miércoles, 30 de marzo de 2016

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 30 DE MARZO

Lc 24,13-35: Lo reconocieron al partir el pan.
Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos, pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.

Él les dijo:

-«¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?»

Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó:

-«¿Eres tú el único forastero de Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?»

Él les preguntó:

-«¿Qué?

Ellos le contestaron:

-«Lo de Jesús de Nazaret, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; como lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace ya dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron.»

Entonces Jesús les dijo:

- «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?»

Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.

Ya cerca de la aldea donde iban, el hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo:

«Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída.»

Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció.

Ellos comentaron:

- «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?»

Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:

- «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.»

Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Reflexión

De este evangelio podríamos comentar tantas cosas...es tan memorable. Me quedo con la expresión: quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída.
Es una invitación al Señor a entrar en la casa. ¡Qué bien nos hace que le pidamos que entre de verdad, que cene con nosotros, que nos acompañe, que nos alimente!
El Señor no se avergüenza de nosotros, (entró en casa de Zaqueo), quiere alojarse en nuestra casa.
Algunas veces no nos atrevemos a dejarlo entrar porque nos da miedo lo que nos hará. Sin embargo, lo que vemos en el Evangelio es siempre un cambio a mejor, una conversión. Pero nos sigue dando miedo...
El tiempo de Pascua, sea un tomar conciencia de su presencia entre nosotros, especialmente en lo más profundo de nuestro interior.
Hagamos todos los días esta oración:
Quédate, Señor, conmigo, porque ten necesito ver presente para no olvidarte, pues ya sabes con cuenta frecuencia te abandono.
Quédate, Señor, conmigo, porque soy muy débil y necesito de tus alientos y de tu fortaleza para no caer tantas veces.
Quédate, Señor, conmigo, porque Tú eres mi vida y sin Ti con frecuencia decaigo en el fervor.
Quédate, Señor, conmigo, porque Tú eres mi luz y sin Ti estoy en tinieblas.
Quédate, Señor, conmigo, para que oiga tu voz y la siga.
Quédate, Señor, conmigo, para demostrarme todas tus voluntades.
Quédate, Señor, conmigo, porque deseo amarte mucho y vivir siempre en tu compañía.
Quédate, Señor, conmigo, porque todo mi ser te está consagrado y Tú me perteneces.
Quédate, Señor, conmigo, y haz de mi corazón una celda de amor de la cual nunca te alejes.
Quédate, Señor, conmigo, si quieres que se te fiel.
Quédate, Señor, conmigo, porque aunque mi alma es muy pobre, deseo que sea para Ti un lugar de consuelo, un huerto cerrado, un nido de amor.
Quédate, Señor, conmigo, y haz que tu amor me inflame tanto que me consuman sus amorosas llamas.
Quédate, Señor, conmigo, porque se hace tarde y declinan las sombras, es decir, se pasa la vida, se acerca la cuenta, la eternidad, y es preciso que redoble mis días, mis esfuerzos, que no me detenga en el camino y por eso te necesito. Se hace tarde y se viene la noche, me amenazan las tinieblas, las obscuridades, las tentaciones, las sequedades, penas, cruces, etc., y Tú me eres preciso, Jesús mío, para alentarme en esta noche de destierro, ¡Cuánta necesidad tengo de Ti!
Quédate, Señor, conmigo, porque en esta noche de la vida y de los peligros, deseo ver tu claridad, muéstrateme y haz que te conozca como tus discípulos en el partir del pan, es decir, que la unión Eucarística sea la luz que aclare mis tinieblas, la fuerza que me sostenga y la única dicha que embriague mi corazón.
Quédate, Señor, conmigo, porque cuando llegue la muerte, quiero estar junto a Ti y si no realmente por medio de la Sagrada Comunión al menos quiero tener mi alma unida a Ti por la gracia y por un abrasado amor.
Quédate, Señor, conmigo, no te pido sentir tu adorable presencia y tus regalos divinos que no los merezco, pero tu residencia en mi por la gracia ¡oh, sí que te la pido!
Quédate, Señor, conmigo, pues a Ti sólo te busco, tu amor, tu intimidad, tu Corazón, tu espíritu y tu gracia. Te busco por Ti mismo porque te amo; y no te pido más recompensa que amarte con solidez, prácticamente, amarte únicamente, amarte cuento puedo, amarte con todo mi corazón en la tierra para seguir amándote con perfección por toda la eternidad.

martes, 29 de marzo de 2016

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 29 DE MARZO

Jn 20,11-18: He visto al Señor.
En aquel tiempo, fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan:
- «Mujer, ¿por qué lloras?»
Ella les contesta:
- «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.»
Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice:
- «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?»
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
- «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.»
Jesús le dice:
- «¡María!»
Ella se vuelve y le dice:
- «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!»
Jesús le dice:
- «Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro."»
María Magdalena fue y anunció a los discípulos:
- «He visto al Señor y ha dicho esto.»

