martes, 13 de febrero de 2024

HOMILÍA DEL MIÉRCOLES DE CENIZA 2024

Después de los fastos del Carnaval y aquí es impresionante, llega ahora la Cuaresma. 

Cuarenta días. El número 40 en la Biblia significa tiempo propicio para un cambio. 


La Cuaresma lo que persigue es un cambio. Cambio de actitud.


Llama la atención en el texto donde se alude a los tres medios: oración, ayuno y limosna…en secreto.


Jesús no quiere que se note nuestra religiosidad, sino nuestra honradez, nuestra honestidad, nuestra generosidad. Dicho de otra manera y con más claridad: Jesús quiere una religiosidad “laica” y “secular”. Dios no quiere lo fastuoso, lo que llama la atención.


La doctrina del mérito ante Dios fue un mal invento de los teólogos antiguos.


Jesús está en contra, no solo de todo cuanto sea utilizar la religión para alcanzar fama, tener nombre, ser estimado… Jesús es más radical: tu religión es tu vida, hecha generosidad (limosna), deseo que agrada a Dios (oración), austeridad (ayuno).


Tenemos 40 días para una conversión en mis relaciones:

(Es una desintoxicación…)


Con los demás (limosna): Descubro que mis relación con todos no es de amor. Con algunos si, con otros de interés, con otro de “quedabien”, etc. No soy servidor sino espero que me sirvan. En la relación con los otros, siempre espero el primer paso, siempre espero del otro, incluso espero de él, que haga…

Pueden estar las relaciones intoxicadas. Hace falta que le de el aire y que me replantee otra forma de estar con ellos.

Reviso también de quien me he olvidado de tenerlo en cuenta. Si estoy con los más que me necesitan o sólo con los colegas.

…..


Con Dios (oración). ¿Mi oración es un encuentro con Dios? ¿o sólo me dedico decir oraciones? ¿Sólo le pido y no me ofrezco a que se haga su voluntad? ¿Cuánto tiempo dedico? ¿Tengo en cuenta que es Él el que quiere estar conmigo antes que yo?



Consigo mismo (ayuno). ¿Tengo tiempo para mi, para descansar, pensar, meditar, centrarme o sólo para trabajar y disfrutar? ¿Me cuido? ¿Duermo las horas? 


Lo curioso es que Dios ve esas prácticas nada más que cuando quedan ocultos. 

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