martes, 23 de enero de 2018

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 23 DE ENERO

Mc 3,31-35: El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.
En aquel tiempo, llegaron la madre y los hermanos de Jesús y desde fuera lo mandaron llamar. La gente que tenía sentada alrededor le dijo:
-«Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan.»
Les contestó:
-«¿Quienes son mi madre y mis hermanos?»
Y, paseando la mirada por el corro, dijo:
«-Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.»

Reflexión
Un evangelio un poco controvertido. Nos parece que Jesús rechaza a María. Y seguramente ella no entendería...otra más para meditar en su corazón.
Hoy entendemos que lejos de eso, Jesús pronuncia una alabanza a su madre. Y resume de manera clara y sencilla la clave de María y la clave del cristiano.
Ser cristiano no es otra cosa que hacer la voluntad de Dios.
Muchas veces nos complicamos, pero tenemos que ir a lo esencial: todo lo que yo hago, la Iglesia hace, sea para cumplir la voluntad de Dios.
Sin este objetivo, nos podemos ir al extremo contrario.
Que este objetivo sea central en nuestra vida.


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