martes, 15 de diciembre de 2015

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 15 DE DICIEMBRE

Mt 21,28-32: Vino Juan, y los pecadores le creyeron.
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a ancianos del pueblo:

- «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." El le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor. " Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?»

Contestaron:

- «El primero.»

Jesús les dijo:

- «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis.»

Reflexión

Después de tirar las mesas en el templo, Jesús les dice esta parábola. Desenmascara su hipocresía.
Igual que a nosotros. Ser cristiano es lo mismo que decir que trabajador de la viña. No existe el cristiano sin trabajar.
Algunas veces el problema es mi "yo", buscando excusas tontas, que se caen por sí mismas si escuchamos la voz de Jesús. Cuando la escuchamos, "ya estamos perdidos", porque es irresistible. Pero se puede desvanecer la resonancia de su voz, en la medida que se meten en nosotros los criterios del mundo y no buscamos en el interior.

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