martes, 29 de junio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 30 DE JUNIO

 Mt 8,28-34: ¿Has venido a atormentar a los demonios antes de tiempo?



En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gerasenos.

Desde el cementerio dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino.

Y le dijeron a gritos:

-¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo?

Una gran piara de cerdos a distancia estaba hozando.

Los demonios le rogaron:

-Si nos echas, mándanos a la piara.

Jesús les dijo:

-Id.

Salieron y se metieron en los cerdos.

Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo y se ahogó en el agua.

Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron todo, incluyendo lo de los endemoniados.

Entonces el pueblo entero salió a dónde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país.



¿Has venido a atormentar a los demonios antes de tiempo? Esta es la frase que nos resaltan del texto. Jesús va a la “otra orilla”, no sólo física, sino a una zona externa, extraña los judíos. Y en esa orilla se encuentra con dos personas “imposibles” porque estaban poseídas. El caso es que le inquieren de Jesús si había venido a por los demonios. 


Reduciendo a lo bruto la misión de Jesús, es esa, destruir la misión del demonio. La evangelización es ir instaurando el Reino de Dios, donde reina lo contrario al reino del demonio.

Sin embargo, hay una expresión llamativa: “antes de tiempo”. Esta expresión podrá tener el mismo o parecido significado de la “hora” del evangelio de Juan. Es como si Jesús se adelantara a su hora a manifestar su poder o su ministerio. O podría ser, que quiere mostrar, como en anuncio, lo que será su ministerio.


Por el demonio no sólo debemos entender a una realidad personal, sino también todo lo oscuro, lo violento, lo ambiguo y demás situaciones, que muchas veces, las hemos dado por perdidas porque no hemos podido luchar contra ellas. Jesús en la cruz y resurrección ha vencido todas estas situaciones, y nosotros con su poder, podremos ir superándolas. Pero tendremos que tener en cuenta, que la victoria definitiva será al final de los tiempos, de manera que las pequeñas victorias, tendrán también otras repercusiones por otro lado, incluso habrá persecución.


Pero no dejemos de confiar en Dios. Porque a pesar de que se perdió una piara de cerdos, se recuperaron a dos personas.

lunes, 28 de junio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 29 DE JUNIO. SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO

 Mt 16,13-19: Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los cielos.



En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: 

-«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» 

Ellos contestaron: 

-«Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.» 

Él les preguntó: 

-«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» 

Simón Pedro tomó la palabra y dijo: 

-«Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo.» 

Jesús le respondió:

-«¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»


Tú eres Pedro y te daré las llaves. Celebramos la solemnidad de San Pedro y San Pablo. El evangelio se centra en Pedro (Pablo no sale en el evangelio), en lo que solemos llamar en teología el primado de Pedro y el poder de las llaves.


Tener las llaves de una casa es tener el poder para entrar y salir cuando uno quiera. Pero también es una confianza y una responsabilidad grande.


Jesús confía toda su misión, todo su poder y toda su capacidad de decidir en Pedro. Está claro que no es un poder que se realice aislado, sino en unión muy profunda con Él. En un primer momento, meditemos brevemente sobre la grave responsabilidad que Jesús deja en los hombros de San Pedro. Es un día para pedir fuertemente por él, para que no sienta el peso de la responsabilidad sino sobretodo la confianza que pone Jesús en él. Confianza que se traduce también en facilidad de trato con el Señor.


Como dije antes, las llaves se utiliza para abrir y cerrar. Muchas veces en la Iglesia el poder de las llaves se utiliza sobre todo para cerrar: determinar el dogma, determinar las enseñanzas que son contrarias a la fe cristiana, excomulgar, etc. 

En varias ocasiones el Papa Francisco ha pedido que la Iglesia no sea una aduana, sino un hospital de campaña. Ha puesto a toda la Iglesia en estado de misión para salir a comunicar la vida nueva en Cristo. En general, son lenguajes que evocan más a abrir puertas que a cerrarlas. En un momento como éste, se pide tomar decisiones, elecciones, sobre los distintos temas de calado por los cuales está pasando la Iglesia. Pidamos para que el Papa sienta nuestra oración y no se vea solo, sino a toda la Iglesia orando por su ministerio. Para que siga imprimiendo en la Iglesia (nosotros) una actitud abierta, dialogante, de comunión con el mundo y con todas las distintas tradiciones. Algunas veces, el Papa abre puertas, y nosotros las cerramos. 

Pidamos también para que las llaves se usan para abrir más que para cerrar.

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 28 DE JUNIO. VÍSPERA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO

 Jn 21,15-19: Apacienta mis corderos, pastorea mis ovejas.


Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, dice a Simón Pedro: 

- «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?»

Él le contestó: 

- «Sí, Señor, tú, sabes que te quiero.»

Jesús le dice: 

- «Apacienta mis corderos.»

Por segunda vez le pregunta: 

- «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»

Él le contesta: 

- «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»

Él le dice: 

- «Pastorea mis ovejas.»

Por tercera vez le pregunta: 

- «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»

Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: 

- «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»

Jesús le dice: 

- «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.»

Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: 

- «Sígueme.»


Las lecturas de esta tarde ya son las de la vigilia de San Pedro y San Pablo. Es la lectura que quiero comentar.

Es un texto muy hermoso y significativo. Es la confirmación de la misión de Pedro. ¡Después de haberlo negado!

Jesús restablece en la llamada a alguien que no es perfecto, es más a alguien que ha sufrido en sus carnes su debilidad, su infidelidad al Maestro. 

Ello le posibilita para el corazón de la misión. Entregarse desde la necesidad de estar unido a Él.

Tu llamada se renueve y fortalece en la medida que seas fiel al encuentro con Él. Es la manera de poder estar por encima de tus debilidades, infidelidades, pecados. 

Serás entonces “pastor de su corazón”, de la otra manera serás pastor de ti mismo.

Por ello, oramos en todas las misas por el papa y el obispo, y deberíamos rezar también por el párroco…para que sean pastores “pastoreados-apacentados por Jesús” primero. 

jueves, 24 de junio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 25 DE JUNIO

 Mt 8,1-4: Si quieres, puedes limpiarme.


En aquel tiempo, al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente.

En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo:

-Señor, si quieres, puedes limpiarme.

Extendió la mano y lo tocó diciendo:

-¡Quiero, queda limpio!

Y enseguida quedó limpio de la lepra.

Jesús le dijo:

-No se lo digas a nadie, pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés.



Es curiosa la petición del leproso: “si quieres…” y “puedes limpiarme”.

Es una situación extrema, donde no se puede caer más bajo y no tiene nada que perder. Ese es el que puede confiar, porque ya no tiene nada donde apoyarse, sólo Él. La fe siempre puede tener su oportunidad. No hay situación en la que la fe no tenga cabida. Piénsalo. Y no sólo en los momentos de dificultad.


Si quieres, podría evocar a la pregunta del pasado fin de semana: ¿No te importa que perezcamos?. Claro que quiere limpiarnos, somos nosotros los que no nos dejamos limpiar. Porque no terminamos, muchas veces de confiar en él.


Y por otro lado, “puedes limpiarme”, dado que la lepra es una enfermedad de la piel, que la llena de pústulas y granos. Cuando quedaban limpios, estaban curados. Pero, meditando este texto, para nosotros, puede evocar a una limpieza más profunda, más interior. La limpieza de mi dignidad, de mi honor, de mi honor, de mi autoestima. La fe, aquí también, tiene su oportunidad. Es más, la fe es lo que nos limpia, porque la fe es ponernos en manos de Dios, que nos puede limpiar y quiere hacerlo.


miércoles, 23 de junio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 24 DE JUNIO

 Lc 1,57-66.80: El nacimiento de Juan Bautista. Juan es su nombre.


A Isabel se le cumplió el tiempo y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban.

A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre.

La madre intervino diciendo:

- ¡No! Se va a llamar Juan.

Le replicaron:

- Ninguno de tus parientes se llama así.

Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. El pidió una tablilla y escribió: Juan es su nombre. Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua y empezó a hablar bendiciendo a Dios.

Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo

- Qué va a ser este niño? Porque la mano de Dios estaba con él.

El niño iba creciendo y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.


Juan es su nombre. El nombre es nuestra identidad, y en la Biblia, también es nuestra misión. Juan significa “Dios tiene misericordia”, porque a través de él, se anuncia la llegada de Jesús, se anuncia que Dios tiene misericordia del pueblo que estaba oprimido. Dios tiene misericordia de Isabel con el nacimiento de Juan.


