y estables: «Imaginatio locorum et mutatio multos fefellit»[68]. Es un falso remedio que enferma el corazón, y a veces el cuerpo. Hace falta ayudar a reconocer que el único camino consiste en aprender a encontrarse con los demás con la actitud adecuada, que es valorarlos y aceptarlos como compañeros de camino, sin resistencias internas. Mejor todavía, se trata de aprender a descubrir a Jesús en el rostro de los demás, en su voz, en sus reclamos. También es aprender a sufrir en un abrazo con Jesús crucificado cuando recibimos agresiones injustas o ingratitudes, sin cansarnos jamás de optar por la fraternidad[69].
92. Allí está la verdadera sanación, ya que el modo de relacionarnos con los demás que realmente nos sana en lugar de enfermarnos es una fraternidad mística, contemplativa, que sabe mirar la grandeza sagrada del prójimo, que sabe descubrir a Dios en cada ser humano, que sabe tolerar las molestias de la convivencia aferrándose al amor de Dios, que sabe abrir el corazón al amor divino para buscar la felicidad de los demás como la busca su Padre bueno. Precisamente en esta época, y también allí donde son un «pequeño rebaño» (Lc 12,32), los discípulos del Señor son llamados a vivir como comunidad que sea sal de la tierra y luz del mundo (cf. Mt 5,13-16). Son llamados a dar testimonio de una pertenencia evangelizadora de manera siempre nueva.[70] ¡No nos dejemos robar la comunidad!

lunes, 21 de abril de 2014

LUNES DE LA OCTAVA

Mt 28,8-15: Comunicad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.

En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo:

- «Alegraos.»

Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies.

Jesús les dijo:

- «No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.»

Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles:

- «Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y os sacaremos de apuros.»

Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy.

Reflexión

Del Papa Francisco: "Galilea es el lugar de la primera llamada, donde todo empezó. Volver allí, volver al lugar de la primera llamada. Jesús pasó por la orilla del lago, mientras los pescadores estaban arreglando las redes. Los llamó, y ellos lo dejaron todo y lo siguieron (cf. Mt 4,18-22). Volver a Galilea quiere decir releer todo a partir de la cruz y de la victoria. Releer todo: la predicación, los milagros, la nueva comunidad, los entusiasmos y las defecciones, hasta la traición; releer todo a partir del final, que es un nuevo comienzo, de este acto supremo de amor."


miércoles, 16 de abril de 2014

MIÉRCOLES SANTO

Mt 26,14-25: El Hijo del hombre se va, como está escrito; pero, ¡ay del que va a entregarlo!

En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:

- «¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?»

Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.

El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:

- «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?»

Él contestó:

- «Id a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos."»

Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua.

Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo:

- «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.»

Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro:

- «¿Soy yo acaso, Señor?»

Él respondió:

- «El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido.»

Entonces preguntó judas, el que lo iba a entregar:

- «¿Soy yo acaso, Maestro?»

Él respondió:

- «Tú lo has dicho.»

Reflexión

Otro día más donde la iglesia nos presenta en el evangelio a Judas como uno de los protagonistas. Para nosotros puede ser el protagonista principal e insistimos en la traición. Sin embargo, siempre es Jesús el protagonista principal y en este trozo no es para menos.
Como cristianos, tenemos que mirar lo que le pasó a Jesús y como reacciona Él ante los acontecimientos, cuáles son sus sentimientos.
Incluso ante la traición de Judas, es Jesús el que le invita a dar el paso. Algo parecido como cuando María, es quien le da el primer paso a Jesús y éste comentó que todavía no había llegado su hora. En este caso, es Jesús el que da el primer paso porque es la hora.
En el texto, nos recalca bien claro que Judas es "uno de los doce", de su círculo más íntimo...
Demonizamos a Judas, y quizá no sea tanto. Quizá el pecado de Judas sea que no terminó de confiar en Jesús. No entendía su forma de actuar, quería que Dios actuase a su manera...y ésto quizá no es tan alejado de lo que muchas veces hacemos nosotros.
Muchas veces, hemos traicionado a Jesús, o lo hemos abandonado porque Dios no hace lo que le pedimos. Y por ello, dejamos de creer en Él. Quizá, es que anteriormente no creíamos en Él y ahora nos justificamos.
El caso es que Jesús respeta escrupulosamente esa libertad de Judas, y sin embargo, muere por él. Se entrega a él y se entrega por él.


martes, 15 de abril de 2014

MARTES SANTO

Jn 13,21-33.36-38: Uno de vosotros me va a entregar... No cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces.

