jueves, 11 de enero de 2018

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 11 DE ENERO

Mc 1,40-45: La lepra se le quitó, y quedó limpio.
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:
-«Si quieres, puedes limpiarme.»
Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo:
-«Quiero: queda limpio.»
La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente:
-«No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.»
Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.

Pista para la oración
En este día de hoy, en el evangelio se me ha clavado la súplica de rodillas que le hizo el leproso: "si quieres, puedes limpiarme".
Es la súplica que le hago yo al Señor en el día de hoy.
Limpiarme de mis desánimos, desganas, euforias, mal pensamiento, falta de amor, desilusiones, decepciones, etc; que se van acumulando en el corazón y en el trato diario.
Yo también como el leproso me pongo de rodillas ante el Señor, sabiendo que sólo Él puede limpiarme, puede sanarme, puede salvarme.

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