jueves, 31 de enero de 2013

Comentario al evangelio del 31 de Enero

Mc 4,21-25: En aquel tiempo, dijo Jesús a la muchedumbre: -«¿Se trae el candil para meterlo debajo del celemín o debajo de la cama, o para ponerlo en el candelero? Si se esconde algo, es para que se descubra; si algo se hace a ocultas, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga.» Les dijo también: -«Atención a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.» En cuanto leemos este pasaje, pensamos inmediatamente en el caso Gürtel, Urdangarin...Según parece, la intención del autor y de Jesús va por otros derroteros. No es tanto un mensaje negativo, amenazante, sino positivo y estimulante. Hemos leido ayer la parábola del sembrador y la explicación de Jesús. Hoy, hemos leído a partir del versículo siguiente. Tenemos que leer este texto en consonacia con el anterior. Más bien, Jesús nos está estimulando a ser predicadores de la Palabra. Todo don se convierte en un deber, no un derecho. Todo don nuestro es un derecho a ser recibido por el otro. En esta dinámica estamos. Nuestra tarea concreta es iluminar y no ocultar la luz. Iluminar no de nuestra cosecha o nuestros pareceres, sino del don que hemos recibido. ¡A trabajar!

miércoles, 30 de enero de 2013

Comentario al evangelio del 30 de Enero

Mc 4,1-20: En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago. Acudió un gentío tan enorme que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y el gentío se quedó en la orilla. Les enseñó mucho rato con parábolas, como él solía enseñar: -«Escuchad: Salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otro poco cayó entre zarzas; las zarzas crecieron, lo ahogaron, y no dio grano. El resto cayó en tierra buena: nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno.» Y añadió: -«El que tenga oídos para oír, que oiga.» Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas. Él les dijo: -«A vosotros se os han comunicado los secretos del reino de Dios; en cambio, a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que "por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y los perdonen. "» Y añadió: -«¿No entendéis esta parábola? ¿Pues, cómo vais a entender las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero, en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la simiente como terreno pedregoso; al escucharla, la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes y, cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, en seguida sucumben. Hay otros que reciben la simiente entre zarzas; éstos son los que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la simiente en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno.» La parábola del sembrador está centrada en el tipo de suelo y su producción. Sacamos la conclusión rápida que para producir fruto hay que ser buena tierra. Y también que la potencialidad de la semilla es muy grande, de manera que puede producir hasta 100 por 1. Por un lado, nos da una claridad grande para la pastoral. Toda la acción pastoral estará dirigida a preparar la tierra de nuestro corazón para poder producir fruto, "preparar los caminos del Señor". La semilla hará el resto. Según los comentaristas, la parábola del sembrador está orientada a destacar los tipos de suelo para producir suelo. Aún así, no me resisto a seguir contemplando la generosidad del sembrador lanza la semilla en varios terrenos supuestamente no productivos. Esto me recuerda la parábola del trigo y la cizaña, donde no hay que cortar la cizaña hasta la cosecha. Esta última parábola me evoca la paciencia que tenemos que tener porque la cizaña puede llegar a ser trigo. Mirando este aspecto, reconozco la misericordia y la paciencia de Dios con nosotros, que lanza la semilla aún no siendo tierra buena. La paciencia y la misericordia de Dios que nos envía su gracia aunque no la acojamos, "hace salir el sol sobre buenos y malos". Es por tanto, una parábola, por un lado de la responsabilidad de ser buena tierra, y también de agradecimiento-adoración hacia la misericordia y la paciencia de nuestro Dios, el sembrador.

