martes, 31 de diciembre de 2013

ORACIÓN DE FIN DE AÑO Y COMIENZO DEL AÑO NUEVO

GRACIAS 
Por haber llegado al final de este año creyendo, confiando y amándote a Ti, Señor de nuestras vidas.
Fueron muchas las veces que fortaleciste mi fe, apagada bajo el desánimo. Y no pocas las que corriste a mi encuentro, para volver a encender en mí la confianza en Ti.
Siempre sentí el calor de tu mano, aun en plena oscuridad, tu Presencia envolvente cobijándome en todo momento.     
Gracias, por mis hermanas y hermanos. Su ayuda, compañía, alegría y esperanza han allanado mi camino.
Gracias por tantos ojos como me miraron con ternura.
Gracias por tantas manos como se adelantaron a estrechar la mía.
Gracias por tantos labios cuyas palabras y sonrisas me alentaron.
Gracias por tantos oídos que, no sólo me oyeron, sino que me escucharon.     
Gracias, Señor, por tanto como he recibido   
Gracias por el éxito que me estimuló...   
Gracias por la salud que me sostuvo...   
Gracias por el trabajo que desempeñé y por el descanso de que disfruté...   
Gracias -me cuesta mucho decirlo- gracias por la enfermedad.
Gracias por aquel fracaso y aquella desilusión.
Gracias también -¿por qué no?- por el insulto, la calumnia, la injusticia...
Gracias, incluso, por aquel ser querido que perdí. Tú sabes bien, Señor, qué difícil me resultó aceptar todo esto. Hoy, no sólo lo acepto, sino que hasta te lo agradezco pues me acercó más a Ti.
 
Una PETICIÓN para el nuevo año 2014  
Que se realice tu deseo “Que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el crea que tú me enviaste” (Juan 10, 30)
Que a lo largo de este nuevo año hagamos tarea tu Palabra “uno solo es vuestro Padre y todos vosotros sois hermanos” (Mt 23,8).
Que nuestra vida irradie alegría y esperanza porque está enraizada en un Dios-con-nosotros, que nos ama entrañablemente.
Que el servicio sea el alma de la fraternidad que edifica la paz y se recrea en el Hogar del Amor
Que la espiritualidad de la comunión nos enseñe a compartir con los hombres y mujeres sus alegrías y sufrimientos, a intuir sus deseos y a atender sus necesidades.
Que nuestros pasos se orienten hacia el Manantial de la VIDA.

http://www.cipecar.org/es/c/?iddoc=5887

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