miércoles, 19 de junio de 2013

Comentario al evangelio del 19 de Junio

Mt 6,1-6.16-18: Tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.
 
 
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga.

Tú. en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.

Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga.

Cuando tú vayas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.

Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los farsantes que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga.

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.
 
Reflexión
 
Podemos plantearnos esta pregunta ante las afirmaciones de Jesús:
¿Cuáles son mis motivaciones?
Mi motivación al practicar la justicia, al dar limosna, al rezar, al ayunar.
¿Qué me vea la gente?
¿Qué así pueda ser bien considerado?
¿O sólo Dios?
Muchas veces, detrás de nuestras acciones está el reconocimiento público.
Sin embargo, en la segunda carta a los Corintios, la famosa oda a la caridad, nos dice claramente que "si no hay amor, de nada me sirve"...
 
 

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