jueves, 10 de diciembre de 2015

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 10 DE DICIEMBRE

Mt 11,11-15: No ha nacido uno más grande que Juan el Bautista.
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:

-«Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él. Desde los días de Juan, el Bautista, hasta ahora se hace violencia contra el reino de Dios, y gente violenta quiere arrebatárselo. Los profetas y la Ley han profetizado hasta que vino Juan; él es Elías, el que tenía que venir, con tal que queráis admitirlo. El que tenga oídos que escuche.»

Reflexión

Llevamos dos domingos en los que la Iglesia nos presenta la figura de Juan el Bautista, el mejor de los nacidos de mujer. 
Sin embargo hoy, Jesús parece que quisiera tirar por tierra todo lo que hemos contemplado, o meditado o aprendido, dado que es el más pequeño en el reino de los cielos.
Es como cuando dijo que es imposible salvarse a un rico, tanto como pasar un camello por el ojo de una aguja, o descubrir una aguja en un pajar...
Todas estas afirmaciones nos pueden quitar nuestra seguridad de nuestra salvación debida a nuestras obras, méritos...y sin embargo, no pesan nada...
¿Entonces?
Aquí es viene a mi mente este fragmento de la lectura de hoy: «No temas, yo mismo te auxilio.» No temas, gusanito de Jacob, oruga de Israel, yo mismo te auxilio -oráculo del Señor-, tu redentor es el Santo de Israel".
Nos salvamos por Él, y hemos pasado por Él en el bautismo. Por eso, Juan es el más pequeño en el reino de los cielos. Nos justifica, nos da peso, sólo Él: tu redentor es el Santo de Israel.
Y viene esta Navidad a eso. Celebremos y gocemos con su salvación.

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