martes, 29 de enero de 2013

Comentario al evangelio del 29 de Enero

Mc 3,31-35: En aquel tiempo, llegaron la madre y los hermanos de Jesús y desde fuera lo mandaron llamar. La gente que tenía sentada alrededor le dijo: -«Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan.» Les contestó: -«¿Quienes son mi madre y mis hermanos?» Y, paseando la mirada por el corro, dijo: «-Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.» La vida cristiana no se compone de un Sí en un momento determinado de la vida, sino de unos continuos "síes". Su madre y sus hermanos son los que cumplen la voluntad de Dios. Muchas veces, estamos enfrascados en "hacer", pero ese hacer puede pasar que no es la voluntad de Dios. Nosotros, los cristianos somos los que tenemos que cumplir la voluntad de Dios. Esa es nuestra misión, nuestra dicha y felicidad. Podríamos decir que hay dos niveles: 1)la voluntad de Dios como sujetos pasivos. María aceptó la voluntad de Dios. En el Padrenuestro decimos que se haga la voluntad de Dios. Cuando, ante un acontecimiento, le pedimos a Dios que se haga su voluntad. En este caso, la acción recae sobre Dios y nosotros somos sus receptores. 2) la voluntad de Dios como sujetos activos. No sólo aceptar la voluntad de Dios, sino cumplirlas. En el nivel anterior nos quedamos muchos. Éste requiere más de mí. Dios le pidió a Abrahan "sal de tu tierra", o también que sacrifique a su hijo Isaac...Dios nos puede pedir mucho, hay que estar abierto a lo que Él quiera. Hace falta tener FE para confiar. SI TODOS CUMPLIERAMOS LA VOLUNTAD DE DIOS, no habría ni guerras, ni hambre, ni envidias, ni celos, ni paro...La voluntad de Dios es la salvación de la humanidad... Le pedimos a Dios que nos aumente la fe para que aceptemos la voluntad de Dios y la cumplamos en nuestra vida.

viernes, 25 de enero de 2013

Comentario al evangelio del 25 de Enero

Mc 16,15-18: En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: -«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.» Hoy celebramos la conversión de San Pablo. Es curioso, de ningún santo celebramos el día de su conversión, sino el día de su muerte (dies natali) solamente. Esta fiesta me evoca sobre todo que la FE es un don de Dios, un don grandísimo. Tanto es así, que fue capaz de convertir a un gran enemigo. Cuando muchas veces, como cristianos y apóstoles, hemos dado a personas por perdidas, o pensamos que a esas no les voy a hablar de Dios porque me rechazarán, es un rasgo de mi poca y pobre fe. La Fe es un don Dios gratuito, que Él lo da a quien quiere, como quiere y cuando quiere. Nosotros somos simples instrumentos de Dios. "Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda la creación". También me evoca el perdón y la misericordia de Dios. Dios es capaz de hacer el milagro, y aquél que fue perseguidor, ahora es el mayor apóstol. Muchas veces, salimos con prejuicios y no creemos en el perdón y la misericordia de Dios. Dios siempre tiene una oportunidad para cada uno de nosotros. No creer en la conversión es otro signo de la falta de FE. El salmo 50 nos dice que sin Dios, "siempre tendré presente mi pecado". Sin embargo, el salmista evoca la misericordia de Dios para que cambie su corazón... Que la fiesta de San Pablo renueve nuestra fe para que seamos auténticos apóstoles en medio de nuestro mundo.

jueves, 24 de enero de 2013

Comentario al evangelio del 24 de Enero

Mc 3,7-12: En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una muchedumbre de Galilea. Al enterarse de las cosas que hacia, acudía mucha gente de Judea, de Jerusalén y de Idumea, de la Transjordania, de las cercanías de Tiro y Sidón. Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío. Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él, gritando: «Tú eres el Hijo de Dios.» Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer. En el evangelio de hoy vemos uno de esos días intensos de Jesús, donde la multitud le seguía. Quisiera fijarme en dos tipos de personajes: la multitud y los espíritus inmundos. La FE supone reconocer en Jesús al Hijo de Dios, el Salvador. Pero ésto sólo es insuficiente. La afirmación de Tomás: "Señor mío y Dios mío", va más allá. Por un lado, la multitud no lo reconoce como el Hijo de Dios, sino que le sigue porque ve en Él algo distinto, que cura, que enseña con autoridad... Sin embargo, los espíritus inmundos si lo confiesan como el Hijo de Dios. Hace falta dar otro paso: el del seguimiento y el del reconocimiento como mi SEÑOR. Pero, ahora dedíquemonos a seguirlo, a acompañarlo por los caminos de Galilea y Judea, para conocerlo bien y poder confesar nuestra Fe en Él.

miércoles, 23 de enero de 2013

Comentario al evangelio del 23 de Enero

Mc 3,1-6: En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga, y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo. Jesús le dijo al que tenia la parálisis: -«Levántate y ponte ahí en medio.» Y a ellos les preguntó: -«¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?» Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: -«Extiende el brazo.» Lo extendió y quedó restablecido. En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él. Es curioso que Jesús cura a un hombre que tenía la mano atrofiada, cuando los "atrofiados" son los fariseos. Tienen atrofiado el corazón que no son capaces de comprender el corazón de Jesús ni el de Dios que quiere que todos los hombres se salven. Tienen atrofiada la lengua y sólo saben acusar. Tienen atrofiada la vista que no son capaces de ver el problema de aquella persona y sólo miran el cumplimiento de la Ley. Tienen atrofiada la mano y no son capaces de ayudar, sino sólo de cumplir. Tengamos cuidado y no estemos nosotros también atrofiados. Acudamos a Jesús para que nos cure y podamos llevar una vida entregada.

martes, 22 de enero de 2013

Comentario al evangelio del 22 de Enero

Mc 2, 23-28: Un sábado, atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas. Los fariseos le dijeron: -«Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?» Él les respondió: -« ¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros.» Y añadió: -«El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado.» Seguimos contemplando y acompañando a Jesús en su misión. Poco a poco se va revelando su identidad. En este caso, hay una confrontación con los fariseos por "el cumplimiento de la ley del sábado". Su revelación es que el hijo del hombre es señor del sábado. Los judíos estaban imbuidos en cumplir la ley, su religión estaba llena de prescripciones, de manera que vivían como si fueran robots programados. También nosotros podemos caer en el mismo error, de conformarnos con cumplir los mandamientos de Dios y de la Iglesia y "no hacer daño a nadie". La revelación de hoy de Jesucristo nos desinstala de esta tendencia para centrarnos sólo en Él. Ahora mismo la ley es Él. La religión es Él. Él es el Camino, la Verdad y la Vida.

viernes, 18 de enero de 2013

Comentario al evangelio del 18 de Enero

Mc 2,1-12: Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les proponía la palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo, por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: -«Hijo, tus pecados quedan perdonados.» Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: -«Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?» Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: -«¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados" o decirle "levántate, coge la camilla y echa a andar"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados ... » Entonces le dijo al paralítico: -«Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla -y vete a tu casa. » Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: -«Nunca hemos visto una cosa igual.» La escena que contemplamos hoy es memorable. Impresiona la fe y la prontitud de los camilleros. Por ayudar al paralítico, fueron "creativos" y capaces de abrir un boquete en el tejado de la casa. (Esta situación me interpela ante la actual situación de crisis, que nos hace impotentes y nos paraliza. Que tengamos la creatividad para abrir nuevos caminos. Igualmente que el Espíritu Santo nos ilumine en la creatividad pastoral para abrir nuevas sendas donde respire de manera limpia, clara y nueva el Espíritu en nuestros corazones). Sin embargo, ante tremenda situación, Jesús, que es "signo de contradicción o confrontación", repara en la principal de las parálisis, donde nadie fue capaz de tomar en consideración: el pecado. Esto les escandalizó, porque sólo tenía poder para perdonar pecados, sólo Dios. Y sigue siendo el único que tiene ese poder. La Iglesia hoy es beneficiaria de ese poder y en "nombre de Jesús", perdona pecados. Todavía, muchos seguimos escandalizados, ante el poder de Dios de perdonar pecados. Hay pecados que parecen imperdonables. Muchas de nuestras situaciones, que son auténticas esclavitudes, que no sabemos salir de ellas, parecería que Dios no podría perdonar y liberarnos. Y sin embargo Jesús, que fue capaz de curar al paralítico, también es capaz de curar el pecado. Al fin y al cabo, lo que tenemos que hacer es encararnos con Él, como hicieron con el paralítico.

