martes, 30 de abril de 2013

Comentario al evangelio del 30 de Abril

Jn 14,27-31a: Mi paz os doy.
 
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.

Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el Príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago.»
 
Reflexión
 
Jesús se va y nos regala la paz. Nos da SU paz. No es la del mundo. No es como la del mundo.
La paz del mundo se da en la calma, en las situaciones, en las personas, en la autorrealización, en tantas cosas...
Sin embargo, el Evangelio, lejos de buscar la calma, busca la confrontación. Busca la lucha por la justicia y por el Reino de Dios. Y ésto, irremediablemente no nos da tranquilidad, paz.
Hoy en día, todos buscamos esta paz, y la confundimos con la de Jesús. Esa paz no se da nunca del todo ni completa. La vida nos regala "momentos de paz".
Sin embargo, la paz de Jesús nace de la entrega total al Reino y a la voluntad del Padre. Esta paz que nos da Jesús es la que nos produce la alegría, la fortaleza, la esperanza...
La paz de Jesús es duradera y fuerte porque nace de la gracia de Dios.
¿Cuál de las dos buscamos?
¿A quién seguimos, a Jesús o al Mundo?

viernes, 26 de abril de 2013

Comentario al evangelio del 26 de Abril

Mt 5,13-16: Vosotros sois la luz del mundo.
 
 
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.»
 
Reflexión
 
¡Qué misión tan grande ser luz del mundo!. El Señor nos envía a iluminar a la gente, a ser referencia para los demás. Yo no me veo capaz de tremenda hazaña. Sólo parece que algunos pocos, que solemos llamar "genios", son los que son tenidos en cuenta en la humanidad.
Bien es verdad, que somos hijos de la luz y nuestra característica sería iluminar...
Lo que hay que ver es de donde viene esa luz...
No somos la luz, somos sus testigos, sus instrumentos, sus "reflejantes".
Entonces, parece que la misión es mucho más sencilla. Solamente tenemos que reflejar la luz.
No tenemos que inventarnos nada, sino simplemente ser correa de transmisión del evangelio, amplificar su mensaje.
Sin embargo, esto parece lo más difícil, porque no terminamos de convertirnos a la luz. Nosotros queremos ser la luz.
 
 

miércoles, 24 de abril de 2013

Comentario al evangelio del 24 de Abril

FIESTA DEL HERMANO PEDRO
 
Mt 11, 25-30
 
 
En aquel tiempo, exclamó Jesús: “Yo te doy gracias, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”.
Palabra del Señor.
 
REFLEXIÓN
 
Hoy celebramos al primer santo canario, el hombre que fue caridad, humildad. Estos son unos aspectos importantes en la vida del cristiano, y que el Papa continuamente nos lo está recordando con su palabra y su vida de sencillez.
Nuestra vida transparentará más a Jesús cuanto más humilde y sencilla sea.
Nuestra vida será más feliz cuanto más humilde y sencilla sea, convenzámonos de ello.
En el evangelio está claro. Y el camino del cristiano pasa por la sencillez y la humildad.
A esto tenemos que convertirnos todos.
Sólo Dios se revela de una manera especial a la gente sencilla y lo ha escondido a los sabios y entendidos.
Aprendamos de Jesús que es manso y humilde corazón.
 
 
 

martes, 23 de abril de 2013

Comentario al evangelio del 23 de Abril

Jn 10,22-30:
Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón. Los judíos, rodeándolo, le preguntaban:

- «¿Hasta cuando nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente.»

Jesús les respondió:

- «Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ésas dan testimonio de mi. Pero vosotros no creéis, porque no sois ovejas mías. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno.»
 
Comentario
 
 
"Nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre".
Este es una expresión que me da mucha paz. Sentirse uno envuelto siempre en la gracia y el amor de Dios. Sentirse uno que no seremos arrebatados del Padre. Que siempre vela por nosotros.
Ahora bien, hay situaciones en las que en nuestra vida no da la sensación que Dios cumpla su palabra. Hay situaciones tan duras en las que parece que Dios ha desaparecido, que Dios está mudo, en silencio.
Y es verdad, y lo hemos experimentado muchos cristianos. Y no sólo en situaciones duras, sino también los grandes místicos han experimentado, el silencio de Dios. Es terrible.
Sin embargo, Dios siempre está y estará. Y es la conclusión que tienen en cuanto son capaces de mirar al Crucificado.
Que todos podamos vivir en la certeza de que Dios nos cuida y protege en todo momento.

viernes, 19 de abril de 2013

Comentario al evangelio del 19 de Abril

Jn 6,52-59:
En aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí:

- «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»

Entonces Jesús les dijo:

- «Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.

Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.

El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mi y yo en él.

El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí.

Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.»

Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún.
 
Comentario
 
 
Quiero entender la expresión "no tenéis vida en vosotros" a una de las expresiones que se utilizan hoy en día: "vibrar". El diccionario nos dice que es "Conmoverse por algo" o "arrojar con ímpetu"...
Hoy en día se entiende ese verbo de una manera sesgada, sólo se entiende al "buen rollo", a la fiesta, al ambiente chachi piruli.
También, los cristianos hemos dado una imagen apartada del mundo. Como si nos hubieran cauterizado nuestros sentimientos y nuestra capacidad de conmoverse, emocionarse.
Hemos dado una imagen muy espiritualista. Sin embargo, ser cristiano es vivir la realidad intensamente, porque toda ella está "preñada" del Unigénito.
Por eso, aquél que está cogido por el Señor, es capaz de "vibrar" por todo, en todos los ambientes. De hecho, el Señor nos envía por el mundo para vibrar con todo, para llenar toda la existencia, todo el mundo de su presencia y su "fragancia".
Sólo aquél que está lleno del Señor es capaz de "vibrar" en donde hay oscuridad, tiniebla...
Miremos el ejemplo San Francisco de Asís, que vibraba con todo, por todo y en todo.
Podría ser una bonita misión la que está contenida en esta oración de San Francisco:
 
                            
  
                  ¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz!
 
                  Que allí donde haya odio, ponga yo amor;
 
                  donde haya ofensa, ponga yo perdón;
 
                  donde haya discordia, ponga yo unión;
 
                  donde haya error, ponga yo verdad;
 
                  donde haya duda, ponga yo fe;
 
                  donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
 
                  donde haya tinieblas, ponga yo luz;
 
                  donde haya tristeza, ponga yo alegría.
                   ¡Oh, Maestro!, que no busque yo tanto
 
                  ser consolado como consolar;
 
                  ser comprendido, como comprender;
 
                  ser amado, como amar.
                  Porque dando es como se recibe;
 
                  olvidando, como se encuentra;
 
                  perdonando, como se es perdonado;
 
                  muriendo, como se resucita a la vida eterna.

 
 
 
 

jueves, 18 de abril de 2013

Comentario al evangelio del 18 de Abril

Jn 6,44-51:
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: - «Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios." Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí. No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre. Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»

 
 
En el Evangelio de hoy, Jesús nos dice las condiciones que tienen que darse para creer en Él:
  1. Ser atraídos por el Padre ("nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado").
  2. La docilidad a Dios ("serán todos discípulos de Dios")
  3. El que escucha al Padre ("todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí").
Por tanto, la relación fundamental es dejarse conducir, atraer por el Padre a través de Jesús. A esto hace referencia la expresión "el que coma de este pan vivirá para siempre". "Comer a Jesús" no se refiere solamente a la comunión de la Eucaristía, sino a la comunión total de vida: mis sentimientos, mis pensamientos, mis acciones, mis proyectos, mis ilusiones, etc. todo ello lo confío en Él y renuncio a lo mío propio. De esta manera me estoy abriendo a Dios y creyendo en Él.
 

miércoles, 17 de abril de 2013

Comentario al evangelio del 17 de Abril

Jn 6,35-40: En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: - «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis. Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Ésta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día. Ésta es la voluntad de mi Padre: 'que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.» ¡Cuántas querríamos saber la voluntad de Dios!. ¡Cuántas veces nos sentimos solos en este Mundo y Dios parece que está ausente! Por medio del Hijo nos ha hablado y quiere que tengamos vida eterna, vida en plenitud. Quiere que vivamos. ¿No será que nos equivocamos en el camino? ¿No será que buscamos en otro sitio? Jesús es el pan de la vida. Es nuestro Camino, Verdad, Vida, nuestro Todo. Cojamos ese camino.