Reflexión
¡Qué bonito suena cuando nos llaman por nuestro nombre! El Resucitado lo hace con María. No lo hace inmediatamente, sino gradualmente, porque primero la llama mujer.
También es el término que utiliza Jesús a su madre cuando las bodas de Caná. Parece un término despectivo, o frío y general.
Sin embargo, esa generalidad, puede hacer referencia a todos nosotros que buscamos.
Por otro lado, es una pregunta directa: ¿Por qué lloras?. El motivo del llanto de María es una fe inicial, apegada a la figura del Jesús terreno. Por eso Jesús, le dice el nombre, para que se adhiera ahora al Jesús Resucitado. Para que su fe despliegue sus alas de la confianza.
Imaginemos la pregunta dirigida a nosotros. ¿Qué nos preocupa? ¿Por qué lloramos? ¿Es también como María una fe inicial y no una asentada al Cristo Resucitado?. Muchas veces no estamos asentados en el Cristo, sino en las imágenes de Cristo, en las cosas de Dios, estructuras, acciones sagradas...


lunes, 28 de marzo de 2016

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 28 DE MARZO


Mt 28,8-15: Comunicad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.
En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo:

- «Alegraos.»

Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies.

Jesús les dijo:

- «No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.»

Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles:

- «Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y os sacaremos de apuros.»

Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy.
Reflexión

Dos ideas breves me sugiere esta lectura. En primer lugar, Jesús se les aparece en la vida, no en el templo y les invita a ir a la Galilea, es decir, a las fuentes de sus vidas, la Galilea de los gentiles. En el templo y en las celebraciones tenemos una presencia especial de Jesús resucitado, pero en este tiempo se urge una salida hacia nuestra Galilea, allí le veremos.
Por otro lado, se dice que robaron el cuerpo. El misterio de la Resurrección no se explica, sin embargo, nos explica. Es más fácil no admitir la resurrección porque no nos "complica", que admitirla y vivir en consecuencia.

sábado, 26 de marzo de 2016

HOMILÍA DE PASCUA


Escucha hermano la canción de la alegría 
el canto alegre del que espera 
un nuevo día. 
Ven canta sueña cantado 
vive soñando el nuevo sol 
en que los hombres 
volverán a ser hermanos. 
Ven canta sueña cantado 
vive soñando el nuevo sol 
en que los hombres 
volverán a ser hermanos. 
Si en tu camino solo existe la tristeza 
y el llanto amargo 
de la soledad completa, 
ven canta sueña cantado 
vive soñando el nuevo sol 
en que los hombres 
volverán a ser hermanos. 
Si es que no encuentras la alegría 
en esta tierra 
búscala hermano 
mas allá de las estrellas, 
ven canta sueña cantado 
vive soñando el nuevo sol 
en que los hombres 
volverán a ser hermanos.
Esta es la letra (de Miguel Ríos) al himno de la alegría de Beethoven. Creo que es himno de Europa. ¡Que curioso! La vieja y triste Europa tenga como himno al de la alegría. Ahora veremos las fuentes de la alegría. Utilizaré algo la EG y también la Gaudete in Domino, de Pablo VI, en el Año santo de la Renovación y reconciliación.
1)Y nos dice algo muy importante: “el canto alegre del que espera un nuevo día”. Veíamos esta mañana en Laudes que esa es la esperanza de María. La confianza inquebrantable en Dios. Sólo el que espera en la noche, puede ver la luz del nuevo día. Los cristianos no podemos contentarnos con este mundo. Jesucristo ha resucitado, tenemos que cantar con alegría la espera (esperanza cristiana que es activa, no una espiritualidad ñoña, light (sin sustancia, sin compromiso, sin sacrificio), gaseosa (vaporosa, lo que me va bien hoy y mañana no. No hay constancia): ¡qué maravilloso es todo!. Hay un sacerdote que lo llaman “maravillas”).
No, la alegría cristiana no es algo etéreo, sino asentado en la vida. Los seres divinos nos hacen buscar a Jesús el Viviente entre los vivos. Entre la vida. La vida está preñada de signos de Dios. Jesús se ha encarnado, ha resucitado, de manera que en la vida tenemos el canto alegre del nuevo día. Luz Casal, con cáncer escribió un disco y una canción: “Sencilla alegría”. A veces sentimos la tentación de ser cristianos manteniendo una prudente distancia de las llagas del Señor. Pero Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los demás. Espera que renunciemos a buscar esos cobertizos personales o comunitarios que nos permiten mantenernos a distancia del nudo de la tormenta humana, para que aceptemos de verdad entrar en contacto con la existencia concreta de los otros y conozcamos la fuerza de la ternura. Cuando lo hacemos, la vida siempre se nos complica maravillosamente y vivimos la intensa experiencia de ser pueblo, la experiencia de pertenecer a un pueblo” (EG 170)
2)“Si es que no encuentras la alegría en esta tierra búscala hermano más allá de las estrellas”.
Enseguida después de la 2ª. Guerra Mundial, un joven piloto inglés probaba un frágil avión monomotor en una peligrosa aventura alrededor del mundo.
Poco después de despegar de uno de los pequeños e improvisados aeródromos de la India, oyó un ruido extraño que venía de detrás de su asiento. Se dio cuenta que había una rata a bordo y que si roía la cobertura de lona, podía destruir su frágil avión. Podía volver al aeropuerto para librarse de su incómodo, peligroso e inesperado pasajero. De repente recordó que las ratas no resisten las grandes alturas.
Volando cada vez más alto, poco a poco cesaron los ruidos que ponían en peligro su viaje. MORALEJA
Si amenazan destruirte por envidia, calumnia o maledicencia, VUELA MÁS ALTO
Si te criticaran, VUELA MÁS ALTO
Si te hicieran alguna injusticia, VUELA MÁS ALTO
Ayer decía el predicador de la Casa Pontificia: “Por grande que sea el odio de los hombres, el amor de Dios ha sido, y será, siempre más fuerte.” ¡No fue la muerte sino el amor el que nos ha salvado!
"Hay una sola cosa que puede salvar realmente el mundo, ¡la misericordia! La misericordia de Dios por los hombres y de los hombres entre ellos.
El mismo evangelista, al escribir este texto, quería destacar el testimonio de los seres divinos. Y éste no consiste en pruebas racionales de la existencia de Dios, de la veracidad de la Resurrección; sino un testimonio del Viviente.
Más que pruebas de la evidencia de Dios, estamos llamados a cantar su Vida y su presencia entre nosotros. “…ven, canta sueña…”No basta la evidencia física, nos quiere decir Lucas. Así nos los sugiere cuando dice que Pedro volvió admirándose. No se afirma la fe de Pedro
3)Nuestra alegría procede del amor de Dios. Sentirnos amados por Él. Alegraos siempre en el Señor, porque El está cerca de cuantos lo invocan de veras. Los seres divinos nos invitan a buscar a Jesús.
Sólo aquél que es amado, puede salir adelante, puede tener futuro.
Si Jesús irradia esa paz, esa seguridad, esa alegría, esa disponibilidad, se debe al amor inefable con que se sabe amado por su Padre.La alegría es participación de la alegría de Dios” […]Aquí nos interesa destacar el secreto de la insondable alegría que Jesús lleva dentro de sí y que le es propia.” Gaudete in Domino. Título de la exhortación del Papa Francisco: la alegría del evangelio.
La alegría es la misericordia de Dios: “Está cerca de los que le invocan…” (Gaudete in Domino)
4)La alegría nace de Jesucristo: La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. (EG 1) La alegría pascual no es solamente la de una transfiguración posible: es la de una nueva presencia de Cristo resucitado. (Predicador de la Casa Pontificia. Viernes Santo 2016)..
5)La alegría nace del compartir: la alegría del evangelio, “si en tu camino solo existe la tristeza 
y el llanto amargo 
de la soledad completa, 
ven canta sueña cantado 
vive soñando el nuevo sol 
en que los hombres volverán a ser hermanos”. Ésta es nuestra dicha, nuestra misión, nuestra vocación y nuestro destino. En el cielo seremos simplemente hermanos. Estamos llamados a hacer parroquia, hacer familia, cada uno con su carisma, con sus peculiaridades, con sus defectos, pecados y sobre todo con sus saltos de fe. No tengamos miedo al fracaso que tuvieron las mujeres. No les creyeron, aún así, Pedro se percató de ello y fue al sepulcro. Y aunque el evangelista no dice que Pedro creyera, sin embargo, fue al sepulcro a comprobar, a buscar, es decir, ellas lo pusieron ante la encrucijada de la fe. Dice el texto que “se volvió admirado”. Los comentaristas dicen que igual que el hijo pródigo, se volvió a sí mismo. Tenemos que ser “provocativos” de la fe. No es imponer, es proponer.
6)La alegría nace también del soñar y luchar por un mundo mejor. La alegría como motor del cambio. Bienaventuranzas:
Bienaventurados los pobres de espíritu: porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos: porque ellos poseerán la tierra.
Bienaventurados los que lloran: porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: porque ellos serán saciados
Bienaventurados los misericordiosos: porque ellos obtendrán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón: porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacíficos: porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que sufren persecución por la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. El amor mismo es el proceso del paso, de la transformación, del salir de los límites de la condición humana destinada a la muerte.
Su resurrección no es algo del pasado; entraña una fuerza de vida que ha penetrado el mundo. Donde parece que todo ha muerto, por todas partes vuelven a aparecer los brotes de la resurrección. Es una fuerza imparable. Verdad que muchas veces parece que Dios no existiera: vemos injusticias, maldades, indiferencias y crueldades que no ceden. Pero también es cierto que en medio de la oscuridad siempre comienza a brotar algo nuevo, que tarde o temprano produce un fruto. En un campo arrasado vuelve a aparecer la vida, tozuda e invencible. Habrá muchas cosas negras, pero el bien siempre tiende a volver a brotar y a difundirse. Cada día en el mundo renace la belleza, que resucita transformada a través de las tormentas de la historia. Los valores tienden siempre a reaparecer de nuevas maneras, y de hecho el ser humano ha renacido muchas veces de lo que parecía irreversible. Ésa es la fuerza de la resurrección y cada evangelizador es un instrumento de ese dinamismo” (EG 276)
El Papa en la misa de acción de gracias de San José de Anchieta: “era tan grande su alegría que fundó una nación”.
Lo contrario es el miedo que nos atenaza.
Pasar del pecado al perdón.
Pasar de la venganza a la misericordia.
Pasar del miedo al coraje.
Pasar de la cobardía a la valentía.
Pasar de la oscuridad a la luz.
Pasar del orgullo a la humildad.
Pasar de la frialdad a la calidez.
Pasar del egoísmo a la solidaridad.
Pasar de la tristeza a la alegría.
Pasar de la disgregación a la fraternidad.