¿Cuál es nuestro nombre para Dios? Lejos del significado etimológico de nuestro nombre, nuestro nombre ante Dios es: hijo querido. 

Hijo querido siempre, en cualquier situación, en cualquier lugar, de cualquier manera. 


La misericordia que tiene Dios con nosotros es hacernos sus hijos para siempre.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es amarnos como sus hijos.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es elegirnos entre todos.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es hacerse uno de nosotros.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es confiar.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es perdonarnos siempre.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es su paciencia.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es su largueza.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es su generosidad.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es su gratuidad.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es su primero.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es su capacidad que tiene de sorprendernos siempre. 

La misericordia que tiene Dios con nosotros es su humildad.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es hacernos partícipes de su misma vida.

La misericordia que tiene Dios con nosotros es…(puede añadir tú)

martes, 22 de junio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 23 DE JUNIO

 Mt 7,15-20: Por sus frutos los conoceréis.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.

Por sus frutos los conoceréis.

A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos?

Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos.

Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos.

El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego.

Es decir, que por sus frutos los conoceréis.






Por sus frutos los conoceréis. Podemos pensar que serán las obras buenas. Es lo más fácil y lo más “lógico”. Sin embargo, puede haber obras buenas pero llenas de otras intenciones, que aunque no sean malas, las invalidan. Cuando son obras buenas para sentirnos bien, para mi reconocimiento.


El fruto que tenemos que dar es el que hace que una obra sea “buena”: el amor, el puro desinterés. Al final, lo decimos en el primer mandamiento: amar a Dios y al prójimo como a uno mismo.


Que yo crezca en el amor y la misericordia a los demás. Es la semilla plantada en nosotros.

El amor significa la entrega constante por el otro, la ilusión y la creatividad por nuevos caminos y nuevas formas. El amor también es la paciencia por el ritmo del otro. El amor es buscar al que está fuera...

lunes, 21 de junio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 22 DE JUNIO

 Mt 7,6.12-14: Tratad a los demás como queréis que ellos os traten.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros.

Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la ley y los profetas.

Entrad por la puerta estrecha.

Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.

¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos.



La regla de oro del cristianismo y de toda la sociedad. Ayer hablé que no podemos pedir al otro que cumpla algo si antes no lo cumplo yo. En este caso, Jesús nos da una concreción del amor al prójimo “como a ti mismo”, que nos sirve como termómetro. Lo primero sería tratar al otro como me gustaría que me trataran a mi. 


Muchas veces, las relaciones entre las personas, se estropean porque esperamos de los otros muchas cosas. Pocas veces nos planteamos si yo he hecho lo mismo con ellos. Si todos nosotros fuéramos conscientes de ello, todo marcharía mejor.


Podemos hacer un ejercicio de autoexamen. Pensemos en las personas de nuestro alrededor, las que más frecuentamos, nuestro círculo. ¿Cómo las trato? ¿Qué espero de ellas? ¿Hago lo mismo con ellas que lo que yo espero de ellas?

domingo, 20 de junio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 21 DE JUNIO

 Mt 7,1-5: Sácate primero la viga del ojo.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-No juzguéis y no os juzgarán.

Porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros.

¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo?

¿Cómo puedes decirle a tu hermano: «Déjame que te saque la mota del ojo», teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano.



No juzguemos. Que fácil es decirlo y que difícil es cumplirlo. Esto debería ser algo superado para un cristiano, y sin embargo...

Superado porque: 

  • El cristiano es alguien que continuamente experimenta la misericordia de Dios al verse pecador.
  • El cristiano es alguien que sabe que la conversión es posible y que sólo Dios puede hacer milagros...
  • El cristiano sabe que sólo Dios es el que juzga, y su juicio es misericordia.
  • ¿Entonces para qué y por qué juzgamos? ¿Acaso somos mejores que el resto?


Es más, la coherencia cristiana es: empieza por ti mismo. Dios primerea, va delante, da primero, perdona primero, etc. Lo vemos en Jesús, todo lo que dijo, lo hizo él primero. Por ello, antes de comentar, antes de corregir a alguien, mírate primero a ver si eso lo tienes tú también. Suele ser que los defectos que vemos en los demás, en los que somos más sensibles, muchas veces, es que los tenemos nosotros primero. 

jueves, 17 de junio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 18 DE JUNIO

Mt 6,19-23: Adonde está tu tesoro, allí está tu corazón.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-No amontonéis tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban.

