jueves, 29 de junio de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 30 DE JUNIO DE 2023

 Mt 8,1-4: Si quieres, puedes limpiarme.

Al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente. 

En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: 

«Señor, si quieres, puedes limpiarme». 

Extendió la mano y lo tocó diciendo: 

«Quiero, queda limpio». 

Y enseguida quedó limpio de la lepra. 

Jesús le dijo: 

«No se lo digas a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio».



El evangelio que nos proponen para hoy, vemos a Jesús haciendo acciones extraordinarias, manifestando la llegada del Reino, como así había dicho versículos atrás.


En este caso, vemos un caso de lepra, una enfermedad en aquel momento incurable e incluso contagiosa. Aquellos que la sufrían eran excluidos de la comunidad y también desahuciados, esperando su suerte (muerte).


En esta situación, en la que no hay nada que perder, el leproso le suplica de rodillas a Jesús si quiere limpiarle.


No creo que ninguno de nosotros esté desahuciado espiritualmente hablando; ni tampoco esté excluido de la comunidad, pero incluso en este caso, con Jesús podemos siempre renacer. Él nos da una nueva oportunidad. El texto dice que la lepra se le quitó y quedó limpio.


Tantos aspectos que no podemos limpiar en nuestra vida, pero sabemos que Él si puede. 


En este caminar con Jesús, hemos de aprender a mirarle, escucharle, pero sobretodo, suplicarle, porque todos tenemos necesidad de Él. Y contamos con su “querer” limpiarnos y curarnos. 

miércoles, 28 de junio de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 29 DE JUNIO DE 2023

 Mt 16,13-19: Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos.

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: 

-«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» 

Ellos contestaron: 

-«Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.» 

Él les preguntó: 

-«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» 

Simón Pedro tomó la palabra y dijo: 

-«Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo.» 

Jesús le respondió:

-«¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»


Hoy día de San Pedro y San Pablo, les propongo este trozo de un retiro sobre los pies de Pedro. Una invitación a rezar por nuestro Pedro y Pablo: papa, obispo, párroco...


LOS PIES DE PEDRO


Entre las varias cosas importantes que emergen hoy en la conciencia cristiana, está la convicción de que los pies de los pobres son la meta de cualquier camino espiritual serio.

Vamos entendiendo que cuando Jesús se inclinó delante de sus discípulos, más que darnos un buen ejemplo de humildad quería, sobre todo, indicarnos, hacia qué basílicas deberíamos orientar nuestras peregrinaciones.

Aunque, en teoría, admitimos claramente la presencia privilegiada de Dios en el pobre, nos cuesta mucho entender que los pies de Pedro son el primer santuario ante el cual tenemos que caer de rodillas.

En términos de servicio, claro. No en términos de homenaje, que de esto habría mucho que decir en referencia “al pescador”. Así nos lo ha hecho entender Jesús: también Pedro es un pobre. Hoy más que nunca. Es de los últimos de la clase. Pertenece a la clase de los últimos.

Acostumbrados a defender la tesis del primado de Pedro, hemos perdido de vista que él es el jefe del “ultimado” de los pobres, por los que Jesús manifestó siempre un amor preferencial.

De hecho, aunque los acólitos le laven ostentosamente las manos, los pies no hay nadie que se los lave. ¡Pobre Pedro! Tal vez está pagando todavía aquella su inicial resistencia cuando le contestó al Maestro: “Jamás me lavarás los pies”. Lo de Pedro quería ser una afectuosa protesta dirigida a Jesús. Y se ha vuelto en amarga profecía dirigida al pueblo de sus condiscípulos.

Les digo esto, porque me temo que hoy a Pedro se le quiere poco. Aunque en teoría no se discute su prestigio, en la práctica no se recibe su palabra con la atención y obediencia que se merece aquel que ha recibido de Cristo el cometido de confirmar a los hermanos en la fe.

Dejémonos caer de una vez a los pies de Pedro en señal de fidelidad. No para adorarlo como hizo el Centurión Cornelio. Sino para lavárselos. Cansados como están, hoy, de tanto andar por los caminos del mundo. ¡Que sientan la tibieza del agua y el calor de la toalla!. ¡Quizás le demos nuevo vigor al repetirle con ternura las palabras de Isaías: “Qué hermosos son los pies del mensajero que anuncia la paz”.

Pidamos por él, como ocurría entonces cuando estaba “detenido en la cárcel y una plegaria subía incesantemente a Dios, desde la Iglesia, implorando por él”.

Estemos cerca de este hermano último que, quizás, necesite más que nadie nuestra caridad.


