viernes, 29 de abril de 2016

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 29 DE ABRIL

Mt 11,25-30: Has escondido estas cosas a los sabios y las has revelado a la gente sencilla.
En aquel tiempo, exclamó Jesús:

-«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»

Reflexión

En este día de Santa Catalina de Siena, doctora de la Iglesia y patrona de Europa, la Iglesia nos propone esta lectura del Evangelio.
De las páginas más reconfortantes de la Biblia, junto con algunos textos, sobretodo de Isaías (cabecera de este blog).
Jesús da gracias por la forma de actuar del Padre, revelarse a los sencillos y humildes, los que ponen toda su confianza en Él. Incluso nos anima a hacerlo, a descargar en Él, todos nuestros agobios, incomprensiones, soledades...
Son los dichosos de la bienaventuranza (pobres de espíritu). Como conclusión podemos decir, que los sencillos y humildes, los que ponen su confianza en Él, son los que están llamados a vivir una vida más auténtica, más plena y más feliz: a ellos y sólo ellos, el Padre le revela los secretos y ellos, pueden vivir una vida "en paz", no como la da el mundo, porque Él les alivia. Ellos y sólo ellos pueden experimentar que la fuerza se realiza en la debilidad, porque su fortaleza está en Él. Ellos y sólo ellos experimentan también la dulzura de su amor, porque es Manso y Humilde.
¿Por qué no somos sencillos y humildes?



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