lunes, 15 de marzo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 16 DE MARZO DE 2021

Jn 5,1-3.5-16: El agua que sana de la piscina de Betesda. Cristo cura al enfermo en sábado.


En aquel tiempo, se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Ésta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos. Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice: 

- «¿Quieres quedar sano?»

El enfermo le contestó: 

- «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado.»

Jesús le dice: 

- «Levántate, toma tu camilla y echa a andar.»

Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar. Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano: 

- «Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla.»

Él les contestó: 

- «El que me ha curado es quien me ha dicho: Toma tu camilla y echa a andar.»

Ellos le preguntaron: 

- «¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?»

Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, aprovechando el barullo de aquel sitio, se había alejado. Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice: 

- «Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor.»

Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado. Por esto los judíos acosaban a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.


Como van viendo, en este comentario, muchas veces no hay una explicación de todo el texto bíblico, sino sólo una pista para la oración. 


Jesús atraviesa los soportales de esta piscina, donde están muchas personas enfermas. Éste es el detalle en el que me quisiera fijar. Jesús no rehúye el sufrimiento que le llega: enfermos, pobres, endemoniados, etc. Lo afronta, lo acoge, lo ilumina.


Sin embargo, en este trozo del evangelio vemos que es Jesús el que se acerca a los pobres y enfermos. Camina por los lugares donde están los enfermos. 


En nuestra vida, Jesús no rehúye de mis momentos peores, mis bajadas, mis pecados. Es más, se acerca a mis miserias, las puede curar, iluminar.


Por ello, siéntelo cercano, siéntelo contigo, siente como se te acerca y te dice que cojas tu camilla y te eches a andar. Esa camilla puede representar aquello que quieres dejar y no puedes, aquello que te atenaza...


Por ello, Jesús al acercarse a ti, te dice (con su palabra poderosa) que dejes tu camilla. No la dejes por tí mismo, sino por su palabra, con la fuerza de su palabra. Es más, lo que te está diciendo, que con su fuerza, lo puedes dejar, te está diciendo, que ahora lo puedes apartar.


Siempre su encuentro es una gracia. Goza de ese encuentro.  



COMPROMISO DE CUARESMA


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