En aquel tiempo, Jesús, profundamente conmovido, dijo:

- «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.»

Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía.

Uno de ellos, el que Jesús tanto amaba, estaba reclinado a la mesa junto a su pecho. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía. Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó:

- «Señor, ¿quién es?»

Le contestó Jesús:

- «Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado.»

Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote.

Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo:

- «Lo que tienes que hacer hazlo en seguida.»

Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres.

Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche. Cuando salió, dijo Jesús:

- «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Me buscaréis, pero lo que dije a los judíos os lo digo ahora a vosotros: "Donde yo voy, vosotros no podéis ir."»

Simón Pedro le dijo:

- «Señor, ¿a dónde vas?»

Jesús le respondió:

- «Adonde yo voy no me puedes acompañar ahora, me acompañarás más tarde.»

Pedro replicó:

- «Señor, ¿por qué no puedo acompañarte ahora? Daré mi vida por ti.»

Jesús le contestó:

- «¿Con que darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces.»

Reflexión

Es la hora de las tinieblas, pero también la hora de la glorificación (para Juan es tanto la cruz como la resurrección). Nos cuesta entender. Pero su Reino no es de este mundo, no con los criterios de este mundo.
No podemos separar la cruz de la resurrección. Es un todo. 
Es el triunfo del amor, del perdón, de la bondad, de la misericordia.
Y en nuestra vida será igual, pero queremos gloria sin cruz, y no la hay.
Adentrémonos en el misterio de la entrega de Jesús. 

lunes, 14 de abril de 2014

LUNES SANTO

Jn 12,1-11: Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura.
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.

María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.

Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice:

- «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?»

Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa llevaba lo que iban echando. Jesús dijo:

- «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; por e a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis.»

Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.

Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.
Reflexión
Estamos a una semana de la Pascua, aquí también San Juan nos presenta una comida que es un anticipo de la Pascua eterna. Y aquí sobresalen dos actitudes: la de la generosidad de María y la de la tacañería de Judas. El cielo es el amor y generosidad desbordante, mientras el infierno será la tacañería, la cerrazón del corazón, la sospecha...
Contrastan estas dos actitudes ante el encuentro con Jesús. María lo da todo, descubre en Jesús el centro de su vida y no le importa gastar el sueldo de 10 meses en él. Ella es el modelo del que ha abierto su corazón total al Señor. Por eso, su vida es puro amor y generosidad.
Sin embargo, Judas es la típica persona que no ha abierto su corazón a Jesús, aunque haya vivido con Él. En él podemos encuadrarnos nosotros. Cuando estamos continuamente calculando lo que le damos al Señor y lo que nos puede pedir.
Aprendamos de María a darlo todo por Él...



jueves, 10 de abril de 2014

Comentario al evangelio del 10 de Abril

Jn 8,51-59: Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día.

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:

- «Os aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre.»

Los judíos le dijeron:

- «Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: "Quien guarde mi palabra no conocerá lo que es morir para siempre"? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?»

Jesús contestó:

-«Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: "Es nuestro Dios", aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera: “no lo conozco" sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría.»

Los judíos le dijeron:

- «No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?»

Jesús les dijo:

- «Os aseguro que antes que naciera Abrahán, existo yo.»

Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.

Reflexión

Al igual que ayer, esta perícopa del evangelio comienza diciendo Jesús: "el que guarda mi palabra..."; y aunque la idea del evangelio de hoy no radica en esta frase, sin embargo, me ha llamado tremendamente la atención, de manera que mi oración ha estado polarizada por esta frase.
Y también sé, que principalmente esta frase, con su conclusivo: "no morirá para siempre", hace referencia a la vida eterna. Sin embargo, este momento de oración me hizo pensar en otras muertes en la vida. Me hizo recordar, por un lado, el agua de vida que brota del costado de Jesús; y por otro, el encuentro de Jesús con la samaritana:"como un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna"
Me hace pensar en tantas veces que en nuestra vida, nos vamos cansando, parece que nos vamos muriendo. Y recordaba que Jesús nos da vida en nuestra vida, nos da unas ganas de luchar, de amar, de entregarnos, que no acaba ni se agota.
Me hace recordar cual es la fuente de mi alegría, de mi fuerza, de mi esperanza...
¿Es su Palabra?

martes, 8 de abril de 2014

Comentario al evangelio del 8 de Abril

Jn 8,21-30: Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy.

