jueves, 29 de julio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 30 DE JULIO DE 2021

Mt 13,54-58: ¿No es el hijo del carpintero? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?



En aquel tiempo, fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía admirada:

-¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María y sus hermanos Santiago, José, Simón y judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso? Y desconfiaban de él.

Jesús les dijo:

-Sólo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta.

Y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe.




La gente decía admirada: ¿No es el hijo del carpintero? ¿de dónde saca todo esto?. Aunque Jesús desprecia luego estas expresiones, sin embargo, me permito el lujo de darle la vuelta y quedarme con la palabra que dice el texto: “admirada”. Normalmente esta palabra hace referencia a un contenido positivo. Y aquí es donde quiero ir. Jesús estuvo 30 años viviendo en la normalidad de la vida, en su cotidianidad y sencillez. Ahora se maravillan porque el compañero de juegos, tertulias, etc es ahora el que opera milagros, y habla palabras que llegan al alma. 


Es momento de profundizar, meditar sobre estos 30 años. A nivel cuantitativo es mucho más largo este periodo que la etapa pública de Jesús. La balanza va en contra de vida pública de Jesús. Por tanto, no es desdeñable ni despreciable esta época. Y esto nos revela algo fundamental de Dios. Nuestro Dios es el de la cotidianeidad, de la sencillez, del trabajo callado, el que nunca descansa: “mi Padre siempre trabaja”. Es el Dios del grano de mostaza, de la levadura en la masa, etc. Hay tanto trabajo que hacemos callado, en la sombra, sin reconocimiento, sin recompensa. Sin embargo, valioso para nosotros mismos, para los demás y también para Dios. Dios es el que sabe recompensar: “que no deja sin recompensa ni un vaso de agua”.


Por otro lado, todo lo que Jesús manifiesta en la etapa pública lo aprendió en esos 30 años a la sombra. El texto dice que crecía en sabiduría, estatura y gracia. Crecía en sabiduría, la sabiduría del pueblo, de las personas sencillas, de su madre y padre. Y también crecía en la gracia, en la relación personal con su Padre, también enseñada por sus padres. Aprender de la sabiduría de los pueblos, que está más allá de los comentarios fáciles que se transmiten en las conversaciones. Es la sabiduría que sabe penetrar las situaciones y quedarse con lo esencial. En todos los pueblos, épocas, tiene esta sabiduría. Hay que saber buscarla, acogerla, seguir transmitiéndola. 


miércoles, 28 de julio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 29 DE JULIO DE 2021

Jn 11,19-27: Creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios.



En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano. Cuando Marta se entero de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús:

–Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.

Jesús le dijo:

–Tu hermano resucitará.

Marta respondió:

–Sé que resucitará en la resurrección del último día.

Jesús le dice:

–Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?

Ella le contestó:

–Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.



En medio de la muerte de su hermano Lázaro, Jesús pone a Marta en la encrucijada de la fe: que es creer en Jesús y en su poder. Yo creo que es la pregunta que nos hace Jesús continuamente en nuestras encrucijadas. ¿Crees en mi?


Marta, de la cual, anteriormente se había llevado la reprimenda de Jesús, por no elegir la parte mejor; aquí si da muestras de saber elegir: y eligió la fe. 


Ya había dado el salto de la fe cuando se había encontrado con Jesús. Es bonita la afirmación: “si hubieras estado aquí…pero aún ahora….” Impresiona. Pero le faltaba un punto dado que Marta creía en la resurrección después de la muerte, pero el poder absoluto de Jesús para “revivir” a su hermano. 


Y su hermano “revivió” por la fe de la hermana. 


En la vida se nos presentan muchas encrucijadas, y en todas hay una llamada de Dios. En todas hay una pregunta que nos hace Jesús a cada uno de nosotros: ¿Crees en mí?. Ya la pregunta es nuestra salvación, porque nos sirve de recordatorio que Jesús está con nosotros siempre y hace despertar nuestra fe, muchas veces adormecida.  

martes, 27 de julio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 28 DE JULIO DE 2021

Mt 13,44-46: Vende todo lo que tiene y compra el campo.