Amontonad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los roan, ni ladrones que abran boquetes y roben.

Porque donde está tu tesoro, allí está tu corazón.

La lámpara del cuerpo es el ojo.

Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras.

Y si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!


Esta expresión nos pone sobreaviso ante posibles autoengaños. Podemos estar dando por supuesto nuestro amor y seguimiento del Señor. Pero la fe se mide en la encrucijada, cuando tenemos que elegir. En la elección, nos descubrimos en nuestras prioridades.

¿Elegimos al Señor en las grandes decisiones? ¿Elegimos al Señor en el día a día? 

¿De qué nos podríamos desprender? ¿De qué no nos podríamos desprender? Piensa en personas, piensa en cosas, piensa en situaciones, piensa en el status logrado, etc. 

miércoles, 16 de junio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 17 DE JUNIO

  Mt 6,7-15: Vosotros rezad así.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Cuando recéis no uséis muchas palabras como los paganos, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis. Vosotros rezad así:

Padre nuestro del cielo,

santificado sea tu nombre,

venga tu reino,

hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,

danos hoy el pan nuestro,

perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido,

no nos dejes caer en tentación,

sino líbranos del maligno.

Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.


En un contexto de enseñar a rezar a sus discípulos, Jesús les enseña el Padrenuestro. Pero no enseña una oración, sino sobretodo, una forma de rezar. No dice: “recen esto”, sino “rezad así”. Esto puede invalidar la costumbre, muy a la pagana, de multiplicar oraciones. Reza dos padrenuestros, etc. 


“Rezad así”: Esto quiere decir, por lo menos en mi caso, que no lo hago. Enseñamos oraciones y no a rezar, es decir, a tener confianza. Recemos así, con la confianza de Jesús. Igual que nos quiere libres y no marionetas, al rezar, no quiere loritos, sino hijos que se dirigen a su Padre.


Jesús nos inscribe en el estilo de oración que tuvo Él: la de la confianza filial. Nos inscribe en la oración de los grandes creyentes.


Si quieres progresar en la oración, cambia el “esto”, al “así”; o si quieres, cambia el “que” por el “como”. 

martes, 15 de junio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 16 DE JUNIO

 Mt 6,1-6.16-18: Tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.



En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga.

Tú. en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.

Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga.

Cuando tú vayas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.

Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los farsantes que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga.

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.


Jesús pone las bases de las normas que había en Israel: sobre la limosna, la oración y el ayuno. Pilares sencillos sobre los que se basa su fe judía…y también cristiana. 


Lo que hagamos, hagámoslo en lo escondido, no porque nadie tiene que saberlo, sino para corregirme en mi ego.


En lo escondido, porque el primero que tiene que ser mi confidente de lo que hago es el Señor. El secreto hace referencia a lo interior, íntimo, al reducto donde está el Señor. Muchas veces nos pasa que hacemos muchas cosas por el Señor, pero no se lo decimos a Él.


En lo escondido porque hay publicidades que vienen a potenciar nuestra vanidad.


En lo escondido porque ahí es donde se realizan las obras auténticas y lo hacen personas auténticas.


En lo escondido porque las obras más grandes se hacen en lo escondido: anuncio del ángel a María, Resurrección, los 30 primeros años de Jesús, etc.

lunes, 14 de junio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 15 DE JUNIO

 Mt 5,43-48: Amad a vuestros enemigos.



En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo.

Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y calumnian. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.

Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestro hermano, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los paganos? Por tanto, sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto.


Seguimos con el sermón del monte, que está en este capítulo 5 de San Mateo. (Aunque no lo he mencionado anteriormente, San Mateo agrupa una serie de afirmaciones importantes de Jesús a modo de nuevo sermón siendo el nuevo paradigma para el pueblo, sustituyendo por ello a Moisés. Este capítulo comenzó con las bienaventuranzas, que vimos el pasado lunes).


Jesús sigue ahondando en la ley del amor. Ahora hay que amar a los enemigos. Y esto nos hará distintos del resto de las personas. Para construir una humanidad nueva, hace falta romper la espiral de odio, venganzas, violencias y sólo puede ser desde el amor. 


