jueves, 22 de mayo de 2014

Comentario al evangelio del 22 de mayo

Jn 15,9-11: Permaneced en mi amor, para que vuestra alegría llegue a plenitud.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo;

permaneced en mi amor.

Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor;

lo mismo que yo he guardado

los mandamientos de mi Padre

y permanezco en su amor.

Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros,

y vuestra alegría llegue a plenitud.»

Reflexión

¡Maravilloso!. El Señor quiere que permanezcamos en el amor con el que el Padre le ama a Él. Un amor poderoso, infinito, eterno, constante y siempre nuevo. Estamos envueltos e el amor de adiós. Como el aire que nos envuelve, nos refresca y otras veces nos zarandea, pero sin embargo, sin él no podemos vivir. Así es el amor de Dios. En Él vivimos, nos movemos y existimos.
Para poder respirar mejor este aire-Amor de Dios, hace falta que esté lo más puro posible. Para ello tenemos a los mandamientos, que nos purifican nuestra alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario