viernes, 28 de abril de 2017

EXCURSIÓN INTERPARROQUIAL

El próximo lunes 1 de Mayo, día de San José Obrero y del trabajador, tendremos la excursión parroquial- convivencia en San Mauro de Puntagorda. Saldremos a las 10 en guagua.
Habrá Eucaristía, comida compartida, juegos...

HORARIOS DE ESTE FIN DE SEMANA

Ya saben de la prioridad diocesana en la misión y las Jornadas de Nueva Evangelización se van consolidando como un encuentro de todos los responsables parroquiales de la misión. Por ello y por estar inscrito en ellas, hay un cambio en las misas de este fin de semana

SÓLO HABRÁ MISA EL DOMINGO 30 DE ABRIL Y NO EL SÁBADO 29

  • Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, Puerto de Tazacorte a las 18:30
  • Iglesia de San Miguel Arcángel, a las 20:00

martes, 18 de abril de 2017

HOMILÍA DE LA VIGILIA PASCUAL Y DOMINGO DE PASCUA

En la madrugada del sábado, es decir, cuando va terminando la noche. Desde pequeñitos nos acostumbramos a saber que la noche dura sólo unas horas y que le sigue el día. Igualmente también puede pasar con la noche del alma...
María Magdalena y la otra María fueron a ver al sepulcro. Y no parece que la intención sea preparar el cuerpo, según las alusiones en la unción en Betania.  Su amor, su intuición les hace regresar al sepulcro. No se imaginaban ni por el asomo lo que iban a encontrar.
No fueron de día, sino todavía de noche. Ellas son las primeras en encontrarse con Él, porque fueron a buscarlo. El Señor se nos hace el encontradizo, pero hay que buscarlo, desearlo, ansiarlo, y salir de la noche. No hay que esperar a que el Señor venga a nosotros y nos libere de todo lo que nos está pasando. Dios siempre es el activo, pero nosotros debemos también colaborar.
Por eso, no temamos, no hay nada que Dios no pueda superar, que no sepa de antemano, que no permita y que no busque protegernos. Ha resucitado, como había dicho, porque Él siempre cumple sus palabras. Por eso, les sale al encuentro, a las que habían ido a buscarlo.
No huyamos de la resurrección de Jesús, nunca nos declaremos muertos, pase lo que pase. ¡Que nada pueda más que su vida que nos lanza hacia adelante! EG 3
El ángel les aclara que sabe cuales son sus intenciones y lo que ven. No está aquí. Ha sido despertado-resucitado, el que es el crucificado, no otro, por eso no se detiene el evangelista a describirlo luego.
Y les da un encargo, comunicarlo a los otros y repite: "Mirad, os lo he dicho"
La resurrección es un suceso que ocurre en el tiempo, pero no hay testigos, es indescriptible. No hay pruebas o las pruebas no son definitivas. Según vimos en la película "Resucitado", circuló por ahí, que fue robado el cuerpo.
Por tanto, el fundamento de la resurrección no es el sepulcro vacío, sino la palabra del ángel. Igualmente la palabra de ellas frente a los demás.
La resurrección es la noticia que debemos comunicar, en medio de nuestras tormentas, en medio de nuestras luchas, dudas, sombras, tinieblas, problemas, angustias, miedos, etc.
La vasija ha tomado forma, se han fundido las juntas, se ha endurecido el material. Ahora puede albergar un líquido o piedra, o lo que queramos. Hoy utilizamos los recipientes de barro para adornar, pero, en el origen, eran para albergar algo en su interior.
Hemos sido creados para anunciar, y llevar en nuestro interior al Señor.
La Resurrección es dejarme llenar, inundar de Él.
Eso significa: alegría (el saludo de Jesús), adoración (la respuesta congruente ante Dios), fraternidad (les llama hermanos, por lo que Dios sigue siendo fiel a pesar de sus infidelidades), no temor (porque es Él y va delante), anuncio alegre.
Su resurrección no es algo del pasado; entraña una fuerza de vida que ha penetrado el mundo. Donde parece que todo ha muerto, por todas partes vuelven a aparecer los brotes de la resurrección. Es una fuerza imparable. Verdad que muchas veces parece que Dios no existiera: vemos injusticias, maldades, indiferencias y crueldades que no ceden. Pero también es cierto que en medio de la oscuridad siempre comienza a brotar algo nuevo, que tarde o temprano produce un fruto. En un campo arrasado vuelve a aparecer la vida, tozuda e invencible. Habrá muchas cosas negras, pero el bien siempre tiende a volver a brotar y a difundirse. Cada día en el mundo renace la belleza, que resucita transformada a través de las tormentas de la historia. Los valores tienden siempre a reaparecer de nuevas maneras, y de hecho el ser humano ha renacido muchas veces de lo que parecía irreversible. Ésa es la fuerza de la resurrección y cada evangelizador es un instrumento de ese dinamismo. EG 276
La resurrección de Cristo provoca por todas partes gérmenes de ese mundo nuevo; y aunque se los corte, vuelven a surgir, porque la resurrección del Señor ya ha penetrado la trama oculta de esta historia, porque Jesús no ha resucitado en vano. ¡No nos quedemos al margen de esa marcha de la esperanza viva! EG 278


