lunes, 31 de mayo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 1 DE JUNIO

 Mc 12,13-17: Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios a Dios.


En aquel tiempo, mandaron a Jesús unos fariseos y partidarios de Herodes, para cazarlo con una pregunta.

Se acercaron y le dijeron:

-Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa de nadie; porque no te fijas en apariencias, sino que enseñas el camino de Dios sinceramente. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?

Jesús, viendo su hipocresía, les replicó:

-¿Por qué intentáis cogerme? Traedme un denario, que lo vea.

Se lo trajeron.

Y él les preguntó:

-¿De quién es esta cara y esta inscripción?

Le contestaron:

-Del César.

Les replicó:

-Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios a Dios.

Se quedaron admirados.


A Jesús lo ponen en la encrucijada…y Él siempre elige a Dios. Si nos pusieran en la encrucijada, si nos pusieran a elegir, ¿a quién elegiríamos? ¿a nosotros? ¿a Dios? ¿al otro?

domingo, 30 de mayo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 31 DE MAYO. LA VISITACIÓN DE MARÍA A SU PRIMA ISABEL

 Lc 1,39-56: ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?


En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito:

-«¡ Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»

María dijo:

-«Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi: su nombre es santo,

y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos

y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia

-como lo habla prometido a nuestros padres -

en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.»

María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.


Celebramos hoy el día de la Visitación de María a su prima Isabel.

Es un día para contemplar la grandeza de María que dejó todo para ayudar, servir a su prima Isabel. Fue pronta a la llamada de Dios. No fue una llamada directa, sino que fue una llamada en la vida, en los acontecimientos. El ángel le comunicó que su prima también esperaba un niño, y ella entendió que la voluntad de Dios era que fuera a ayudarla. Pero no quisiera extenderme en esta idea, que ya por sí es muy importante contemplar esta sensibilidad de María para captar las señales de Dios y revisarnos en nuestra vida, las veces que no las captamos, estamos despistados, o estamos sordos; o incluso no queremos ver, o no nos sentimos concernidos.


Quisiera basarme en la idea a modo de título que nos presenta la Iglesia (es lo que he ido haciendo todo el año): ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?


María era prima de Isabel, mucho menor que ella, por lo que resulta rara la pregunta, salvo por el añadido final “madre de mi Señor”. Isabel se siente halagada, importante ante Dios porque no sólo Dios tuvo misericordia al quedar embarazada, sino sobre todo porque le visitaba la mujer más importante que ha pisado la Tierra (María es importante por ser la “madre”, por llevar en su seno a Jesús). Isabel es consciente de ello y por ello, se queda abrumada, turbada. María tiene una reacción también parecida. Aquí vemos uno de los temas permanentes en Dios: la capacidad de sorprendernos. 


Es un día para pedirle al Señor no perder la capacidad de sorprendernos por la providencia divina, por sus “maneras, estilo”, por sus detalles, sus signos y su visita en nuestra vida.


Es un día para tomar conciencia que María siempre nos visita (lo sepamos o no, la veamos o no, la sintamos o no).


Es un día para agradecer que María siempre esté con nosotros a pesar de no ser merecedores


Es un día para pedirle al Señor por medio de María que tengamos la sensibilidad para ver las llamadas de Dios en la vida y acontecimientos que vivimos. 


Es un día para pedirle al Señor por medio de María que tengamos la actitud de servicio ante la realidad que nos toca vivir. 

miércoles, 26 de mayo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 27 DE MAYO. JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE

  Mc 14,12a.22-25: Esto es mi cuerpo. Esta es mi sangre.


El primer día de los Azimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dicen sus discípulos: "¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas el cordero de Pascua?"


Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y dijo: "Tomad, este es mi cuerpo."


Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella.


Y les dijo: "Esta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos.


Yo os aseguro que ya no beberé del producto de la vid hasta el día en que lo beba nuevo en el Reino de Dios."


Hoy celebramos la festividad de Jesucristo, sumo y eterno sacerdote. En este día normalmente se acuerdan de los sacerdotes. Yo diría que no es el día del sacerdote “común”, sino del SACERDOTE, Jesús. Todos participamos de él, y los “sacerdotes” participan de su misión. Jesús nos salvó por su entrega.


"Él no sólo ha conferido el honor del sacerdocio real a todo su pueblo santo, sino también, con amor de hermano, ha elegido a hombres de este pueblo, para que, por la imposición de las manos, participen de su sagrada misión. Ellos renuevan en su nombre el sacrificio de la redención, y preparan a sus hijos el banquete pascual, donde el pueblo santo se reúne en su amor, se alimenta con su palabra y se fortalece con sus sacramentos. Sus sacerdotes, al entregar su vida por él y por la salvación de los hermanos, van configurándose a Cristo, y así dan testimonio constante de fidelidad y amor" (Prefacio).


Ser sacerdote es ser entregado. Jesús dijo: “Tomad, esto es mi cuerpo”…y se entrega. Esto es ser sacerdote, entregarse por entero a Dios. Lo importante en el sacerdote no es su función litúrgica: que predique bien, que celebre bien, sino sobre todo QUE SE ENTREGUE BIEN Y POR ENTERO. 


Por ello, es un día para pedir por nosotros, los sacerdotes, para que hagamos de nuestra vida un sacerdocio agradable a Él, por la salvación del mundo, entregándonos todo y a todos.

martes, 25 de mayo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 26 DE MAYO

 Mc 10,32-45: Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado.


En aquel tiempo, los discípulos iban subiendo camino de Jerusalén, y Jesús se les adelantaba; los discípulos se extrañaban y los que seguían iban asustados.

El tomó aparte otra vez a los Doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder:

-Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del Hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los letrados, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán; y a los tres días resucitará.

Se le acercaron los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:

-Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.

Les preguntó:

-¿Qué queréis que haga por vosotros?

Contestaron:

-Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.

Jesús replicó:

-No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?

Contestaron:

-Lo somos.

Jesús les dijo:

-El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado.

Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.

Jesús, reuniéndolos, les dijo:

-Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.


Este año me tocó predicar en la Semana Santa sobre esta frase del evangelio (la del título). Hay una gran carga de sensibilidad, de intenciones detrás de esta expresión de Jesús. Quería hacerles ver a los discípulos la gravedad de la decisión tomada, y que a partir de ahora su vida va a cambiar...por seguir la voluntad de Dios. 


Pidamos al Señor ser capaces de subir con él a Jerusalén.

lunes, 24 de mayo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 25 DE MAYO

Mc 10,28-31: Recibiréis en este tiempo cien veces más, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna.


En aquel tiempo, Pedro se puso a decirle a Jesús:

-Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.

Jesús dijo:

-Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más -casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones-, y en la edad futura, vida eterna.

Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros.



Volvemos al Tiempo Ordinario, a la lectura continua del evangelio. En este caso estamos en el evangelio de San Marcos capítulo 10, justo después del pasaje del “joven rico”. Los discípulos se desaniman ante la expresión de Jesús: ¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!…y luego es imposible (salvarse) para los hombres, no para Dios.


Y Pedro, en nombre de los apóstoles, asevera: “ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido”. Entonces es cuando Jesús les anuncia una consecuencia del amor de Dios: la generosidad, la gratuidad.


Y es que el evangelio exige de mí el darlo todo (incluso con persecuciones), pero la recompensa siempre es mucho mayor de lo que yo pueda dar. Dios es generoso, es buen pagador, es merecedor de confianza y de entrega.


Por ello, no tengamos miedo en dejarlo todo, nuestra recompensa será mayor.  

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 25 DE MAYO. FESTIVIDAD DE MARÍA MADRE DE LA IGLESIA

  Jn 19,25-34: Ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu madre.


Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.

Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.

Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dijo: «Tengo sed». Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: «Está cumplido». E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.

Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran.

Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.


La Iglesia celebra hoy la fiesta de Santa María Madre de la Iglesia. Por ello, nos ofrece este evangelio, donde Jesús nos regala a su Madre. 