En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: 


-«El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.»




El reino de los cielos se parece a un tesoro. La visión de Jesús sobre el reino de los cielos es siempre positiva, mejor de lo que uno puede imaginar. La descripción que hace Jesús se resume en una palabra: “tesoro”. El tesoro es algo atrayente, apetecible, inmerecido, desbordante, etc. El tesoro es algo que me encuentro, que no es fruto de mi trabajo, sólo de mi búsqueda.


Ante ello, merece la pena todo lo que yo pueda hacer, trabajar, luchar por este Reino. Y más que luchar, hacer y trabajar; el texto dice: vende todo lo que tiene. Y aún así, el tesoro sería siempre mucho más que lo que podría obtener por venderlo todo. 


Pero cuando llegamos a concretarlo en el reino de los cielos que tenemos que trabajarlo yo, es cuando me doy cuenta de que no lo tengo tan claro. Y empezamos a medir lo que tengo que vender, lo que tengo que dejar. Entonces, no he entendido del todo lo que significa el Reino. Es que el Reino todavía no lo he encontrado. Puedo seguir buscando, porque merece la pena venderlo todo.  

lunes, 26 de julio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 27 DE JULIO DE 2021

 Mt 13,36-43: Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo.



En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: 

-«Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.» Él les contestó: 

-«El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.»



Ayer meditábamos con un evangelio que nos hablaba de crecimiento. Hoy, Jesús les explica a ellos, debido a su petición porque no entendían.

Yo algunas veces todo lo veo así de positivo, así de sencillo. Pero nos damos cuenta que la realidad es mucho más compleja, poliédrica, e incluso cambiante. Todos estamos en proceso de cambio, para bien y para mal. Lo que hay es no perder la perspectiva, porque al final se sabrá si era trigo o cizaña. Lo malo es que no sabemos cuando es nuestro final, así el Señor nos mantiene en tensión hacia el bien.


Pero no podemos perder la imagen que muchas veces, nosotros mismos podríamos pensar que somos trigo y somos cizaña (eso sería lo malo). Esa vista en perspectiva o hacia el final, es muy buena, porque nos recuerda que al final, el trigo será el que tenga el pase, y la cizaña, como no sirve, se quema. 

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 26 DE JULIO DE 2021

 Mt 13,31-35: El grano de mostaza se hace un arbusto, y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.



En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente: 

-«El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas, y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.» 

Les dijo otra parábola: 

-«El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, y basta para que todo fermente.»

Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo.» 



El reino de los cielos tiene una serie de características que lo hace especial, novedoso, único. No está en las coordenadas habituales de la sociedad.


Comienza como una realidad humilde, pequeña, pobre, indefensa. Pero va creciendo lentamente, por dentro, sin que se vea y se note. El reino de los cielos requiere de nuestra fe. Tenemos que aprender a ver más allá de lo que se aprecia. Creer en el poder y la obra de Dios. Claro, también el poder de Dios, según el evangelio que la Iglesia nos puso ayer, en la fiesta de Santiago, en Dios es el servicio.


Y el reino de los cielos, cuando crece, está abierto a todos, provoca armonía y es un reino que “sirve” a todos (de servicio, no de utilidad)


Nos toca a nosotros a creer en Dios, en su obra, en su poder, en su “trabajo”.


jueves, 22 de julio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 23 DE JULIO DE 2021

 Jn 15,1-8: El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.



En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador.

A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca,

y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.

Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado;

permaneced en mí, y yo en vosotros.

Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos;

el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante;

porque sin mí no podéis hacer nada.

Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros,

pediréis lo que deseáis, y se realizará.

Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»



Como comenté el otro día, somos semillas preparadas y destinadas a dar fruto. Pero este fruto sólo se dará en la medida en la que estemos y permanezcamos en Él. 


Durante mucho tiempo consideraba que estar en el Señor es una cuestión moral, no pecar. Y mi vida se componía de un cumplimiento. Sin embargo, voy comprendiendo poco a poco que nuestra fidelidad y fecundidad depende sólo de un único factor: de no perderlo a Él. Igual que el rey David, que incluso en su pecado no dejó de confiar en Dios, de acudir a Él, de ofrecer su arrepentimiento. 


Por ello, Jesús nos pone esta comparación con la vid. Tiene una fuerza expresiva muy grande. Él es nuestro sustento y sin Él no podremos nunca avanzar, ni dar fruto. 

miércoles, 21 de julio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 22 DE JULIO DE 2021

 Jn 20,1.11-18: Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?


El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:

«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto».

María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús. Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús, uno en la cabecera y el otro junto a los pies. Los ángeles le preguntaron:

«¿Por qué estás llorando, mujer?»

Ella les contestó:

«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo habrán puesto».

Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo:

«Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?»

Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió:

«Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto».

Jesús le dijo:

«¡María!»

Ella se volvió y exclamó:

«¡Rabbuní!», que en hebreo significa “maestro”.

Jesús le dijo:

«Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: “Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios”».

María Magdalena se fue a ver a los discípulos para decirles que había visto al Señor y para darles su mensaje.



Hoy celebramos la fiesta de Santa María Magdalena, apóstol de los apóstoles. Es decir, la enviada del Señor hacia los demás apóstoles=enviados.


Antes del envío (“ve a decirles a mis hermanos…”), Jesús le pregunta a María, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?


Son unas preguntas que muestran que a Jesús le importamos, quiere ayudarnos, está pendiente de nosotros. Busca calmarnos en nuestras ansias, como a la mujer samaritana. Somos su “dedicación”. 


Sintamos que Jesús nos hace esa pregunta a nosotros. ¿Qué es lo que me preocupa?

¿Qué es lo que ansío?

¿Qué es lo que me deja inquieto?

¿Qué espero?

¿Qué espero de la vida?

¿Qué espero de Dios?

¿Qué espero de los demás?

¿Qué me falta en la vida para ser feliz?

¿Qué es lo que me da tristeza?


Parecen preguntas de un psicólogo, pero son preguntas fundamentales que buscan llegar al corazón. Muchas veces, me puede dar tristeza la injusticia, o la impotencia de no poder hacer nada, etc. Es decir, no las situaciones personales, pero sí la afectación en lo personal de otras situaciones que nos trascienden.


También en esas preguntas que no encontramos solución, Jesús quiere ser nuestra fortaleza. Por eso, al final la pregunta decisiva (ya algo dirigida), ¿A quién buscas? Porque en definitiva buscamos a Jesús aunque no lo sepamos. Él es la medida de nuestro corazón.

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 21 DE JULIO DE 2021

Mt 13,1-9: Cayó en tierra buena y dio grano.


Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que  subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.

Les habló mucho rato en parábolas:

-«Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.

Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.

Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.

El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta.

El que tenga oídos que oiga.»



Es un evangelio para tomar conciencia de que somos una semilla “creada para dar fruto”. Un fruto que depende de si nos enterramos en tierra buena o no. Es decir, cada uno de nosotros tenemos la “capacidad” de dar fruto,

Ese fruto se dará si estamos atentos a la Palabra de Dios.

Ese fruto se dará si nos creemos la Palabra de Dios.

Ese fruto se dará si queremos cumplir la Palabra de Dios.

Ese fruto se dará si nos ponemos en camino de cumplirla.

Ese fruto se dará si también nos abrimos a la acción del Espíritu, porque solos no podemos.

Entonces el fruto se dará más sobreabundante de que lo que pudiéramos dar por nosotros solos.


El Señor sigue sembrando, sigue confiando en nosotros. ¿Confiamos en Él? 

lunes, 19 de julio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 20 DE JULIO

 Mt 12,46-50: Señalando con la mano a los discípulos, dijo "Éstos son mi madre y mis hermanos".


En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablar con él.