jueves, 17 de enero de 2013

Comentario al evangelio del 17 de Enero

Mc 1,40-45: En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: -«Si quieres, puedes limpiarme.» Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: -«Quiero: queda limpio.» La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente: -«No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu, purificación lo que mandó Moisés.» Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a el de todas partes. Me impresiona las palabras del leproso: "Si quieres, puedes limpiarme". A pesar de que Jesús había intentado no manifestarse como Hijo de Dios, el leproso, con toda reverencia, respeto, adoración y profunda humildad le presenta a Jesús su problema. Ya me estoy imaginando mi relación personal con Jesús, que muchas veces es interesada y no humilde. Siempre queremos que se haga nuestra voluntad y no la de Dios. No le dejamos a Dios ser Dios. Al fin y al cabo, la fe no es sólo creer en que Jesús puede curarme y confiar en Él. También y sobre todo, la fe es reconocerle como mi Salvador, como el Hijo de Dios, el Verbo. A Jesús le impresionó, su salud, pero sobre todo su fe. Fíjate, que Jesús cumple su misión de cargar con nuestros pecados y dolencias. Los leprosos no podían quedarse en las ciudades sino a las afueras. Ahora es Jesús el que se queda fuera de la ciudad. Vamos contemplando y conociendo cada día mejor a Jesús, para poder tener una FE grande como la del leproso del evangelio.

miércoles, 16 de enero de 2013

Comentario al evangelio del 16 de Enero

Mc 1, 29-39: En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: -«Todo el mundo te busca.» Él les respondió: -«Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido.» Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios. La actividad taumatúrgica o curativa de Jesús es incesante y empieza nada más comenzar el evangelio de San Marcos. Me llama la atención la expresión: "curó a muchos enfermos de diversos males". No sé exactamente que querrá decir, pero me evoca la idea de que Jesús es capaz de curarlo todo. Sobre todo en nuestro corazón, Él es el remedio de nuestra alma. Me llama la atención que la curación de la suegra de Simón, lleva consigo que ella luego les sirva. No da la sensación de ser una curación, sin más. Parece también una auténtica conversión. Conversión al servicio. Sin embargo, vemos que Jesús no quiere todavía que se revele su identidad. Quiere que le conozcan poco a poco, que vean que es el Enviado de Dios por sus obras y acciones. Será una auténtica revolución que el Verbo de Dios sea una persona de carne y hueso. Sus obras son su carnet de identidad. Y, en medio de toda la intensa actividad, tiene tiempo, (O mejor, lo busca o lo prioriza) para orar, hablar con el Padre. Vemos en Jesús un modelo de ser hombre y ser cristiano. Aprendamos en su escuela.