Es una advocación que introdujo S. Pablo VI en el año 1964. A parte de todos los títulos que le tributamos a María, ahora como Madre de la Iglesia.

Ella no sólo engendró a Jesús en su seno, sino que también engendra a la Iglesia. Estuvo acompañando a los apóstoles el día de Pentecostés, dice el texto: “junto con María”. Es una persona muy importante en la espiritualidad cristiana, en la Iglesia. Por ello es Madre de la Iglesia, no sólo por ser madre de todos los que formamos la Iglesia. Y ella sigue engendrando a la Iglesia, la cuida, protege, une. 


Miremos a María también como Madre de la Iglesia e invoquémosle en este tiempo tan sombrío, donde la Iglesia está en un momento de prueba, que ella siga sosteniéndola y engendrándola. 

jueves, 20 de mayo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 21 DE MAYO

 Jn 21,15-19: Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas.


Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, dice a Simón Pedro: 

- «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?»

Él le contestó: 

- «Sí, Señor, tú, sabes que te quiero.»

Jesús le dice: 

- «Apacienta mis corderos.»

Por segunda vez le pregunta: 

- «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»

Él le contesta: 

- «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»

Él le dice: 

- «Pastorea mis ovejas.»

Por tercera vez le pregunta: 

- «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»

Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: 

- «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»

Jesús le dice: 

- «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.»

Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: 

- «Sígueme.»


La Iglesia nos presenta hoy un texto muy bonito y significativo. Un texto de una sensibilidad grande y una ternura exquisita. Es el epílogo del evangelio de San Juan, cuando Jesús se encuentra con Pedro después de la Resurrección.


Jesús sigue confiando en Pedro. Es más, confía siempre en él y en nosotros. Por seguir siempre en el título que nos proponen, “apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas”, Jesús hace el examen final a Pedro…y lo aprueba.


El examen consiste únicamente en el amor. Algunos comentan que Jesús diferencia entre amar y querer. Jesús parte de su gran amor y llega a ponerse al nivel de Pedro, de un amor menor: “querer”. 


Y le sigue enviando a la misión. Es más, Jesús nunca retira la llamada, nunca retira la confianza. 


Es un día bueno, para contemplar y meditar sobre la confianza de Jesús en nosotros. Es una confianza inquebrantable. Es una confianza empoderada, es decir, es una confianza porque hay una gracia del Espíritu para poder cumplir con la misión, en la medida que nos abramos a Él. Por ello, “extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras”, aunque referido a la muerte, así es la confianza en Dios, otro te llevará adonde no quieras, no porque vayas por disgusto, sino porque no lo has elegido, otro lo eligió.



REVISIÓN DE LA SEMANA SANTA


https://docs.google.com/forms/d/1RamAyaUwxBexROeB6HCjmpYskVXqvciEeQqkt5y9EO4/edit

miércoles, 19 de mayo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 20 DE MAYO

 Jn 17,20-26: Que sean completamente uno.


En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, Jesús dijo:

- Padre santo:

no sólo por ellos ruego,

sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos,

para que todos sean uno,

como tú, Padre, en mí y yo en ti,

que ellos también lo sean en nosotros,

para que el mundo crea que tú me has enviado.

También les di a ellos la gloria que me diste,

para que sean uno,

como nosotros somos uno:

yo en ellos y tú en mí,

para que sean completamente uno,

de modo que el mundo sepa que tú me has enviado

y los has amado como me has amado a mí.

Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo,

donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste,

porque me amabas antes de la fundación del mundo.

Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido,

y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer

y les daré a conocer tu Nombre, para que el amor que me tenías

esté en ellos, como también yo estoy en ellos.


Ayer hablábamos precisamente de la unidad, como reflejo de la Santísima Trinidad.


La frase que nos ponen como idea central del texto es: que sean completamente uno.

Éste es el deseo y el contenido de la oración de Jesús. Por lo que la unidad siempre está en el horizonte de la voluntad de Dios.