martes, 16 de abril de 2013

Comentario al evangelio del 16 de Abril

Jn 6,30-35: En aquel tiempo, dijo la gente a Jesús: - «¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: "Les dio a comer pan del cielo."» Jesús les replicó: - «Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.» Entonces le dijeron: - «Señor, danos siempre de este pan.» Jesús les contestó: - «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mi no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed.» Toda palabra que añada podrá desvirtuar este evangelio. La palabra de hoy está clara: Jesús es el pan de vida, el pan de la vida. Si vamos a Él no pasaremos hambre y tampoco tendremos sed. Se nos da como comida en la Eucaristía, en la Mesa de la Palabra y en la Mesa de la Eucaristía. Nos podemos preguntar hoy varias preguntas: ¿Cuál es mi alimento principal? (el que alimenta mi fe, mi esperanza, mi vida, mis ilusiones, mis proyectos...) Muchas veces nos alimentamos de Dios. Pero nos alimentamos sin tener en cuenta que ese alimento transforma, de manera que aquello que comemos, forma parte de nuestro cuerpo y todas las células. San Pablo llegó a decir: "no soy yo el que actúa, es Cristo que vive en mí"...

viernes, 12 de abril de 2013

Comentario al evangelio del 12 de abril

Jn 6,1-15: En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: - «¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?» Lo decía para tantearlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: - «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.» Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: - «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?» Jesús dijo: - «Decid a la gente que se siente en el suelo.» Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: - «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.» Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: - «Éste sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo.» Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo. Es tremendamente significativo el relato de la multiplicación de los panes y los peces. Muchos quisiéramos haber estado en este gran milagro. Causó un gran impacto entre la muchedumbre. Y sin embargo, Juan lo plantea como el inicio del discurso del pan de vida. En Juan, Jesús es que realiza todas las esperanzas de Israel. Y hace un paralelismo entre Jesús y Moisés, entre la multiplicación de panes y peces y el maná; preanunciando la Eucaristía. En este tiempo de Pascua, Jesús nos sigue alimentando a través de su Cuerpo y su Sangre en la Eucaristía. Es un día para valorar la Eucaristía diaria, como un momento privilegiado donde Jesús se multiplica y se hace presente en todos los lugares para alimentarnos.

miércoles, 10 de abril de 2013

Comentario al evangelio del 10 de abril

Jn 3,16-21: Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz y para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios. Nacer de nuevo es creer en el Hijo del Hombre. Nacer de nuevo es dejarse inundar de su amor. La vida nueva comienza en la medida en que lo acojamos. "El Reino de Dios ha comenzado". No hace referencia solamente a la vida eterna, a la vida después de la muerte. Una vida marcada por el amor. Por eso es nueva, porque no entra en los cánones de la sociedad y porque no todos viven del amor. Sólo unos cuantos, viven la vida marcados por el amor. El amor no como un sentimiento, sino como una entrega radical y total a Dios y a los hermanos. Apasionante tarea y exigencia la del cristiano.

martes, 9 de abril de 2013

Comentario al evangelio del 9 de abril

Jn 3,5a.7b-15: En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: - «Te lo aseguro, tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu. Nicodemo le preguntó: - ¿Cómo puede suceder eso? Le contestó Jesús: - «Y tú, el maestro de Israel, ¿no lo entiendes? Te lo aseguro, de lo que sabemos hablamos; de lo que hemos visto damos testimonio, y no aceptáis nuestro testimonio. Si no creéis cuando os hablo de la tierra, ¿cómo creeréis cuando os hable del cielo? Porque nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.» Estamos en un momento de la sociedad, en la cual nos estamos cansando de todo. Cansados de la política, de los vecinos, de la competitividad, de las enfermedades, de los medios de comunicación, de la justicia, del ocio, de la iglesia...Todo parece que se nos cae encima. Parece que nada tiene sentido. Sin embargo, en determinados lugares, hay voces que hablan de una vida distinta, más natural, lejos de tanta artificialidad. En la Iglesia se nos llama a reinventarnos, a cambiar, a actualizarnos. Jesús nos habla de nacer de nuevo. Este cambio no es un cambio estructural, de la institución, sino un cambio del corazón. Para cambiar la institución, hay que cambiar primero las personas. Este es el "nacer de nuevo" que nos pide Jesús. Dejarnos iluminar y conducir por el Espíritu. Él será el que realice el cambio profundo estructural y de la institución cuando hayamos cambiado las personas.