domingo, 3 de abril de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 4 DE ABRIL DE 2022

 PARA VIVIR MEJOR LA CUARESMA

https://parroquiasdetazacorte.blogspot.com/2022/02/para-vivir-mejor-la-cuaresma.html


o bien en año C, cuando Jn 8,1-11 se ha leído el domingo anterior:

Jn 8,12-20: Yo soy la luz del mundo.


En aquel tiempo, Jesús habló de nuevo a los fariseos, diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida».

Le dijeron los fariseos: «Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es verdadero».

Jesús les contestó: «Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido y adónde voy; en cambio, vosotros no sabéis de dónde vengo ni adónde voy. Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie; y, si juzgo yo, mi juicio es legítimo, porque no estoy yo solo, sino yo y el que me ha enviado, el Padre; y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. Yo doy testimonio de mí mismo, y además da testimonio de mí el que me ha enviado, el Padre».

Ellos le preguntaban: «¿Dónde está tu Padre?». 

Jesús contestó: «Ni me conocéis a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre».

Jesús tuvo esta conversación junto al arca de las ofrendas, cuando enseñaba en el templo. Y nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora.


La Iglesia nos presenta el mismo evangelio del domingo V de Cuaresma ciclo C, y nos da la posibilidad de cambiarlo por éste otro. Jesús se nos presenta aquí como la luz del mundo. Y lo es, porque nadie ha hablado de la libertad, del amor, como Él. 


Jesús es luz, pensando en el evangelio del domingo, porque la misericordia que vive él y demuestra continuamente es una luz en un mundo oscuro. La misericordia siempre será una luz, porque siempre iremos comprendiendo mejor este concepto, idea, pero sobre todo, actitud de Jesús y de Dios. 


Hace 2000 años que pasó por esta tierra. Hace 2000 años que nos lo mostró.

Pero todavía no hemos aprendido: seguimos con guerras, celos, envidias, etc. 

Todavía no hemos aprendido: seguimos poniendo en el centro al pecado y no al pecador.

Todavía no hemos aprendido: seguimos juzgando al otro.

Todavía no hemos aprendido: seguimos creyéndonos mejor que el otro.

Todavía no hemos aprendido: seguimos buscando rivalidades entre nosotros.

Todavía no hemos aprendido: seguimos sin acercarnos al más desdichado.

Todavía no hemos aprendido: seguimos viendo a Dios, como aquél que me está vigilando.

Todavía no hemos aprendido: seguimos sin confiar a Dios toda mi vida, porque lo podemos decepcionar…

No hay comentarios:

Publicar un comentario