Lc 11,29-32: A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás.
En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús y él se puso a decirles:
-Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del Hombre para esta generación.
Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Cuando sea juzgada esa generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.
Reflexión
Esta generación pide un signo, igual que la anterior. En la época de los santos padres, la gente no se preguntaba sobre la existencia de Dios, era evidente. Igual que no se dan cuenta del aire que respiran, sino en ciertos momentos.
Hoy, nuestra generación, pide constantemente un signo. Y no se nos dará más signos...¡Es que estamos rodeados de signos que nos hablan de Dios!. El universo, la naturaleza, la vida...y algunas veces estamos ciegos.
Incluso los cristianos, queremos y necesitamos de esos signos. Ya conocemos la Historia de la Salvación: el gran amor de Dios por nosotros. También el testimonio de los santos...
Quizá el gran signo no sabemos reconocerlo. Es la Eucaristía, donde se nos da todo. Igual que Jonas estuvo 3 días en el vientre del cetáceo, y salió, así le paso a Jesús...¡Y eso es lo que celebramos en la Eucaristía!
Que no pidamos más signos, que sepamos ver y contemplar la maravilla de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario