martes, 12 de septiembre de 2017

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 12 DE SEPTIEMBRE

Lc 6,12-19: Pasó la noche orando. Escogió a doce y los nombró apóstoles.
Por entonces, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles:
Simón, al que puso de nombre Pedro,
y Andrés, su hermano,
Santiago,
Juan,
Felipe,
Bartolomé,
Mateo,
Tomás,
Santiago Alfeo,
Simón apodado el Celotes,
Judas el de Santiago
y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.
Reflexión

Jesús sube al monte y llama a sus discípulos. Y de entre ellos, elige a doce y los nombra apóstoles.
El Papa Francisco en la EG insiste para todos los cristianos que tengamos en cuenta estos dos momentos como una única realidad: discípulos misioneros. Son dos facetas que van unidas y que se alimentan mutuamente. Sólo se es apóstol cuando previamente se es discípulo; y el discípulo, ve como normal que comunique lo que ha visto y oído. No nos olvidemos, apóstol significa enviado, enviado de Dios, no de nosotros.
Cuidemos nuestra relación con Dios, y esto no para quedárnoslo sino para comunicarlo.

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