martes, 15 de enero de 2013

Comentario al evangelio del 15 de Enero

Mc 1,21-28: En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad. Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: -« ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.» Jesús lo increpó: -«Cállate y sal de él.» El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: -«¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.» Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea. Comenzando con el tiempo ordinario y el evangelio de San Marcos, vemos un primer milagro de Jesús. Sin embargo, hay una expresión que llama tremendamente la expresión: "enseñaba con autoridad". Nunca he entendido exactamente la expresión, pero si podemos entender que es un enseñar distinto de todos los rabinos. Que era algo novedoso. En otros pasajes del Evangelio, parece ser que es un enseñar que se corresponde con las obras al referirse, por ejemplo, cuando calmó la tempestad. Si podemos descubrir que Jesús está totalmente volcado en hacer la voluntad del Padre. "Mi alimento es hacer la voluntad del Padre". "No sabíais que tenía que estar en las cosas del Padre". Sin embargo, nuestro enseñar no es con autoridad, no provocamos admiración, porque no estamos totalmente volcados en hacer la voluntad del Padre, por medio de Jesús, sino en que se haga nuestro proyecto, nuestra voluntad. Según el comentario al evangelio, nos dice que la autoridad de Jesús le viene por haberse humillado hasta el extremo. Nosotros como cristianos, que muchas veces nos da la sensación de estar solos, de hablar a las paredes, de ser "bichos raros", tenemos que reorientarnos totalmente hacia Jesús y hacer su voluntad, seguir sus inspiraciones. En el evangelio de ayer se nos invitaba a "convertirse" y a "r con él"... Ya sabemos lo que tenemos que hacer, sólo nos toca confiar y seguirle.

sábado, 12 de enero de 2013

HOMILÍA DE ENTIERRO DE ADRIÁN

Cuando escribía la meditación de ayer, me llamaron anunciándome la noticia del fallecimiento de Adrián, un hombre de una de mis parroquias, bueno, y que colaboró mucho en la construcción del templo de Nuestra Señora del Carmen en Llanito Perera. Como los fines de semana no publico comentario al evangelio, habiendo tantos..., he pensado publicar esta reflexión. El pasado domingo, día de Reyes me hicieron un gran regalo: la posibilidad de ir a visitar a Adrián. Allí pude entrar en diálogo en profundidad con él y confesarlo. Es para mí un gran orgullo y repito, un regalo de reyes aquella conversación. No hay nada más consolador, pacificador e iluminador, poder hablar sobre Dios, sobre la muerte y sobre la vida con una persona en su pleno conocimiento y fe. Pues sí, aunque no conocía mucho a Adrián, sí que me pude percatar que era un hombre de fe. Que con la pasmosa tranquilidad con la que me decía una viejita en la gomera que no vivía sola sino con “Dios y la Virgen”, con esa actitud me decía que no tenía miedo a la muerte y que creía firmemente en Dios. Querida Pilar, hoy celebramos la fiesta del Bautismo del Señor, recordamos nuestro bautismo. Lo que estamos celebrando es posible únicamente por la participación en la vida divina gracias a nuestro bautismo. Ante la muerte de un ser querido, siempre surge la pregunta a Dios: ¿por qué te lo llevaste y me dejaste sola?. Ante la muerte de mi madre, puedo decir, que esa experiencia es real y permanente, pero no es la definitiva. La experiencia fundamental viene desde la fe. Y es la experiencia de que DIOS NO QUITA NADA, NO ROBA NADA, al revés. DIOS LO DA TODO. En la profundidad y oscuridad de nuestra fe, podemos sentir que nuestra soledad, es una soledad acompañada; que nuestro silencio es un silencio sonoro, porque nuestra vida está habitada por la Trinidad. Está claro que se fue “tu compaña”. Pero realmente, nuestra gran compaña, es Dios, por el que siempre hemos acudido en el momento final, el que nos ha acompañado desde el día de nuestro bautismo, hasta que nos encontremos definitivamente con Él y le veamos cara a cara. Incluso, la mejor forma de comunión con otra persona, es a través de la Eucaristía, donde entramos realmente en comunión con Dios y con todos los bautizados. No te angusties, Adrián tuvo un gran maestro: D. Fermín, con el cual luchó por esta Iglesia y sobre todo, le enseñó a creer y querer más y mejor a Dios. Ya me estoy imaginándolo a él esperando a Adrián en la puerta del cielo para hacerlo entrar directamente. Esta parroquia tuvo un gran maestro y un gran intercesor. Hay unas palabras que a mí personalmente me iluminan, sacadas del libro de Job, ante la terrible desgracia en cadena de perderlo todo: tierras, casas, animales, familia. “El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó. Bendito sea el nombre del Señor. Si aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar los males?” Me gustaría terminar con la letra de una canción de Martín Valverde. Se titula “no se han ido del todo”. No se han ido del todo, aún podemos su risa evocar, su carácter y su bondad, no se han ido del todo. No se han ido del todo, si algo bueno han dejado al pasar, aunque hoy ya no estén mas aquí, no se han ido del todo. No se han ido del todo, si recordar es volver a vivir, aún con lágrimas puedes decir, no se han ido del todo. No es el fin de la historia, son dos lados de la eternidad, ellos ahora se encuentran allá, tu y yo debemos continuar… Ahora se encuentran libres, ahora ya son felices, los que aquí tanta falta les hizo donde están hoy les sobra Ya no hay sufrimiento, y no existen mas lágrimas No hay vacío, ni hay soledad, son libres como el viento Dios los ha recibido a sus brazos llegaron, hoy están descansando en la casa del padre han sido recibidos Nada que temer pues están en el cielo No se han ido del todo.. Piensa en ellos un momento, (bis) Aquí, ahora, despídete, dales tu saludo, perdónalos si se fueron y no se despidieron, dáselos a su dueño, siempre fueron de él, llora si es necesario, pero sonríele a la vida. No se han ido del todo, si nos han dejado una luz, si su esfuerzo da frutos aún, no se han ido del todo. No se han ido del todo, si al pensarlos nos hacen vivir, si una meta nos hacen seguir, no se han ido del todo. Y aunque duela hasta el alma, mejor dales tu último adiós, si hace falta también tu perdón, deja ya que descansen. Ya no pierdas mas tiempo, enfréntate a la vida, todo hombre se puede morir, tu estás vivo y te toca vivir Y no tengas miedo, que Dios te hace mas fuerte, Quien ha sabido vivir no le teme a la muerte

