miércoles, 27 de marzo de 2019

ESQUEMA HOMILÍA 1º DÍA DEL TRIDUO AL CRISTO DEL HUERTO

  1. Desde pequeñitosiempre me cautivó la imagen del Cristo del Huerto. No la imagen, sino lo que representa. Posteriormente, me gustó la imponente imagen del Cristo de la Caída (con sus flores moradas que iban cayendo). También el Cristo del Calvario y el Cristo de la Piedra Fría, con la gran devoción de la gente. La verdad es que tenemos unas imágenes que reflejan con una plasticidad y belleza aquellos acontecimientos que son el centro de nuestra fe junto con la Pascua. Es impresionante lo que representa. La encrucijada del hombre. Decidir ante Dios o la vida. Seguramente nosotros nunca tendremos que tomar esta opción. Pero sí en menor medida, continuamente. Toda nuestra vida es elegir a Dios. Es más Jesús, “aprendió sufriendo, a obedecer” (Heb 5, 8). Y la fe tiene mucho de obediencia al Dios que nos quiere.
  2. Es el Jesús más humano. Sólo.
    1. Miedo al sufrimiento.
    2. Miedo al dolor
    3. Miedo a la muerte.
  3. Y sin embargo, el Jesús más divino, haciendo la voluntad de Dios. Es el Jesús creyente, hágase tu voluntad. Nos puede resultar contradictorio un Dios que no ahorre ningún sufrimiento a su Hijo. Un Dios cuya voluntad pueda resultar macabra. “Jesús en el Huerto de Getsemaní, cuando experimentó la angustia y oró: «¡Padre, si quieres, aparta de mi esta copa, pero no se haga mi voluntad sino la tuya!» (Lucas 22, 42). Jesús es aplastado por el mal del mundo, pero se abandona confiadamente al océano del amor de la voluntad del Padre. Dios, por amor, puede llevarnos a caminar por senderos difíciles, a experimentar dolorosas heridas y espinas, pero nunca nos abandonará. Estará siempre con nosotros, cerca de nosotros, dentro de nosotros. Para un creyente esto, más que una esperanza, es una certeza. Dios está conmigo. Así es el Señor, así nos ama, así nos quiere.” (Audiencia del Papa Francisco 20 de marzo de 2019)
  4. Jesús llegó a Getsemaní después de haber practicado muchas veces (y con sentido) la oración del Padrenuestro. Por ser su oración, es la oración más potente y a su vez (fuente de alegría y paz). Cuando rezamos “hágase tu voluntad”, no estamos invitados a bajar servilmente la cabeza, como si fuéramos esclavos, sino que nos sumergimos en el mar de la confianza en Dios. Siempre es un salto en el vacío. Estamos aceptando la voluntad de Dios:
    1. Esa voluntad de Diosno se esconde detrás de enigmas, no ha planeado el futuro del mundo de una manera indescifrable. No, Él es claro. En efecto, la Biblia está llena de frases que nos hablan de la voluntad positiva de Dios hacia el mundo”, la carta de San Pablo a Timoteo nos dice: DIOS QUIERE QUE TODOS LOS HOMBRES SE SALVEN Y LLEGUEN AL CONOCIMIENTO PLENO DE LA VERDAD (1 Tim 2,4). Dios no quiere las guerras, ni las humillaciones, que se conculquen los derechos humanos, nada de eso “Ha llegado a mi la aflicción de mi pueblo” este fin de semana. 
    2. La voluntad de Dios es también nuestro horizonte. Para eso hemos venido. Nuestra existencia tiene un “para”. “Yo soy una misión en esta tierra y para esto esto estoy en esta tierra” EG 273. ¿Te has preguntado para que has venido al mundo? ¿Para que te quiere Dios?
    3. Luchar para que se cumpla la voluntad de Dios: reino de justicia, de paz, libertad, vida, verdad, amor... Ser cristiano es seguir a Jesús: es decir, creer como Él en Dios y luchar por ese Reino como Él.
  5. Acostúmbrate a rezar el Padre Nuestro pidiendo que se haga su voluntad. 



viernes, 15 de marzo de 2019

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 15 DE MARZO

Mt 5,20-26: Vete primero a reconciliarte con tu hermano.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-«Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.»

Reflexión

Éste es un evangelio a estrenar. Hemos moralizado la vida cristiana en una serie de preceptos y normas, y juzgamos según se cumplan o no. Pero nos olvidamos del mandato principal del amor. Y somos capaces de conjugar, la enemistad con los otros con la Comunión con Jesucristo. ¿No nos damos cuenta que esto es un gran sacrilegio? ¿A quién pretendemos engañar? No podemos estar en comunión con Jesucristo mientras no estemos en comunión con los hermanos. Así de sencillo. Por eso Jesús dice: deja tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano.
El evangelio es una lección continua de misericordia.
Que este tiempo de Cuaresma nos sirva para ayunar de enemistades y fomentemos el amor y la misericordia.

jueves, 14 de marzo de 2019

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 14 DE MARZO

Mt 7,7-12: Pedid y se os dará; llamad y se os abrirá, buscad y encontraréis.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden! En resumen: Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas.»
Reflexión
En este tiempo de Cuaresma estamos intensificando la oración. Es uno de los medios para poder convertirnos y purificarnos. Jesús nos habla de la oración de petición. Nos alecciona que la hagamos, que no dejemos de pedir. Pidamos por nosotros, pero sobretodo, pidamos por los otros.
Porque Dios nos escucha siempre.
Porque todo depende de Dios.
Porque somos sus criaturas.
Porque son dichosos los que lloran.
Porque somos la fortaleza de los que están sufriendo, luchando, llorando y necesitan de nuestra oración.
Así crece en nosotros la confianza en Dios, crece el deseo y crece la solidaridad, porque ¡hay tantas cosas por las que pedir!.
Revisémonos, si nuestra oración de petición es por nosotros o por los otros.