martes, 4 de junio de 2013

Comentario al evangelio del 4 de Junio

Mc 12,13-17: Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios a Dios.
 
En aquel tiempo, mandaron a Jesús unos fariseos y partidarios de Herodes, para cazarlo con una pregunta.

Se acercaron y le dijeron:

-Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa de nadie; porque no te fijas en apariencias, sino que enseñas el camino de Dios sinceramente. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?

Jesús, viendo su hipocresía, les replicó:

-¿Por qué intentáis cogerme? Traedme un denario, que lo vea.

Se lo trajeron.

Y él les preguntó:

-¿De quién es esta cara y esta inscripción?

Le contestaron:

-Del César.

Les replicó:

-Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios a Dios.

Se quedaron admirados.
 
Reflexión
 
Somos expertos en llevarlo todo a prueba. A Jesús lo quieren hacer caer. Y sin embargo, su respuesta los sorprende porque no se ajusta a ninguna de las dos, pero tampoco va con evasivas. Una respuesta inteligente.
En esta respuesta nos da una enseñanza fundamental. El Estado y Dios están en dos esferas distintas. No podemos medirlas con el mismo rasero. En su afirmación, le da más importancia a lo que le damos a Dios.
Nadie, ni el Estado se puede inmiscuir en lo que le corresponde a Dios. Ninguna ley será justa, por mucho que sea demandada por la ciudadanía, si entra en las competencias de Dios. Y estas competencias son la vida, la valoración del bien y del mal.
También en nuestra vida, tenemos que pensar que "espacio" le estamos dejando a Dios.
Tenemos que "dejar a Dios ser Dios".
 
 

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