Para ello contamos con la gracia de Dios, que recibimos en el bautismo, confirmación, eucaristía y penitencia principalmente. Con todo este “arsenal” no podremos decir que “no podemos”. Podemos enfocarlo como un proceso, un camino, pero no un imposible. Primero tenemos que creer en que el Señor nos da la fuerza. Luego tendríamos que dirigir nuestra oración hacia nuestros enemigos y perseguidores. 


Hoy en Tazacorte recordamos (como todos los meses), el martirio de Ignacio de Azevedo y sus compañeros. Vemos en él, a un testigo del amor de Jesús. Que amó a sus perseguidores y alentó a sus compañeros a dar la vida. 


Que la Eucaristía que recibimos a menudo, nos siga alimentando hacia un amor integral y así construyamos el Reino de Dios.

domingo, 13 de junio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 14 DE JUNIO

Mt 5,38-42: Yo os digo: No hagáis frente al que os agravia.



En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Sabéis que está mandado: «Ojo por ojo, diente por diente». Pues yo os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñalo dos; a quien te pide, dale; y al que te pide prestado, no lo rehuyas.




Jesús comenta la famosa Ley del Talión, una ley “justa” porque equilibra al ofensor y al ofendido. En aquel tiempo era un avance en los agravios entre las personas. Sin embargo, Jesús anuncia que en el Reino de Dios habría que dar un paso más…


Dios ha tenido una paciencia infinita en la educación al pueblo. Después de centenares de años con la Ley del Talión, ahora propone la Ley del Amor completada por el envío del Espíritu Santo en nuestros corazones.


Jesús nos quiere educar en que la ley más valiosa es la del amor. Y lo hace con su propia vida. De manera que todo lo que predicó en su vida, fue realizado luego en la Cruz. Por ello, tiene autoridad para poder ofrecérnosla. Sin embargo, los cristianos nos mofamos de “poner la otra mejilla”, no habiendo comprendido el mensaje profundo que hay detrás: la violencia engendra más violencia. La única manera de parar la violencia es con el amor. 


Que la meditación del evangelio nos ayude a ir poniendo la ley del amor como el gran revulsivo en nuestras vidas y así cambie la sociedad a una más justa y fraterna. 

jueves, 10 de junio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 11 DE JUNIO. SOLEMNIDAD DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

 Jn 19,31-37: Le traspasó el costado, y salió sangre y agua.


En aquel tiempo, los judíos, como era el día de la Prepara­ción, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los solda­dos, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.

El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: «No le quebra­rán un hueso»; y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que atravesaron.»


Celebramos desde la tarde de ayer, la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Una fiesta muy importante en nuestra fe cristiana. Nos viene a recordar el axioma principal: Dios es amor, Dios nos ama con un corazón “sensible”. 


El texto que la Iglesia nos presenta es el de Juan. Nos relata una realidad pero interpretándola desde una teología elaborada. Su corazón es “traspasado y de él sale sangre y agua”. Nos fundamenta la teoría de que del costado de Cristo nace la Iglesia, a través de sus sacramentos más representativos: sangre=Eucaristía y agua=bautismo. 


Y es cierto, la Iglesia nace del amor de Dios. Y también podremos decir nosotros: nacemos del amor de Dios. Y cuando hablamos de amor de Dios, o simplemente amor, muchas veces pensamos en algo bonito, maravilloso, como un cuento de hadas. Sin embargo, este corazón es traspasado, este amor es puesto a prueba, es sacrificado. Por ello, un amor auténtico, real e incomparable. 


Si la Iglesia nace, los sacramentos nacen y nosotros nacemos del amor de Dios, ello nos da una pista de como debemos hacer y de como debemos mirarlo todo: en la Iglesia, en nosotros, sólo tiene sentido lo que nace del amor. Un amor gratuito, un amor desinteresado, un amor incomparable. La pastoral debe ser entonces la manifestación del amor de Dios, no sólo en las palabras, sino en los gestos, acciones, actitudes, y criterios de juicio que tenemos. Ello quiere decir que no podemos llevarnos por criterios “justos”, “lógicos”, etc. 



miércoles, 9 de junio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 10 DE JUNIO

 Mt 5,20-26: Todo el que esté peleado con su hermano, será procesado.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-«Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.»



Todos sabemos que tenemos como primer mandamiento: amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. También tenemos como una oración importante el Padrenuestro. Sin embargo, no es lo que más intentamos cumplir.