Pasar de la división a la comunión.

viernes, 25 de marzo de 2016

HOMILÍA VIERNES SANTO

Llegamos al punto culminante: no se puede caer más bajo. ͞Como muchos se
espantaron de él, porque desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto humano͟…
Igual que en la Tierra de Jesús, Jerusalén es la altura más elevada de la zona cercana, y
sin embargo, justo al lado, a menos de 100 kilómetros, está el punto más bajo de la Tierra de la
zona continental (el Mar Muerto está a 400 metros por debajo del nivel del mar).
Hoy contemplamos como es ajusticiado una persona inocente.
Hoy contemplamos como es asesinado el Señor de la Vida.
Hoy contemplamos como es burlado la Sabiduría del Universo.
Hoy contemplamos como es desfigurado la Belleza.
Hoy contemplamos como es calumniado la Verdad.
Hoy contemplamos como borran el Camino.
Hoy contemplamos como es callado la Palabra del Padre.
Hoy contemplamos como es abandonado el Dios con nosotros.
Hoy contemplamos como es odiado el ͞hombre para los demás͟.
A ese hombre que muchos invocan como Señor, Hijo de David, Maestro o Rabí, a ese
hombre que muchos siguen y adoran, hoy ya no nos sirve.
Hoy contemplamos el SILENCIO DE DIOS.
¿Un Dios misericordioso y omnipotente? ¿No habría que negar a Dios para mayor
gloria de Dios?
Difícil hablar de un Dios capaz de compartir el sufrimiento: un Dios concebido tan apá
tico, ¿puede infundirme empatía? El límite impuesto al mal es, ͞en último término, la
misericordia divina͟.
Igual que el hielo se descongela con el calor del sol… sabemos que sólo un amor tan
puro es capaz de descongelar, neutralizar el y exterminar el odio, la violencia y el mal.
Blancanieves nace de tres gotas sangre en alusión a las Santísima Trinidad. Es una
alegoría de la vida cristiana: la maldad y fealdad unidas, el bosque oscuro, la manzana y
finalmente el príncipe o leñador. El hombre noble es el hombre libre, que no teme, que es
puro de corazón, que entra y sale cuando así lo desea. Solo el hombre noble puede dar amor
real y solo el amor real puede despertar la conciencia dormida. Una bondad tan pura. Su valor
nos inspiró.
Ahí también podemos interpretar la cruz de Jesús. Es una entrega sin medida, es la
manifestación máxima de amor que ha pisado la Tierra. Es Dios en acción. Es la misericordia
personificada.
Sólo podemos albergar esperanza en un corazón tan puro, que lo acoge todo, que lo
perdona todo, que lo justifica todo.
Sólo una entrega tan radical, nos hace salir de nosotros mismos.
Sólo un corazón tan puro, un amor tan puro, que no se dejó vencer por el desaliento,
por la desesperanza, por el odio, por la tristeza.
La gran victoria de Jesús es que no se dejó corromper el corazón. Permaneció puro
hasta el final.
Es un aire fresco. Necesitamos de un amor sin fisuras. Cualquier grieta es suficiente. »
Don Luigi Giussani citaba este ejemplo sacándolo de la novela de Bruce Marshall A cada uno un
denario. El protagonista del libro, el abad Gaston, tenía que confesar a un joven soldado alemá
n que los partisanos franceses estaban a punto de condenar a muerte. El soldado había
confesado su pasión por las mujeres y las muchas aventuras amorosas que había tenido. El
abad le había explicado que debía arrepentirse. Y él: «¿Cómo hago para arrepentirme? Era
algo que me gustaba, si tuviera la ocasión lo haría ahora también. ¿Cómo hago para
arrepentirme?». Entonces, al abad Gaston, que quería absolver a toda costa a ese penitente al
borde de la muerte, se le ocurrió una idea genial y dijo: «Pero ¿a ti te pesa que no te pese?». Y l joven, espontáneamente, respondió: «Sí, me pesa que no me pese». Es decir, siento no estar
arrepentido. La hendidura en la puerta que había permitido la absolución…