Uno se lo avisó:

- Oye, tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo.

Pero él contestó al que le avisaba:

- ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?

Y señalando con la mano a los discípulos, dijo:

- Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.



Estos son mi madre y mis hermanos. Ciertamente es una expresión, cuanto menos extraña, complicada de entender. 

Jesús, en la vida pública, pasa enteramente a vivir dependiendo del Padre, “¿no sabíais que debía estar en las cosas de mi Padre?”. En este caso, el rol de María pasa de madre a, sobretodo a discípula. María seguirá siendo madre, y Jesús nos la entregará. A partir de ahora, de manera explícita no sale de sus labios la palabra madre referida a ella, sino mujer. Ella es la mujer, el prototipo de la mujer creyente y el hombre creyente porque “cumple la voluntad de mi Padre del cielo”. 


Aprendamos de María, mujer creyente. Cada gesto, cada palabra, cada mirada, cada pensamiento nos habla de una mujer volcada en Dios, seguidora de su Hijo Jesús y dócil al Espíritu Santo. 

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 19 DE JULIO DE 2021

Mt 12,38-42: Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará.


En aquel tiempo, un grupo de letrados y fariseos dijeron a Jesús:

- Maestro, queremos ver un milagro tuyo.

El les contestó:

- Esta generación perversa y adúltera exige una señal; pues no se le dará más signo que el del profeta Jonás.

Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo: pues tres días y tres noches estará el Hijo del Hombre en el seno de la tierra.

Cuando juzguen a esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que la condenen, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.

Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.




Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará. Hasta la reina del Sur, que es reina y de muy lejano. Sin embargo, la generación contemporánea y también del mismo pueblo no le creían. Seguramente pensaremos, ¡eso no pasará con nosotros, teniendo a Jesús como paisano, le creería, lo seguiría, estaría escuchando sus palabras!. 


Sin embargo, también nosotros somos contemporáneos y paisanos de Jesús en la Eucaristía, y ¿le creemos como pensaríamos que lo haríamos si estuviéramos en su pueblo y época? Porque el signo es la Eucaristía y muchos van a regañadientes o rutinariamente cada fin de semana. 


¡Si supiéramos el deseo que tiene Jesús de ser comulgado por nosotros! ¿Por qué no vamos a misa diariamente (en los lugares donde haya)? 

viernes, 16 de julio de 2021

HOMILÍA EN LA FIESTA DEL CARMEN. 16 DE JULIO DE 2021

 Homilía en la Fiesta de la Virgen del Carmen


He pensado dirigir esta tarde mi oración y reflexión a la Virgen que nos cuida. Es una expresión que hemos oído mucho en estos meses: cuidémonos y cuidemos. Es el lema de las autoridades sanitarias. Pero también el de nuestros padres, cuando salíamos a la calle o emprendíamos un nuevo proyecto: ¡Ten cuidado!. 


Es tomar conciencia de nuestra finitud, de la fragilidad de nuestra vida y nuestras acciones. La conciencia de que en cualquier momento, todo se puede venir al garete. Esa afirmación no es desconfianza del otro, para nada. 


Lo contrario al cuidado es el descuidado. El descuidado es el que no le da importancia a nada. 


En este tiempo, hemos aprendido que no podemos ser descuidados, porque afecta también al otro. No estamos solos, nos influimos todos. Por ello, cuidémonos para poder cuidar. 


El verbo cuidar significa por un lado: Poner diligencia, atención y solicitud en la ejecución de algo. Hacemos algo con cuidado, con esmero. 

Y por otro: Asistir, guardar, conservar.


Tenemos que cuidarnos y tenemos que cuidar todo lo que hacemos. Hacerlo con más esmero, con mayor diligencia, con más atención. No podemos ser descuidados en lo que hacemos. Como cristianos, nos va la vida en ello. 


Tenemos que cuidar al otro. Estamos en la misma barca, en la misma senda y con los mismos objetivos. Todos. ¿No queremos ser todos felices? ¿No buscamos todos un mundo mejor?


