martes, 30 de enero de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 31 DE ENERO DE 2024

Mc 6,1-6: No desprecian a un profeta más que en su tierra.


En aquel tiempo, Jesús se dirigió a su ciudad y lo seguían sus discípulos.

Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada:

«¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros que realizan sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?».

Y se escandalizaban a cuenta de él.

Les decía:

«No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa».

No pudo hacer allí ningún milagro, solo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se admiraba de su falta de fe.

Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.


Reflexión

Nuestra sociedad necesita de profetas.

Pocos saben hacerlo. Y nosotros por el bautismo tenemos por oficio participar del profetismo de Jesús.

Por lo general, pensamos que el profeta es el que adivina el futuro. 

Nada más lejos de la realidad.


El profeta es aquel que es libre para no estar sujeto al pensamiento dominante. En nuestra sociedad “libre”, sin embargo, se margina, se ensaña, etc, con el que piensa distinto. Jesús es un alma libre, en el sentido de que iba por un camino distinto de la corriente del momento. Y era libre a pesar de hacer la voluntad de Dios.


El profeta es aquél que sabe respetar al otro. Por lo mismo que dije más arriba. Si es libre, sabe respetar al otro, al distinto. Incluso aceptarlo. 


El profeta es aquel que sabe mirar más allá. No quedarse en el problema concreto, sino en las consecuencias que éste trae consigo. El que sabe mirar las nuevas oportunidades que se dan.


El profeta es un líder y no sólo un visionario. Sabe liderar su pueblo, conducirlo, llevarlo a lugares mejores.


El profeta es el que tiene clara una meta, un camino, aunque no sepa todos los pasos que tiene que dar.


El profeta es aquél que se deja llevar por el interior. Por sus intuiciones, sus “llamadas” y no tanto por la racionalidad. Sabe apostar por las locuras.


El profeta es aquél que no mira para sí mismo, quedar bien, tener fama, tener éxito, sino cumple una misión, es una persona entregada, apasionada por la vida y la humanidad. No le importa perder, para poder ser auténtico.


El profeta es aquél que sabe desestabilizarte de la zona de confort. El profeta es un interrogante en tu vida. 


El profeta es un enviado de Dios.

Su vida no es de él.

Su misión no es de él.

Su éxito no es de él.

Su dicha o es de él.


Son tantas características, que le pido a Dios que me las vaya acrecentando, porque hoy son más necesarias que nunca. En este mundo, necesitamos de profetas que nos ayuden y lideren en el cambio que Dios nos está pidiendo.

lunes, 29 de enero de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 30 DE ENERO DE 2024

 Mc 5,21-41: Contigo hablo, niña, levántate.

En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor y se quedó junto al mar. 

Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia: 

«Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva». 

Se fue con él y lo seguía mucha gente que lo apretujaba.

Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando: 

«Con solo tocarle el manto curaré». 

Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de él, se volvió enseguida, en medio de la gente y preguntaba: 

«¿Quién me ha tocado el manto?». 

Los discípulos le contestaban: 

«Ves cómo te apretuja la gente y preguntas: "¿Quién me ha tocado?"». 

Él seguía mirando alrededor, para ver a la que había hecho esto. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que le había ocurrido, se le echó a los pies y le confesó toda la verdad. 

Él le dice: 

«Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda curada de tu enfermedad».

Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle: 

«Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?». 

Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: 

«No temas; basta que tengas fe». 

No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a casa del jefe de la sinagoga y encuentra el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos y después de entrar les dijo: 

«¿Qué estrépito y qué lloros son estos? La niña no está muerta; está dormida». 

Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo: 

«Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»). 

La niña se levantó inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y quedaron fuera de sí llenos de estupor. 

Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.


Reflexión


Vemos un relato doble, con dos historias entrelazadas, dos historias de sufrimiento y de alegría al final.


En primer lugar, tener en cuenta que Jesús era reconocido por la gente como una persona a la que se podía acudir cuando alguien tenía una situación de sufrimiento, de enfermedad, de injusticia, de humillación. Porque veían que acogía a todos, escuchaba a todos, se interesaba por todos, ayudaba a todos.


En este texto, las dos historias nos hablan de impureza: la sangre y la muerte. Sin embargo, Jesús es, siempre y para todos, fuente de vida.

domingo, 28 de enero de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 29 DE ENERO DE 2024

 Mc 5,1-20: Espíritu inmundo, sal de este hombre.

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. 

Apenas desembarcó, le salió al encuentro, de entre los sepulcros, un hombre poseído de espíritu inmundo. Y es que vivía entre los sepulcros; ni con cadenas podía ya nadie sujetarlo; muchas veces lo habían sujetado con cepos y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba los cepos, y nadie tenía fuerza para dominarlo. Se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras. 

Viendo de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él y gritó con voz potente:

«¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes». 

Porque Jesús le estaba diciendo: 

«Espíritu inmundo, sal de este hombre». 

Y le preguntó: 

«¿Cómo te llamas?». 

Él respondió: 

«Me llamo Legión, porque somos muchos». 

Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca. 

Había cerca una gran piara de cerdos paciendo en la falda del monte. Los espíritus le rogaron: 

«Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos». 

Él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al mar y se ahogó en el mar. 

Los porquerizos huyeron y dieron la noticia en la ciudad y en los campos. Y la gente fue a ver qué había pasado. 

Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio. Y se asustaron. 

Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los cerdos. Ellos le rogaban que se marchase de su comarca. 

Mientras se embarcaba, el que había estado poseído por el demonio le pidió que le permitiese estar con él. Pero no se lo permitió, sino que le dijo: 

«Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido misericordia de ti». 

El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.


Reflexión


Jesús llega a una región de demonios, una expresión para explicarnos que había una relación con la muerte, lo contrario a Dios. Y ésta es la riqueza, que luego se explica con los 2000 cerdos, que valdrían una fortuna.


Jesús libera a este hombre de las ataduras del demonio. Es la victoria de la vida sobre la muerte. Y aquí encontramos, como en otros textos, la relación que tiene para Jesús entre la riqueza y la muerte. 


Y los dueños prefirieron la muerte a Jesús…y lo expulsaron. Y ésta suele ser la situación típica, la riqueza expulsa a Jesús, como estamos bien…


Y Jesús rechaza el testimonio de este hombre para evitar el proselitismo interesado, prefiere el anonimato, llamado “secreto mesiánico”. Por ello, sólo le permite dar su testimonio a su familia.

jueves, 25 de enero de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 26 DE ENERO DE 2024

Mc 4,26-34: Un hombre echa semilla y duerme, y la semilla va creciendo sin que él sepa cómo.

En aquel tiempo, Jesús decía al gentío:

«El reino de Dios se parece a un hombre que echa semilla en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega».

Dijo también:

«¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después de sembrada crece, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros del cielo pueden anidar a su sombra».

Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.


Reflexión


Hoy contemplamos dos parábolas: la del grano que crece por sí sola y la del grano de mostaza. 


El Reino es una semilla que da vida, por el vigor y la fuerza que el Reino tiene en sí. No es cuestión de habilidades o técnicas humanas. Se equivocan los que se afanan más por las habilidades y las técnicas que por la vida, la forma de vivir y la conducta, que entraña el Reino y que es el centro mismo del Evangelio.


La parábola del grano de mostaza deja bien claro que el Reino de Dios es, y será siempre, una realidad tan pequeña que se verá como algo casi insignificante y que, para casi todos, pasará inadvertida. El Reino no crece a base de grandes concentraciones de gente ni de solemnidades con poder mediático. Eso es lo propio de los poderes de este mundo. El gigantismo, como ocurrió con los dinosaurios, está llamado a desaparecer. Las hormigas, sin embargo, perviven en su pequeñez.


El Reino de Dios se hace presente donde se expulsan las fuerzas del mal. Es decir, donde se les quita su fuerza a los poderes que causan las injusticias, sufrimientos y violencias, que rompen la paz, el bienestar, la convivencia hasta terminar matando toda esperanza y toda ilusión.


El Evangelio relaciona el Reino de Dios con la curación de enfermos y el alivio de penas y sufrimientos (Mt 4, 23-24) y con la expulsión de demonios (Mt 12, 28). El crecimiento del Reino no es el crecimiento de la religiosidad, sino el crecimiento de la felicidad, dignidad y libertad de las personas.


Nuestro mundo no ha inventado la compasión pero sí la ha universalizado.

miércoles, 24 de enero de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 25 DE ENERO DE 2024

 Mc 16,15-18: Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo:

-«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.

El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado.

A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.»


Reflexión


Fiesta de la Conversión de San Pablo y último día de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.


La Iglesia nos presenta hoy el texto del envío misionero de Jesús.

Contemplando al gran “apóstol de los gentiles” no podemos rehuir la llamada de Jesús. Precisamente este fin de semana la Iglesia nos ofrecía la llamada de Jesús a ser pescadores de hombres.


Consideremos “el mundo entero” que nos corresponde, al que Jesús nos envía. Podrían ser todas las personas con las que tenemos contacto sin excluir a nadie al prejuiciarlo, dado que el mensaje es para todos. En mi trabajo, en el bar, en la guagua, en la peluquería, cola del banco, etc. 


Consideremos lo que estamos haciendo para anunciarlo. Como es mi actitud en ese ambiente. En que estoy contribuyendo, en que estoy sirviendo. 


Consideremos que lugar ocupan en mi corazón y en mis acciones los más pobres. Pobres de dinero, de cualidades, de situaciones, etc.


Pidámosle al Señor, poder ser su instrumento para poder anunciarlo “al mundo entero”.

martes, 23 de enero de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 24 DE ENERO DE 2024

 Mc 4,1-20: Salió el sembrador a sembrar.

En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al mar. Acudió un gentío tan enorme, que tuvo que subirse a una barca y, ya en el mar, se sentó; y el gentío se quedó en tierra junto al mar.

Les enseñaba muchas cosas con parábolas y les decía instruyéndolos:

«Escuchad: salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó enseguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; los abrojos crecieron, la ahogaron y no dio grano. El resto cayó en tierra buena; nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno».

Y añadió:

«El que tenga oídos para oír, que oiga».

Cuando se quedó a solas, los que lo rodeaban y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas.

Él les dijo:

«A vosotros se os ha dado el misterio del reino de Dios; en cambio a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que "por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados"».

Y añadió:

«¿No entendéis esta parábola? ¿Pues cómo vais a conocer todas las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la semilla como terreno pedregoso; son los que al escuchar la palabra enseguida la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes, y cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, enseguida sucumben. Hay otros que reciben la semilla entre abrojos; estos son los que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la semilla en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno».


Reflexión


Salió el sembrador a sembrar…

Por lo general solemos interrogarnos en esta parábola que tipo de suelo somos, sin embargo, nos quedamos en la superficie, porque el texto bíblico quiere remarcar, que salió el sembrador.


Es decir, que lo importante es remarcar que el sembrador ha salido a sembrar. Nos dice: “salió”. En español lo han traducido con ese tiempo verbal que es el pretérito perfecto simple, también conocido como pretérito indefinido de indicativo, se usa para expresar acciones que tuvieron lugar en el pasado de forma puntual y ya finalizaron o se interrumpieron.


En este caso, es algo que Dios realizó de una vez para siempre. Pero se mantiene de manera permanente. Sembró en todo lugar, algunos inhóspitos. Nuestra misión como cristianos es: 1) dejarnos sembrar; y 2) descubrir las semillas que hay de Dios esparcidas por todo el mundo; ésta es una tarea difícil, porque donde la semilla ha caído al borde del camino, puede ser que haya sido pisoteada. Aún así, es la semilla de Dios, y podrá rebrotar en cualquier momento.

jueves, 18 de enero de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 19 DE ENERO DE 2024

Mc 3,13-19: Llamó a los que quiso para que estuvieran con él.

En aquel tiempo, Jesús subió al monte, llamó a los que quiso y se fueron con él.

E instituyó doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar, y que tuvieran autoridad para expulsar a los demonios:

Simón, a quien puso el nombre de Pedro, Santiago el de Zebedeo, y Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso el nombre de Boanerges, es decir, los hijos del trueno, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el de Caná y Judas Iscariote, el que lo entregó.


Reflexión


Llamó a los que quiso para que estuvieran con él. Comienza Jesús a llamar de entre sus seguidores. Para que vivan con él, lo conozcan, lo observen, aprendan de él. 


Aquí está la clave inicial: Jesús llama para que estén con él. Estar con él es la condición sine qua non, para poder ser su testigo, su apóstol. Yo diría también para poder ser cristiano.


Y que suerte tenemos de poder vivir con él, contemplarlo de cerca. Escuchar su voz, oír su respiración…


Pero muchas veces, pretendemos ser altavoz sin pilas, porque pretendemos anunciarlo a Él sin haber estado con Él.


No nos olvidemos, la llamada se alimenta del encuentro con el Maestro.

miércoles, 17 de enero de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 18 DE ENERO DE 2024

 Mc 3,7-12: Los espíritus inmundos gritaban: "Tú eres el Hijo de Dios", pero él les prohibía que lo diesen a conocer.


En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una muchedumbre de Galilea. Al enterarse de las cosas que hacia, acudía mucha gente de Judea, de Jerusalén y de Idumea, de la Transjordania, de las cercanías de Tiro y Sidón. Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío. Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él, gritando: «Tú eres el Hijo de Dios.» Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.


Reflexión

Al comienzo de su vida pública, este enseñar nuevo, con autoridad y los milagros que hace, atrae a muchedumbres. Sin embargo, sólo los espíritus inmundos sabían quién es.

De manera sencilla, me pregunto por qué sigo a Jesús. 

¿Sigo a Jesús porque me encandila su manera de hablar y actuar?. Esto puede ser un primer nivel de seguimiento. 

¿Sigo a Jesús porque me puede ayudar en lo que necesito?

Estamos comenzando este tiempo ordinario. Aunque comenzó diciendo: “se ha cumplido el plazo”; conviene que vayamos poco a poco, contemplando a Jesús, sus palabras, gestos, miradas, para que podamos acceder a Dios. Pero tengamos como horizonte que tenemos que llegar al reconocimiento de su divinidad y postrarnos ante Él, como hicieron los espíritus inmundos.

martes, 16 de enero de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 17 DE ENERO DE 2024

 Mc 2,23-28: El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado.

Sucedió que un sábado Jesús atravesaba un sembrado, y sus discípulos, mientras caminaban, iban arrancando espigas.

Los fariseos le preguntan:

«Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?» Él les responde:

«¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre, cómo entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes de la proposición, que solo está permitido comer a los sacerdotes, y se los dio también a quienes estaban con él?»

Y les decía:

«El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado.»


Reflexión


Estamos ante un relato dramático, que empieza hablando de acecho o espionaje, y termina con la patética decisión de matar a Jesús. Va in crescendo.


Podemos decir que el Evangelio es la historia de un conflicto mortal: el conflicto de Jesús con la religión. No te olvides que fue condenado por el Sanedrín.


La religión por sistema, por definición tiene que ser el medio por el cual “religare” se unan las dos orillas. Pero en aquel tiempo la religión estaba pervertida. No llevaba a los hombres a Dios. No los liberaba…La religión era un medio de opresión al pueblo sencillo. La religión era un negocio. Y Jesús lo cuestiona, y todo estalla.


Y Jesús viene a ser buena noticia para los “pobres”, los débiles, los oprimidos. Dice el Papa Francisco en la Evangelii Gaudium 27. “Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación”, para no caer en nuevo fariseísmo.