sábado, 15 de abril de 2017

HOMILÍA DEL VIERNES SANTO

Hoy habla el silencio, las piedras, el tiempo, que siempre se nubla, hoy habla el odio, el rencor, es el día de las tinieblas. Hoy todo nos habla de muerte. De la de Jesús, de la nuestra.
No es una muerte normal: no es la muerte del que va perdiendo la vida. Es un asesinato cruel. Todo se confabula contra Él: el pueblo, el Sanedrín, los romanos, sus amigos (Judas), testigos falsos...
Se me ponen los pelos de punta en pensar todo lo que puede el mal, en alguien que sólo había hecho el bien.
Poco después de comenzar a declinar el día, declina la VIDA.
Como muchos se espantaron de él, porque desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto humano, así asombrará a muchos pueblos, ante él los reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito...Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y desestimado. ¿Cómo enamorarse de alguien así, que tira la toalla, que se deja vencer?
NO. Jesús sabe morir, sabe declinar. Sabe aceptar la pérdida.
(Sobre el Alzheimer)
La pérdida no es perdida
Aprender a saber perder
Aprender a saber que no soy el mismo
El arte de perder, no parece difícil de dominar.
Aprender el arte de perder todos los días.
Hay algo peor: quien va a tomarnos en serio?
Estoy luchando, no sufriendo, por ser parte de las cosas, por seguir en contacto con quien fui en otro momento.
El Papa Francisco: La Cruz nos lleva a Él, que es la Verdad, el Camino y la Vida. Para los creyentes, la cruz no es un patíbulo. Para nosotros es algo muy distinto: supone el despojo, ese despojo desde dentro…La pequeñez del Reino supone el despojo.
El fracaso de Jesús se inserta en la dinámica: cuando todo está perdido, cuando nadie queda…entonces interviene Dios; es la intervención de Dios sobre la total imposibilidad de esperanza humana….En la cruz hay que perderlo todo para ganarlo todo. La invitación es al “todo o nada”.
Es cuando el barro se pone al fuego, entre 950 y 1100ºC.
Siguiendo a Isaías, sin embargo: Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado; pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron.
Ahí es donde nos podemos enamorar. Sus dolores, su pasión es por mi. Sus cicatrices nos han curado.
En la oración en Getsemani, ora tres veces. La primera tiene tristeza de muerte y después de la última, tiene un dominio de sí ante el prendimiento. El abandono en las manos de Dios, sin pretender controlar los resultados de la crisis y la tormenta. No es un abandono ingenuo, sino confiado en la paternidad de Dios.
Cocer al fuego...es el abandono en Dios. Es lo que nos da fortaleza.
Ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente...Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.

Recuerdan sus palabras al verso de Francisco de Quevedo: "polvo seré más polvo enamorado". 