͞Lo propio del Corazón de Dios es desbordarse de misericordia, desparramarse,
derrochando su ternura, de manera tal que siempre sobre, ya que el Señor prefiere que se
pierda algo antes de que falte una gota, que muchas semillas se la coman los pájaros antes de
que se deje de sembrar una sola, ya que todas son capaces de portar fruto abundante, el 30, el
60 y hasta el ciento por uno.͟ Homilía del Jueves Santo en la Misa Crismal del año 2016.
Al negar a Dios, se niega a sí mismo. Dejar de plantear la pregunta por el sentido
significa renunciar a la esperanza de que algún día reinará la justicia. Dejaría de haber futuro.
Últimamente se ha puesto de moda, salir de vacaciones en Semana Santa. Muy loable.
Pero a mí que me estremece tanto estos días, me pregunto ¿un cristiano se puede quedar
impávido ante estos acontecimientos?, ¿para un cristiano estos días pueden ser indiferentes?.
¿Podríamos pasar por alto lo celebrado en estos días?.
Sólo puede haber esperanza en un nuevo comienzo si es posible confiar en un Dios tan
clemente y misericordioso como omnipotente, el único capaz de obrar un nuevo comienzo y
de conferirnos valentía para esperar contra toda esperanza y fuerza para intentarlo otra vez.
En una situación en la que muchos de nuestros contemporáneos se sienten
desalentados, desesperanzados y desorientado, el mensaje de la misericordia divina debería
hacerse valer en cuanto mensaje de confianza y esperanza. Si no somos capaces de anunciar
de forma nueva el mensaje de la misericordia divina a las personas que padecen aflicción
corporal y espiritual, deberíamos callar sobre Dios.
La justicia de Dios es su misericordia.
La compasión y la empatía, las nuevas vías de acceso. El término ͞compasión͟ no puede
ser entendido solo como conducta caritativa, sino que es necesario escuchar como resuena en
ella la palabra ͞pasión͟ y percibir la reacción apasionada ante las clamorosas injusticias
existentes en nuestro mundo, así como el grito en demanda de justicia.
Dios se sirve de modos e instrumentos que a nosotros nos parecen a primera vista sólo
debilidad. El Crucificado desvela, por una parte, la debilidad del hombre, y por otra, el
verdadero poder de Dios, es decir, la gratuidad del amor: precisamente esta gratuidad total del
amor es la verdadera sabiduría.
Como cristianos, nos identificamos con ese pueblo descartado, al que el Señor salva y
recordamos que hay multitudes incontables de personas pobres, ignorantes, prisioneras, que se
encuentran en esa situación porque otros los oprimen. Pero también recordamos que cada uno
de nosotros conoce en qué medida, tantas veces estamos ciegos de la luz linda de la fe, no por
no tener a mano el evangelio sino por exceso de teologías complicadas. Sentimos que nuestra
alma anda sedienta de espiritualidad, pero no por falta de Agua Viva —que bebemos sólo en
sorbos—, sino por exceso de espiritualidades «gaseosas», de espiritualidades light. También
nos sentimos prisioneros, pero no rodeados como tantos pueblos, por infranqueables muros de
piedra o de alambradas de acero, sino por una mundanidad virtual que se abre o cierra con un
simple click. Estamos oprimidos pero no por amenazas ni empujones, como tanta pobre gente,
sino por la fascinación de mil propuestas de consumo que no nos podemos quitar de encima
para caminar, libres, por los senderos que nos llevan al amor de nuestros hermanos, a los
rebaños del Señor, a las ovejitas que esperan su voz.[…] Homilía del Jueves Santo en la Misa
Crismal del año 2016.
͞Y Jesús viene a rescatarnos, a hacernos salir, para convertirnos de pobres y ciegos, de
cautivos y oprimidos en mensajeros de misericordia y consolación͟. Homilía del Jueves Santo en la Misa Crismal del año 2016.