Jesús quiere que lo entendamos con un ejemplo claro: todo el que esté peleado con su hermano será procesado. No hay nada más importante en su vida que arreglar la relación. Está claro, que Dios no mira para otro lado y no piensa tolerar estas transgresiones. Por decirlo en algunas palabras, Dios puede tolerar y ser misericordioso en todos los pecados, sin embargo, en cuanto a una pelea entre hermanos, tolerancia cero.


¿Y nosotros? ¿Hay alguien que esté peleado contigo? ¿Estás peleado con alguien? ¿Conoces en tu ambiente cercano a dos personas que estén peleadas? ¿Y qué haces? ¿Mirar para otro lado? ¿O has intentado ser mediador?


Es de las mejores acciones que podrás hacer nunca. Y cuenta con la bendición de Dios.

martes, 8 de junio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 9 DE JUNIO. DÍA DE SAN JOSÉ DE ANCHIETA

 Lc 10, 1-9 La mies es abundante y los obreros pocos


En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos,
a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. 

Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies
que mande obreros a su mies». 

¡Poneos en camino! 

Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias;
y no saludéis a nadie por el camino. 

Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz,
descansará sobre ellos vuestra paz;
si no, volverá a vosotros. 

Quedaos en la misma casa,
comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario.
No andéis cambiando de casa en casa. 

Si entráis en una ciudad y os reciben bien,
comed lo que os pongan,
curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”». 

Palabra del Señor. 





He pensado hoy, día especial en nuestra Diócesis, darle gracias por la vida del Padre Anchieta (que tuvo relación con los mártires de Tazacorte), a través de la homilía del Papa Francisco en la misa de acción de gracias por la canonización de San José de Anchieta. Te dejo el link https://www.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2014/documents/papa-francesco_20140424_omelia-san-jose-de-anchieta.html




MISA DE ACCIÓN DE GRACIAS POR LA CANONIZACIÓN DE SAN JOSÉ DE ANCHIETA, 

SACERDOTE DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS

HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO

Iglesia de San Ignacio de Loyola en Campo Marzio, Roma

Jueves 24 de abril de 2014


 

Queridos hermanos y hermanas:

En el Evangelio que acabamos de escuchar los discípulos no alcanzan a creer la alegría que tienen, porque no pueden creer a causa de esa alegría. Así dice el Evangelio. Miremos la escena: Jesús ha resucitado, los discípulos de Emaús han narrado su experiencia, Pedro también cuenta que lo vio, luego el mismo Señor se aparece en la sala y les dice: “Paz a ustedes”. Varios sentimientos irrumpen en el corazón de los discípulos: miedo, sorpresa, duda y, por fin, alegría. Una alegría tan grande que por esta alegría “no alcanzaban a creer”. Estaban atónitos, pasmados, y Jesús, casi esbozando una sonrisa, les pide algo de comer y comienza a explicarles, despacio, la Escritura, abriendo su entendimiento para que puedan comprenderla. Es el momento del estupor, del encuentro con Jesucristo, donde tanta alegría nos parece mentira; más aún, asumir el gozo y la alegría en ese momento nos resulta arriesgado y sentimos la tentación de refugiarnos en el escepticismo, “no es para tanto”. Es más fácil creer en un fantasma que en Cristo vivo. Es más fácil ir a un nigromante que te adivine el futuro, que te tire las cartas, que fiarse de la esperanza de un Cristo triunfante, de un Cristo que venció la muerte. Es más fácil una idea, una imaginación, que la docilidad a ese Señor que surge de la muerte y ¡vaya a saber a qué cosas te invita!  Ese proceso de relativizar tanto la fe que nos termina alejando del encuentro, alejando de la caricia de Dios. Es como si “destiláramos” la realidad del encuentro con Jesucristo en el alambique del miedo, en el alambique de la excesiva seguridad, del querer controlar nosotros mismos el encuentro. Los discípulos le tenían miedo a la alegría… Y nosotros también.