viernes, 14 de abril de 2017

HOMILÍA DEL JUEVES SANTO

Comenzamos con esta celebración con el Santo Triduo Pascual. Llevamos 40 días
preparándonos para este acontecimiento. El mismo Jesús se preparó durante 33 años
para lo que va a acontecer en estos días, y nos lo expresa claramente: "He deseado
ardientemente celebrar esta Pascua con ustedes".
Es tan grande lo que celebramos esta tarde, es tan profundo, tan conmovedor,
tan imponente, tan transformador, tan arriesgado, tan comprometedor que nos
complica.
Nadie puede salir esta tarde impasible. Esta celebración de hoy nos debe
transformar. Perdón, tenemos que dejar que esta celebración de hoy nos transforme.
Puede resultar que ante tamaña entrega y demostración de amor, sintamos vé
rtigo, nos ruboricemos.
El lema de esta Semana Santa es que nuestro barro se convierta, con la fuerza
del Espíritu en barro enamorado.
Somos barro, vasijas hechas de arcilla frágil. Somos limitados, pero también
somos capaces de amar, y ahí está el milagro. Porque con ello somos capaces de todo.
De vivir con pasión y con alegría. De anhelar, soñar y transformar las cosas. De
convertir nuestra flaqueza en una fortaleza por ese amor que todo lo transforma.
Somos barro, sí, pero podemos ser reflejo del alfarero que hace de cada uno de
nosotros una pieza única y magnífica. Somos barro, sí, pero barro enamorado....
Ese es nuestro barro. Un barro enamorado como diría el poeta, pero también, a
veces, un barro agrietado por el odio y la animadversión hacia nuestros semejantes.
Puede resultar, como decía el domingo, que nuestro barro sea un barro
admirado. Si queda en eso la Semana Santa, será una pérdida de tiempo y nos
habremos perdido todo. La Semana Santa habrá pasado por nosotros, pero nosotros
no hemos dejado que la Semana Santa pase con nosotros.
Comienza la escena con el lavatorio de los pies. El gesto del servicio humilde del
Señor. Lavarnos los pies a nosotros. "¿Lavarme los pies a mi? No me lavarás los pies
jamás...Si no te lavo, no tienes parte conmigo."
Jesús se toma el lavatorio de los pies, no como un mero gesto a imitar, a
reproducir, sino sobretodo como el signo de toda su misión con nosotros. Lavarnos,
purificarnos, limpiarnos, salvarnos. Quien no se deje lavar los pies por Él, transformar
por Él, no tiene parte en su vida. ¿No puedo hacer yo con vosotros, casa de Israel, lo
mismo que este alfarero? - oráculo de Yahveh -. Mirad que como el barro en la mano
del alfarero, así sois vosotros en mi mano, casa de Israel” (Jr 18)
Contempla la escena, el Maestro, el Hijo de Dios, el Verbo, el Eterno, se ha
quitado la túnica, se ha arrodillado, nos quita el zapato, y con un infinito amor (como si
le fuera la vida en ello, cosa que pasó)
Es un gesto para él simbólico y real. Ésta fue su actitud en toda su vida y lo sigue
siendo ahora. Todo un Dios sirviéndonos a nosotros.
Sigue con la cena. No nos olvidemos que la cena pascual es la fiesta más
importante de los judíos. Es una cena festiva, alegre, salvífica. Los judíos hablan de la
categoría de memorial: es decir, por un lado es el recuerdo de los acontecimientos de
salvación de Dios con su pueblo; pero también esa salvación acontece aquí y ahora; y
tiene eco en el futuro. Por tanto, es una cena esperanzada.

martes, 11 de abril de 2017

HOMILÍA DEL DOMINGO DE RAMOS

Comenzamos la Cuaresma con ceniza que se hace de los palmos que hoy portamos. Es una ceniza sagrada, bendecida, un polvo enamorado, como diría el Papa en el Miércoles de Ceniza pasado. 
Y yo les hablaba de la obsolencia programada y decíamos que es saber de nuestra fragilidad y por tanto, estar siempre en camino de conversión.
En las lecturas de hoy contemplamos por un lado, un pueblo que admira a Jesús y lo aclama. Pueblo que luego lo traicionará, lo condenará.
Signos contrapuestos. Actitudes contrapuestas, incluso podemos decir, ambiguas. Así es nuestra vida: entre el seguirte y el huir de ti; entre el aclamarte y el condenarte.
Así nos damos cuenta de nuestra fragilidad. Somos frágiles, cambiantes, limitados, pobres, barro, polvo.
El Papa nos dijo en ceniza que nuestro barro, por la fuerza del Espíritu, se convierta en barro enamorado. 
Solo el espíritu es capaz de hacerlo, que recibimos en la pascua y en Pentecostés. Recibido en nuestro bautismo y completado en la Confirmación.
Sin él nuestro barro se puede convertir en un barro admirado. Muchas veces se confunde el enamoramiento con la admiración. Enamorado es cuando hay un amor de entrega, oblativo, porque me he sentido amado profundamente en lo más íntimo de mi.
La Semana Santa es para que nuestro barro se convierta, por la fuerza del Espíritu en barro enamorado.
Recuerdan sus palabras al verso de Francisco de Quevedo: "polvo seré más polvo enamorado".


miércoles, 5 de abril de 2017

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 5 DE ABRIL

Jn 8,31-42: Si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres.
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él:
- «Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.»
Le replicaron:
- «Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: "Seréis libres"?»
Jesús les contestó:
- «Os aseguro que quien comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque no dais cabida a mis palabras. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre.»
Ellos replicaron:
- «Nuestro padre es Abrahán.»
Jesús les dijo:
- «Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mi, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios, y eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre.»
Le replicaron:
- «Nosotros no somos hijos de prostitutas; tenemos un solo padre: Dios.»
Jesús les contestó:
-«Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y aquí estoy. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió.»

Reflexión
Si os mantenéis en mi Palabra...conoceréis la verdad y les hará libre.
Ya el Señor nos ha puesto como el centro de nuestra vida su seguimiento y el cumplimiento de la Palabra de Dios.
Ésta misma Palabra es espada de doble filo que nos desarma y nos desnuda continuamente, de manera que conoceremos la verdad: pecador me concibió mi madre. Y ésta verdad, común a todo hombre sólo puede ser superada en el reconocimiento de la propia situación; y éste acto es el más liberador.
Éste es el movimiento de la misericordia. El Señor nos perdona de todos los pecados, en la medida que nos dejemos iluminar por Él, en la medida que nos dejemos amar.
Escuchar su Palabra por tanto, es dejarse moldear por ella. Aquél que conoce de memoria la Palabra pero no se deja penetrar por ella, no puede liberarse.
Hagamos bien el movimiento, dejarnos iluminar por Ella, y por tanto, dejarnos liberar por Ella.

martes, 4 de abril de 2017

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 4 DE ABRIL

Jn 8,21-30: Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy.
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
- «Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros.»
Y los judíos comentaban:
- «¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: "Donde yo voy no podéis venir vosotros"?»
Y él continuaba:
- «Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis por vuestros pecados: pues, si no creéis que yo soy, moriréis por vuestros pecados.»
Ellos le decían:
-«¿Quién eres tú?»
Jesús les contestó:
- «Ante todo, eso mismo que os estoy diciendo. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me envió es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él.»
Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús:
- «Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada.»
Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.

Reflexión

Donde yo voy no podemos venir nosotros. Ante esta afirmación de Jesús me surgen dos ideas. Puedo entender que por un lado anuncia que ellos no le seguirán hasta la cruz, hasta el final, porque no tenían fuerzas, porque no comprendían, etc..
La otra es que no podemos ir con él hasta que Él no nos atraiga, es decir, hasta que Él no resucite, no podremos ir con Él. Por eso, cuando levantéis el Hijo del Hombre...
También hay una pregunta que le hacen a Jesús: ¿Quién eres tú?. Es la pregunta que nos podemos seguir haciendo nosotros y que es crucial en nuestra fe. Depende de la respuesta, será nuestro seguimiento a Él.

lunes, 3 de abril de 2017

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 3 DE ABRIL

Jn 8,1-11: Mujer, ¿dónde están tus acusadores?.
En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.
Los letrados y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:
-Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras: tú, ¿qué dices ?.
Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo.
Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.
Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:
-El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.
E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.
Ellos, al oirlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos, hasta el último.
Y quedó solo Jesús, y la mujer en medio, de pie.
Jesús se incorporó y le preguntó:
-Mujer, ¿dónde están tus acusadores?, ¿ninguno te ha condenado?
Ella contestó:
-Ninguno, Señor.
Jesús dijo:
-Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.

Reflexión

Es la pregunta de Jesús, ¿dónde están tus acusadores?, la que me interroga a mi.
Que horrible es la vida cuando estamos rodeados de acusadores. Aquellos que están pendientes de tu mínimo error para acusarte. 
En el relato, ninguno de ellos fue capaz de seguir acusando a la mujer, al verse acusados por el mismo Jesús. Dicen algunos que seguramente Jesús escribió en la arena los pecados de los acusadores. En arena para que se borre...sin embargo, la ley estaba escrita en tablas de piedra.
Quien único nos puede acusar, no lo hace. Él y el Espíritu son nuestros abogados ante el Padre. Y encima carga con nuestros pecados. Seamos agradecidos al Señor.