Lc 10,1-9: La mies es abundante y los obreros pocos.
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía:
-La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: «Paz a esta casa». Y, si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: «Está cerca de vosotros el reino de Dios».
Reflexión
Hoy, cuando la inmensa mayoría de la gente celebra San Valentín y el día de los enamorados (celebración reciente, aunque san Valentín , el santo, es muy antiguo), la iglesia en Europa celebra con gran solemnidad la Fiesta de San Cirilo y San Metodio, y los nombró sus patronos.
Ellos han sido evangelizadores sobretodo de los pueblos eslavos.
En este día que proclamamos este evangelio, que pedimos al dueño de la mies que envíe obreros a su mies, hagamos nuestra esa petición.
Pidamosle al Señor que envíe obreros, no sólo sacerdotes, sino cristianos comprometidos que evangelicen nuestro mundo, que lleven el AMOR DE DIOS (amor de los amores) con su vida a este mundo. Necesitamos hoy más que nunca, testigos de su amor.
Pidamosle también que nosotros escuchemos su llamada para "salir".
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