martes, 16 de enero de 2018

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 16 DE ENERO

Mc 2,23-28: El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado.
Un sábado atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas.
Los fariseos le dijeron:
-Oye, ¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?
El les respondió:
-¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros.
Y añadió:
-El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del Hombre es señor también del sábado.

Reflexión
El Antiguo Testamento tiene su cumplimiento en Jesús. Ahora bien, podemos entender el cumplimiento como una realización externa de lo mandado. Sin embargo, Jesús sorprende siempre porque va al corazón de la Ley, es más, Él es el Señor de la Ley.
Podemos caer nosotros también en un nuevo cristianismo ritual de mero cumplimiento. Hay que tener cuidado con esto, porque podemos hacer del cristianismo una carga, una esclavitud y algo inhumano.

Por otro lado, también igual que estos fariseos, hemos tenido un cristianismo de "policía". Pendientes de lo que hace uno y otro. Y sobre todo, de lo que hacen mal, para acusarlos.

¿Hay que ser bueno o parecerlo?

La Ley, el cristianismo es Jesús, seguirle a Él, unirse a Él. Y aquí no hay dobleces, Él sabe lo que hay en el interior.
Otro tipo de cristianismo, simplemente no existe.

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