viernes, 11 de enero de 2013

Comentario al evangelio del 11 de Enero

Lc 5,12-16: Una vez, estando Jesús en un pueblo, se presentó un hombre lleno de lepra; al ver a Jesús cayó rostro a tierra y le suplicó: - Señor, si quieres puedes limpiarme. Y Jesús extendió la mano y lo tocó diciendo: - Quiero, queda limpio. Y en seguida le dejó la lepra. Jesús le recomendó que no lo dijera a nadie, y añadió: - Ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés para que les conste. Se hablaba de él cada vez más, y acudía mucha gente a oírle y a que los curara de sus enfermedades. Pero él solía retirarse a despoblado para orar. Como habíamos comentado en días anteriores, la Iglesia nos presenta estos evangelios, no de modo continuo, sino con una intención clara: son unos flashes de lo que es el Niño que ha nacido, o de lo que puede hacer. En este caso concreto del evangelio de hoy, es la curación de un leproso. Para los judíos, la curación del leproso es uno de los signos de la venida del Mesías. Igual que ayer, Jesús es el Ungido, el Esperado de las naciones. Pero hay un detalle que podemos añadir hoy. Un leproso es un marginado en la comunidad. Por medio de la curación, vuelve a reintegrarse en la sociedad. Es por tanto, un signo del perdón (muchas enfermedades eran consideradas fruto de un pecado de la persona o de los padres) y la misericordia de Dios. Jesús no sólo viene a librarnos de todas las ataduras, a darnos la salud-salvación, sino también a integrarnos en un mismo pueblo-cuerpo. Esta es la gran novedad del cristianismo. Hacernos partícipes a todos de la salvación y del Reino de Dios.

jueves, 10 de enero de 2013

Comentario al evangelio del 10 de enero

Lc 4,14-22a: En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan. Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga como era su costumbre los sábados, y se puso en pie p1ra hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor.» Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: - «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.» Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Jesús se nos define hoy como el Ungido, el que está lleno del Espíritu Santo. Empalma con las profecías y las esperanzas del pueblo. Es el que "tenía que venir". El que viene a traer la Buena Noticia para todo el pueblo, especialmente para los pobres y necesitados. Como decíamos el día de Navidad. Nos toca a nosotros abrirle nuestro corazón para que lo llene de su Espíritu y todos sus dones, para que nos libere de nuestras esclavitudes.