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:

- «Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros.»

Y los judíos comentaban:

- «¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: "Donde yo voy no podéis venir vosotros"?»

Y él continuaba:

- «Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis por vuestros pecados: pues, si no creéis que yo soy, moriréis por vuestros pecados.»

Ellos le decían:

-«¿Quién eres tú?»

Jesús les contestó:

- «Ante todo, eso mismo que os estoy diciendo. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me envió es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él.»

Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús:

- «Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada.»

Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.

Reflexión

Es verdad lo que dice Juan, cuando Jesús sea levantado, sabremos que es. Y por su exaltación, descubrimos el poder y el amor de Dios.
Su exaltación en la cruz es la máxima manifestación del amor de Dios por nosotros y su poder.
Pero esta exaltación de Jesús en la cruz, nos sigue presentando problemas de comprensión. ¿Por qué Dios permitió que su Hijo...?
Aquí habla el silencio...
No lo entendemos, pero cuando acudimos a un crucificado y lo miramos, encontramos un amor y una paz...
Sólo Dios hace nuevas todas las cosas...
Y es que la mística de la Cruz solo se transmite en la cruz (personal), e incluso es fuente de liberación. Es un manantial de vida, por eso salió del costado de Jesús, sangre y agua. 


lunes, 7 de abril de 2014

Comentario al evangelio del 7 de Abril

Jn 8,1-11: El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.

En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.

Los letrados y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:

-Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras: tú, ¿qué dices ?.

Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo.

Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.

Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:

-El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.

E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.

Ellos, al oirlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos, hasta el último.

Y quedó solo Jesús, y la mujer en medio, de pie.

Jesús se incorporó y le preguntó:

-Mujer, ¿dónde están tus acusadores?, ¿ninguno te ha condenado?

Ella contestó:

-Ninguno, Señor.

Jesús dijo:

-Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.

Reflexión

Quieren coger a Jesús. Él ignora lo que le dicen los acusadores y escribe en el suelo. Esa actitud de Jesús y la afirmación los desarma a ellos.
A mí también me desarma, su misericordia. Una misericordia que no ignora el pecado, ignora las acusaciones. Pero una misericordia que tiene una mirada hacia adelante.
Piensa en como Dios nos mira cuando le confesamos nuestro pecado. Vete y no peques más. Ese futuro en comunión con él no se frustra por la presencia del pecado.
Muchas veces, somos nosotros los que nos acusamos a nosotros mismos, y nuestra conciencia, en vez de acercarnos a Dios, nos martillea de tal manera, que nos consideramos reos de muerte. Sin embargo, Jesús, tampoco nos condena.
Aprendamos de la misericordia de Jesús para con el pecado, de cara a los demás para no acusarlos, y de cara a nosotros para aprender a aceptar el perdón de Dios.

viernes, 4 de abril de 2014

Viajes, peregrinaciones, excursiones para este año 2014



HORARIOS DE SEMANA SANTA



Horarios de las Celebraciones de la Semana Santa
de las parroquias de
San Miguel Arcángel y Ntra. Sra. del Carmen
Villa y Puerto de Tazacorte
Semana Santa 2014


