miércoles, 20 de enero de 2016

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 20 DE ENERO

Mc 3,1-6: ¿Está permitido en sábado salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?
En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga, y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo. Jesús le dijo al que tenia la parálisis:

-«Levántate y ponte ahí en medio.»

Y a ellos les preguntó:

-«¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?»

Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al hombre:

-«Extiende el brazo.»

Lo extendió y quedó restablecido. En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.

Reflexión

En el evangelio de hoy, vemos con estupor hasta donde puede llegar la obstinación de obstaculizar la obra de Dios.
Un día llamó Jesús a Pedro Satanás, porque le hace tropezar. 
Aunque nos parece evidente que la curación es mejor que el sábado, sin embargo, en nuestro nivel, muchas veces nos obstinamos con determinadas estructuras, acciones, costumbres sin darnos cuenta que podemos estar obstaculizando la gracia de Dios. Podemos llegar a ser Satanás para el evangelio.
Nos toca a nosotros no impedir la gracia y permitir que siga avanzando.

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