martes, 1 de marzo de 2022

HOMILÍA DEL MIÉRCOLES DE CENIZA

PARA VIVIR MEJOR LA CUARESMA

https://parroquiasdetazacorte.blogspot.com/2022/02/para-vivir-mejor-la-cuaresma.html 


Comenzamos la Cuaresma. Un camino largo y duro. Y quizás, estemos ya cansados, antes de empezar a caminar.

Venimos cargados de sinsabores, de los que da la vida a todos, con sus circunstancias personales, de la pandemia de la que todavía no nos hemos recuperado, y de la erupción del volcán de Cabeza de Vaca, que todavía sigue influyendo en nuestras vidas. 


Siempre oímos decir que nada pasa por casualidad. Que hay que aprender de los males y que Dios saca bienes de los males. Pero muchas veces, estas palabras, siendo sabias, incluso Palabra de Dios, no nos consuela, no nos conforta, no nos da ánimos.


Necesitamos de algo más. Algo que nos motive, que nos dé fuerzas para este caminar. En el lema de este año, el Papa, con San Pablo en los Gálatas nos invita a que  «No nos cansemos de hacer el bien, porque, si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo. Por tanto, mientras tenemos la oportunidad, hagamos el bien a todos» (Ga 6,9-10a).


La motivación es saber que cosecharemos los frutos a su debido tiempo. Y los frutos, en Dios, son generosos. Precisamente en el día de ayer, Jesús prometía el ciento por uno. También Jesús promete la vida eterna. 


La Cuaresma es un tiempo favorable para la renovación personal y comunitaria que nos conduce hacia la Pascua de Jesucristo muerto y resucitado. 


Es un tiempo para renovar la fe, la esperanza y la caridad

Es un tiempo para cambiar la mirada

Es un tiempo para cambiar la motivación

Es un tiempo para cambiar la fuente de mis energías

Es un tiempo para cambiar la fuente de mis alegrías

Es un tiempo para renovar las fuerzas

Es un tiempo para renovar la fuerza del sembrador

Es un tiempo para la humildad

Es un tiempo para la austeridad

Es un tiempo para esperar en Dios, que es fiel.

Es un tiempo para el cambio de mentalidad (metanoia)

Es un tiempo para escuchar con más intensidad la Palabra de Dios.

Es un tiempo para sembrar el bien.


Sembramos el bien, lo hacemos, pero en esta Cuaresma, hagámoslo con más ahínco, con más intensidad, con más insistencia, con más consistencia, con más convicción. 


Lo hacemos sabiendo que es un camino duro, con muchos sinsabores, sin la respuesta esperada, sabiendo que hay muchos “carotas”, aprovechados….pero ello no nos debe hacer decaer porque:


Porque hay muchos más, una inmensidad necesitados del bien, del bien bendecido por el bautismo en un seguidor del Señor.


Porque nuestra paga es hacer el bien. Amo por amar. Y soy feliz mientras hago el bien, y por ello, no estoy pendiente, no me agobia el resultado, sino sólo la siembra. Parafraseando a San Pablo en 1 Cornelio 9, 16-18: “El hecho de sembrar no es para mí un motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el evangelio! Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga. Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio. Entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el Evangelio (hacer el bien), anunciándolo de balde (haciéndolo sin recompensa), sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio” .


Porque la Cuaresma nos lleva a la muerte y ésta queda iluminada, purificada, esperanzada con la Resurrección, y esto es el desbordamiento de la generosidad de Dios. Esta esperanza es la gran luz que Cristo resucitado trae al mundo: «Si lo que esperamos de Cristo se reduce sólo a esta vida, somos los más desdichados de todos los seres humanos. Lo cierto es que Cristo ha resucitado de entre los muertos como fruto primero de los que murieron» (1 Co 15,19-20).


Por ello, no nos cansemos de hacer el bien, a tiempo y destiempo. Dios «da fuerzas a quien está cansado, acrecienta el vigor del que está exhausto. […] Los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, vuelan como las águilas; corren y no se fatigan, caminan y no se cansan» (Is 40,29.31). 


No nos cansemos de orar

No nos cansemos de extirpar el mal de nuestra vida. (ayuno)

No nos cansemos de luchar contra la concupiscencia, esa fragilidad que nos impulsa hacia el egoísmo y a toda clase de mal, 

No nos cansemos de hacer el bien en la caridad activa hacia el prójimo. (limosna)


La Cuaresma es un tiempo propicio para buscar —y no evitar— a quien está necesitado; para llamar —y no ignorar— a quien desea ser escuchado y recibir una buena palabra; para visitar —y no abandonar— a quien sufre la soledad.

Pongamos en práctica el llamado a hacer el bien a todos, tomándonos tiempo para amar a los más pequeños e indefensos, a los abandonados y despreciados, a quienes son discriminados y marginados


Que la Virgen María, en cuyo seno brotó el Salvador y que «conservaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2,19) nos obtenga el don de la paciencia y permanezca a nuestro lado con su presencia maternal, para que este tiempo de conversión dé frutos de salvación eterna. 



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