La lectura de los Hechos de los apóstoles nos habla de un paralítico. Escuchamos solamente la segunda parte de esa historia, pero todos conocemos la trasformación de este hombre, lisiado de nacimiento, postrado a la puerta del Templo para pedir limosna, sin atravesar nunca su umbral, y cómo sus ojos se clavaron en los apóstoles, esperando que le diesen algo. Pedro y Juan no le podían dar nada de lo que él buscaba: ni oro, ni plata. Y él, que se había quedado siempre a la puerta, ahora entra por su pie, dando brincos, y alabando a Dios, celebrando sus maravillas. Y su alegría es contagiosa. Eso es lo que nos dice hoy la Escritura: la gente se llenaba de estupor, y asombrada acudía corriendo, para ver esa maravilla. En medio de ese barullo, de esa admiración, Pedro anuncia el mensaje. Es que la alegría del encuentro con Jesucristo, esa que nos da tanto miedo de asumir, es contagiosa y grita el anuncio; y ahí crece la Iglesia, el paralítico, cree.“La Iglesia no crece por proselitismo, crece por atracción”; la atracción testimonial de este gozo que anuncia a Jesucristo, ese testimonio que nace de la alegría asumida y luego transformada en anuncio. Es la alegría fundante. Sin este gozo, sin esta alegría, no se puede fundar una Iglesia, no se puede fundar una comunidad cristiana. Es una alegría apostólica, que se irradia, que se expande. Me pregunto: Como Pedro, ¿soy capaz de sentarme junto al hermano y explicar despacio el don de la Palabra que he recibido, y contagiarle mi alegría? ¿Soy capaz de convocar a mi alrededor el entusiasmo de quienes descubren en nosotros el milagro de una vida nueva, que no se puede controlar, a la cual debemos docilidad porque nos atrae, nos lleva, esa vida nueva nacida del encuentro con Cristo?

También san José de Anchieta supo comunicar lo que él  había experimentado con el Señor, lo que había visto y oído de Él. Lo que el Señor le comunicó en sus Ejercicios. Él, junto a Nóbrega, es el primer jesuita que Ignacio envía a América. Chico de 19 años. Era tal la alegría que tenía, tal el gozo que fundó una nación. Puso los fundamentos culturales de una nación en Jesucristo. No había estudiado teología. No había estudiado filosofía. Era un chico. Pero había sentido la mirada de Jesucristo y se dejó alegrar, y optó por la luz.  Ésa fue y es su santidad. No le tuvo miedo a la alegría.

San José de Anchieta tiene un hermoso himno a la Virgen María, a quien, inspirándose en el cántico de Isaías 52, compara con el mensajero que proclama la paz, que anuncia el gozo de la Buena Noticia. Que Ella, que en esa madrugada del domingo, insomne por la esperanza, no le tuvo miedo a la alegría, nos acompañe en nuestro peregrinar, invitando a todos a levantarse, a renunciar a la parálisis, para entrar juntos en la paz y la alegría que Jesús, el Señor Resucitado, nos promete.

lunes, 7 de junio de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 8 DE JUNIO

 Mt 5,13-18: Vosotros sois la luz del mundo.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?

No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.

Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.

Tampoco se enciende una vela para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.

Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.


Este evangelio, tantas veces escuchado y meditado, sigue siendo para mí un llamamiento fuerte a una coherencia mayor de vida cristiana.

Nos llama a ser auténticamente cristianos, cristianos de tiempo completo y a pecho descubierto. Cristianos de corazón.

Somos sal y somos luz. Llevamos en nosotros el germen de la vida nueva, Jesús recibido en los sacramentos.

Por eso, somos sal y luz, no por nuestros méritos, sino por Él.

Ahora bien, si la sal no da sabor y la luz no ilumina, normalmente la tiramos y la cambiamos.

No hay nada más bochornoso que un cristiano light o mediocre. Cuando somos así, en vez de iluminar, lo que hacemos es oscurecer.

Ser cristiano es dejarse iluminar por Jesús y conducir por Él.

Por otro lado, la sal se mezcla con la comida para darle sabor. No tengamos miedo a meternos de lleno en nuestra sociedad secularizada y pagana. Al revés, salgamos de nuestra seguridad y nuestro caparazón, donde estamos bien seguros. No tengamos miedo a la intemperie y a mezclarnos.

Si de verdad somos sal pura bañada por el mar (Señor), daremos sabor y gusto a la sociedad.

Como conclusión, el Señor nos invita a dejarnos iluminar por Él, para entonces poder ser la sal y la luz, que el mundo necesita para iluminarlo y darle sabor (sentido).