Mientras cae el agua en la palangana, él va a sentir nuestra estima y cercanía. A lo mejor nos dice, al oído, las palabras de aquella noche a Jesús: “No sólo los pies, sino también las manos y la cabeza”.

lunes, 26 de junio de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO 27 DE JUNIO DE 2023

 Mt 7,6.12-14: Lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo con ellos.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 

«No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen con sus patas y después se revuelvan para destrozaros.

Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas.

Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. 

¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos».



La regla de oro del cristianismo y de toda la sociedad. Ayer hablé que no podemos pedir al otro que cumpla algo si antes no lo cumplo yo. En este caso, Jesús nos da una concreción del amor al prójimo “como a ti mismo”, que nos sirve como termómetro. Lo primero sería tratar al otro como me gustaría que me trataran a mi. 


Muchas veces, las relaciones entre las personas, se estropean porque esperamos de los otros muchas cosas. Pocas veces nos planteamos si yo he hecho lo mismo con ellos. Si todos nosotros fuéramos conscientes de ello, todo marcharía mejor.


Podemos hacer un ejercicio de autoexamen. Pensemos en las personas de nuestro alrededor, las que más frecuentamos, nuestro círculo. ¿Cómo las trato? ¿Qué espero de ellas? ¿Hago lo mismo con ellas que lo que yo espero de ellas?

domingo, 25 de junio de 2023

COMENTARIO EL EVANGELIO DEL 26 DE JUNIO DE 2023

 El Evangelio nos presenta un mensaje importante de Jesús sobre el juicio y la hipocresía. En este pasaje, Jesús nos advierte de juzgar a los demás, ya que seremos juzgados de la misma manera. Él nos insta a examinar nuestras propias faltas antes de señalar las de los demás.


Jesús utiliza la metáfora de la viga en el ojo propio y la paja en el ojo del hermano para ilustrar este punto. Nos invita a reconocer nuestras propias debilidades y pecados antes de criticar a los demás. La enseñanza central es que debemos ser conscientes de nuestras propias imperfecciones y tratar a los demás con comprensión y misericordia, en lugar de juzgarlos con dureza.


Este pasaje nos anima a reflexionar sobre nuestra actitud hacia los demás y a practicar la humildad. Nos recuerda que todos somos imperfectos y que, en lugar de juzgar y condenar, debemos mostrar compasión y amor hacia nuestros semejantes.

miércoles, 21 de junio de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 22 DE JUNIO DE 2023

  Mt 6,7-15: Vosotros rezad así.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Cuando recéis no uséis muchas palabras como los paganos, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis. Vosotros rezad así:

Padre nuestro del cielo,

santificado sea tu nombre,

venga tu reino,

hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,

danos hoy el pan nuestro,

perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido,

no nos dejes caer en tentación,

sino líbranos del maligno.

Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.


En un contexto de enseñar a rezar a sus discípulos, Jesús les enseña el Padrenuestro. Pero no enseña una oración, sino sobretodo, una forma de rezar. No dice: “recen esto”, sino “rezad así”. Esto puede invalidar la costumbre, muy a la pagana, de multiplicar oraciones. Reza dos padrenuestros, etc. 


“Rezad así”: Esto quiere decir, por lo menos en mi caso, que no lo hago. Enseñamos oraciones y no a rezar, es decir, a tener confianza. Recemos así, con la confianza de Jesús. Igual que nos quiere libres y no marionetas, al rezar, no quiere loritos, sino hijos que se dirigen a su Padre.


Jesús nos inscribe en el estilo de oración que tuvo Él: la de la confianza filial. Nos inscribe en la oración de los grandes creyentes.


Si quieres progresar en la oración, cambia el “esto”, al “así”; o si quieres, cambia el “que” por el “como”. 

martes, 20 de junio de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 21 DE JUNIO DE 2023

 Mt 6,1-6.16-18: Tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial.

Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa.

Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.

Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.

Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».


Jesús pone las bases de las normas que había en Israel: sobre la limosna, la oración y el ayuno. Pilares sencillos sobre los que se basa su fe judía…y también cristiana. 


Lo que hagamos, hagámoslo en lo escondido, no porque nadie tiene que saberlo, sino para corregirme en mi ego.


En lo escondido, porque el primero que tiene que ser mi confidente de lo que hago es el Señor. El secreto hace referencia a lo interior, íntimo, al reducto donde está el Señor. Muchas veces nos pasa que hacemos muchas cosas por el Señor, pero no se lo decimos a Él.


En lo escondido porque hay publicidades que vienen a potenciar nuestra vanidad.


En lo escondido porque ahí es donde se realizan las obras auténticas y lo hacen personas auténticas.

lunes, 19 de junio de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 20 DE JUNIO DE 2023

 Mt 5,43-48: Amad a vuestros enemigos.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo.

Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y calumnian. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.

Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestro hermano, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los paganos? Por tanto, sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto.


