miércoles, 17 de septiembre de 2014

Comentario al evangelio del 17 de septiembre

Lc 7,31-35: Tocamos y no bailáis, cantamos lamentaciones y nos lloráis.

En aquel tiempo, dijo el Señor:

-¿A quién se parecen los hombres de esta generación? ¿A quién los compararemos?

Se parecen a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros: «Tocamos la flauta y no bailáis, cantamos lamentaciones y no lloráis.»

Vino Juan el Bautista, que ni comía ni bebía, y dijisteis que tenía un demonio; viene el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: «Mirad qué comilón y qué borracho, amigo de recaudadores y pecadores».

Sin embargo, los discípulos de la Sabiduría le han dado la razón.
Reflexión

A mí no me gusta decir que los cristianos sean optimistas o pesimistas. Un optimista es el que ve las cosas del lado positivo; un pesimista el que las ve del lado negativo.
¿Desde qué lado las ve el cristiano?
Creo que no se encuadra ni en uno, ni en otro. El cristiano vive esperanzado. Tiene razones poderosas para la esperanza, vive confiado en Dios. Así vivía Jesús y así debemos vivir nosotros. Esos son los discípulos de la sabiduría...

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