MIÉRCOLES DE PASIÓN (9 DE ABRIL)
16:30 Confesiones en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen. También después de la misa (17:30).
20:00 Confesiones en la Parroquia de San Miguel Arcángel (habrá varios sacerdotes).
VIERNES DE PASIÓN (11 DE ABRIL)
20:30 Reunión con los padres y padrinos de los niños que se han de bautizar en la Pascua. A esta reunión asistirán quienes hayan solicitado previamente el Bautismo.
SÁBADO DE PASIÓN (12 DE ABRIL)
17:30 Santa Misa en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen.
19:30 Santa Misa en la Parroquia de San Miguel Arcángel.
DOMINGO DE RAMOS (13 DE ABRIL)
10:30 Bendición de Ramos desde la Plaza “El Ranchito”. A continuación Procesión y Eucaristía. Eucaristía especialmente dedicada a los niños (piñata).
LUNES SANTO (14 DE ABRIL)
11:00 Película en el salón parroquial para los niños y jóvenes.
17:30 Confesiones en la Parroquia de San Miguel Arcángel
19:30 Santa Misa y Procesión con el Señor de la Columna.
MARTES SANTO (15 DE ABRIL)
11:00 Película en el salón parroquial para los niños y jóvenes.
17:30 Confesiones en la Parroquia de San Miguel Arcángel
19:30 Santa Misa y Procesión con el Ecce-Homo.
MIÉRCOLES SANTO (16 DE ABRIL)
9:00 Confesiones en la Parroquia de Ntra. Sra. de los Remedios
16:30 Confesiones en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen.
17:30 Santa Misa en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen.
19:30 Santa Misa en la Parroquia de San Miguel Arcángel.
22:30 Procesión del Encuentro.
JUEVES SANTO (17 DE ABRIL)
8:00 Rezo de Laudes en la Parroquia de San Miguel Arcángel.
17:30 Celebración de la Cena del Señor en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen.
19:00 Celebración de la Cena del Señor en la Parroquia de San Miguel Arcángel.
22:30 Procesión del Silencio.
VIERNES SANTO (18 DE ABRIL)
9:00 Vía Crucis por las calles.
10:30 Rezo de Laudes en la Parroquia de San Miguel Arcángel.
12:00 Hora santa para los niños y jóvenes en la Parroquia de San Miguel Arcángel.
17:00 Celebración de la Pasión y Muerte del Señor en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen.
19:00 Celebración de la Pasión y Muerte del Señor en la Parroquia de San Miguel Arcángel. A continuación, Procesión del Santo Entierro.
SÁBADO SANTO (19 DE ABRIL)
9:00 Rezo de laudes entorno a la sepultura del Señor en la Parroquia de San Miguel Arcángel.
21:00 SOLEMNE VIGILIA PASCUAL en la Parroquia de San Miguel Arcángel. A continuación la parroquia les ofrece un ágape fraterno.
23:30 SOLEMNE VIGILIA PASCUAL en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen.
DOMINGO DE RESURRECCIÓN (20 DE ABRIL)
11:00 Santa Misa y Bautismos en la Parroquia de San Miguel Arcángel.

Tu Señor
cayó vencido d’amor
sobre um palo.
Esto tuvo por regalo
por que seas vencedor.

O amigo pecador,
mira bien, si tienes ojos,
que te mira el Criador
con ojos de inmenso amor,
olvidando tus enojos.

Ámalo, que el ser amado
para él es gran sabor;
hónralo, que tu valor
consiste en ser venerado
de ti, siervo, tu Señor.

Has d’amarlo como a padre,
que ser inmortal te dió,
y as sus pechos te crió,
con amor más que de madre, pues pecaste y te sufrió.

Con su óleo ungido fué
para luchar con fervor,
y aunque era buen luchador, dándole amor un traspié,
cayó vencido d’amor.

Oh amor, cuanto pudiste,
pues pudiste a Dios matar!
Oh hombre, cuan mal supiste,
cuando a tal Dios ofendiste,
tal amor a Dios pagar.

Si quieres agora amar,
aunque dantes fueses malo,
luego te verná abrazar,
con los brazos que estirar
por ti quiso sobre un palo.

Amor te piden sus llagas,
sus azotes, sus espinas.
Aunque todo te deshagas,
si no amas, nada pagas
a sus entrañas divinas.

Por que ames, quiso ser
tenido por hombre malo;
la honra y vida perder,
y tal muerte padecer,
esto tuvo por regalo.

Si pecas a Dios no amas;
ama siempre y vencerás
Mundo, Carne y Satanás.
Y pues cristiano te llamas
no te dejes vencer más.

Lo que vives y has vivido
pierdes por falta de amor;
con amor será unido
al que fue d’amor vencido,
por que seas pecador.