Tenemos que tomar conciencia que la pastoral post-pandemia debe ser una pastoral del cuidado. La pastoral debe ser una pastoral del cuidado y lo hemos descuidado. Más afanados en hacer, que en preocuparnos por "ser". Cuando le preguntas a la gente: ¿cómo estás? y responden muchas veces, "estoy, que ya es bastante". 


El Papa lo repite hasta la saciedad: que la Iglesia sea un hospital de campaña, y en la Evangelii Gaudium nos insta a "crear espacios motivadores y sanadores para los agentes pastorales, «lugares donde regenerar la propia fe en Jesús crucificado y resucitado, donde compartir las propias preguntas más profundas y las preocupaciones cotidianas, donde discernir en profundidad con criterios evangélicos sobre la propia existencia y experiencia, con la finalidad de orientar al bien y a la belleza las propias elecciones individuales y sociales»" (EG 77)


Una pastoral para poder reintegrar, levantar, reconstruir, a todos aquellos que el virus ha dejado a un lado del camino. Una pastoral del cuidado que tenga la delicadeza de sanar las heridas, masajear las espaldas doloridas, ofrecer el hombro para llevar a la persona herida, etc. 


Para ello, no tenemos mejor espejo que a Dios, que siempre nos cuida (“mi Padre siempre trabaja”) y de una manera especial a nuestra Madre. Dijo el Papa: “María nos cuida porque es madre de todos los cristianos y bajo su manto “no puede entrar el diablo”.”


Es real, María nos cuida. Estamos a su cuidado. Jesús nos la regaló en la cruz. “Ahí tienes a tu Madre”. El título de Madre de la Iglesia hace referencia a este cuidado a toda la Iglesia.


Si María nos cuida, dejémonos cuidar por ella. ¿Nos dejamos cuidar? Ella no nos puede hacer nada si no permanecemos bajo su manto, amparo. Ella no puede hacer nada si no nos dejamos cuidar.


Pienso que nuestra forma de dirigirnos a la Virgen no permite ese cuida, sino simplemente queremos que nos resuelva la papeleta. El cuidado de María, igual que el de nuestras madres, es algo que va más allá, más profundo, más permanente.  


María nos cuida de varias maneras (en palabras del Papa Francisco):


    1. Siendo Madre. Un cristiano sin la Virgen está huérfano. Tenemos una Madre. Una Madre eterna y santa. Que vela siempre por nosotros. “Ruega por nosotros Santa Madre de Dios” o la oración que le gusta mucho al Papa: “Bajo tu amparo, nos acogemos…”
    2. Es nuestra salud, custodia nuestra salud, es decir, nos ayuda a crecer, a afrontar la vida y a ser libres.
    3. Nos ayuda a crecer para no vivir una vida superficial, sino con responsabilidad.
    4. Nos ayuda a crecer para no ceder en la pereza, a no conformarse con una vida cómoda.
    5. Nos ayuda a crecer en el realismo y en la fortaleza ante los obstáculos. Lo hace llevándonos no siempre sobre el camino seguro. Pero tampoco sobre el riesgo. 
    6. Cuida que no nos apartemos de su Hijo Jesús y hagamos su voluntad.
    7. Sostiene a los hijos en el combate contra las fuerzas del mal. 
    8. Con paciencia y con ternura nos lleva a Dios, incluso por una puerta trasera. 
    9. Con su mano, suaviza y hace más agradable la obediencia a Dios. 


Dejémonos cuidar por ella. Ella es una Madre experta en cuidar a miles de millones de hijos durante 20 siglos. Ella sabe lo que hace, por dónde nos conduce, qué permite y qué para; de qué nos protege, etc. Confiemos en ella. 


El martes comentaba esta frase de D. Damián: “Nuestro viaje es incómodo, pero tiene buen fin”. Pues si, nuestro viaje puede resultar incómodo, pero no será lo mismo de la mano de María. Por ello, ponte bajo su cuidado, protección y amparo. Es nuestra Madre, nadie mejor que ella sabe cuidarnos. Confía en ella. 

