Mt 18,12-14: Dios no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, os aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado. Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.»
-«¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, os aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado. Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.»
Reflexión
El evangelio de la oveja perdida sigue sorprendiéndome y todavía escapa a mi entendimiento. Me sigue pareciendo una locura: propia de un corazón enamorado. Es Dios el que deja solas a las 99 para ir en búsqueda de la perdida. Y de echo, la pregunta de Jesús, sobre el parecer.
Es un Dios misericordioso, que por tanto, pone el acento y corazón en el débil, más necesitado.
Yo me pregunto si como comunidad cristiana, vamos adquiriendo esa dinámica de la misericordia.
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