San José de Anchieta

jueves, 3 de abril de 2014

Comentario al evangelio del 3 de Abril

Jn 5,31-47: Hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza.

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: 

- «Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es válido. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es válido el testimonio que da de mí. Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan las obras que el Padre me ha concedido realizar; esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado. Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su semblante, y su palabra no habita en vosotros, porque al que él envió no le creéis. Estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, os conozco y sé que el amor de Dios no está en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis; si otro viene en nombre propio, a ése si lo recibiréis. ¿Cómo podréis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre, hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no dais fe a sus escritos, ¿cómo daréis fe a mis palabras?»
Reflexión

Jesus da testimonio del Padre que lo envió. Juan da testimonio de Jesús, y tantos otros...
¿Nosotros de quien damos testimonio?
¿Damos testimonio del amor de Dios?...
Dar testimonio no es hablar de alguien solamente. Y está claro que hablamos de Dios. Pero, el testimonio que Jesús hace referencia es a la vida. Muchas veces, nuestras palabras están huecas, porque no se corresponden con nuestra vida... 
Hablamos del amor de Dios, de su misericordia, y tratamos sin misericordia a nuestro hermano, no somos capaces de perdonar, o le tenemos envidia...
Que nuestra vida testimonie la misericordia entrañable de Dios.

miércoles, 2 de abril de 2014

LAS POESÍAS DEL PADRE ANCHIETA A LOS MÁRTIRES DE TAZACORTE

He encontrado tres poesías que dedica San José de Anchieta a los mártires de Tazacorte. Dos dedicadas al beato Ignacio de Acevedo y una a todos los mártires.

A los mártires del Brasil (Tazacorte)

Los que muertos veneramos
por su Dios,
si no los seguimos nos,
¿qué ganamos?

Los que las honras del mundo
despreciaron,
y las deshonras amaron
de la cruz,
éstos, con su buen Jesús
de la muerte triunfaron.
Sin ningún temor pasaron
a la vida que esperamos,
en sus manos con los ramos
del triunfo, que alcanzaron,
los que muertos veneramos.

Vivieron vida del cielo,
continuamente muriendo,
a sí mismos persiguiendo,
sin querer ningún consuelo,
de los que mueren viviendo.
Al tirano no temiendo,
muy feroz,
sufren muerte muy atroz,
muy contentos,
y con crueles tormentos,
dan la vida por su Dios.

Amadores de pobreza,
celosos de castidad,
paciencia con humildad
juntaron con sencilleza,
obediencia y caridad.
Si queremos de verdad,
ser de Dios,
hermanos, decidme vos
si podemos
alcanzar lo que queremos,
si no los seguimos nos.

Dejamos el mundo malo,
que captivos nos tenía.
Venimos con alegría,
a llevar el santo palo
de la cruz, de noche y día.
Si la vida de la cruz
no tomamos,
y viviendo procuramos
de morir,
y muriendo a nos, vivir
a solo Dios, ¿qué ganamos?

A Ignacio de Acevedo

Lo dulce no gustará
quien no gusta del acedo
como Ignacio d'Acevedo.

El exceso d'amarguras,
qu'el buen Jesús padeció,
con amor las convertió
en exceso de dulzuras,
con que al hombre regaló.
Lo uno y lo otro bebió
Ignacio, que muerto está,
con muerte, que vida da,
porque quien hiel no gustó,
lo dulce no gustará.

El trabajo, el abatimiento,
dolor, muerte, acedos son.
Bebiólos, de corazón,
con excesivo contento,
Ignacio, grande varón.
Si quieres tal bendicón
síguelo con gran denuedo,
porque es justicia y razón,
no tenga consolación
quien no gusta del acedo.

Acevedo acedo queda,
si sacas de medio el "ve",
porque el acedo fue
para Ignacio viva rueda,
con que se probó su fe.
Su amor perfecto fue,
desechando todo el miedo,
pues quien tal ejemplo ve,
firme en solo Dios su pie,
como Ignacio d'Acevedo.

Otra a Ignacio de Acevedo

Quiso Dios que diese vida
al enemigo francés,
la muerte del portugués.

Con la Virgen en tu mano,
¡oh Ignacio, varón fuerte!
peleaste de tal suerte,
que del hereje tirano
triunfaste con tu muerte.