INFORMACIONES DE INTERÉS DEL COVID-19

 Dada la incidencia tan alta que tenemos y dadas las infoxicaciones que hay, he decidido reunir en este post, una serie de informaciones, paginas oficiales que he ido reuniendo en este tiempo. 


INFORMACIÓN DEL MINISTERIO SOBRE EL COVID Y SOBRE LA VACUNA (2 páginas)


INFORMACIÓN SOBRE EL CORONAVIRUS DEL GOBIERNO DE CANARIAS: 2 páginas: 1 y 2


INFORMACIÓN EN TIEMPO REAL SOBRE LA INCIDENCIA DEL GOBIERNO DE CANARIAS. 


TWITTER DE LA CONSEJERÍA DE SANIDAD DEL GOBIERNO DE CANARIAS (mucha actividad y muchos esquemas entendibles)


CANAL DE TELEGRAM DEL MINISTERIO DE SANIDAD


CANARIAS SALUDABLE



Del Twitter de Pablo Fuente, 

#COVID19 Antes de preguntar, os ruego que leáis el dropbox, hay mucho trabajo de grandes científicos ahí: bit.ly/colesqa - Todo para Colegios, Univ. y Oficinas. - Cómo elegir un Filtro HEPA: calculadora, vídeo explicativo - Todo sobre mascarillas - Calculadora riesgos


Canales de Youtube de interés

Iván Moreno. Médico internista en la Paz de Valencia.

César Carballo. Médico de urgencias del Ramón y Cajal de Madrid. Muy conocido por salir con Iker Jimenez en el programa Horizonte Covid. Vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias

El maletín del Dr. Pepe. Pepe Alcamí, es investigador del Instituto de Salud Carlos III y es una eminencia en el campo de los virus. Son vídeos muy sencillos de entender de la mano del experto.

Radio el Respeto. Dirigido y presentado por Pablo Fuente, que ha sido uno de los que mejor ha divulgado la verdad del virus. Ha entrevistado a Pepe Alcamí, Rafael Toledo, Margarita del Val, Dr. Gaona, Sonia Villapol, Adolfo García Sastre, José Luis Jiménez, entre otros (referido al Covid-19). Ha ganado el premio de ser el canal (en podcast) de referencia en 2020. 


3 libros de interés por personas que saben (libros que he leído):


COVID 19, como protegerte del virus y de la desinformación



Coronavirus, la última pandemia, de Pepe Alcamí

HOMILÍA EN LA FIESTA DE LOS MÁRTIRES DE TAZACORTE. 15 DE JULIO DE 2021

 Con mucha alegría, venimos a rendirles el culto que la Iglesia les remite a estos 40 mártires que murieron en aguas cercanas a nosotros, como dice la inscripción en la puerta, “a vista del puerto”. Venimos a rememorar la Eucaristía que celebraron “en este lugar” (como dicen los misales en Tierra Santa, que emoción), el 13 de Julio de 1570. Eucaristía que es memorial (como ésta) de la que celebró Jesús en el Cenáculo, su última noche.


Como este año no hay procesión y no podremos repartir las distintas frases que pronunció el Beato Ignacio de Acevedo. He pensado comentarlas y versar mi homilía sobre ellas. Espero que les ayude. Frases que están en el canal parroquial de Telegram y en el blog parroquial, para que en cualquier momento puedan acudir a ellas.


Es difícil comentar estas expresiones, a cinco siglos de distancia y en una sociedad secularizada, estas frases del beato Ignacio nos suenan a chino mandarín.


Les tenemos devoción a los mártires, pero los vemos como algo alejado. ¡Nosotros no somos capaces de tanta heroicidad! Decimos mártires a unos testigos. Testigos del amor de Dios. Testigos de un amor que los trasciende, envuelve, tanto que la vida pasa a un segundo plano (aquello de San Pablo, todo lo estimo pérdida o basura comparado con el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo). Hay que ponerse en esta perspectiva, y pienso que también a nosotros, personas creyentes, nos cuesta.


