jueves, 18 de junio de 2015

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 18 DE JUNIO

Mt 6,7-15: Vosotros rezad así.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Cuando recéis no uséis muchas palabras como los paganos, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis. Vosotros rezad así:

Padre nuestro del cielo,

santificado sea tu nombre,

venga tu reino,

hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,

danos hoy el pan nuestro,

perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido,

no nos dejes caer en tentación,

sino líbranos del maligno.

Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.

Reflexión

Hoy nos presenta Mateo la oración del Padre Nuestro. Es la oración que ha tomado la liturgia. La de Lucas es más breve. Y en este caso, a diferencia de Lucas, es Jesús el que la enseña espontáneamente.
Según un comentarista, el Señor se la enseña a los discípulos, y no es una oración para todos. Esto nos parece raro. Y este comentarista justifica diciendo que es una oración para quien la vive antes. Es una oración del discípulo. Y todo ello porque una oración comprometida. Muchas veces la rezamos alegremente y no llegamos a captar o entender lo que estamos diciendo. Sin embargo, allí está toda la vida cristiana. Por ello, sta Teresita del Niño Jesús no pudo terminarla de rezar. Más que un modelo de orar, es un modelo de vivir y  de estar en el mundo.

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