domingo, 5 de diciembre de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 6 DE DICIEMBRE DE 2021

Lc 5,17-26: Hoy hemos visto maravillas.


Un día, estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor estaba con él para realizar curaciones.

En esto, llegaron unos hombres que traían en una camilla a un hombre paralítico y trataban de introducirlo y colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo a causa del gentío, subieron a la azotea, lo descolgaron con la camilla a través de las tejas, y lo pusieron en medio, delante de Jesús. Él, viendo la fe de ellos, dijo:

«Hombre, tus pecados están perdonados».

Entonces se pusieron a pensar los escribas y los fariseos: «¿Quién es este que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?».

Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondió y les dijo: «¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados —dijo al paralítico—: “A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa”».

Y, al punto, levantándose a la vista de ellos, tomó la camilla donde había estado tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios.

El asombro se apoderó de todos y daban gloria a Dios. Y, llenos de temor, decían:

«Hoy hemos visto maravillas».



Hoy hemos visto maravillas. Eso es lo que quisiéramos ver cada día, y quizá pensaríamos que así creeríamos todos. Pero ni en la época de Jesús pudieron seguirle en todo momento incluso los que fueron testigos del milagro más famoso: la multiplicación de los panes y los peces.


El caso es que tenemos que afinar la mirada, porque cada día vemos, palpamos maravillas: poder ver, poder oír, poder sentir, poder vivir, etc.

Hay milagros y maravillas que suceden en nuestro día a día, y el problema es que nos hemos ido acostumbrando a ellas.


El milagro mayor es el de la Eucaristía.

El milagro del Dios que se hace pan.

El milagro de un Dios que se fija en los hombres.

El milagro del acercamiento de Dios a los hombres.

El milagro de la misericordia de Dios con nosotros.

El milagro del servicio de Dios a los hombres.

El milagro del Dios que hace fuertes a los débiles y débil a los fuertes.

El milagro del Dios que derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.

El milagro del Dios que hace posible que los pobres sean los bienaventurados. 

El milagro…y así podríamos decir tantas y tantas de las acciones de Dios en favor de los hombres, que son maravillosas. 

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