1)“Hermanos míos, guardémonos bien de guiarnos aquí por sugestiones de la prudencia humana. Es Dios quien nos ha guiado hasta este día”.


Después de haber celebrado la Eucaristía, deben entregar un cargamento en Santa Cruz de la Palma. Era mejor ir por tierra firme y de hecho D. Melchor de Monteverde les ofreció la forma de ir; todo para evitar el peligro de los piratas que estaban al acecho. Eso sería lo lógico, lo razonable, lo esperable, lo que haríamos todos. Sin embargo, Ignacio de Acevedo, como todos sabemos tuvo una revelación del martirio. Una revelación fulminante, de manera clara y distinta, por lo cual, no tenía duda de lo que Dios le pedía. Y ahora todo se le iluminaba, todo convergía en ese momento. Esa revelación no es una información como ver una noticia, como leer un whatsapp, o coger una llamada. Esa revelación, más que información de un acontecimiento que iba a pasar, era una llamada. Y cuando es tan clara y potente, no se puede rechazar. “Me sedujiste, Señor y me dejé seducir”. El Señor da la gracia cuando da la misión. Se siente totalmente en manos de Dios. Y es una gracia poder vislumbrar de una manera tan clara lo que Dios quiere de uno.  En la mayoría de las veces no es tan fácil. Y se confía, se abandona en la voluntad. En este caso, la prudencia humana es imprudencia vocacional. Porque, en palabras del Beato Ignacio “es Dios quien nos ha guiado hasta este día”. Es Dios y sólo Dios. Cuesta entender como Dios puede pedir eso. Pero hoy, su martirio nos conmueve y alienta nuestra fe. Seguramente a ninguno de nosotros se nos pida un martirio de esta manera, pero si estamos llamados a intensificar nuestra vida de oración y a estar atentos a las señales de Dios.


2)“Los deseos de Dios son superiores a todos los hombres. Su voluntad es que volvamos a tomar la vía del mar. Ella no tardará en conducirnos al puerto de la eterna felicidad”


Los deseos de Dios son superiores a todos los hombres. Nuestros deseos muchas veces se quedan en deseos más bajos, es decir, en satisfacer mis necesidades, y menos en el servicio al otro, al bien común. Pero también la autoridad de Dios es superior y su voluntad a la nuestra. Sin embargo, elegir los deseos de Dios, nos lleva directamente hacia Dios y hacia la eterna felicidad que buscamos.


3)“Ah hermanos, que otras cuevas son las que nosotros buscamos muy diferentes a éstas. Otras más dulces contemplaciones, mis hijos queridos, y otros lugares para alabar a Dios nos esperan.”


El Beato Ignacio era un hombre apostólico, con una actividad intensa (en los meses anteriores, dedicado al cuidado de los enfermos de la peste), pero con una espiritualidad muy profunda y arraigada en Cristo. El martirio no se improvisa. Días antes de partir, los reunió en el Valle del Rosal y les estuvo predicando y aleccionando. Quien gusta de la dulzura de Dios, todo le sabe a poco y sólo se deleita con su contemplación. Y haber descubierto la dulzura de su amor, nos ilumina en la vida para no estar buscando otras cuevas, otros amores, otros deleites. Estaba preparado para la misión. Pidámosle a Dios que nos muestre su gloria. Pero para ello, ponte a tiro, abre tu corazón, sumérgete en la oración con más asiduidad, y lo podrás ver también en el hermano sufriente, como Ignacio lo vio en los enfermos de peste.


4)“Tened valor. Los siervos del Señor no tienen que temer. Si los herejes nos encontraran, más pronto iríamos al cielo. El mayor mal que nos pueden hacer es marcharnos para el cielo. Y todo eso es nada”.


También Jesús nos pide lo mismo: “tened valor”, y lo podemos hacer porque, añade, “yo he vencido el mundo”.

