ESQUEMA HOMILÍA SANTA MARÍA MADRE DE DIOS

De todos los títulos de María, como casi la de cualquier mujer, el preferido de María es el de Madre.

Solemos decir “La Virgen”, pero no la Madre. En Italia se le llama la Madonna, que es lo mismo. Y si es verdad que cuando recurrimos a ella, recurrimos como Madre.

Deberíamos recuperar el sentido de madre a la virgen. Es a la mujer que tenemos que imitar,  la mejor discípula, pero mi madre.

Decimos Madre de Dios. Por tanto, Madre de todos y todo.

Madre de los buenos y los malos. 

En su corazón “inmaculado” cabemos todos.

Anécdota del papa de los mandarinos.

Sabe transformar una cueva de animales en casa de Jesús con unos trapos y una montaña de ternura. 

Es capaz de hacer saltar un chico en el seno de su madre.

Es capaz de darnos la alegría de Jesús.

Nos ayuda a que Jesús nazca y crezca en nosotros. Entiendan esto al 70%: Jesús no nacerá en nuestros corazones sin María.

No tenemos derecho a tener psicología de huérfanos.

Una iglesia sin María es orfanato

Juan Pablo II: ahora tu debes ser mi madre. Totus Tuus 

Toca las conciencias.

Nos educa en la fe.

Bajo tu amparo... en los momentos de turbulencia espiritual, no queda otra que ponernos bajo el manto de María

Nadie es tan maduro para prescindir de María.