Recibiste, si moverte,
cruel y mortal herida,
y con tal victoria habida,
a ti, tu sangrienta muerte
quiso Dios que diese vida.

Jaques Soria te mató,
francés y cruel ladrón,
mas tu vida y tu pasión
creemos que le alcanzó
verdadera contrición.
A la fe de corazón
se redujo, en la vejez,
porque tú, con oración,
ganaste de Dios perdón
al enemigo francés.

Como tenías por guía
a Jesús crucificado,
que, a voces, perdón pedía
para el pueblo, que lo había
en el madero enclavado,
le ruegas, muy inflamado,
por tu matador francés.
Él quiere, por ti aplacado,
que gane vida al culpado
la muerte del portugués.

Comentario al evangelio del 2 de Abril

Jn 5,17-30: Quien escucha la palabra del Hijo y cree en el Padre ha pasado ya de la muerte a la vida.
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:

- «Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo.»

Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no sólo abolía el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios. Jesús tomó la palabra y les dijo:

- «Os lo aseguro: El Hijo no puede hacer por su cuenta nada que no vea hacer al Padre. Lo que hace éste, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace, y le mostrará obras mayores que ésta, para vuestro asombro. Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere. Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo el juicio de todos, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo envió. Os lo aseguro: Quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no se le llamará a juicio, porque ha pasado ya de la muerte a la vida. Os aseguro que llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán. Porque, igual que el Padre dispone de la vida, así ha dado también al Hijo el disponer de la vida. Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del hombre. No os sorprenda, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio. Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.»

Reflexión

Fíjate tú, que sencillo, quien escucha la Palabra del Hijo y cree en Él se salva. Y así lo vemos en los evangelios en cada uno de los milagros acaecidos: "tu fe te ha salvado", o "basta que tengas fe".
Ahí es donde me doy cuenta de que, lo que creía que tenía muy claro, me doy cuenta de que no es tanto. El otro día oí a una persona hablando sobre la fe (con motivo del año de la Fe), y decía que la fe es CONFIAR, y para confiar hay que confiar. Parece muy redundante, pero decimos que tenemos fe y le pedimos constantemente al Señor que nos muestre signos. Sin embargo, la fe es un salto en el vacío, es el todo por el todo, es darlo todo, en confiarlo todo, es como si camináramos ciegos guiados por nuestro perro.
Creamos y confiemos en el Señor.

HOY EL PAPA FIRMA EL DECRETO DE CANONIZACIÓN DEL PADRE ANCHIETA

Tomado de esta página, http://infocatolica.com/blog/delapsis.php/1404010954-el-nuevo-santo-jose-de-anchie, les adjunto esta reseña sobre el Padre Anchieta.
También en la página del obispado de Tenerife, tenemos unos cuantos enlaces sobre el Padre Anchieta. (www.obispadodetenerife.es)

Mañana el Santo Padre, por medio de lo que se denomina «canonización equipolente», reconocerá la santidad de José de Anchieta, el apóstol de Brasil y uno de sus fundadores.
Una vida apasionante: poeta, literato, escribió en portugués, latín y lenguas indígenas; diplomático, enfermero, naturista; redactó la primera gramática de lengua tupí; fundó hospitales, escuelas, pueblos y ciudades, entre ellas Sao Paulo. Y por encima de todo un enamorado del Señor, por eso fue beatificado por Juan Pablo II en 1980.
Ingresó en la Compañía de Jesús recién fundada, hijo de vasco y canaria, nació en Tenerife(1534). Estudió en Coimbra (Portugal). Vamos, desde el punto de vista humano un hombre de «las Españas», de esos a los que ninguna película haría justicia. Luchó contra los franceses y otros esclavistas en la apasionante historia de Brasil. Durante su gobierno jesuita puso el germen de lo que serían las famosas Reducciones de Paraguay. Quiso tanto a los indígenas y a los pobres que su primera ocupación fue darles la Buena Nueva. Ahora que se habla tanto de Nueva Evangelización pienso lo lejos que estamos de esos «titanes del Señor».
Yo descubrí su vida en un libro que nunca me canso de recomendar y regalar: «Hechos de los apóstoles de América» de José María Iraburu (¿os suena el autor?).
Iba a resumir los extensos trece folios que don José María le dedica, pero no haría más que desfigurarlos. Así que mejor os transcribo dos capítulos con detalles que quizá no leáis en las semblanzas que se publiquen estos días, esas cosas que según el parecer de algunos ya no se estilan. A buen seguro que os pica la curiosidad y termináis leyendo todo.