Seguimos con el sermón del monte, que está en este capítulo 5 de San Mateo. (Aunque no lo he mencionado anteriormente, San Mateo agrupa una serie de afirmaciones importantes de Jesús a modo de nuevo sermón siendo el nuevo paradigma para el pueblo, sustituyendo por ello a Moisés. Este capítulo comenzó con las bienaventuranzas, que vimos el pasado lunes).


Jesús sigue ahondando en la ley del amor. Ahora hay que amar a los enemigos. Y esto nos hará distintos del resto de las personas. Para construir una humanidad nueva, hace falta romper la espiral de odio, venganzas, violencias y sólo puede ser desde el amor. 


Para ello contamos con la gracia de Dios, que recibimos en el bautismo, confirmación, eucaristía y penitencia principalmente. Con todo este “arsenal” no podremos decir que “no podemos”. Podemos enfocarlo como un proceso, un camino, pero no un imposible. Primero tenemos que creer en que el Señor nos da la fuerza. Luego tendríamos que dirigir nuestra oración hacia nuestros enemigos y perseguidores. 


Hoy en Tazacorte recordamos (como todos los meses), el martirio de Ignacio de Azevedo y sus compañeros. Vemos en él, a un testigo del amor de Jesús. Que amó a sus perseguidores y alentó a sus compañeros a dar la vida. 


Que la Eucaristía que recibimos a menudo, nos siga alimentando hacia un amor integral y así construyamos el Reino de Dios.

domingo, 18 de junio de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 19 DE JUNIO DE 2023

Mt 5,38-42: Yo os digo que no hagáis frente al que os agravia.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 

«Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo, diente por diente". Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas»


Jesús comenta la famosa Ley del Talión, una ley “justa” porque equilibra al ofensor y al ofendido. En aquel tiempo era un avance en los agravios entre las personas. Sin embargo, Jesús anuncia que en el Reino de Dios habría que dar un paso más…


Dios ha tenido una paciencia infinita en la educación al pueblo. Después de centenares de años con la Ley del Talión, ahora propone la Ley del Amor completada por el envío del Espíritu Santo en nuestros corazones.


Jesús nos quiere educar en que la ley más valiosa es la del amor. Y lo hace con su propia vida. De manera que todo lo que predicó en su vida, fue realizado luego en la Cruz. Por ello, tiene autoridad para poder ofrecérnosla. Sin embargo, los cristianos nos mofamos de “poner la otra mejilla”, no habiendo comprendido el mensaje profundo que hay detrás: la violencia engendra más violencia. La única manera de parar la violencia es con el amor. 


Que la meditación del evangelio nos ayude a ir poniendo la ley del amor como el gran revulsivo en nuestras vidas y así cambie la sociedad a una más justa y fraterna. 

jueves, 15 de junio de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 16 DE JUNIO DE 2023. SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mt 11,25-30: Has escondido estas cosas a los sabios y las has revelado a la gente sencilla.


En aquel tiempo, exclamó Jesús:

-«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»


Hoy celebramos la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, que también coincide con la Jornada de Santificación de los sacerdotes. Me gustaría poder hablar de la conexión entre ambas jornadas.


El corazón de Cristo es el motor de amor de todo en la vida cristiana: la evangelización, la piedad, la caridad, etc.


En los sacerdotes, la pasión por evangelizar, sobre las que el Papa ha estado reflexionando en estos últimos meses, la llamamos caridad pastoral. Es la cualidad principal del pastor. Y decimos pastor, haciendo referencia a Jesús Buen Pastor. Al pastor se le exige sobre todo tener un corazón de pastor, del cual dimana todo lo demás.


Cuando hablamos de caridad pastoral estamos refiriéndonos a la capacidad para evangelizar, pero también a las actitudes y todas fundamentadas en la caridad. Porque no es una pastoral sin caridad, sino sustentada en ésta.


Por ello es fundamental que el sacerdote se nutra siempre de la caridad (el amor) del Buen Pastor. 

La Solemnidad del Sagrado Corazón, lejos de ser una celebración y una fiesta intimista (Dios me ama con un amor tierno), es la fiesta de la entrega de Jesús y por ende, de los sacerdotes y todos los agentes de pastoral. Celebramos el motor de toda la evangelización.  

miércoles, 14 de junio de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 15 DE JUNIO DE 2023

(Por la tarde ya celebramos la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, de cuya lectura he elaborado este comentario)

Mt 11,25-30: Has escondido estas cosas a los sabios y las has revelado a la gente sencilla.

En aquel tiempo, exclamó Jesús:

-«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»


Hoy celebramos la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, que también coincide con la Jornada de Santificación de los sacerdotes. 


Jesús en este evangelio se nos presenta con un corazón acogedor para poder descansar de nuestras fatigas, un corazón que nos escucha, un corazón que nos sostiene, un corazón que nos levanta, un corazón que nos restaura y recompone. 