jueves, 24 de marzo de 2016

HOMILÍA JUEVES SANTO 2016


Comenzamos con esta celebración con el Triduo Pascual. Es momento de mucho contemplar “desde dentro” la misericordia de Dios. El mejor modo de ‘entender’ la misericordia de este Dios es acogerse a la luz de su Palabra, por la que nos ha manifestado su ser y su querer. Ello requiere adoptar una de silencio (aparcar nuestras palabras; un dicho de san Juan de la Cruz aclara: “Una palabra habló el Padre, que fue su Hijo, y ésta habla siempre en eterno silencio, y en silencio ha de ser oída del alma”); de escucha (prestar atención al mensaje divino otorgándole la importancia que se merece); de acogida (va dirigida a mí como destinatario importante); de fe (es palabra verdadera, cumple lo que dice); y así hasta que resuene con fuerza en nuestro interior la invitación de Jesús: “Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso” (Lc 6,36). El modelo siempre es el ‘Padre’ de las misericordias.
Esa Palabra es Jesús, por ello el Papa dice que es el rostro de la misericordia del Padre. Y hoy brilla con una luz especial. Siempre podemos decir que todo lo que hace Jesús manifiesta la misericordia. Pero en el día de hoy, se puede hasta respirar…
El evangelio de hoy comienza situándonos en la fiesta de Pascua, en el caso de San Juan, antes de la misma y en el caso de los sinópticos, celebrándola. El caso es que es “la hora” de Jesús.
·       La hora de la prueba
·       La hora de las tinieblas
·       La hora de las lágrimas
·       La hora del abandono
·       La hora de la misericordia
·       La hora del don (En el evangelio de Juan la hora expresa la voluntad del don de su vida. Desde el comienzo él está dispuesto a darse y tiende hacia el momento del don.)
·       La hora del paso
·       La hora del amor (El amor mismo es el proceso del paso, de la transformación, del salir de los límites de la condición humana destinada a la muerte).
Y de una manera sorprendente, incluso todavía hoy, les lava los pies. “¿Lavarme los pies tú a mí?. No me lavarás los pies jamás”. Pedro, tan espontáneo como siempre, no se siente digno. Sin embargo, Jesús le recuerda. “Vosotros ya estáis limpios” y en el discurso sobre la vid añadirá “por las palabras que os he hablado”. El lavatorio que nos purifica es el amor de Jesús (hasta el extremo=muerte). Y es que el amor servicial de Jesús es lo que nos saca de nuestra soberbia y nos hace capaces de Dios, nos hace “puros”.
Él, que es Dios, nos hace capaces de Dios. Lo esencial es estar en su Cuerpo, penetrados de su presencia. La exigencia de hacer lo que Jesús hizo no es un apéndice moral al misterio. Es una consecuencia intrínseca de la dinámica del don con el cual el Señor nos hace hombres nuevos y nos acoge en lo suyo.
Y a Pedro le dice que “uno que se ha bañado”: Se refiere a nuestro bautismo, donde nos sumergimos en ese misterio de amor. Y sin embargo, ese que se ha bañado, “no necesita limpiarse sino los pies”, refiriéndose la confesión-reconciliación. Los pies son el símbolo del peregrino, y se sucian por el polvo de los pies, continuamente. Por eso, “si no te lavo, no tienes que ver conmigo”.
Llama tremendamente la atención que Jesús comienza a lavar los pies a Pedro: por un lado porque es el primero, pero por otro, porque lo negará. Precisamente Pedro…quien lo viera y quien lo ve. ¡Con la vida que ha tenido! ¿Quién se ha creído que es?. Pedro lo negará y Jesús lo ha elegido para que sea el primero. Y es que esa es la misericordia, no mirar por méritos. Y es que Dios no nos clava a nuestro pecado, no nos identifica con el mal que hemos cometido. Tenemos un nombre y Dios no identifica este nombre con el pecado que hemos cometido. El domingo veíamos en el evangelio de Lucas como le decía la término de la cena Jesús a Pedro, “he rezado por ti para que tu fe no desfallezca”. El papa Francisco tiene como lema "Miserando atque eligendo", que puede traducirse como "Lo miró con misericordia y lo eligió" o "Amándolo lo eligió".
Hoy es el día de la institución del sacerdocio. Tenemos que orar por los sacerdotes. Jesús elige con misericordia: por tanto, no elige a los mejores. Y éste que les habla no es menos. Soy sacerdote por pura gracia de Él. No, por mis méritos. Al contrario, si soy sacerdote es por mis pecados. Es el misterio de la elección. Es el misterio de la misericordia. Aún así no quita que quiera y deba pedirles perdón…Miro para atrás y veo que sigo siendo el mismo rebenque,
   Por mis pecados, muchos y graves.
   Por que no les amo hasta el extremo.
   Por mis omisiones.
   Por mi falta de detalles y agradecimiento a las personas más cercanas.
   Por mi carácter...
   Por todo el mal que he hecho a todos ustedes y a todos aquellos que me conocen sean creyentes o no, a los cuales también los amo.
   Pedir perdón a todos aquellos que he escandalizado.
   Porque no soy el rostro de la misericordia (ni en mis palabras, ni en mis pensamientos, ni en mis actos).
   Perdón porque no soy el párroco que ustedes merecen.
Debería hacer como el Papa Francisco, que sin rubor, reconociéndose pecador y débil, siempre pide que recen por él.
Y el Señor me quiere lavar los pies. Me quiere sanar. Me quiere fortalecer. Me quiere purificar. Tengo la confianza de que Él ha orado por mí.
Y en otro gesto sorprendente, convierte la Cena Pascual en su Pascua. San Ignacio de Antioquía mártir en el año 107 decía: Soy trigo de Dios, y he de ser molido por los dientes de las fieras, para llegar a ser pan limpio de Cristo”. La misericordia es abajarse. Y Jesús se ha abajado en el lavatorio al agacharse, pero en los sinópticos no sale éste, pero si la cena. Es el gesto mayor de la humildad, de la misericordia, del amor. Se nos da para que lo utilicemos. Los animales son utilizados a nuestro antojo para luego comerles. Ser comida es lo más bajo a lo que puede llegar una persona. Es quedarse a merced del otro. Cómanme. Hagan lo que quieran. Es donarse totalmente.
La misericordia es el misterio de la generosidad: darse totalmente y sin merecimiento.
Padre, usted es muy generoso. Ése es el jefe. El otro día me decía una persona, que antes se era más exigente con los niños de comunión, las faltas, que hoy todo vale. Aunque no sea cierto del todo. Ante tremenda generosidad de Jesús, ¿podemos ser menos?. “Os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis”.

Hemos recibido una tradición, que procede del Señor. ¿cuál?. ¿La Eucaristía? ¿El lavatorio? ¿El sacerdocio? ¿El bautismo?. Que va. Hemos recibido (por tanto, no es un conocimiento, sino una acogida…) LA MISERICORDIA.