miércoles, 27 de abril de 2016

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 27 DE ABRIL

Jn 15,1-8: El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador.
A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca,
y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado;
permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos
el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante;
porque sin mí no podéis hacer nada.
Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros,
pediréis lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.»

Reflexión
En este tiempo de Pascua es un momento propicio para poder renovar nuestra relación con Él. Permanecer en Él es la clave para poder dar fruto. Se nos llama hoy de una manera especial a estar en actitud de salida. Y lo estamos en cuanto estamos unidos a la vid, porque sólo da fruto (es decir, mostrar algo, cuando está unido a la vid el sarmiento). Igualmente, sólo cuando estamos unidos al Maestro podremos salir y mostrarle, de la otra manera estaremos secos.

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