Somos ciudadanos del cielo, muchas veces nos olvidamos de ésto. Somos como unos árboles que tienen su raíz “arriba” y damos fruto aquí “abajo”. Supuestamente el mayor mal que podamos sufrir es la muerte, y ésta no es un problema para el cristiano porque “es con mucho lo mejor”. Por ello, lo que se convierte supuestamente en mal, en realidad es el gran bien. Dice el libro de la Sabiduría, en una lectura que está en el leccionario de difuntos: La vida de los justos está en manos de Dios…la gente insensata pensaba que morían, consideraba su tránsito como una desgracia, y su partida de entre nosotros como una destrucción, pero ellos están en paz…la gente pensaba que cumplían una pena, pero ellos esperaban de lleno la inmortalidad…”.


5) Antes de morir dijo: “Muero por la Iglesia Católica y por lo que ella enseña”. Y a los jesuitas que lo rodearon, les dijo: “No tengan miedo, agradezcan esta misericordia del Señor. Yo voy adelante y los esperaré en el cielo”. Y expiró, “con los ojos en la imagen de Nuestra Señora”.


Precisamente el lunes predicaba a Santa María, madre de los acobardados en el Triduo de la Virgen del Carmen y también hablábamos de aquellos que tienen vergüenza de ser cristianos, de aquellos que dudan o se apartan por que la doctrina muchas veces no se ajusta a la mentalidad de la sociedad. Está claro que la Iglesia de hoy y de aquel momento, no se ajusta al plan de Dios, una Iglesia de santos y pecadores. Y aquí vemos a Ignacio, en el lecho de la muerte, muere por la Iglesia, se entrega por la misión de la Iglesia. El martirio es una ofrenda a Dios y a la Iglesia, la ofrenda de su vida. A mí ésto me interroga de una manera fuerte. Yo que soy sacerdote, ¿doy gracias por la Iglesia que es mi madre, que me lo ha dado todo, que da sentido y orientación a mi vida? ¿Hago de mi vida una ofrenda al servicio de Dios y de la Iglesia, que es el servicio de la humanidad?

“La Iglesia nació del sacrificio de Cristo en la cruz, pero continúa creciendo y desarrollándose mediante el amor heroico de que es prueba la muerte de los más generosos de sus hijos”. (Pablo VI en la segunda lectura del oficio de hoy)

Por ello, la Iglesia crece más por mi entrega que por muchas acciones que hacemos, sin la entrega de la vida. Y los mártires han contribuido mejor a la Iglesia con su martirio, que con la misión a la que iban.

Por otro lado la otra frase: “agradezcan esta misericordia del Señor”. Que difícil será explicar esta frase. Entendemos por misericordia el amor de Dios por la miseria, lo pobre, lo humillado, lo miserable. Un amor que levanta, sostiene, restablece, integra. Pero no un amor que pide la muerte. Y ahí entra la paradoja cristiana: el misterio de la Cruz. Es la “oscuridad de la fe”. A la fe le damos siempre la imagen de la luz. Sin embargo, sólo desde la gracia de Dios podremos comprender esta oscuridad. “Caminamos a tientas, como si viésemos lo invisible”, según la bella formulación de la Carta a los Hebreos (Heb 11,7)


6) “Arrodillaos ante el ante el Bendito Cuadro de Santa María la Mayor y suplicadle su perdón”


Y por último, la Virgen. Para el Beato, María no era la última, sino María siempre estaba en su vida. No soltó el cuadro, estaba agarrado de la mano de María. En nuestra vida no soltemos la mano de nuestra Madre, como cuando éramos pequeños, y así ningún mal nos pasará. En este caso, el mal no es la muerte, sino la destrucción, la infidelidad, la lejanía del corazón de Dios. No te olvides, María es la Madre de los Mártires, la fortaleza de los mártires.


Por ello, que esta fiesta nos ayude a fortalecer nuestra relación íntima con Dios y con María. Que nuestra fe vaya creciendo y seamos "testigos creíbles" de su evangelio.