En un mundo atomizado, dividido, con rivalidades crecientes y en ambientes muy familiares, hay una brisa que la empuja hacia la unidad: es la oración de Jesús. Igual que los aviones, cuando tienen viento de cola, avanzan más rápido y pueden acortar los tiempos de los vuelos, así también nosotros debemos aprovechar este viento favorable que nos empuja hacia la unidad.


Es decir, en medio de este mundo, siempre hay una voz en lo más interior nuestro que nos mueve a la unidad. Tenemos que oír esa voz y no desoirla para siempre tender hacia esta situación. Lo que pasa es que muchas veces, nos dejamos llevar por otras voces, algunas interiores y otras exteriores, o por la inercia y nos quedamos en la separación, división.


No te olvides: es el deseo de Jesús, y nadie puede ser buen cristiano cuando no lucha con todas sus fuerzas por la unidad a su alrededor.



REVISIÓN DE LA SEMANA SANTA


https://docs.google.com/forms/d/1RamAyaUwxBexROeB6HCjmpYskVXqvciEeQqkt5y9EO4/edit

martes, 18 de mayo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 19 DE MAYO

 Jn 17,11b-19: Que sean uno, como nosotros.


En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: 

- «Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que ellos mismos tengan mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Conságralos en la verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Y por ellos me consagro yo, para que también se consagren ellos en la verdad.»


Seguimos con la oración sacerdotal: pide por nosotros, como contemplamos ayer. La petición de hoy es sobre la unidad. No es poca cosa: como el Padre y el Hijo. Ya aquí tenemos una pista, la unidad sólo es posible desde la fuente de la Trinidad.


Jesús no pide que simplemente vivamos en paz, sin peleas ni divisiones. Pide que vivamos con la misma unidad con la cual está la Santísima Trinidad. ¡Esto es imposible!. Imposible para los hombres y no para Dios. Jesús siempre nos lleva hacia pensamientos más altos, más puros, más auténticos. No nos hace quedarnos en nuestros fracasos, sino nos lleva más arriba. Nos lleva a aspirar a lo más alto. 


Que no perdamos nunca la ilusión, la confianza en Dios de que, sólo con Él, podremos vivir en esa unidad pedida y soñada por Dios. 


REVISIÓN DE LA SEMANA SANTA


https://docs.google.com/forms/d/1RamAyaUwxBexROeB6HCjmpYskVXqvciEeQqkt5y9EO4/edit

lunes, 17 de mayo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 18 DE MAYO

 Jn 17,1-11a: Padre, glorifica a tu Hijo.


En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, dijo:

«Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique y, por el poder que tú le has dado sobre toda carne, dé la vida eterna a los que le confiaste. Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado sobre la tierra, he coronado la obra que me encomendaste. Y ahora, Padre, glorifícame cerca de ti, con la gloria que yo tenía cerca de ti, antes que el mundo existiese. 

He manifestado tu nombre a los hombres que me diste de en medio del mundo. Tuyos eran, y tú me los diste, y ellos han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todo lo que me diste procede de ti, porque yo les he comunicado las palabras que tú me diste, y ellos las han recibido, y han conocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me has enviado. Te ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por éstos que tú me diste, y son tuyos. Sí, todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y en ellos he sido glorificado. Ya no voy a estar en el mundo, pero ellos están en el mundo, mientras yo voy a ti.»



Comenzamos ahora con la “oración sacerdotal”, la oración que pronuncia Jesús en Getsemaní y que Juan recoge. Es una oración llena de dramatismo y de confianza filial en el Padre.


Jesús pide por nosotros y pide por Él. Le está pidiendo fuerzas al Padre para poder acabar su obra. Para poder ser fiel a su voluntad. En Juan la glorificación viene en la cruz, que también es la exaltación. 


Ha llegado la hora. Le pide que sea glorificado para que entonces sea glorificada la obra del Padre. Jesús nunca está en relación a sí mismo, sino en relación al Padre. La gloria del Hijo es la gloria del Padre. En Jesús hay una identificación total con el Padre. Por ello, no pide para sí, sino para Él, en cuanto instrumento. 