miércoles, 9 de enero de 2013

Comentario al evangelio del 9 de Enero

Mc 6,45-52: Después que se saciaron los cinco mil hombres, Jesús en seguida apremió a los discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran hacia la orilla de Betsaida, mientras él despedía a la gente. Y después de despedirse de ellos, se retiró al monte a orar. Llegada la noche, la barca estaba en mitad del lago, y Jesús, solo, en tierra. Viendo el trabajo con que remaban, porque tenían viento contrario, a eso de la madrugada, va hacia ellos andando sobre el lago, e hizo ademán de pasar de largo. Ellos, viéndolo andar sobre el lago, pensaron que era un fantasma y dieron un grito, porque al verlo se habían sobresaltado. Pero él les dirige en seguida la palabra y les dice: - «Ánimo, soy yo, no tengáis miedo.» Entró en la barca con ellos, y amainó el viento. Ellos estaban en el colmo del estupor, pues no habían comprendido lo de los panes, porque eran torpes para entender. En el evangelio que nos proponía la Iglesia para ayer, contemplábamos la multiplicación de los panes y los peces. A Jesús le dió lástima, porque veía a la muchedumbre como "ovejas sin pastor". Sin Jesús, nuestra vida, nuestros proyectos, nuestras ilusiones, pueden, en algún momento, tener sentido. Pero no están solidamente asentados si no es en Él. Hoy vemos como se les presenta a los apóstoles, en medio de la tempestad calmándoles el miedo. Jesús es nuestra PAZ, Él es el que nos infunde la paz y la confianza, la fortaleza, la seguridad en la lucha de cada día, en los problemas y circunstancias de nuestras vidas... Estos flashes de estos días, retengámoslos en nuestra memoria y corazón, contemplando la vida de Jesús, para que se afiance en nosotros una FE poderosa en Él.

martes, 8 de enero de 2013

Comentario a la primera lectura del 8 de Enero

1Jn 4,7-10: Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su I-lijo como víctima de propiciación por nuestros pecados. Los psicólogos nos dicen que a los niños recién nacidos hay que quererlos, cogerlos, demostrarles cariño...y eso les dará una seguridad, confianza... En nuestra vida cristiana debe ser igual. Hemos basado nuestra vida cristiana en un voluntarismo, de manera que queremos amar a Dios nosotros con nuestras fuerzas. Algunas veces, pensando que el conocimiento nos dará ese impulso de amor. Y San Juan, nos corrige en una diferencia fundamental. Lo importante no es que nosotros amemos a Dios, sino que Él nos ha amado primero. La vida cristiana es vivir desde ese amor. Ya se lo dijo Jesús a la samaritana, "saldrá un manantial de tu interior que no se acaba". La iglesia nos está proponiendo estos días de Navidad antes del Bautismo del Señor, la lectura de la carta de San Juan. En el evangelio de hoy, nos proponen la multiplicación de los panes y los peces. Ahí vemos en "acción", el amor de Dios manifestado en Jesús, la Palabra-Verbo de Dios. Incluso, aprovechando el itinerario del milagro, podemos ver las pistas para nosotros poder experimentar su amor. Los hizo sentar para instruir al pueblo con su Palabra y después los alimenta con los panes y peces, haciendo referencia a la Eucaristía. Ahí tenemos detallado los tres momentos o lugares para experimentar el amor: a) los pobres; b) la Palabra de Dios; c) la Eucaristía. Quiero insistir en los dos segundos, que son primero y nos ayudan a encontrarlo y experimentarlo en el primero (los pobres), nos roturan el corazón para poder ser sensible a esta realidad.