lunes, 19 de abril de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 20 DE ABRIL

Jn 6,30-35: No fue Moisés, sino que es mi Padre el que da el verdadero pan del cielo.


En aquel tiempo, dijo la gente a Jesús:

- «¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: "Les dio a comer pan del cielo."»

Jesús les replicó:

- «Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.»

Entonces le dijeron:

- «Señor, danos siempre de este pan.»

Jesús les contestó:

- «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mi no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed.»


Ante las dudas y las preguntas de la gente a Jesús, su respuesta viene a fijar nuestros ojos en Dios. Porque siempre todo procede de Dios. 


Ahí está la clave: los Profetas, Jueces y Reyes (en el Antiguo Testamento) y luego, cualquier mediación, son signos de la ternura de Dios hacia nosotros. Al final, todo ha venido de Dios, y es a Él a quien tengo que agradecer y mirar. Es a Él a quien tengo que agradecer el instrumento elegido. Es más, Dios nos ama “a través” de esa mediación. 


Es una responsabilidad grande, porque cada uno de nosotros somos mediación de Dios ante los demás. Debemos ser una buena mediación, una mediación que no pinte más que Dios. 



REVISIÓN DE LA SEMANA SANTA


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