Cuántas veces pedimos al Padre o a Jesús, para que podamos cumplir con la voluntad de Dios y ¿Él sea glorificado?. Nos lo recuerda muy bien la frase de San Ignacio: AMGD (para la mayor gloria de Dios)

Ser cristiano es recuperar este objetivo en la vida, objetivo final y de cada momento. Cada cosa que hago, ¿es para mayor gloria de Dios?




REVISIÓN DE LA SEMANA SANTA


https://docs.google.com/forms/d/1RamAyaUwxBexROeB6HCjmpYskVXqvciEeQqkt5y9EO4/edit

domingo, 16 de mayo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 17 DE MAYO

 Jn 16,29-33: Tened valor: yo he vencido al mundo.


En aquel tiempo, dijeron los discípulos a Jesús: 

- «Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que saliste de Dios.»

Les contestó Jesús: 

- «¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo.»


Siguiendo con los mensajes de despedida, Jesús va profetizando como será la vida del discípulo. Y ahora entienden, porque habla claro. Parece queJesús les está animando al heroísmo, o exaltando a los que son valientes. Es verdad que el evangelio es para los valientes.


Pero la parresía o valentía evangélica, la audacia, no es algo innato. A lo largo de la historia, ha habido muchos santos tímidos, cobardes, apocados; que sin embargo, han afrontado luchas grandes.


La valentía evangélica nace de la confianza en Dios: yo he vencido el mundo, de estar bien enganchados o afincados en Él. Por tanto, lo único que nos hace es animarnos a estar y permanecer en Él, de ahí nuestra fuerza: la fuerza se realiza en la debilidad.


REVISIÓN DE LA SEMANA SANTA


https://docs.google.com/forms/d/1RamAyaUwxBexROeB6HCjmpYskVXqvciEeQqkt5y9EO4/edit

jueves, 13 de mayo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 14 DE MAYO

 Jn 15,9-17: No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.

Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.

Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.

Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. 

Esto os mando: que os améis unos a otros.»


 Celebramos la fiesta de San Matías, el apóstol elegido después de la resurrección de Jesús. El criterio para elegirlo es ser testigo de la resurrección. Éste es el criterio también para nosotros: ser testigo o no de la resurrección, de un Jesús viviente. Pero no me quiero alargar por aquí, sólo por la expresión que nos ponen a modo de título: No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido.


Todos los apóstoles son elegidos por Jesús, según la voluntad del Padre. Eso no nos quepa duda. De hecho, sale en el texto bíblico y ahora Jesús se lo recuerda. Para que sientan paz y seguridad.


Sin embargo, también podemos entender estas expresiones dirigidas para nosotros hoy. Éste es el misterio de la elección de Jesús. Nos elige, nos prefiere, nos destina. ¿a quiénes? A todos. Mejor a todos y cada uno. A todos con una predilección especial que sólo Él lo puede hacer. Siéntete elegido, preferido y también enviado.


Somos elegidos por algo y para algo. Ésta es la clave de la vocación. Que cada uno de nosotros descubramos cuál es el “por” y el “para” de Dios con nosotros. Pidámosle al Señor para que nos muestre la clave de nuestra vocación.



REVISIÓN DE LA SEMANA SANTA


https://docs.google.com/forms/d/1RamAyaUwxBexROeB6HCjmpYskVXqvciEeQqkt5y9EO4/edit

HOMILÍA DE FÁTIMA

“Un gran signo apareció en el cielo”


Un año más nos ponemos en manos de María, para confiarle todas nuestras vidas. El año pasado por estas fechas, estábamos saliendo del primer confinamiento mundial. Estuvimos dos meses encerrados en España. Algo inaudito, insospechado. Pasamos por momentos muy tenebrosos y tristes.

Salíamos del confinamiento en el mes de Nuestra Madre, un mes especial para todos nosotros. Y casi de los primeros días, fue la celebración de su día.

En aquel tiempo pensaríamos que ya, por estas fechas, estaríamos a salvo. Sin embargo, esto no es así. 


Por ello, venimos de nuevo, Madre a postrarnos ante ti, a pedirte la luz de tu Hijo, la fortaleza del Espíritu y la paz del Padre. Y cuando venimos, ¡cuál es nuestra sorpresa, haber escuchado estas palabras del libro del Apocalipsis!: “un gran signo apareció en el cielo”.


