martes, 16 de marzo de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 17 DE MARZO DE 2021

 Jn 5,17-30: Quien escucha la palabra del Hijo y cree en el Padre ha pasado ya de la muerte a la vida.


En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: 

- «Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo.»

Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no sólo abolía el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios. Jesús tomó la palabra y les dijo: 

- «Os lo aseguro: El Hijo no puede hacer por su cuenta nada que no vea hacer al Padre. Lo que hace éste, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace, y le mostrará obras mayores que ésta, para vuestro asombro. Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere. Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo el juicio de todos, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo envió. Os lo aseguro: Quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no se le llamará a juicio, porque ha pasado ya de la muerte a la vida. Os aseguro que llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán. Porque, igual que el Padre dispone de la vida, así ha dado también al Hijo el disponer de la vida. Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del hombre. No os sorprenda, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio. Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.»


Una perícopa larga la que nos invita la Iglesia a orar y vivir. Me centraré en la frase que nos pone a modo de título: “Quien escucha la palabra del Hijo y cree en el Padre ha pasado ya de la muerte a la vida”.


El evangelista Juan sigue insistiendo en la escucha. Escucha del Hijo, de su Palabra. Ya hemos meditado la escucha de la Palabra de Dios, de Jesús. Hoy añadimos..."ha pasado de la muerte a la vida".


La escucha de la Palabra de Jesús es nuestra vida, es nacer de nuevo, da una nueva orientación a mi vida. En su palabra (creadora), hay una luz, una esperanza, una alegría, un horizonte, una vida.


A Juan le gusta jugar con los extremos: muerte y vida. Nos quiere resaltar la grandeza de poder escuchar la Palabra de Jesús. 

Hay tanta muerte a nuestro alrededor, y necesitamos de la vida nueva de su Palabra.

La necesitamos para superar el hastío, el miedo, la comodidad, el consumismo, el narcisismo, el hedonismo, el egoísmo, etc. 

La necesitamos para poder discernir, para descubrir las nuevas llamadas que nos hace el Señor.

La necesitamos para llenarnos del poder de su resurrección y poder así salir afuera a llevar su vida nueva.

La necesitamos para poder perdonar setenta veces siete. 

La necesitamos para apostar por la fraternidad sin desanimarnos. 

La necesitamos para no claudicar en la defensa de los más débiles.

...

Escuchemos su Palabra para que pasemos de la muerte a la vida. 


COMPROMISO DE CUARESMA


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