martes, 9 de agosto de 2016

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 9 DE AGOSTO

Mt 25,1-13: ¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
-El Reino de los Cielos se parecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas.
Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó una voz:
-«¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!»
Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas.
Y las necias dijeron a las sensatas:
-«Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas».
Pero las sensatas contestaron:
-«Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis».
Mientras iban a comprarlo llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta.
Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo:
-«Señor, señor, ábrenos».
Pero él respondió:
-«Os lo aseguro: no os conozco».
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.
Reflexión

En el evangelio de hoy, Jesús propone una parábola para animarnos al compromiso y a la vigilancia. Y en la parábola queda bien claro por que son unas vírgenes sensatas y las otras necias: por no tener preparadas las lámparas.
Sin embargo, cuando bajamos a nuestra vida, quizás no tenemos las lámparas preparadas y no nos preocupa tanto. Somos de las necias que esperan a última hora.
Y hoy más que nunca, hay que tener la lámpara llena de aceite (Dios, Espíritu Santo), para poder dar siempre razón de nuestra esperanza.
El mismo Papa Francisco pone como fundamental en este momento de la historia: "Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso" EG 3

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