Precisamente…¡cuántos signos habremos querido que apareciesen en este tiempo! Y sin embargo, la lectura nos los afirma tajantemente. Apareció una figura portentosa. Y como muchas expresiones de la Biblia que están en pasado, no las podemos entender como si fuera en una clase de lengua, sino como un pasado que se repite en el tiempo. Date cuenta que la Biblia no está escrita en español, ni en este tiempo. Podríamos decir, que esa figura no apareció (solamente), sino que aparece, aparece continuamente. 


Celebramos una aparición de la Virgen en un lugar concreto, pero en verdad, sabemos que la Virgen siempre se aparece, aunque no la sintamos, no la veamos. Más bien, la Virgen siempre está. Es más, Dios nos regala “esa figura portentosa” para protegernos continuamente. 


Quisiera que reflexionáramos brevemente sobre las personas a las que la Virgen se les aparece: Niños pobres. La Virgen, como buena madre está atenta a los más desfavorecidos de sus hijos. Tiene siempre esa predilección. Su presencia les transformó y dio valentía. Ya no eran niños pobres, sino ricos porque tenían a María. Ésa es la riqueza cristiana: tener a Jesús y a María. Esos niños tuvieron luego una gran valentía para testimoniar lo que allí aconteció a las autoridades, y el resto del pueblo fiel.


Este tiempo de pandemia nos ha descubierto una verdad que sabíamos, pero que no queríamos que saliera a la luz: lo vulnerables que somos. Esto nos ha producido miedo, incertidumbre, y seguimos todavía con desasosiego porque todavía esto no se supera. Muchos, incluso han tenido episodios más fuertes en su estado de ánimo. A todos nosotros, la Palabra de Dios nos recuerda: “Un gran signo apareció en el cielo”. Y sigue apareciendo, es María.


En la vulnerabilidad nos creímos solos, pero la realidad es otra

María apareció en el cielo.

María está.

Ésta es la buena noticia: no estamos solos, no hemos estado a merced de la suerte, o del karma. Estamos en el regazo de María. No salimos del radio de influencia de Dios ni de María. No nos sueltan de la mano. 


Por ello, no desconfiemos, tengamos fe, tengamos la certeza de su presencia. En esta pandemia: MARÍA ESTÁ CON NOSOTROS. Escucha sus palabras en la aparición ante s. Juan Diego: “¿No estoy aquí que soy tu Madre? Es como si le dijera: ¿por qué desconfías?

Salgamos con valentía a testimoniarlo


Ella es el signo del cielo. El gran signo, el mejor signo. ¿Se nos ocurre otro signo mejor? A mí no se ocurre nada mejor. 

martes, 11 de mayo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 12 DE MAYO

 Jn 16,12-15: El Espíritu de la verdad os guiará hasta la verdad plena.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.

El me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando.

Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará.»


El Espíritu de la verdad nos guiará hasta la verdad plena. Hasta Jesús, hasta Dios. Hasta el misterio de Dios. Jesús sigue preparándonos para poder recibir con mayor fruto su Espíritu. 


Nos guiará hasta la verdad plena. No se refiere, por lo menos en este mundo, hasta la verdad plena del Universo, de todo lo que investigan los científicos, hasta la verdad del COVID 19, etc. Si creo que se refiere hasta la verdad plena de la vida, la sabiduría de la vida. Hasta la verdad plena de lo que somos nosotros (cada uno en sí mismo y con los otros). Lo mismo que santa Teresita sintió cuando “comprendió” la verdad de la Escritura. El Espíritu nos guiará hasta la verdad teniendo claro, que nunca tendremos toda la verdad, sino pasito a pasito, dándonos pequeñas luces necesarias para el caminar de cada día. 


Sigamos pidiendo el Espíritu, deseemos que nos guíe hasta la verdad plena y podremos caminar por caminos de luz, en estos tiempos recios.