Predicar y hacer milagros

Al contemplar la figura de Jesús, de los Apóstoles primeros y de los santos misioneros posteriores, comprobamos con frecuencia que en su vida y ministerio obraron muchos milagros.
Hace poco, Lorenzo Bianchi, estudiando un punto de la reforma litúrgica postconciliar, hacía notar, como ejemplo, un cambio significativo en la oración de la misa de San Francisco Javier. Misal de San Pío V: «Oh Dios, que quisiste agregar a tu Iglesia a muchedumbres de las Indias por la predicación y los milagros de san Francisco… Misal de Pablo VI: … tú que has querido que nuevas naciones llegaran al conocimiento de tu nombre por la predicación de san Francisco Javier»… («30Días» XVI, 12). Se suprimieron los milagros en la acción misionera, quizá por imposibles o por increíbles, o quizá por innecesarios.
Cristo, sin embargo, envió sus apóstoles para que, juntamente, predicaran el Evangelio y obraran milagros, de manera que éstos hicieran creíble aquél: «Id y predicad el Evangelio… A los que creyeren les acompañarán estas señales»… (Mc 16,18). Así fue como evangelizó Jesús, predicando y haciendo milagros. Y aún dijo más: «en verdad os digo que el que cree en mí, ése hará también las obras que yo hago, y las hará mayores que éstas» (Jn 14,12).
Todo esto se cumplió ampliamente en la primera evangelización de América, pues en ella hubo santos misioneros que hicieron no pocos milagros. Concretamente, el beato José de Anchieta hizocientos de obras prodigiosas. «Parece que escogió nuestro Señor al P. José -escribe Nieremberg- para autor de prodigios y maravillas, que declarasen a aquel nuevo mundo las grandezas del Criador» (578).
Los milagros fueron en su vida innumerables. En una ocasión, estando en la ribera del mar con un Hermano y otros pescadores, él se retiró a un rincón apartado de la orilla, donde estuvo tres o cuatro horas en oración. En este tiempo fue el mar creciendo, pero supo respetar al beato Anchieta sin salpicarle siquiera con sus aguas, de tal modo que cuando fue el Hermano a buscarle, primero le llamó a gritos, y luego hubo de «meterse entre dos montes de agua por el lado que dejaba el mar abierto, y avisó al Padre que era ya tiempo de recogerse». Cuando luego el Hermano manifestó su asombro, el Padre le dijo, sin darle mayor importancia: «¿No sabéis que el mar y el viento le obedecen?» (577).
Otra vez, en 1584, durante un viaje a Pernambuco, iba en canoa acompañado del Hermano Pedro Leitao, que estaba abrumado por el calor del sol. Sobre un árbol vio Anchieta tres o cuatro guaraces, aves grandes, preciosas, de color carmesí, y les dijo en lengua indígena: «Andad y llamad a las de vuestro linaje y volved todas a hacernos sombra en este camino», y así lo hicieron, obedientes, formando nube sobre ellos, hasta que la canoa salió al mar y ganó un viento fresco (575).
La escena evangélica de la pesca milagrosa se repitió tantas veces en la vida del padre Anchieta, que los pescadores, y especialmente los indios, «le veneraban con sumo respeto y sentían y hablaban de él como de un hombre a quien obedecía la naturaleza. Y cuando después de muerto querían nombrarle, le significaban diciendo: «Aquel Padre que nos daba los peces que queríamos, aquél que cuando le pedíamos un favor nos sacaba de cualquier peligro y de la muerte misma»» (584).
También fueron muchas las sanaciones, tanto de portugueses como de indios, obradas por Dios a través del padre Anchieta. Y el siervo de Dios, que tantas veces produjo en otros la salud, no tenía temor a los venenos o a las bestias feroces. Yendo una vez con otro de camino, les salió una víbora, y el compañero espantado quiso huir, pero el padre le retuvo, y como bromeando con la sierpe, la pisó con su pie, desnudo como siempre, incitándole a picarle como castigo, pues era un pecador; pero la víbora se estuvo quieta, hasta que el padre, mandándole no hacer mal a nadie, alzó el pie y la dejó marchar (558).

Innumerables profecías

Todavía más numerosos fueron en el beato Anchieta los casos prodigiosos de profecía. «Las profecías de este siervo de Dios fueron tantas y tan claras, asegura Nieremberg, que parece no le tenía Dios encubierta cosa como a su fidelísimo amigo» (585). «Cuanto decía este siervo de Dios era profecía, diciendo a las madres los sucesos de sus hijos, a las casadas de sus maridos ausentes, a los mercaderes de sus naves y mercancías, a los religiosos aun de sus pensamientos. Y fuera nunca acabar si hubiéramos de decir todas las maravillas y prodigios que obró Dios por este su siervo, a quien escogió la divina bondad para mostrar por él a aquellas gentes el poder de Omnipotencia» (591).
Los que con él vivían llegaron a familiarizarse con «la gran noticia de todas las cosas que Dios comunicaba a su grande siervo, que parece que no había cosa presente ni ausente, ni pasada ni por venir, ni grande ni pequeña que no supiese» (587). «A algunos que confesándose con el santo varón callaban algún pecado, él se lo decía y hacía que hiciesen entera confesión» (567).
A un desconocido que pretendía casarse, se lo prohibía, recordándole que su esposa vivía. A una mujer desconsolada, que daba por muerto a su marido, le aseguraba que estaba vivo y que regresaría en tales circunstancias. Visitando una vez, ya viejo, al enfermero, encontró a éste escribiendo a su hermana de Lisboa, y le dijo que no perdiera el tiempo, o que enviara la carta al cielo, pues ya había muerto. El enfermero le pidió, entonces, que ofreciese una misa por ella. «Ya lo he hecho, le respondió el padre Anchieta, cuando ella partió de esta vida» (556)… Y todos creían en sus palabras, pues ya sabían de otras veces que se cumplían siempre.
Este don lo tuvo desde bastante joven, pues ya de sus años en Piratininga hay varias anécdotas, como la siguiente. Un día el padre Adán González, estando en oración en la azotea, tuvo una visión en la que presintió que un hijo suyo, el Hermano Bartolomé, que había ingresado también en la Compañía, había muerto. Cuando al año vino en una nave la noticia, el padre González le pidió al beato Anchieta que ofreciera una misa por él. Le respondió éste que ya le había ofrecido cinco misas, precisamente cuando él tuvo aquella visión de la azotea, pues entonces fue cuando efectivamente murió su hijo (555).
San José de Anchieta, ruega por nosotros.

martes, 1 de abril de 2014

Comentario al evangelio del 1 de Abril

Jn 5,1-3.5-16: El agua que sana de la piscina de Betesda. Cristo cura al enfermo en sábado.

En aquel tiempo, se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Ésta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos. Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice: 

- «¿Quieres quedar sano?»

El enfermo le contestó: 

- «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado.»

Jesús le dice: 

- «Levántate, toma tu camilla y echa a andar.»

Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar. Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano: 

- «Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla.»

Él les contestó: 

- «El que me ha curado es quien me ha dicho: Toma tu camilla y echa a andar.»

Ellos le preguntaron: 

- «¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?»

Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, aprovechando el barullo de aquel sitio, se había alejado. Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice: 

- «Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor.»

Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado. Por esto los judíos acosaban a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.

Reflexión

Veo como recurrente el tema del sábado en Jesús, en los fariseos y en los evangelistas. 
Los fariseos para reclamar una actitud de Jesús contraria a las normas.
Recurrente en Jesús para mostrar la misericordia en su trato a las personas.
Recurrente en los evangelios para dar a conocer un cambio de foco en la actitud de Jesús con respecto a los fariseos: la persona en el centro y la actitud de la misericordia. 
Y eso es un mensaje para hoy, para nosotros como cristianos-iglesia. Yo me veo en el lado de los fariseos y no tanto en Jesús.
Le pido al Señor muy fuertemente que nos ilumine para que nos penetre su Espíritu que nos guíe en la orientación correcta.