miércoles, 17 de octubre de 2018

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 17 DE OCTUBRE

Lc 11,42-46: ¡Ay de vosotros, fariseos! ¡Ay de vosotros también, maestros de la Ley!
En aquel tiempo, dijo el Señor:
–¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios!
Esto habría que practicar sin descuidar aquello.
¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y las reverencias por la calle!
¡Ay de vosotros, que sois como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo!
Un jurista intervino y le dijo:
–Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros.
Jesús replicó:
–¡Ay de vosotros también, juristas, que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo!
Reflexión
Seguimos con las invectivas de Jesús a los fariseos...¡y a nosotros!
Es  una crítica muy fuerte, y los fariseos lo entendieron: "diciendo eso nos ofendes también a nosotros". Sin embargo, no hay un mea culpa, y ahí se puede ver lo lejos que están del querer de Dios.
Comenzamos todos los días la misa reconociéndonos pecadores. Y decimos muchas veces que no tenemos pecados...y a lo mejor podemos estar como los fariseos, pasando por alto el derecho y el amor de Dios.
Somos fariseos cuando nos gusta que nos alaben, nos gusta aparentar ser buenos cristianos.
Somos fariseos cuando nos fijamos en los demás y lo que hacen, en cumplir estrictamente las normas.
Somos fariseos cuando no iluminamos a los demás, nuestra vida no es significativa, porque es la vida gris de un cumplidor, no la vida iluminada de un enamorado de Jesús.
Somos fariseos cuando exigimos continuamente a los demás un cumplimiento de unas normas, los encasillamos en unos esquemas rígidos, pero cuando nos toca a nosotros...pedimos que hay que ser más flexible....
Sería bueno que este evangelio nos ponga la cara colorada, para que así reconozcamos de lo que participamos todos y pidamos al Señor misericordia con nosotros; esto es, perdón de nuestras culpas y que nos libere de esta mentalidad.

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