martes, 1 de julio de 2014

Comentario al evangelio del 1 de Julio

Mt 8,23-27: Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma.

En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron.

De pronto se levantó un temporal tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas; él dormía.

Se acercaron los discípulos y lo despertaron gritándole:

-¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!

El les dijo:

-¡Cobardes! ¡Qué poca fe!

Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma.

Ellos se preguntaban admirados:

-¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!

Reflexión

Me imagino al Señor diciéndome esto: ¡que poca fe!. Cuando tantas veces, nos vemos ahogados por las circunstancias de la vida, cuando como Iglesia no sabemos que hacer...
Nos olvidamos que nuestra vida y la Iglesia está en sus manos...
Esto no significa que estemos de brazos cruzados, ni que hagamos lo que nos da la gana.
Más bien lo contrario, porque estamos en sus manos, tenemos que trabajar más y mejor, para estar en sintonía con "sus manos", con su "corazón". Esto significa que tenemos que orar mucho para discernir si los problemas que encontramos son por hacer la voluntad del Señor, o por hacer mi voluntad...
Que este evangelio avive en nosotros la confianza y la responsabilidad.

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