¡Cuánto descanso encontraremos ahí!

¡Cuántas personas que están agobiadas no lo saben!


Hagámonos transmisores de esta profunda verdad, certeza fundamental de nuestra fe: que Jesús nos ama con locura y en Él cabemos todos SIEMPRE.

martes, 13 de junio de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 14 DE JUNIO DE 2023

  Mt 5,17-19: No he venido a abolir, sino a dar plenitud.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.

En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.

El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.

Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».


Seguimos en el sermón el monte. Hoy escuchamos una palabra clave: ley.

Ley en sentido judío significa enseñanza, la enseñanza que me posibilita identificarme con Dios, vivir según su voluntad y a su estilo.

Cumplir en el sentido griego con el que menciona significa llevar a plenitud.

Ahora podemos entender que Jesús no habla de la ley en el sentido fariseo, sino dándole un sentido nuevo. Por ello, viene a cumplir toda la ley, a darle plenitud; por ello el que se salte uno de estos preceptos...


Es la voluntad de Dios. Al fin y al cabo hemos sido creados para dar plenitud su voluntad, para que se realice en plenitud el Reino de Dios.

lunes, 12 de junio de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 13 DE JUNIO DE 2023

   Mt 5,13-18: Vosotros sois la luz del mundo.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?

No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.

Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.

Tampoco se enciende una vela para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.

Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.


Este evangelio, tantas veces escuchado y meditado, sigue siendo para mí un llamamiento fuerte a una coherencia mayor de vida cristiana.

Nos llama a ser auténticamente cristianos, cristianos de tiempo completo y a pecho descubierto. Cristianos de corazón.

Somos sal y somos luz. Llevamos en nosotros el germen de la vida nueva, Jesús recibido en los sacramentos.

Por eso, somos sal y luz, no por nuestros méritos, sino por Él.

Ahora bien, si la sal no da sabor y la luz no ilumina, normalmente la tiramos y la cambiamos.

No hay nada más bochornoso que un cristiano light o mediocre. Cuando somos así, en vez de iluminar, lo que hacemos es oscurecer.

Ser cristiano es dejarse iluminar por Jesús y conducir por Él.

Por otro lado, la sal se mezcla con la comida para darle sabor. No tengamos miedo a meternos de lleno en nuestra sociedad secularizada y pagana. Al revés, salgamos de nuestra seguridad y nuestro caparazón, donde estamos bien seguros. No tengamos miedo a la intemperie y a mezclarnos.

Si de verdad somos sal pura bañada por el mar (Señor), daremos sabor y gusto a la sociedad.

Como conclusión, el Señor nos invita a dejarnos iluminar por Él, para entonces poder ser la sal y la luz, que el mundo necesita para iluminarlo y darle sabor (sentido).

domingo, 11 de junio de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 12 DE JUNIO DE 2023

  Mt 5,1-12: Bienaventurados los pobres en el espíritu.

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:

«Bienaventurados los pobres en el espíritu, 

porque de ellos es el reino de los cielos. 

Bienaventurados los mansos, 

porque ellos heredarán la tierra. 

Bienaventurados los que lloran, 

porque ellos serán consolados. 

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, 

porque ellos quedarán saciados. 

Bienaventurados los misericordiosos, 

porque ellos alcanzarán misericordia. 

Bienaventurados los limpios de corazón, 

porque ellos verán a Dios. 

Bienaventurados los que trabajan por la paz, 

porque ellos serán llamados hijos de Dios. 

Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, 

porque de ellos es el reino de los cielos. 

Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros».


Las bienaventuranzas son el programa de felicidad, salvación y seguimiento de Jesús. Algunos dicen que es la radiografía del corazón de Jesús.

Seguir a Jesús es vivir las bienaventuranzas. 

Las bienaventuranzas son la proclamación del deseo de Dios de ir contra los esquemas de este mundo. Es la afirmación de que “otro mundo es posible”.

Sobre todo con la primera de ellas: dichosos los pobres en el espíritu. Y aunque parezca contradictorio, cuanto menos tienes (en el corazón), más feliz eres. Los pobres en el espíritu son los que confían totalmente en Dios. Son los que no tienen otro apoyo que Dios. Por tanto, son los que se apoyan bien, porque Dios es la roca perpetua. María es una representante de estos pobres en el espíritu, los anawin.


Pidámosle al Señor, que seamos pobres en el espíritu, que seamos capaces y tengamos luz para arrancar de nuestro corazón, todo aquello que impide que el Señor sea nuestro apoyo. Este fin de semana, yo decía en las misas: el Señor es nuestra riqueza. La pobreza evangélica dejarnos llenar de la riqueza de Dios.