REVISIÓN DE LA SEMANA SANTA


https://docs.google.com/forms/d/1RamAyaUwxBexROeB6HCjmpYskVXqvciEeQqkt5y9EO4/edit

lunes, 10 de mayo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 11 DE MAYO

 Jn 16,5-11: Si no me voy, no vendrá a vosotros el Defensor.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- «Ahora me voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: "¿Adónde vas?" Sino que, por haberos dicho esto, la tristeza os ha llenado el corazón. Sin embargo, lo que os digo es la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Defensor. En cambio, si me voy, os lo enviaré.

Y cuando venga, dejará convicto al mundo con la prueba de un pecado., de una justicia, de una condena. De un pecado, porque no creen en mí; de una justicia, porque me voy al Padre, y no me veréis; de una condena, porque el Príncipe de este mundo está condenado.»


Sigue la despedida de Jesús anunciando la venida del Espíritu Santo. Es el Espíritu que tenía Jesús. Nos lo envía para guiarnos, para vivificarnos y cristificarnos. Él hace posible la presencia de Jesús en la Iglesia, en nosotros. 


Es tan importante que sintamos la importancia del Espíritu Santo en Jesús, en la Iglesia, en mi vida. 


Se va, pero vuelve de nuevo en el Espíritu Santo en nuestro interior. Ahora ya no está fuera, sino dentro. “Conviene que yo me vaya, porque ahora necesitan de mí más que cuando estaba. Yo puse las bases, ahora toca vivirlo y extenderlo”


REVISIÓN DE LA SEMANA SANTA


https://docs.google.com/forms/d/1RamAyaUwxBexROeB6HCjmpYskVXqvciEeQqkt5y9EO4/edit

domingo, 9 de mayo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 10 DE MAYO

 Jn 15,26-16,4a: El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- «Cuando venga el Defensor, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.

Os he hablado de esto, para que no tambaleéis. Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí.

Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho.»


Sigue Jesús en el discurso de despedida advirtiendo a los apóstoles. En este caso les advierte de las persecuciones que tendrán por seguirle a Él. Sin embargo, el Espíritu Santo dará testimonio. 


Nos invita a la confianza en el Espíritu en medio de la dificultad, porque Él nos defenderá. Así que si, tenemos problemas, tengamos paciencia, que la ayuda del Espíritu llegará porque Jesús lo ha preanunció.


No sólo nos defenderá sino que dará testimonio de Jesús. Es la fuerza de los mártires, que apuntan a la confianza en Jesús y su palabra. No sólo es defensa, sino fortaleza y paz también ante un desenlace negativo (muerte). 


Por tanto, confiemos, Jesús nos envía el Espíritu y Él actuará, Él sabrá cuando, para dar testimonio de Jesús.


REVISIÓN DE LA SEMANA SANTA


https://docs.google.com/forms/d/1RamAyaUwxBexROeB6HCjmpYskVXqvciEeQqkt5y9EO4/edit

jueves, 6 de mayo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 7 DE MAYO

 Jn 15,12-17: Esto os mando: que os améis unos a otros.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- «Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.

Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.

Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.

Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.

No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.

De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros.»



Esto os mando, esto os dejo…es la herencia de Jesús. Si podemos resumir el evangelio, no lo hagamos en las normas, hagámoslo por el amor.

Vivir el evangelio es amar. Pero amar como Él, es decir: siempre, sin límites, misericordiosamente, entregándonos, dando la vida, sirviendo.


Todo lo que habla de recorte, de pensar en uno, mis obligaciones, mis horarios, etc, cuando se pone por encima, va recortando todo aquello que llamamos amor. Solemos decir que la medida del amor es amar sin medida. Pues eso, el amor es por sí generoso, sin límites, sin mínimos. 


¿Nos atrevemos a vivir el amor, o sólo simplemente a vivir? ¿o sólo padecerlo?


Es su mandamiento, su deseo, su herencia. 


REVISIÓN DE LA SEMANA SANTA


https://docs.google.com/forms/d/1RamAyaUwxBexROeB6HCjmpYskVXqvciEeQqkt5y9EO4/edit